Los profesionales acreditados y los periodistas tienen acceso gratuito a las proyecciones reservando sus entradas por internet, pero hay decenas de personas, algunas ya con esmoquin o vestido de gala, apostadas cada noche frente al Palacio de Festivales de esta ciudad de la Costa Azul francesa.
Todos esperan conseguir una entrada que les permita subir las escaleras como las estrellas y descubrir los largometrajes seleccionados.
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"Ya he visto tres películas sin pagar nada. A cada ocasión gente amable me ha dado una entrada" dice Sienna, una treintañera italiana residente en Berlín que sostiene un pequeño cartel de cartón donde escribió: "Busco entradas".
Por su parte un finlandés de 25 años, que desea permanecer en el anonimato, asegura estar dispuesto a hacer "un esfuerzo" para ver "una de Almodóvar o la última de Scorsese" a pesar de tener "poco dinero".
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Esa noche buscaba desesperadamente un lugar para ver "Firebrand", de Karim Ainouz, cuando un joven de Cannes que dijo ser "empleado municipal" le ofreció una entrada.
Grupo de WhatsApp
Otros intentan sacar provecho de sus entradas: a un periodista de la AFP le ofrecieron el jueves una entrada para "Black Flies" por 50 euros.
No muy lejos de allí, Jenny, una joven estadounidense de Miami, explica que es miembro de un grupo de WhatsApp que reúne a "unas 600 personas, vendedores y compradores de entradas e invitaciones".
En varias capturas de pantalla se ven conversaciones en las que se ofrecen invitaciones de pago, como una entrada para la proyección de la quinta entrega de "Indiana Jones" por 2.000 euros.
"Tengo entrada para la fiesta de Campari. Puedo darla", escribe un miembro del grupo en inglés. Un tal Alex responde: "¿Podría darme la entrada para Campari?" Y el vendedor dice: "Hola, sí, 300 euros. ¿Puede pagar con criptomoneda?".
Otro vendedor ofrece una invitación a una fiesta con Leonardo DiCaprio a "20.000 euros por persona" u otras invitaciones a fiestas a precios que oscilan entre los 9.500 y los 16.500 euros (entre 10.000 y 17.000 dólares).
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Natalia "busca dos entradas para la alfombra roja del 25 de mayo" y a Joe le gustaría tener acceso a la fiesta privada de la marca de lujo Chopard en el Hotel Martínez.
Según Jenny, los compradores de las entradas más caras son "influentes con millones de seguidores que solo quieren ser vistos". "Para ellos o para las marcas que promocionan, 2.000 euros no son nada", asegura.
Un habitual del festival que no quiso identificarse explica que las invitaciones "las ofrecen las marcas a los profesionales, no se pagan". "Si estas invitaciones, generalmente en forma de código QR, acaban en el mercado negro, es porque las revenden profesionales sin escrúpulos que ganan dinero de esta manera", apunta.
Por su parte los organizadores indicaron que "en cuanto el Festival de Cannes tiene noticia de una reventa de entradas probada, tomamos medidas, en concertación con las autoridades policiales y judiciales". No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
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