El comediante Ayman Nahas dice que ha mantenido un "perfil bajo" desde el 7 de octubre, temeroso de las represalias contra los artistas árabes en Israel en medio de la guerra en la Franja de Gaza.Nahas es uno de los numerosos artistas árabes en Israel o Jerusalén Este que dicen enfrentar creciente hostilidad y acoso, y temen que los detengan o les corten el financiamiento."Nunca sabes cuál es tu lugar y ese no es el clima adecuado para actuar", comentó Nahas, quien también es director artístico del teatro de lengua árabe Sard, en la ciudad de Haifa, en el norte de Israel.Su teatro depende de subsidios gubernamentales, "al igual que 99% de los espacios culturales" en Israel, afirma.Pero teme que le corten los fondos, como ocurrió en 2015 con Al Midan, otro teatro en la ciudad árabe-judía de Haifa, luego de montar una obra inspirada en un prisionero encarcelado por Israel por un ataque contra soldados.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Un actor de 25 años quien pidió usar el seudónimo de Elías para evitar represalias, contó que durante un tiempo cambió su sombrero de actor por el de un instructor de natación de Tel Aviv, para evitar otro papel de "chico malo" o de "árabe gay rechazado por su familia".Elías acaba de conseguir un papel en una obra de teatro en Berlín. "Tengo que exiliarme para poder practicar mi arte", se lamenta."Ya no uso mi brazalete de 'Palestina Libre' y cuido lo que subo en redes sociales. Tengo amigos que han sido visitados por la policía", indicó.Otros actores árabes dicen que no consiguen empleo en Israel desde el inicio de la guerra.AmenazasLa oenegé Mossawa ha documentado un aumento en las violaciones de derechos humanos contra la minoría árabe en Israel desde octubre, incluyendo detenciones, discriminación laboral y hostigamiento en escuelas, así como limitaciones al derecho a la protesta.La cantante Dalal Abu Amneh, quien también es neurocientífica, estuvo detenida 48 horas por una publicación en redes sociales luego del ataque de Hamás del 7 de octubre en el que dijo que "el único vencedor es Dios".Abu Amneh afirmó que posteriormente fue hostigada en su pueblo natal de Afula, de mayoría judía en el norte de Israel. Su abogado dice que ha recibido centenares de "amenazas de muerte".Alrededor del 20 % de los 9,5 millones de habitantes de Israel son árabes y muchos se identifican como palestinos.Dicen que suelen ser blanco de discriminación de parte de la mayoría judía y sus reclamos han crecido en los casi nueve meses de guerra entre Israel y el grupo militante Hamás en Gaza.Los ataques del 7 de octubre en el sur de Israel dejaron 1.195 muertos, en su mayoría civiles, según un balance de AFP basado en cifras israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares.La represalia israelí ha matado al menos 38.584 personas en Gaza, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, según el Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás."Silencio cultural"Huda Imam, quien promueve sitios culturales palestinos en Jerusalén, dijo que "se ha impuesto un silencio cultural desde el 7 de octubre"."Hubo un choque, una incapacidad de producir por miedo y respeto" a las víctimas de la guerra, agregó."Había una vida cultural palestina antes de la guerra, especialmente en Jerusalén Este", señaló Imam sobre ese sector que Israel tomó en 1967 y luego anexó, una medida que no ha sido reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional."La gente ya no sale". Generalmente son exiliados "quienes dan voz a Palestina", dijo Imam, citando al rapero Saint Levant quien tocó en el festival musical de Coachella en abril, y la cantante y flautista Nai Barghouti.Algunos artistas cuestionan la relevancia actual de su trabajo."Enciendes el televisor y ves la guerra en vivo. La realidad es más poderosa que cualquier obra artística", sostuvo Amer Khalil, director del Al Hakawati de Jerusalén Este, también llamado Teatro Nacional Palestino.El teatro, fundado en 1984, "ha sido cerrado más de 200 veces en 40 años" y nuevamente está en la mira de las autoridades israelíes, según Khalil."Dirigir un teatro siempre es difícil, pero después del 7 de octubre todo se volvió aún más complicado", declaró. Agregó que Al Hakawati prepara un montaje sobre ese día. "Es un juego, como la censura, va y viene".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En su acción de protesta, llevada a cabo poco antes del mediodía, los activistas pegaron la fotografía de una madre en Gaza con su hijo sobre el cristal protector de la obra que Picasso completó en 1901, antes de verter pintura roja por el suelo de la sala 43 del museo.El grupo, que también pintó el eslogan "conferencia genocida" a la entrada del congreso laborista en septiembre en Liverpool, reclamó en un comunicado que el Gobierno británico decrete un embargo a la venta de armas a Israel y que detenga la concesión de nuevas licencias de petróleo y gas.Los activistas fueron identificados por Youth Demand como Jai Halai, de 23 años y que trabaja para la Sanidad pública en Londres, y Monday-Malachi Rosenfeld, estudiante de 21 años.