La gracia y el ingenio de Marcos Mundstock se han convertido en legado desde hoy. Tras un año de graves quebrantos de salud que lo alejaron de shows y teatros, el humorista, locutor, escritor, actor y miembro de Les Luthiers falleció a los 77 años en Buenos Aires.Según el comunicado que publicó el grupo musical "Después de más de un año de lidiar con un problema de salud que se tornó irreversible, Marcos, nuestro compañero y amigo, finalmente partió. De ahora en más, cada uno de nosotros deberá empezar a transitar el doloroso camino de aprender a convivir con su ausencia".Desde 1961, Mundstock convirtió su voz en el medio para dar vida a diferentes personajes, y con ella recorrió más de 16 países y cientos de escenarios. Sin embargo, se presentaba como el "no músico" de Les Luthiers aunque conoció a los demás miembros de la agrupación en clases de coro. Renunció a las clases de piano por falta de paciencia y paralelo a su vida en el teatro, trabajó como locutor de radio, presentador de televisión y redactor publicitario.Su última aparición en la gran pantalla, fue como protagonista de El cuento de las comadrejas, una película dirigida por Juan José Campanella en la que interpretó al frustrado guionista Martín Saravia. Recordamos su voz, agudeza e ingenio con una de las rutinas más famosas de Les Luthiers:
Durante once días, Bogotá fue el escenario de 292 funciones de teatro, danza y circo que hicieron parte de la primera edición del Festival Internacional de las Artes Vivas, FIAV. Tras el espectáculo de clausura 'Muñecas Gigantes y Mobile Homme', de la compañía francesa Transe Express, en la Plaza de Bolívar, el balance del festival es una alta participación de los bogotanos, pues hubo cincuenta mil espectadores en las salas y cerca de un millón en las funciones al aire libre.“Hay un balance positivo; todas nuestras expectativas se cumplieron. Se diluyeron los escepticismos que había alrededor del evento. Muy emocionados con el trabajo de todo el equipo”, señaló Fabio Rubiano, director general del FIAV.Durante el festival, que se llevó a cabo entre el 4 y el 14 de octubre, se realizaron 248 funciones en salas de teatro y 44 en plazas y calles, para lograr esta cantidad de espectáculos participaron 458 artistas distritales; 210 internacionales y 175 del Pacífico, un total de noventa compañías artísticas y 292 funciones.Octavio Arbeláez, director artístico del festival, recalcó que “la primera edición ha colmado las expectativas de todo el ecosistema de las artes escénicas de Colombia y el continente. Ha sido una edición épica en la que se concitaron los esfuerzos de teatristas, circenses, bailarines, músicos y en general de todas las artes visuales para lograr este festival, que tuvo un gran impacto y una presencia emocionante, emotiva y, desde luego, con un sello de perennidad en la memoria de los bogotanos, colombianos y de todos los que nos visitaron”.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Para comprender quiénes fueron los asistentes al FIAV, el Observatorio de Culturas de Bogotá realizó una encuesta según la cual el 17 % de los quienes respondieron eran turistas, mientras que el 83 % afirmó residir en la capital. Además, los grupos y artistas que se exhibieron durante el FIAV Bogotá fueron la principal razón para que los espectadores asistieran a los eventos programados, como lo aseveró el 30 % de los encuestados. A su vez, el 24 % se animó a participar debido a su gusto por este tipo de festivales.“Durante estos 10 días, Bogotá ha vuelto a vivir una fiesta y una celebración en torno al teatro y a las artes vivas. Como lo hemos dicho varias de las personas que hemos contribuido para que este festival vuelva a enaltecer a Bogotá, en una alianza entre la Presidencia de la República, el Ministerio de la Cultura, la Alcaldía de Bogotá, la Secretaría de Cultura y Turismo de la ciudad, la Cámara de Comercio y aliados privados que han querido que el teatro regrese a la ciudad”, afirmó Juan David Correa, Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes.También, agregó que “esta es una idea de regresar a aquellos momentos en donde, alrededor del teatro, de la vida, cada Semana Santa, nos reuníamos los bogotanos y los colombianos cada dos años para celebrar, gracias a la encomiable tarea de Fanny Mikey”.Además de las funciones teatrales, este festival ofreció el Mercado FIAV, un espacio de intercambio cultural y artístico en el que participaron 32 delegados nacionales de ocho ciudades, 52 programadores de 16 países, y 69 agrupaciones colombianas de 15 ciudades y municipios de Colombia.Entre los anuncios que acompañaron el cierre del FIAV, están los nombres de las regiones invitadas que estarán en la próxima edición de este festival, que se realizará cada dos años. Esta versión contó con un invitado internacional, el Estado de Río de Janeiro y uno nacional, que fue el Pacífico colombiano.Para la Semana Santa de 2026, en la segunda edición del FIAV, entre la última semana de marzo y la primera de abril, la Comunidad de Madrid será la región internacional invitada de honor y el Caribe será la región nacional invitada de honor. