El 3 de junio de 1924 faltaba apenas un mes para su cumpleaños número 41 cuando la tuberculosis, que desde 1917 hostigaba su día a día, terminó con su vida. Así el escritor checo Franz Kafka murió con apenas una parte de sus textos publicados y sin dimensionar el impacto que tendrían.
A lo largo de su obra, las letras de Kafka ahondan en la burocracia, la deshumanización, los conflictos internos como el sentimiento de culpa, la incertidumbre y la opresión. Estos temas y la narración en primera persona lo llevan a crear momentos surreales, una mezcla entre lo cotidiano y lo absurdo que genera tensión y misterio en quien lo lee.
Además de inspirarse en sus relaciones familiares y en el contexto social, Kafka también se vio influenciado por grandes nombres de la literatura universal como Fiódor Dostoyevski, Edgar Allan Poe o Charles Dickens. A su vez, sus cuentos y novelas hoy en día siguen inspirando a miles de escritores y han influido en la producción literaria de autores como Albert Camus, Milan Kundera y Paul Auster , entre muchos otros más.
"Mi última petición. Todo lo que dejo atrás [...] en forma de cuadernos, manuscritos, cartas, borradores, etcétera, deberá incinerarse sin leerse y hasta la última página", fueron las palabras que encontró Max Brod, amigo de Kafka, entre sus escritos tras su muerte, según documenta la National Geographic. Sin embargo, Brod hizo caso omiso a la última voluntad de Kafka y fue el encargado de la publicación y edición de gran parte de sus obras. A continuación, le contamos cuáles son los cinco libros indispensables que debe leer de Franz Kafka para acercarse a su mente y a su obra.
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“La metamorfosis” (1915)
Siendo la obra más conocida de Kafka, La metamorfosis cuenta la historia de Gregor Samsa, un comerciante de telas que un día se despierta para descubrir que se ha transformado en un gigantesco insecto. Gregor se enfrenta al sufrimiento de su familia, que depende económicamente de él, ahora incapaz de trabajar. Ese sufrimiento, eventualmente muta en rechazo y hostilidad hacia él.
Esta novela fue publicada en 1915 y hasta hoy día es una lectura clave en la vida escolar o profesional de los jóvenes alrededor del mundo. Su abordaje de la identidad, la alienación, la exclusión y el desarrollo de las dinámicas familiares ante la adversidad la hacen una obra siempre vigente.
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“Carta al padre” (1919)
Aunque Franz Kafka escribió "Carta al padre" en noviembre de 1919, esta extensa misiva hace parte de su obra póstuma. Kafka tenía 36 años cuando le escribió a su padre, Hermann Kafka, este desahogo sobre su complicada y conflictiva relación.
A través de las palabras en una carta nunca entregada se leen los dolores de un hijo que desde la infancia tuvo una relación distante que ahora la afronta al hablar de autoridad, miedo, culpa y autocomprensión, los temas que mediaron dicha relación. Este fragmento de la carta es muestra de la relación entre ambos:
“Probablemente hubiera sido un ser débil, pusilánime, vacilante, inquieto, ni un Robert Kafka ni un Karl Hermann, pero completamente distinto del que realmente soy, y tú y yo nos habríamos entendido a las mil maravillas. Yo habría sido feliz de tenerte como amigo, como jefe, como tío, como abuelo, sí, incluso (si bien aquí ya vacilo más) como suegro. Pero justamente como padre has sido demasiado fuerte para mí, sobre todo porque mis hermanos murieron pequeños, las hermanas llegaron mucho después, y yo tuve que resistir completamente solo el primer embate y fui demasiado débil para ello”.
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“El castillo” (1926)
Después de salir de un sanatorio en Italia, Kafka se recluyó en una casa en el campo de su hermana donde escribió El castillo hasta sus últimos días, en los que tuvo que volver a un sanatorio y allí murió. Esta es la historia de K., un agrimensor que llega a un pueblo para trabajar en un encargo del Castillo, una misteriosa e inaccesible fortaleza que domina la vida del pueblo. Desde su llegada, K. enfrenta una serie de obstáculos y dificultades burocráticas que le impiden acceder al Castillo y confirmar su trabajo.
En esta novela, el Castillo es la imagen de un sistema burocrático laberíntico y opresivo que K. no puede penetrar; se enfrenta a un sinfín de trámites y funcionarios que parecen no tener un propósito claro más allá de complicar su misión, anulados también por el sistema de burocracia absurda e ineficiente y sin miras de sentir empatía por K.
“El proceso” (1925)
Continuamos este listado con la segunda de las obras de Kafka más reconocidas, El proceso , que además también hace parte de su obra póstuma y vuelve a dos de sus temas recurrentes: la burocracia y la deshumanización.
La novela comienza con el arresto de Josef K. en su trigésimo cumpleaños. Sin ser informado de los cargos en su contra, K. es llevado a juicio por un tribunal desconocido. A lo largo de la historia, K. intenta comprender la naturaleza de su acusación y defenderse, pero se enfrenta a una burocracia incomprensible y a un sistema judicial impenetrable. Su búsqueda de justicia y claridad lo lleva a situaciones cada vez más absurdas y desesperantes, al punto de hacerlo sentir culpable.
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“Un artista del hambre” (1922)
Cerramos esta lista con un cuento de ficción publicado en vida del autor. Este relato corto cuenta a un artista cuya forma de arte es el ayuno público, un espectáculo que atrae a multitudes pero que eventualmente cae en el olvido.
Las personas se cansan del espectáculo, y el artista del hambre se encuentra cada vez más aislado y olvidado. A pesar de su dedicación y compromiso con su arte, el público no entiende ni aprecia su sacrificio y finalmente es reemplazado por un espectáculo más vigoroso y sensacional.
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