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Según un portavoz policial citado por el diario 'The Times', ambos fueron detenidos y permanecen bajo custodia policial, mientras que la sala del museo ha sido cerrada para permitir las investigaciones.Por su lado, un portavoz del museo citado por el mismo medio confirmó que ningún cuadro ha sufrido daños en la acción de protesta. 🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Es un día histórico", declaró Mansur a la AFP. "Estoy muy feliz de que hayamos podido reabrir la librería", agregó.La nueva libreria se construyó a unos 200 metros de la antigua, en el barrio de Rimal, al oeste de la ciudad de Gaza.El edificio fue destruido en mayo de 2021 en un bombardeo israelí durante la guerra entre el movimiento islamistá Hamás en el poder en Gaza y el ejército israelí.Los enfrentamientos dejaron 14 muertos en Israel y más de 250 en la Franja de Gaza, según la ONU.La nueva librería, que cuenta con dos pisos y una superficie de 1.000 metros cuadrados, tiene unos 400.000 libros de un valor de unos 350.000 dólares, según Mansur.Tiene "cuatro veces más libros que antes de ser destruida", gracias a los numerosos donantes que se movilizaron para reactivar el proyecto, explicó.Cientos de personas, entre ellos escritores e intelectuales, asistieron a su inauguración."La ocupación israelí puede destruir un edificio (...) pero no puede romper la voluntad de los palestinos", aseguró el ministro de Cultura palestino, Atef Abu Seif, presente en la inauguración.La librería Mansur, creada hace unos treinta años, era considerada como la mayor y más anciana de la Franja de Gaza. Tenía libros escolares y universitarios, novelas, libros políticos en árabe e inglés.
El autor de Cosas que tal vez halles ocultas en mi oído, inspirado en el drama de los gazatíes entre 2001 y 2021, acaba de escribir otro libro, Forest of noise, que captura la vida y la muerte de sus compatriotas en el último año y con el que espera ayudar a "romper el silencio".Según afirmó el escritor en una entrevista en Madrid, "Israel no solo mata a los palestinos, sino que además quiere que no se hable de ello" y el silencio que está imponiendo "es cada vez peor, porque los palestinos nunca han dejado de gritar".Mosab Abu Toha, nacido en Gaza en 1992, sabe que en el mundo hay personas que "escuchan a los palestinos, que saben de su sufrimiento y que se manifiestan en las calles" pidiendo el fin de la guerra.Pero los gobernantes "son cobardes y racistas" y "siguen vendiendo armas a Israel porque no dan valor a la vida de los palestinos".El silencio de OccidenteEl escritor lamenta que el silencio se haya impuesto en muchos países de Occidente donde, según dice, los medios de comunicación no dan voz a los palestinos.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Me cuesta hablar con los medios de comunicación occidentales porque no quieren que hable de política -señala-, pero yo lo único que hago es hablar de mí, de mi familia, de mis estudiantes, de mi esposa, que el mes pasado perdió a su tío y a su esposa, y a tres de sus hijas, una de ellas asesinada junto con su marido y sus cinco hijos"."Si a los palestinos no nos dejan habla de nosotros mismos, ¿qué podemos hacer", se pregunta.Mosab Abu Toha logró salir de Gaza a finales del año pasado después de haber sido encarcelado por el ejercito israelí y liberado gracias al clamor internacional de sus colegas del PEN Club Internacional y el activismo digital de sus lectores.Ahora vive en Estados Unidos, pero su alma está en Gaza y sigue el día a día de sus compatriotas a través de las redes sociales."El genocidio ocurre a la luz del día y cualquiera que quiera verlo puede verlo en redes, pero los gobernantes no quieren", denuncia.Durante los meses que lleva en Estados Unidos, Mosab Abu Toha ha escrito un segundo libro que "se parece al anterior, porque habla de los mismos asesinos, del mismo país, del mismo paisajes, pero en el que hay todavía más cadáveres, más escombros y más gritos".Cuando alguien escribe un poemario como Things you may find hidden in my ear, en el que hay tanta guerra y destrucción, desea no tener que volver a hacerlo", pero se ha visto obligado por la guerra de Gaza y acaba de publicar en inglés Forest of noise.Los gazatíes están perdiendo la esperanzaReconoce que es difícil que su pueblo mantengan la esperanza después de "catorce meses muriendo" y sabe que "hay muchas personas que ya la han perdido y solo desean morir" porque "¿de qué les sirve salvarse de un bombardeo si poco después llega otro?".A él mismo le cuesta seguir esperanzado, aunque de vez en cuando recibe alguna buena noticia, como la orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra Netanyahu, que en su opinión "llega tarde" pero "demuestra que Israel es un estado criminal" en el que gobiernan "personas peligrosas que ven a los palestinos como animales".A pesar de que el drama palestino no parece tener fin, Mosab Abu Toha sigue escribiendo en verso las historias de sus compatriotas porque "la poesía no salva vidas ni cura heridas, pero puede abrir los ojos, la mente y los oídos de quien la escucha".Los muertos en Palestina "no son números, son personas con historias individuales que no quiero que se pierdan".