"Nothing", una coproducción germano-danesa, es la adaptación a la gran pantalla del best-seller "Intet", de la novelista danesa Janne Teller, mientras que "Le otto montagne" está basada en el relato homónimo de Paolo Cognetti, y "Alma viva", de la francesa Cristèle Alves Meira, parte de la primera memoria de su autora en Portugal, país del que emigraron sus padres.
En su segunda película ("Nothing"), ahora junto a Seamus McNally, la realizadora danesa Trine Piil no se deja en el tintero ninguna de la cuestiones que gravitan en el best-seller de su compatriota Teller, un planteamiento vital y filosófico desde la perspectiva de un grupo de adolescentes.
"Gira en torno a la cuestión de qué nos importa realmente en la vida y de que en la vida hay que hacer muchos sacrificios", afirmó Piil durante una rueda de prensa tras la proyección.
El filme no es ajeno a la distancia generacional entre progenitores e hijos, en parte debido a que los primeros "a veces no quieren enfrentarse a lo que les pasa", subrayó la realizadora, con resultados que a veces pueden derivar en excesos e imprudencias como los que se reflejan en el filme.
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La importancia del medio ambiente
Con casi dos horas y media de duración, la película más extensa del festival, "Le otto montagne", conmovió a público y crítica con un mensaje sobre las consecuencias del maltrato al medioambiente.
Es la primera película al alimón de los belgas Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch, la versión cinematográfica del libro homómino de Paolo Cognetti, rodada en los Alpes y en el Himalaya, y que recibió el Premio del Jurado el pasado mayo en Cannes, compartido con "EO", de Jerzy Skolimowski.
La montaña vertebra la historia de amistad que durante treinta años protagonizan Pietro y Bruno en una aldea del Valle de Aosta italiano, presentados como arquetipos del medio urbano y rural, uno veraneante y el otro nativo. "Es una amistad muy ética, honrada, sensible y que, como la vida misma, contiene honestidad, sensibilidad y dolor", explicó ante los periodistas Charlotte Vandermeersch.
La primera memoria como fuente de inspiración
Concursó también la francesa Crisèle Alves Meiras, hija de emigrantes portugueses, con "Alma viva", su primera película, que estrenó recientemente en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes y que en Valladolid fue muy bien acogida.
Elegida para representar a Portugal en los Óscar, "Alma Viva" funde ficción con un fuerte componente autobiográfico, con la infancia de la directora en el pueblo de su familia, en la comarca portuguesa de Tras-Os-Montes, al noreste del país.
Se vale para ello de la pequeña Salomé, protagonista de una historia que mezcla relaciones familiares, etnografía y sociología rural a través de un episodio de brujería que suscita a un tiempo curiosidad y divertimento.
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Cristèle Alves Meira explicó tras la proyección su deseo de mostrar esta cultura sin caer en tópicos o personajes arquetípicos, pero con la idea de transmitir naturalidad y credibilidad, principalmente gracias a personajes que no son profesionales. "No quería caer en la estética de una película de terror o de fantasía", sino "transmitir lo sobrenatural", además de hacer visibles a los emigrados portugueses, dijo.
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