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Frida Kahlo: el pájaro de fuego que pintó el amor y el dolor

Hace 70 años falleció una de las artistas más importantes de América Latina y el mundo, Frida Kahlo. Su imagen ha sido estampada en camisetas, vasos y cuadros, así como su obra ha sido exhibida en todo el planeta. Aquí una carta a la Frida que pintaba con el corazón en la mano.

Las dos Fridas
"Las dos Fridas" (1939).

Las trenzas sobre la cabeza adornadas con flores, el poncho colorido postrado en los hombros débiles de la enfermedad y las manos milagrosas que pintaron la vida en medio de la muerte, así veo a Frida Kahlo, la artista que dibujó el amor y el dolor en las mismas obras.

La pintora mística vestía pantalones y se ataba el pelo como un hombre, a veces se ponía faldas abullonadas y encajes sobre los hombros, pintaba sus labios de rojo, así como usaba ese color en sus cuadros que fueron la muestra viva del dolor que le causaba su enfermedad.

El 17 de septiembre de 1925 viajaba en bus con su compañero Alejandro Gómez Arias, el autobús se chocó con un tranvía y ocasionó el accidente que cambiaría el rumbo de su vida y su arte.

En ese golpe, Frida se perforó la pelvis con el pasamanos del tranvía, se fracturó la columna y las costillas, se partió la pierna en once partes y se rompió la clavícula.

La columna rota
"La columna rota" (1944)

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Sostenida por un yeso y postrada en cama, la artista comenzó a pintarse a sí misma con un espejo que ubicaba sobre su cama en una especie de caballete mutante.

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Pintaba su cara porque era lo único que podía ver mientras estaba inmóvil, creó una nueva perspectiva de su ser, se dibujó desnuda y de metal, pintó su frondoso pelo de flores y coronó su quietud en una numerosidad de cuadros fascinantes.

A Frida le llegó el amor, un hombre gigantesco junto al que se veía diminuta. La quiso, por supuesto, pero también hirió su corazón profundamente. Ese dolor fue transmitido por las manos adoloridas a los cuadros y a la poesía, esto fue lo que le escribió Frida a Diego Rivera en una carta que no tiene fecha:

“Hoy he pensado en ti. Aunque no te lo mereces, tengo que admitir que te quiero. ¿Cómo olvidar el día en que te pedí por primera vez una opinión sobre mis cuadros? Yo, todavía una joven tonta, tú, un gran señor de mirada lasciva. Me diste la respuesta que esperaba, para mi satisfacción, para verme feliz, sin siquiera conocerme me empujaste a seguir pintando. Mi Diego, mi alma ha recordado que siempre te amaré aunque no estés a mi lado. En mi soledad te digo que amar no es un pecado imperdonable. [...] Le pregunté a mi corazón por qué a ti y no a otro”.

Después del accidente, la pintora sufrió dos abortos involuntarios, el anhelo de ser madre se desvaneció en el dolor y la sangre, pintó las pérdidas y el cansancio de estar en una cama de hospital atada a una cama fría que ahuyentaba todo deseo de maternar la vida.

Henry Ford Hospital o La cama volando
"Henry Ford Hospital o La cama volando" (1932)

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Frida Kahlo pintó más de 200 cuadros, pintó frenéticamente y creó una visión de sí misma dimensionada en cientas de Fridas como clones que habitan un mundo singular, el mundo de su mente y de su cuerpo, que también fue lienzo del pincel que disparaba en el corazón con llamas amarillas.

Sus manos mágicas dibujaron la historia de una mujer que amó y sobrevivió a la hostilidad del mundo, que mandó cartas con lágrimas y que lloró el dolor de un cuerpo enfermo. Esa misma mujer que ahora es símbolo de cultura, fue un pájaro que voló sobre el miedo y pintó con sus alas inmensas las tierras de América Latina.

Raíces
"Raíces" (1943)

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