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Rodeada de libros en el nuevo y luminoso local, que reabrirá sus puertas al público en los próximos días tras trece años instalada en la sede de Casa Árabe, Ballesteros rebusca con calma entre las estanterías una selección de títulos que permita al lector una aproximación a Palestina desde distintos ángulos: el de la política, la literatura, la fotografía, el cómic y la cocina."Estas son mis recomendaciones y mi selección de diez libros para entender un poco Palestina, sobre todo, y un poco lo que pasa en Oriente Próximo", dice.Para quienes se aproximan por primera vez "Para alguien que no sabe nada, absolutamente nada de lo que es Oriente Próximo", esta arabista de Madrid, que vivió en el Yemen para estudiar la lengua, recomienda Oriente Medio, Oriente Roto, del periodista Mikel Ayestaran, que describe como "un recorrido por distintos países".Ballesteros, que viste una camiseta con un dibujo de una rodaja de sandía -convertida en símbolo de Palestina, por su similitud con los colores de su bandera roja, verde y blanca-, explica que el siguiente título que recomienda es Palestina de Rashid Khalidi. Para la librera es la historia más completa de Palestina y "la primera que recomiendo"."Puede resultar a lo mejor algo más complejo, pero está muy bien escrito y es la historia completa, o sea, no solamente abarca desde el 48, sino que con esta historia de Khalidi cualquiera que se la lea va a entender el conflicto palestino".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La ofensiva israelí en GazaBallesteros, que explica que además de ofrecer libros sobre y de Oriente Medio también tiene una sección de literatura africana, otra de feminismo y una infantil para acercarse al nuevo vecindario donde se ubica su negocio, recomienda también el último libro de Ignacio Álvarez-Ossorio Gaza, historia de una Nakba anunciada, para entender lo que está pasando ahora mismo en la Franja de Gaza.El libro de Álvarez-Ossorio "también nos hace reflexionar un poco sobre cuál puede ser el futuro y la verdad es que tampoco es muy alentador".Otra novedad editorial que recomienda es Heredar el futuro, de la arabista Luz Gómez, a quien describe como "un referente en cuanto a libros dedicados a Oriente Próximo y, especialmente, a Palestina".El quinto libro que propone Ballesteros es "un clásico" del escritor judío Ilán Pappé titulado La limpieza étnica de Palestina, cuyo nombre -explica- "lo dice todo", señalando también su portada, en la que se ve una fotografía de "palestinos expulsados de su propia tierra"."Desgraciadamente, estamos volviendo a ver las mismas imágenes, incluso peores", sentencia la librera.Poesía, novela, cocina y fotografíaExplica que, en su selección, realizada en el momento, ha querido incluir algo de poesía: "y bueno, sabía que iba a ser Mahmoud Darwish, que para mí es el poeta palestino por excelencia".De entre sus obras se decanta por Entre Rita y mis ojos, un fusil: "Una píldora chiquitita, pero una pequeña dosis de buena poesía"."Entre mis manos tengo uno de mis libros favoritos de toda la librería y es la novela que siempre recomiendo de un autor palestino, Una trilogía palestina, de Ghassan Kanafani: "Ya solamente te lees la primera historia y te falta el aire".Otra novedad que sostiene Ballesteros es 30 segundos en Gaza, "un libro ilustrado con los dibujos de Mohamed Sabaner (...). Son imágenes que te sobrecogen el corazón".En su recopilación, dice, "no podía faltar tampoco la cocina" y por eso recomienda Las cocinas de Gaza. Un viaje culinario por Palestina, de Leila el Haddad y Maggie Schmitt: Un libro que es "mucho más que un libro de cocina", porque "aparte de recetas de cocina palestina, es un pequeño documento de cómo es el día a día en Gaza".Un día a día, cuenta, que ya no existe, "porque ya no hay tierra ni cocinas. Pero bueno, quería que estuviera en mi selección de libros".Por último, propone Contra el olvido, de Teresa Aranguren y Sandra Barrilaro, "una memoria fotográfica de Palestina antes de la Nakba (la catástrofe)" de 1948.Además, para dar una breve pincelada para quienes quieran también acercarse a lo que ocurre en el Líbano, cita a vuelo de pájaro: Hezbolá, de Ignacio Gutiérrez de Terán; La noria de Beirut, de Tomás Alcoverro y El Líbano contemporáneo, de George Corn, aunque sobre este último advierte de que posiblemente se haya quedado un poco anticuado.