¿cómo comenzó esta investigación?, han dicho que tardaron cinco meses recopilando los testimonios y en la elaboración del reportaje, ¿qué fue lo más difícil?
A principios de este año las chicas nos buscaron a nosotras porque, al conocer nuestra trayectoria como feministas y seguir nuestra carrera periodística, sabían que íbamos a ser muy delicadas y empáticas a la hora de oír sus testimonios de violencia de género. Y efectivamente eso fue lo más difícil del proceso: ver cómo ellas tuvieron que revivir sus historias una y otra vez, recordando momentos violentos y traumáticos. Acompañarlas cómo periodistas durante esa narración, lenta y espaciada, fue muy retador. El cineasta Ciro Guerra es acusado de acoso y abuso sexual
Las personas que abogan por el buen nombre que debe respetársele a Ciro Guerra no escatiman en insultos hacia las periodistas y las víctimas de los hechos. Parece una contradicción, pero resulta que hay nombres que parecen importar más. ¿Qué piensan de esto?
Hubiéramos querido que el debate no tuviera que darse en los estrados judiciales, pero dadas las circunstancias, así lo haremos. Existe gran resistencia a debatir estos temas, se busca cuestionar a las víctimas o a las personas que ofrecen sus plataformas y medios para que sean el lugar las voces de esas víctimas, en lugar de hablar sobre por qué ocurren estas situaciones y cuáles son las estructuras sociales que las permiten. Nosotras por supuesto preferiríamos ahondar en lo segundo, pero estamos listas para defender nuestro trabajo periodístico.
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¿Las tomó por sorpresa que Guerra sí hubiera tomado la vía judicial en este caso? Si lo esperaban, ¿cómo?
Sí esperábamos una respuesta en forma de ataque, como suele ocurrir en estos casos y entendemos que el señor Ciro Guerra quiera defenderse en los estrados judiciales. Sabíamos que eso podía suceder, pero nos sorprende tanto la demanda civil como la acción penal. No se puede olvidar que el uso de la vía penal es la manera más restrictiva de enfrentar una expresión. Todo el mundo es libre de acudir al sistema judicial, pero sería interesante que se diera un debate a fondo sobre cuándo se hace un uso legítimo de la justicia y cuándo se hace para intimidar y silenciar.
Sabíamos que eso podía suceder, pero nos sorprende tanto la demanda civil como la acción penal. No se puede olvidar que el uso de la vía penal es la manera más restrictiva de enfrentar una expresión.
Esta es una pregunta más personal. Muchas veces cuando una se ve enfrentada a casos de violencia de género y los narra, los edita, los publica, hay algunos sentimientos que se generan más allá de la indignación y del dolor. ¿Qué sintieron cuando escribieron y luego publicaron este texto?
Todas las mujeres hemos vivido alguna forma de violencia sexual, así sea solamente acoso, y por eso documentar casos como estos siempre es doloroso, pero creeemos que esas experiencias también nos permiten tener empatía y respeto por las víctimas. Lo que nosotras sentimos no se compara con lo que sienten las víctimas que valientemente decidieron hacer estas denuncias. Como periodistas buscamos ser una plataforma para sus voces, en esta ocasión solo somos un vehículo.
El periodismo busca revelar verdades que son de interés público.
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¿Para qué un periodismo feminista?
El periodismo feminista sirve para contar las historias que convencionalmente se han silenciado. En este caso, este periodismo busca darles voz a las mujeres víctimas de violencia sexual. El periodismo busca revelar verdades que son de interés público. Cuando se hace desde el feminismo se busca contar las historias de las mujeres que usualmente no se privilegian. Necesitamos más mujeres escuchando a otras mujeres, revelando verdades silenciadas, de manera documentada, como hicimos en este caso puntual.
Uno de los grandes debates que se han dado alrededor de este tema es que las mujeres deben insistir en la justicia tradicional a pesar de que está probado que es casi insuficiente en estos casos. La razón, se dice, es que la estructura social depende también de sus formas de legalidad y justicia, ¿Cuál es su punto de vista?
Reconocemos que la justicia tiene fallas, en ocasiones en ella se reproducen desigualdades sociales y definitivamente necesita perspectiva de género. Y por eso es muy importante que estos casos inviten a que el sistema judicial reconozca esas fallas y las corrija. El periodismo no busca hacer justicia, sirve para reproducir voces ante las estructuras de poder. Cuando algo que ocurre en el periodismo tiene relevancia legal, será en el sistema judicial que se definan las consecuencias. El sistema judicial es el símbolo más importante del contrato social, queremos cambiar el sistema desde adentro y para eso debemos hablar con los jueces y juezas.
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¿qué tipo de justicia se espera en este tipo de publicaciones? ¿Qué hay más allá del escrache?
Aunque nuestro reportaje no es un escrache sino un reportaje periodístico, el escrache existe en latinoamérica desde 2015 y es una forma de denuncia pública, para que las mujeres puedan denunciar a sus agresores.
El escrache es una forma de protesta, sobrevivencia y sanación; es una estrategia de sanción social y denuncia pública que ha cobrado relevancia en los últimos años debido a las denuncias por acoso y abuso sexual. Es el resultado de un larguísimo trabajo de desestigmatización de la violencia de género que han hecho las feministas. El abuso sexual, la violencia doméstica y el acoso siempre han existido, pero el costo de decirlo en público se ha bajado unos milímetros y las mujeres por fin han empezado a hablar.
En el texto publicado por Cristina Gallego se pone en duda los intereses de la publicación del reportaje. Ella se pregunta por qué, justo cuando Guerra estrenará nueva película ustedes deciden hacer públicas estas acusaciones. ¿Tuvo algo que ver esto en la revelación de los testimonios?
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No sabíamos que su película salía y no era ni es relevante para nosotras. Este es un problema de salud pública: la violencia que viven las mujeres. Ojalá la discusión se centrara más en lo que dicen las víctimas y menos en las consecuencias para los acusados. En todo caso, estamos preparadas para hablar sobre ambas cosas, pues ambas son importantes para abrir el debate sobre las violencias de género y cómo acabarlas.
Cómo van a enfrentar la denuncia de Guerra. Hábleme del tipo de abogada que tendrán.
Contamos con un equipo jurídico liderado por la abogada litigante Ana Bejarano Ricaurte. Ella hace parte de una nueva organización llamada El Veinte, dedicada a la defensa pro bono de periodistas y a la eliminación del acoso judicial como forma de censura. Son unos defensores y defensoras de la libertad de expresión y la igualdad de género, como nosotras.
Este es un caso que servirá de precedente para futuras denuncias sobre acoso y abuso. ¿Qué esperan de esto al final?
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Esperamos que se siente un precedente en el cual se preserven los espacios periodísticos para que las mujeres puedan contar sus historias. En este caso están en juego muchos temas importantes para el periodismo: la reserva de la fuente, la posibilidad de opinar y reportar sobre hechos veraces, pero no decididos por la justicia, entre otros. Por las mujeres que confiaron en nosotras sus historias, y las que lo han hecho después de la publicación del reportaje, esperamos que prevalezca la libertad de expresión y la igualdad de género.