Si omitimos el nombre de Alfred Hitchcock, la historia del cine estaría incompleta. Muchas de sus películas - Psicosis, La Soga, Vértigo, Los Pájaros - han propuesto un punto de vista particular para pensar el mundo y ampliar las posibilidades del que habitamos, sin olvidar su inmenso aporte a la construcción de diferentes técnicas cinematográficas en géneros como suspense y thriller.
Luego de ganar reconocimiento como el mejor director de cine mudo británico, empezó un nuevo rumbo en Estados Unidos donde se convirtió en el artista que todos conocemos. Con su llegada, vino una siembra de éxitos que enmarcaron su nombre en la posteridad y lo convirtieron en un referente al que es necesario volver cada tanto. Le puede interesar: " 5 películas para conocer el universo de Tarkovsky "
Cada cuadro era para Hitchcock la oportunidad de sumir al espectador en un universo distinto, de adentrarlo en la vida de un personaje. En ese viaje era indispensable pensar el tiro de cámara - girar, mover, acercar - una de las particularidades de su obra fue precisamente eso, convertir en movimiento las emociones que venían con la trama. Esa alteración no fue nunca ajena a sus guiones. En parte, muchas de sus cintas son memorables por los cambios repentinos - y muchas veces inimaginables a lo largo de la trama - como desenlaces fatales y violentos.
Con una trayectoria así, resulta impensable pensar en el rechazo de alguno de sus proyectos. Sin embargo, varias ideas del cineasta se quedaron en posibilidad pero una de ellas estuvo a punto de realizarse, Kaleidoscope.
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Era finales de la década de los años 60. Inspirado en la crudeza de la crónica negra que tuvo lugar en Inglaterra, Hitchcock se propuso llevar a la gran pantalla de manera explícita la violencia ejercida por Neville y John George Haigh, "El asesino del baño de ácido", un par de criminales que acabaron con la vida de varias mujeres y fueron condenados a la horca a finales de los años 40.
Agresiones sexuales, episodios de necrofilia y desnudez eran una constate en el relato audiovisual del cineasta. Una de las premisas de la película era el agua. En uno de los primeros borradores del guión, Hitchcock creó una figura de reciprocidad violencia - agua, como si este elemento fuese el que despertara la sed de sangre del asesino.
Este argumento planteaba un cambio en la narrativa del director y aunque hubo más de tres versiones del guión, ninguna productora se atrevió a darle piel a los personajes. La trama se quedó en una idea que Hitchcock presentó una y otra, y otra vez. Un borrador con correcciones archivado. Kaleidoscope es la película de Hitchcock que nunca fue.