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La escritora palestina Adanía Shibli, que se encuentra en León (norte de España) para recibir el XXII Premio Leteo en el marco del Festival Palabra de León, agradeció el galardón y afirmó que "la escritura permite a otros tener un lugar en nuestras vidas". "Por eso traigo esta experiencia individual, pero también la soledad que hay en Palestina", agregó."Cuando recibí el premio fue como una expresión de 'no estáis solos', pero también es como que si me dieran la mano otros escritores que han recibido este premio", señaló la escritora.Un "símbolo" de libertadLa narradora, dramaturga y ensayista palestina fue finalista del National Book Award 2020 en los Estados Unidos y del International Booker Prize 2021 en el Reino Unido.En 2023 se alzó con el premio LiBerarturpreis otorgado por la plataforma en lengua alemana LitProm, pero en este caso la entrega del galardón fue cancelada debido a la violencia reavivada en Palestina.Una situación que provocó que más de mil autores e intelectuales criticaran esa decisión a través de una carta abierta.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La concejala de Cultura del Ayuntamiento de León, Elena Aguado, resaltó la calidad literaria Shibli y lamentó que se le hurtara el premio en Alemania "por una injerencia política"."Aquí pensamos que el mundo literario debe ser un espacio de libertad y es un deber promover a una autora de esta calidad por eso apoyamos la entrega del Premio Leteo a Adanía Shibli", añadió.Aguado recordó la situación en la franja de Gaza, que ya ha causado 45.000 fallecidos, la mayoría de ellos civiles, y que ha llevado a la escritora palestina a adquirir el carácter de "símbolo" de libertad del pueblo palestino.En este sentido, defendió la literatura como "república de la libertad y de las letras" que debe estar al margen de los intereses políticos.En la misma línea, el director del Festival Palabra, Fernando Saravia, denunció el "genocidio" que se está produciendo en el pueblo palestino, dejando claro que el mismo lo está cometiendo el Ejército de Israel y no su pueblo, con el que recordó que se mantienen importantes lazos de amistad y de encuentros culturales.A la vez que defendió la importancia de la cultura y de los escritores de "ser un poco políticos" y de interesarse, preocuparse y ser críticos con todo lo que pasa en el mundo en el que viven.Asimismo, destacó la gran importancia como escritora que tiene Shibli, "una gran pensadora que mira al mundo de otra manera".Saravia destacó que el Premio Leteo galardona especialmente a aquellos "autores rompedores que abren nuevos caminos en la literatura y tienen un carácter diferencial", como es el caso de la autora palestina, que se suma al gran elenco de escritores.Novelas, teatro, ensayos y cuentosTras estudiar Comunicación y Periodismo en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Shibli obtuvo un doctorado en Estudios Culturales y de Medios por la Universidad del Este de Londres.Cuando completó una beca posdoctoral en Berlín comenzó a trabajar en 2013 a tiempo parcial como profesora en la Universidad Birzeit.Su producción literaria incluye novelas, obras de teatro, cuentos y ensayos narrativos, donde destaca la colección A journey of ideas across: In dialogue with Edward SaidUna de sus grandes obras es un 'Un detalle menor', en la que narra la violación grupal y el asesinato de una joven árabe a manos de los soldados israelíes.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En una rueda de prensa este martes en Barcelona, el escritor consideró que uno de los hechos que han permitido que la situación se haya prolongado en el tiempo es el "énfasis" que se ha puesto en el debate sobre las soluciones, sobre si en esa zona del mundo tendría que haber un estado, dos estados o una confederación."En cambio -dijo- no se ha prestado la suficiente atención al día a día. En el control que se ha ejercido sobre la vida de los palestinos, al hecho de que, en mitad de la noche, aparezca el ejército en tu casa y se lleve a tus hijos porque han lanzado piedras contra el ejército ocupante" o que se pueda arrestar o detener a alguien "indefinidamente, sin que haya juicio"."Esta es la vida real, diaria de los palestinos, y no el debate sobre si uno o dos estados. Mientras hay este debate, los asentamientos judíos no hacen más que expandirse y los palestinos viven cada vez en terrenos más acotados, más militarizados", afirmó.Un grave accidente de autobús cerca de JerusalénSu último libro, reconocido como el mejor del año 2023 por publicaciones como The New Yorker, The Economist o The Financial Times, narra lo que ocurrió a raíz del grave accidente de un autobús escolar con niños palestinos en las afueras de Jerusalén, en febrero de 2012.A partir de esta tragedia y las circunstancias de una de las familias afectadas, la de Abed Salama, padre de Milad Salama, una de las criaturas que iban en el vehículo, Thrall arma una crónica que permite al lector conocer la odisea por la que pasa este hombre para saber lo que ha ocurrido con su hijo, viviendo tras un muro de separación, sin papeles para poder entrar en la ciudad de Jerusalén.A la vez, se adentra en la vida de Cisjordania, sin esconder las particularidades de la población palestina. "Para este proyecto era muy importante mostrar a todo el mundo como personas reales, de carne y hueso (...). Pensaba que si el lector intuía que estaba tergiversando los hechos, que presentaba a los palestinos como si fueran todos unos santos y a los colonos como si fueran todos malos, no convencería a los lectores", indicó.