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por FIAV Bogotá (@fiavbogota)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase «Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos». Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de la vida del escritor. Ella fue quien lo acompañó en su tránsito postrero, que acaeció en Ginebra, la ciudad donde el escritor pasó su infancia y donde deseaba ser enterrado. Un crítico escribió en su libro que esa breve frase grabada en su lápida representaba «el filo acerado». Sostenía que esa imagen era la llave que permitía el acceso a la obra de Borges, que esa espada separaba la literatura realista anterior de la escritura borgiana. A mí, en cambio, me sonó más a una confesión personal y callada. La breve frase es la cita de un antiguo poema épico nórdico. La primera y asimismo última vez que un hombre y una mujer pasaron juntos la noche, una espada colocada sobre el lecho separó a ambos hasta la madrugada. ¿Qué otra cosa pudo ser ese «filo acerado», sino la ceguera que aquejó a Borges en sus últimos años y lo aisló del mundo? Aunque he estado alguna vez en Suiza, nunca he ido a Ginebra, pues no me apetecía visitar la tumba de Borges para verla con mis propios ojos. En su lugar, recorrí la biblioteca de la abadía de San Galo, que de seguro habría provocado en el escritor argentino una fascinación sin límites si la hubiera conocido. Hasta me parece sentir en este momento la aspereza de las zapatillas de fieltro que nos hicieron calzar para proteger el suelo de madera de mil años de antigüedad. Luego tomé un barco en el embarcadero de Lucerna, que navegó por el lago hasta el atardecer bordeando la costa de los valles alpinos cubiertos de nieve. No tomé fotos en ningún sitio. Los paisajes quedaron impresos en mis retinas. La cámara no puede registrar los sonidos, olores y texturas, pero estos se grabaron con todos sus pormenores en mis oídos, nariz, cara y manos. En aquel entonces, la espada no me separaba todavía del mundo, así que me bastó con eso.2 MUTISMOElla junta las manos cerca del pecho y, arrugando la frente, mira hacia la pizarra negra. —Lea, por favor —dice el profesor, que lleva unos lentes gruesos de montura plateada, esbozando una ligera sonrisa. Ella entreabre la boca, se moja el labio inferior con la punta de la lengua, retuerce las manos en silencio y con rapidez. Abre los labios y los cierra. Contiene la respiración y luego inhala una bocanada de aire. Con aire paciente, el profesor retrocede un paso hacia la pizarra y repite: —Lea. Los párpados le tiemblan como los rápidos aleteos de un insecto. Cierra con fuerza los ojos y los abre, como si deseara ser transportada a otro sitio en ese breve instante. Él se cala los lentes con los dedos manchados de tiza y la anima: —Vamos, hable. Ella lleva un suéter de cuello alto y pantalones negros. La chaqueta colgada en la silla también es negra, y lo mismo el bolso grande de tela y la bufanda de lana que guarda dentro. Sobre esas ropas propias de un velorio, se alza su cara enjuta, alargada y áspera como moldeada con arcilla.No es joven ni especialmente atractiva. Su mirada denota inteligencia, pero no es muy perceptible por el temblor espasmódico en el párpado que la aqueja. Los hombros y la espalda están ligeramente encorvados, como si quisiera refugiarse en sus ropas negras para huir del mundo, y tiene las uñas cortadas muy al ras. En la muñeca de la mano izquierda lleva un coletero de terciopelo morado oscuro, la única nota de color en ella. —Leamos todos juntos. Como no puede seguir esperándola indefinidamente, el profesor pasea la mirada por el estudiante universitario de cara aniñada sentado en la misma fila que ella, por el hombre maduro tapado a medias por la columna, y por el joven corpulento y algo encorvado que está junto a la ventana. —Emos, heméteros; mi, nuestro —leen los tres alumnos en voz baja con timidez—. Sos, huméteros; tu, vuestro. El profesor aparenta unos treinta y cinco años.