"Me cuesta asumir lo que sería actuar solo frente a la orquesta sin poder actuar frente al público. Me cuesta mucho" , explica el actor en una entrevista con EFE en el emblemático Teatro Kabukiza de Ginza (Tokio), tras el reciente lanzamiento de una plataforma de vídeo bajo demanda de kabuki dirigida a espectadores extranjeros.
Este servicio de pago, Kabuki on Demand, permite ver en línea alguna de las obras más populares de este género en versión original con subtítulos o dobladas en inglés y está disponible en diversos países, entre ellos España, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania o Italia.
Aunque Nakamura no se opone a este tipo de iniciativas desde la llegada de la pandemia y las dificultades de poder traer a los espectadores de vuelta al teatro, el actor prefiere el contacto directo con el público. "Sé que hay otras plataformas, pero todos sabemos que, en el caso del teatro, no hay nada mejor que verlo en directo. Por otro lado, hay personas que pueden ver el kabuki por primera vez gracias a esto y otras que tienen miedo a volver a las salas, por lo que se contentan con estas opciones", añade.
Nacido en Kioto (oeste de Japón) en el seno de una legendaria familia de actores de kabuki, Nakamura, de 64 años, debutó a los ocho en el Kabukiza, algo tarde para este arte, donde sus actores pueden empezar su formación hasta con cuatro años de edad.
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Nakamura ha sido galardonado desde entonces con numerosos premios, como el galardón Matsuo a las artes escénicas en 2011 y la Medalla de Honor de la Cinta Púrpura de Japón, en 2019 , la máxima condecoración cultural, que se otorga por importantes contribuciones en el mundo de las artes, deportes y tecnología.
"Mi familia tiene una corta historia como familia de actores de kabuki, con solo cuatro generaciones. Hay quien me dice que esto significa que tiene una larga historia, pero otras familias tienen más de 10 generaciones", explica.
Nakamura se encuentra ahora embarcado en la preparación de la obra de este mes para el Kabukiza, titulada "Reigen Kameyama Hoko" y donde cuenta con dos papeles, entre ellos el de un villano. "Esta es una obra fácil para la gente que nunca ha visto kabuki, ya que se trata de una historia de venganza basada en una historia real", explica el actor, quien afirma que, aunque este arte puede tratar "cosas duras", su objetivo final es "ver las cosas de forma clara, sin dejar un mal sentimiento".
En raras ocasiones, el kabuki ha formado parte también de giras internacionales en países como México, Corea del Sur, China o Rusia, dando a los espectadores internacionales la posibilidad de disfrutar de las obras sin tener que viajar a Japón.
"Como se trabaja con una traducción, a veces la gente reacciona con retraso y esto es curioso", señala el actor en relación a la reacción de los extranjeros al kabuki. "Creo que antes se apreciaba la belleza del estilo, pero, poco a poco, fuimos introduciendo una explicación, porque nos dimos cuenta de que se puede comprender", añade.
El actor no apunta si hay planes de nuevas giras internacionales ante la relajación de medidas tras la pandemia, pero dice que le gustaría visitar el norte de España o Cuba. Con respecto a una posible jubilación, poco frecuente entre los actores que suelen terminar sus días todavía en los escenarios, Nakamura no descarta la idea.
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"Se suele decir que sería un sueño acabar la vida en el escenario de un teatro, pero yo dudo si lo haría si estoy en mal estado. Ser actor es mostrar tu cuerpo al público y esto implica mostrar dificultad de movimiento o para sentarse y ponerse de pie", concluye.
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