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El periodista judío cree que su historia es más necesaria que nunca porque, si no se toman medidas, ante situaciones que expone en el libro, los ciudadanos israelíes y palestinos están "condenados a que la historia se vaya repitiendo".Teniendo claro que el 7 de octubre de 2023, fecha de los atentados de Hamás en Israel, supone un "antes y un después", Nathan Thrall incidió en que criticar a Israel por "la opresión a los palestinos" no significa ser "antisemita".También reconoció que utiliza de una manera "muy consciente" la palabra 'apartheid' para referirse a lo que ocurre en esos territorios, por lo que "transmite" el término, igual que "genocidio, que cada vez es una palabra que gana más visibilidad".El periodista confesó que con el libro también pretende llegar a gente de la comunidad judía de EE.UU. para que cambien su opinión.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con esta cinta la cineasta visita el Festival de Cine Africano de Tarifa y Tánger (FCAT), que reúne a las dos ciudades, la primera española y la segunda marroquí, a ambas orillas del Mediterráneo."Para mí es muy importante usar los archivos que tengo y seguir filmando. Cada vez que filmo un lugar, una persona, una memoria, no sé cuánto tiempo va a seguir existiendo. Siempre hay un riesgo de desaparición", explica la cineasta en una entrevista."Creo que en el contexto de la historia palestina, que no está reconocida, que no está escrita y que está negada, cada imagen, cada historia es muy importante para capturar y para seguir transmitiendo", afirma.Un tesoro: los vídeos que grabó su padre en su infancia Lina Soualem ya estuvo en el FCAT en 2001, cuando ganó el premio del público con 'Leur Algerie', sobre el exilio de su familia paterna argelina.Y este año representó a Palestina en los Oscar con 'Bye Bye Tiberias', en la que se adentra en la familia de su madre, la actriz palestina Hiam Abbas, que, entre otros papeles, participó en la serie 'Succession' o en películas como 'Gaza mon Amour' o 'Blade Runner 2049'.A pesar de que sus padres son actores y cineastas, ella, nacida en París en 1990, no pensó que el cine fuera lo suyo y se licenció en Historia y Ciencias Políticas en La Sorbonne.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Tras sus estudios, trabajó como programadora en el International Human Rights Festival de Buenos Aires y ahí descubrió el género documental. "Me pareció una forma de contar historias que me permitía combinar mi interés por la historia y las ciencias políticas y las sociedades contemporáneas, especialmente las árabes, a través de un lenguaje que explora la subjetividad, el imaginario", explica.Y además contó con un tesoro, las muchas horas que su padre filmó en su niñez de sus viajes familiares a Argelia y a Deir Hanna, el pueblo de su madre en Galilea, un área bajo el control de Israel en el que hubo un tiempo en que "decir Palestina estaba prohibido por el ejército israelí", cuenta en la película.De niña podía ver esas imágenes "como un 'souvenir'", pero de adulta empezó a sentir que las generaciones de sus abuelos en Palestina y Argelia estaban desapareciendo y que ella tenía la oportunidad de hacer algo para que sus recuerdos íntimos se transformaran en una memoria colectiva.Cuatro generaciones de mujeres palestinas Y así, en 'Bye Bye Tiberias', con esos archivos familiares, imágenes de archivos históricos y otras filmadas por ella en viajes al pueblo de su madre, reconstruyó un relato que "viaja del pasado al presente" e hilvana las historias de su bisabuela, que en 1948, al ser expulsada con su familia de su pueblo en Tiberiades, se instaló en Deir Hanna.También de su abuela y de su madre, que se marchó a París para seguir su sueño de convertirse en actriz. A todas ellas les une, dice en el documental, ser "mujeres que aprendieron a dejarlo todo y empezar de cero".Lina Soualem, la cuarta generación de esas mujeres, terminó su película en el verano de 2023, y en septiembre empezó en el Festival de Venecia su exitoso recorrido por el mundo, desde Estados Unidos a Canadá."La película no está vinculada con la actualidad particular. Sabiendo que esa historia de desplazamiento forzado, de destrucción, de desaparición ha sido real desde 1948, si no antes", indica Soualen, para apuntar que ahora, con esta guerra, la gente se interesa más por Palestina y por "la fuerte deshumanización" que ha padecido este pueblo.Pero ella prefiere no hablar del actual conflicto para proteger a su familia palestina y se enfoca en seguir, con su película, "inmortalizando historias" de generaciones que están desapareciendo; "es una manera de permitirles existir", dice.