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.De complexión más bien pequeña, tiene las cejas y el surco de debajo de la nariz bien definidos. Su boca dibuja una sonrisa leve, como reprimiendo sus emociones. Lleva puesta una americana de pana marrón con coderas de piel en un tono más claro, cuyas mangas, ligeramente cortas, dejan ver sus muñecas. Ella le mira la pálida y fina cicatriz curva que se extiende desde su ojo izquierdo hasta la comisura de la boca. Cuando se la descubrió al comienzo del curso, pensó que parecía un mapa antiguo que marcaba el camino por donde habían fluido las lágrimas. El profesor observa a través de sus gruesos lentes verdosos la boca que ella mantiene cerrada con firmeza. Se desvanece la sonrisa de sus labios y aparta la vista. Con expresión rígida, se pone a escribir una oración en griego en la pizarra. Antes de terminar de poner los acentos, la tiza se rompe en dos y cae al suelo.*A finales de la primavera del año anterior, ella también se apoyaba en una pizarra con los dedos manchados de tiza como él. Cuando pasó un minuto o más sin que pronunciara la siguiente palabra, los estudiantes empezaron a murmurar. Con los ojos muy abiertos, ella tenía la vista fija en un punto del vacío que no era la clase ni el techo ni la ventana. —¿Se siente bien, profesora? —le preguntó una chica de pelo rizado y ojos dulces que estaba sentada en primera fila. Ella intentó sonreír, pero le tembló el párpado. Apretando con fuerza los labios temblorosos, murmuró desde algún lugar más profundo que la lengua y la garganta: «Ya está aquí de nuevo». Los cuarenta y tantos estudiantes se miraron unos a otros y empezaron a cuchichear de un pupitre a otro: «¿Qué le pasa? ¿Qué tiene?». Lo único que podía hacer ella era marcharse del aula con la mayor calma posible, y eso fue lo que hizo. En el instante en que salió al pasillo, como si alguien hubiera encendido los altavoces, los murmullos apagados se amplificaron en un clamor atronador que se tragó el sonido de sus pasos sobre el pasillo de baldosas. Después de graduarse, había trabajado durante algo más de seis años en una editorial y en una agencia de publicaciones. Desde hacía siete años se dedicaba a dar clases de literatura en dos universidades y en un instituto de artes. Además, escribía poesía y había publicado tres antologías a intervalos de tres o cuatro años; también contribuía con una columna en una revista literaria quincenal; y últimamente asistía los miércoles por la tarde, en calidad de miembro fundador, a las reuniones de planificación de una revista cultural que todavía no tenía nombre. Sin embargo, como aquello le había vuelto de nuevo, tuvo que interrumpir todas sus actividades. Aquello no tenía causa alguna ni tampoco mostraba síntomas precursores. Claro que algo tendría que ver que su madre hubiera fallecido hacía seis meses, que ella se hubiera divorciado, que hubiera perdido la custodia de su hijo de ocho años después de tres juicios y que el niño estuviera viviendo con su padre desde hacía cinco meses.El psicoterapeuta de pelo canoso al que iba a ver semanalmente por el insomnio que sufría desde que había tenido que enviar a su hijo con su exmarido pensaba que ella se negaba a reconocer las causas más que evidentes de su problema. «No es eso —escribió ella en el cuaderno que estaba sobre la mesa—. No es tan simple». Aquella fue su última sesión. La psicoterapia a través de la escritura consumía demasiado tiempo y daba lugar a malentendidos. El profesional se ofreció a recomendarle a un colega especializado en problemas de lenguaje, pero ella lo rechazó cortésmente. Más que nada, no estaba en condiciones económicas de permitirse un tratamiento tan caro.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Durante 25 años, Juliana Rojas ha construido una trayectoria cinematográfica que la ha consolidado como una figura clave del cine latinoamericano. Su obra fusiona elementos del cine fantástico, el drama doméstico y el terror, creando personajes míticos que ofrecen una reinterpretación audaz de nuestro presente. A través de su mirada crítica, aborda temas como la maternidad, la vida familiar y el entorno laboral, en un cine que desafía la lógica para dejar aflorar impulsos subterráneos representados por fluidos, latidos y pasiones.