"Mi mayor ilusión es seguir vivo y haciendo cine. Y mi tercera es estar aquí en Venecia", confesó este jueves el cineasta español Pedro Almodóvar, entre las celebridades que aceptaron viajar a la Mostra pese a la pandemia, para presentar el corto barroco "La voz humana".
Rodado en inglés, justamente después del confinamiento, el corto, de 30 minutos de duración, es protagonizado por la actriz británica Tilda Swinton, galardonada la víspera con el León de Oro a la carrera.
Lleno de colores y referencias a su cinematografía, con un texto brillante que se inspira en un escrito de Jean Cocteau de 1929, el corto es un ejemplo perfecto del arte de Almodóvar. "Este tiempo ha demostrado hasta qué punto dependemos de la ficción y cómo es la cultura de necesaria. Y eso es bueno", aseguró a la prensa el realizador, quien recibió el año pasado en Venecia el prestigioso León a la Carrera.
Una mujer sola y abandonada
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El autor de "Mujeres al borde de un ataque de nervios", de 70 años, vuelve a abordar uno de sus temas preferidos con su habitual estilo corrosivo y teatral, el de una mujer abandonada por su amor, con un perro y unas maletas.
"La situación de esa mujer abandonada, sola y al borde de la locura, junto a un perro con quien comparte el duelo y un montón de maletas hechas, es una situación dramática que siempre me ha estimulado", explicó. "Yo también he vivido esa situación. También he esperado en vano", confesó el realizador ante la prensa.
Con una estética sorprendente, el corto es sobre todo una pieza teatral, pero que debe ser visto en la pantalla grande. Para contar el fin de un amor, su dolor, la rabia y la locura que produce, Almodóvar usa un auricular inalámbrico para el monólogo y sitúa a la mujer en el siglo XXI.
"En el original hay demasiada sumisión. Yo quería convertirlo en un acto de venganza", confesó. Y que mejor venganza que salir a la calle, sentirse libre y volver a comenzar. El cineasta, que apoya la reactivación del cine tras la crisis generada por la pandemia, defendió al séptimo arte a capa y espada.
"Ir a cine es una aventura que funciona como una catarsis colectiva en la que se puede reír, llorar o aterrorizarse en compañía. Y además a oscuras", explicó. Como a todos, la experiencia del confinamiento lo ha dejado tocado. "De repente hemos descubierto la casa como un lugar de reclusión. En ella podemos hacer todo: trabajar, amar, comprar", lamentó.
"No me gustaría que esa reclusión continúe en el tiempo, yo propondría el cine como solución. El cine es lo opuesto a esto. Ir al cine es iniciar una aventura", explicó. Acompañado por Tilda Swinton, entre las pocas estrellas presentes en una Mostra marcada por el uso de mascarillas y un público reducido, Almódovar se comprometió ante la prensa a seguir haciendo a cine.
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"Ya que el cine no atraviesa una buena situación, tenemos que ir al cine. Yo me pondré a preparar una película el mes que viene", reveló. El cineasta contó también que prepara dos cortos: un western y una distopía sobre nada menos que un mundo sin cines.