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El actor francés Philippe Torreton mostró el martes un pequeño lazo amarillo en la solapa de su traje, en la alfombra roja de la muestra. Este símbolo es en apoyo a las 250 personas que fueron secuestradas por los comandos de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel.La actriz francesa Leila Bekhti, que recientemente grabó un mensaje en favor de los niños de Gaza para Unicef, lució el miércoles un pin con los colores de la sandía, uno de los símbolos de la resistencia palestina.En la muestra, el mensaje más fuerte sobre el conflicto lo protagonizó una de las supervivientes del ataque de Hamás, Laura Blajman-Kadar, con un vestido amarillo que incluía retratos de los rehenes israelíes y una banda en la que se podía leer "Bring them home" ("Devuélvanlos a casa").Esta francoisraelí, que sobrevivió a los ataques en el festival de música electrónica Tribe of Nova, ha escrito un libro sobre esta experiencia, "Croire en la vie" ("Creer en la vida").Pero se trata, por el momento, de gestos discretos, en un festival que acostumbra a ser una caja de resonancia de los conflictos internacionales.La situación podría cambiar este viernes, con la proyección de La belle de Gaza, un documental sobre el restringido círculo de mujeres transgénero palestinas refugiadas en Tel Aviv.Pero lo cierto es que el conflicto israelo-palestino, presente en el filme a través de la dureza de las autoridades ante las "clandestinas" venidas de Cisjordania sin permiso de trabajo, no tiene mucho peso en esta obra de Yolande Zauberman.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza estalló tras el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino en el sur del territorio israelí el 7 de octubre, en el que murieron más 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP a partir de datos oficiales.Más de 250 personas fueron secuestradas en el ataque, y 128 siguen cautivas en Gaza, de las que 38 habrían fallecido, según el ejército israelí.En respuesta, Israel lanzó una campaña militar que ha arrasado el enclave palestino, y por ahora han muerto más de 35.300 personas, en gran parte civiles, según el ministerio de Salud de Hamás.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Intento usar el arte para expresar lo que siento y responder cuestiones en torno a la vida, el arte es mi única herramienta para resistir", afirma en una conversación en Madrid, donde pasó un par de días invitada por CIMA, la asociación de mujeres cineastas de España.Con 'The Wall' -su último mediometraje, rodado en 2019, sobre cuatro jóvenes que ruedan una película en un campo de refugiados para enviársela al músico y activista, creador y ex de Pink Floid Roger Waters-, la cineasta ha intentado reflejar "el derecho a soñar que tiene la gente que vive en los campamentos y por qué no -añade-: el derecho a pensar que Roger Waters les va a hacer caso".Hace ya una década que Sidawi trabaja la experiencia de la diáspora palestina en los campamentos y sabe que siendo una refugiada "no es fácil" ejercer su profesión. Y, como mujer, se ha sentido "una luchadora en solitario"."Siempre he estado sola, como activista también -protesta con una mirada llena de fuerza-. Se me ha tachado de antisemita, no es fácil tampoco siendo madre asumir estas cosas", apunta."Aún así -dice- creo que es buena la idea de mandar un mensaje al exterior y lo seguiremos haciendo de la forma que sea".La belleza en la fealdad de los camposSus películas reflejan su necesidad de encontrar la belleza en la fealdad de los campos. "Crear belleza a partir de la vida cotidiana es lo único que puede ayudar a que sus habitantes crean en el futuro, que no es ningún lujo, sino un derecho", considera.Sadawi mostró en Madrid dos de sus trabajos cinematográficos, aunque también se expresa a través de la literatura y de la dramaturgia.Su primer documental, 'Four Wheels Camp' (2016) comienza con los acordes de 'What a Wonderful World' y la voz de Louis Armstrong hablando del 'maravilloso mundo' que habitamos mientras una mujer (Rawda, la madre de Mira, ya fallecida) y ella limpian la lápida familiar: en el campo solo hay derecho a un hueco por familia.En la escena siguiente, Sidawi viaja en su coche convertido casi en hogar, con sus 'cuadros'-una foto dedicada de los Beatles-, su cepillo de dientes y hasta una planta.Atraviesa las calles de Four Wheels Camp, uno de los 12 campos para palestinos que existen en Líbano, y cámara en mano, interroga a la población sobre el lugar en el cual desearían ser enterrados. Sus respuestas siempre llevan al aire, la arena y la luz de Palestina, que la mayoría de ellos no conoce."Hay muchas formas de ser palestino, pero todas son complicadas (...) Si naces refugiado, naces político, aunque no quieras", explica la cineasta.