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Esta retrospectiva abarca desde sus primeros cortometrajes como estudiante en la Universidad de São Paulo hasta su más reciente película, estrenada en 2024. En su cine, la mujer ocupa el centro de las narrativas, y se exploran nuevas formas de experimentar la fantasía, invitando al espectador a sumergirse en un universo donde el cine se transforma. Con especializaciones en edición, guion y sonido, Rojas ha trabajado tanto en solitario como en colaboración con Marco Dutra, y sus obras han sido seleccionadas en festivales internacionales de renombre. La retrospectiva presenta un recorrido por su carrera a través de largometrajes y cortometrajes, proyectados en la Cinemateca de Bogotá y en las salas locales de El Tunal y Fontanar del Río.La muestra, organizada con el apoyo de la Embajada de Brasil en Bogotá y el Instituto Guimaraes Rosa, está curada por Luis Felipe Raguá y Valentina Giraldo Sánchez, y se compone de cinco programas. El primero incluye su película más reciente, Cidade; Campo (2024), mientras que el segundo presenta Los buenos modales (As Boas Maneiras, 2017). El tercer programa reúne Para yo dormir tranquilo (2011) y Sinfonía de la necrópolis (2014), el cuarto incluye Nacimos hoy, cuando el cielo estaba cargado de hierro y veneno (2013) y Trabajar cansa (2011), y el quinto es una selección de cortometrajes titulada Un pálpito bajo la tierra, con títulos como Vestida (2008), Un ramo (2007), Las sombras (2009), El paso del cometa (2017) y La doble (2012).La retrospectiva se inaugurará oficialmente el 18 de octubre a las 8 p.m. en la Sala Capital de la Cinemateca de Bogotá, con la proyección de Cidade; Campo (2024), que fue parte de la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián 2024 y recibió el premio a Mejor Dirección en la sección Encounters del Festival Internacional de Cine de Berlín este mismo año. Esta función será de entrada libre y contará con la presencia de la directora. Además, Juliana Rojas participará en sesiones de preguntas y respuestas en algunas proyecciones tanto en la Cinemateca de Bogotá como en las salas de El Tunal y Fontanar del Río.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Falta menos de un mes para que la capital se convierta en el escenario principal del festival gratuito más grande de la región. Serán tres días de música, mucho rock, metal y nuevas propuestas musicales que se concentrarán en el Parque Metropolitano Simón Bolívar de Bogotá bajo el concepto de “Subculturas en armonía: una lectura desde la ciudad”.Organizado por el Instituto Distrital de las Artes, Idartes, Rock al parque es el festival gratuito de la ciudad con más trayectoria y este año llega a su edición número 28, después de un altísimo registro de asistencia en el 2023. De acuerdo con Idartes, al Rock al parque del año pasado asistieron alrededor de 390 mil personas que durante tres días vivieron el rock en tres escenarios, en los que se presentaron 65 bandas y 600 artistas en escena.En mayo, cuando se anunciaron las fechas de todos los festivales Al parque, Mora explicó a Idartes que “el festival estará bajo una apuesta artística que se concentrará en una amplia selección de sonidos muy rockeros, potentes y de diversos estilos dentro de todo el universo de la música rock. Contaremos con agrupaciones de amplia trayectoria, así como propuestas vigentes y representantes de diferentes lugares de Colombia, Latinoamérica y el resto del mundo”.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Artistas Rock al parque 2024En agosto se dieron a conocer los primeros nombres de cantantes y bandas que se presentarán, cuando Idartes, publicó en la Resolución 878 del 23 de agosto a los ganadores de la convocatoria “Beca festival Rock al parque 2024 Bogotá, ciudad creativa de la música”, en la que aparecen los veinte proyectos ganadores.En la lista se destacan agrupaciones reconocidas en la escena indie y rock como Nicolás y los fumadores, Burning Caravan, Gabriela Ponce y Hellfish. El listado lo completan: Stayway, La monky band, Micorriza soundsystem, Boca de serpiente, Highway, Victimized, Legio Inferi, Delasierra, Loathsome Faith y Telégrafo.Pero los nuevos anuncios llegaron ese martes con el cartel de los artistas nacionales e internacionales invitados a vibrar a ritmo de rock durante tres días en el Simón Bolívar. Entre los artistas más destacados del festival, están, desde España, Los Toreros Muertos, autores entre otras del clásico Mi agüita amarilla; Testament, de Estados Unidos; la argentina Fabiana Cantillo y por México, la banda de rock