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Ni 'guerra', ni 'conflicto'Rechaza llamar lo que está ocurriendo en Gaza 'guerra' o 'conflicto' y advierte de que esto no comenzó el pasado mes de octubre, con el ataque de Hamás, sino que viene de una larga ocupación."La gente de los campos lo ve con preocupación, pero también con esa rabia de no ver salida por ningún lado. Lo que está pasando da mucho miedo, a mí también", añade.Teme al futuro, "con estas imágenes que se quedan en nuestro subconsciente", como caldo de cultivo para "más rabia y más deseo de venganza". Por eso, afirma, es necesario y urgente transformar esos sentimientos, y considera su obligación "no quedarse llorando en un rincón"."Busco herramientas para resistir, tengo dos niños y no me puedo concentrar enteramente en ellos, ni en mi trabajo, tengo pesadillas. Sé que no es fácil ser palestina, nunca lo ha sido, pero estoy intentando hacerme oír", concluye.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La guerra en Palestina no ha parado, el pasado lunes 6 de mayo Israel bombardeó la ciudad de Rafah destruyendo los refugios de más de mil personas. En medio de la confusión, la palabra nos acerca a esa realidad que entre líneas sigue cobrando vidas. Es abrumador y devastador lo que se está viviendo en estos momentos, a veces nada alcanza, sin embargo, se puede llenar las grietas con poesía.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Los alemanes deberían mirar el día a día de los palestinos, entender con más profundidad cómo es vivir bajo ocupación y lo que el gobierno (israelí) hace", declaró Basel a EFE en un mensaje dirigido a este país europeo, a raíz de la controversia ocasionada a finales de febrero tras el triunfo en la Berlinale del documental "No other land" (No hay otra tierra)."Una vez vean cómo el ejército israelí derriba colegios, destruye casas, corta tuberías de agua, etc. solo para hacer nuestra vida imposible deberían dejar de apoyar a Israel y pedirle que respete el derecho internacional y los llamados internacionales de un fin de la ocupación", añadió.Anoche, ante más de 200 personas -entre ellas periodistas, activistas israelíes y palestinos- el documental se presentó por primera vez en Masafer Yatta, donde fue rodado durante unos cuatro años, mostrando a los presentes la lucha continua de Adra, documentada junto al periodista israelí Yuval Abraham, por el derecho de su aldea a seguir existiendo."Incluso con las críticas que recibí por mi discurso, un soldado israelí no va a entrar en mi casa en medio de la noche. No tendré que dormir con los zapatos puestos (como hace Basel)", dijo a los periodistas el israelí Yuval, quien enfrentó amenazas de muerte y fue acusado de antisemita por decir, en la Berlinale, que él y Basel no tienen los mismos derechos en Israel.Aram murió por defender un generadorIsrael se hizo con el control del territorio palestino de Cisjordania en 1967 y, a día de hoy, más de un 60 % de del territorio palestino está en lo que el gobierno clasifica como “área C”, bajo control militar y civil israelí y con áreas completamente cerradas a la población cisjordana.Masafer Yatta, una comunidad formada por unas 20 aldeas palestinas localizadas al sur de la urbe de Hebrón, fue designada por Israel dentro de este tipo de área y, desde hace 20 años, sufre la expulsión forzosa y progresiva de su población, ya que Israel quiere edificar ahí un campo de entrenamiento militar.En el documental, Basel Adra narra en voz en off dos de sus primeros recuerdos de infancia: el arresto de su padre por soldados israelíes cuando él tenía 5 años y el participar en una manifestación, en contra de la expulsión de su pueblo, a la edad de siete. Dice que entonces ya se dio cuenta que sus padres eran activistas.Uno de los momentos más trágicos del documental, grabado en enero de 2021, muestra a un grupo de vecinos intentando evitar que los soldados israelíes confisquen un generador eléctrico cuando uno de ellos, el palestino Harun Abu Aram, recibe un disparado a bocajarro en el cuello.Aram permanecerá desde ese día, hasta su muerte en febrero de 2023 a los 26 años, parapléjico y viviendo en una cueva sin agua corriente. El Ejército israelí nunca concedió a su familia, después de que su casa fuese derrumbada, un permiso para construir una nueva vivienda donde cuidar de Aram."Aunque estamos muy felices de que esta película haya tenido éxito y se vaya a proyectar en otros festivales en todo el mundo", confesó Basel antes de la proyección colectiva, "es muy difícil para nosotros llevar una vida diaria normal cuando la guerra en Gaza continúa y hay gente muriendo".No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Poesía árabe palestina La poesía árabe palestina es una manifestación artística y cultural rica que ha desempeñado un papel significativo en la historia y la identidad del pueblo palestino. A lo largo de los siglos, ha servido como un medio de expresión para la resistencia, la identidad y la lucha por la libertad en la región de Palestina. A menudo aborda temas relacionados con la tierra, la pérdida, el exilio y la resistencia. La tierra es un motivo central, con muchos poemas expresando amor por Palestina y lamentos por la pérdida de la tierra debido al conflicto y la ocupación.La tradición oral ha sido una parte fundamental de la poesía árabe palestina. Durante siglos, los poetas transmitieron sus composiciones de boca a oreja, preservando la lengua, la cultura y la historia palestina. Dos referentes de la poesía palestina son Mahmoud Darwish (1941-2008). Escribió versos emotivos y apasionados sobre la tierra palestina, la pérdida y la resistencia. Y Samih al-Qasim (1939-2014): otro poeta palestino destacado cuya obra abordó temas de identidad, tierra y resistencia. Poesía judíaLa poesía judía es un género literario que abarca una amplia gama de estilos y temas relacionados con la cultura y la religión judía. A lo largo de la historia, ha florecido en diversas partes del mundo donde las comunidades judías han residido, y ha sido influenciada por una variedad de tradiciones literarias y culturales. A menudo aborda temas religiosos y espirituales, como la fe, la relación con Dios, la ley judía (Halajá), las festividades judías y los textos sagrados como la Torá y el Talmud. La historia judía y la experiencia de la diáspora son temas recurrentes en la poesía judía. Los poemas a menudo reflexionan sobre la persecución, la resistencia y la búsqueda de un hogar en diferentes tierras. Algunos nombres referentes en la poesía judía son Salomón Ibn Gabirol: Ibn Gabirol (1021-1058) fue un filósofo y poeta judío nacido en España. Emma Lazarus, quien escribió, entre otras cosas, "El Nuevo Coloso" en 1883, y este soneto está actualmente grabado en una placa de bronce en una de las paredes de la base de la Estatua de la Libertad. PoemasNacer en ciudades que no han nacidoPor: Abd Al Wahhab Al BayatiTraducción del árabe: María Luisa PrietoNazco en ciudades que no han nacidopero en la noche otoñal de las ciudades árabes,con el corazón roto, muero.En Granada entierro mi amory digo:"No hay más vencedor que el amor".Quemo mi poesía y muero.Y sobre las aceras del destierroresucitopara nacer en ciudades que no han nacidoy morir.Los JudíosPor: Yehuda AmijáiTraducción del hebreo: Claudia Kerik (Esta traducción apareció publicada por primera vez en la revista 'Vuelta' que dirigió Octavio Paz, en el número 173, en abril de 1991, pp. 18-19).Los judíos son como fotografías expuestas en un aparador,todos juntos en distintos tamaños, vivos y muertos,novios y novias, muchachos en su Bar-Mitzvá con bebés.Y hay retratos reconstruidos de viejas fotos amarillentas.Y a veces llegan y rompen la vitrinay queman las fotos. Y entonces son fotografiados nuevamente, reveladosy expuestos una vez más, dolientes y sonrientes.Rembrandt los pintó envueltos con turbantesturcos, en la belleza de su oro opaco.Chagall los pintó flotando en el airey yo los pinto como mi padre y como mi madre.Los judíos son la reserva de un bosque primigeniocuyos árboles se alzan tan apretados que ni los muertospodrían yacer. Se apoyan, parados, sobre los vivosy no se los puede distinguir. Sólo el fuegohabrá de quemarlos más rápido.¿Y qué hay de Dios? Dios ha permanecidocomo el perfume de una hermosa mujer que alguna vez pasósobre sus rostros sin que su cara se viera,dejando su fragancia, aromas diversos,Bendito el Creador de diversas clases de perfumes.Un hombre judío recuerda la Sucá en la casa de su abuelo.Y la Sucá recuerda por élla peregrinación en el desierto, que a su vez recuerdala compasión por la juventud³ y las piedras de las Tablas de la Leyy el oro del becerro de oro⁴ , y el hambre y la sedque recuerdan a Egipto.¿Y qué hay de Dios? Según el contratode divorcio del paraíso y del Templo,Dios ve a sus hijos una vezpor año, en Yom Kipur.Los judíos no son un pueblo históriconi un pueblo arqueológico siquiera, los judíosson un pueblo geológico con grietasy derrumbes y capas y lava ardiente.Su historia debe medirsecon otra escala.Los judíos roídos por el dolor y pulidos por el tormentocomo piedrecillas junto al mar.La ventaja de los judíos reside solamente en su muertecomo la ventaja de las piedrecillas sobre el resto de las piedras:cuando una mano fuerte las arroja,saltan dos o tres vecessobre el agua antes de hundirse.Hace poco me encontré con una bella mujercuyo abuelo me circuncidómucho antes de que ella naciera. Le dije:ni tú me conoces ni yo a ti,pero nosotros somos el pueblo judío,tu difunto abuelo, yo el circunciso, y tú su bella nietade cabellera dorada: somos el pueblo judío.¿Y qué hay de Dios? CantábamosNo hay como nuestro Dios, y ahora cantamos “no hay Dios”,pero cantamos, nosotros todavía cantamos.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.