y ska, Inspector. La lista de internacionales la completan Afsky (Dinamarca), Arde la sangre, Eruca Sativa, Fidel Nadal y Todos tus muertos (Argentina), Buitres (Uruguay), Doro, Haggard, Mad Sin (Alemania), La santísima voladora, Margaritas podridas, Ray Coyote y S7N (México), León Benavente y Ostia Puta (España), Quique Neira (Chile), Sacred reich (Estados Unidos), Stuck in the sound (Francia) y The selecter (Inglaterra).El talento colombiano, además de los artistas locales ganadores de la beca Rock al parque, estará representado por Doctor Krápula, Entreco, Kraken y Lilith. Además, este 15 de octubre los organizadores del festival dieron a conocer la imagen oficial de Rock al parque 2024 a través de sus redes sociales. Se trata de una guitarra de colores neón compuesta por animales de la fauna colombiana como el cóndor de los Andes, del que cuelga un símbolo de paz, un jaguar, dos peces, y dos osos de anteojos. El arte de esta pieza estuvo a cargo del ilustrado Cris Contreras, quien también ha diseñó la imagen oficial de la más reciente edición de Salsa al parque. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Rock al Parque Oficial (@rockalparqueoficial)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
“Hay países que tienen puntos de quiebre (…) y en estos sale lo peor de una sociedad. Y México está ahorita en uno de ellos. En ese punto en el que hay contradicciones que terminan empujando a la superficie y que generan violencia”, explica Arriaga en una entrevista por la presentación de su nueva película A cielo abierto (2024), que se estrena el 17 de octubre.La cinta, codirigida por sus hijos, Mariana y Santiago, sigue la historia de dos adolescentes que pretenden vengar la muerte de su padre en un accidente de tráfico al norte de México, lo que les aventura a embarcarse en una peligrosa búsqueda del culpable ante la falta de respuestas y la no superación del duelo.Según Santiago, estos relatos surgen “desde adentro” y muchos vienen de lugares “que conoces y que te han marcado a lo largo de la vida”.En el caso del guionista mexicano nominado al Óscar y reconocido por películas como Amores Perros (2000) o Babel (2006), su infancia no fue sencilla, con varias experiencias que definieron su trayectoria creativa, como cuando con diez años un hombre “casi lo mata” a golpes.“Cuando tenía diez años un tipo me agarró a batazos, yo nunca supe por qué lo hizo. Durante muchos años tuve la fantasía de vengarme y de decirle, ten un bate y nos vamos a agarrar a batazos. Era una fantasía recurrente, pero me estaba pesando. No podía seguir preso de esta rabia y me di cuenta de que la venganza no es el camino”, relata Arriaga.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El duelo y la venganza como protagonistas El ganador del premio Alfaguara 2020 por su libro Salvar el fuego, también coloca a la venganza como “un sentimiento natural en el ser humano”, y que es de los principales causantes de los conflictos bélicos.“Vemos ahora cómo en los conflictos armados mundiales de países que llevan 3.000 años peleándose por venganza lo único que ha sucedido es que esta ha creado una espiral de violencia. La venganza no termina por suceder”, sostiene.Además, también recuerda que esta “barbarie” no solo aparece en México o en el conflicto palestino-israelí, sino que países como Alemania “mataron hace 80 años a veintitantos millones de personas” y que en España “todas las masacres y tumbas no se acabaron con la guerra civil”.Santiago, debutante en la dirección junto a su hermana, enfatizó sobre la exploración del duelo a través de cada uno de los personajes porque “no se experimenta de la misma manera en todos y hay muchos duelos distintos en México”.Su progenitor concuerda con él en sus conclusiones al buscar la raíz del duelo y añade que en la pérdida de un ser querido pueden pasar “20, 30, 40 o 50 años y seguimos sin superarlo, al igual que hay países que llevan décadas sin resolver sus conflictos y siguen peleándose”.Tras la vuelta al éxito del novelista después de la publicación de El Salvaje, casi 20 años más tarde de su anterior libro, Arriaga confiesa que su próxima obra no se parecerá a estas últimas.“Uno cree que tiene control sobre las historias, pero la verdad es que uno es prisionero y esclavo de las historias. Las historias te exigen ser contadas, y tengo muchas historias. Pero hay una que dice, o me cuentas o te ahorco. Y por eso estoy contando esta”, concluyó.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.