La palabra les pertenece a ellos en este día: a los pocos sobrevivientes del antiguo campo de concentración y exterminio de la Alemania nazi en Auschwitz-Birkenau, aún vivos. Cincuenta y seis de ellos viajaron para participar en la ceremonia de homenaje y conmemoración, volviendo al lugar del horror.
El 27 de enero de 1945 , el Ejército Rojo liberó el campo de concentración nazi de Auschwitz en lo que hoy es Polonia, entonces territorio ocupado por la Alemania nazi . Ese día, solo poco más de 7.000 personas permanecían en el lugar, exhaustas por el encarcelamiento y las torturas.
Entre 1940 y 1945, el régimen alemán nazi asesinó a más de un millón de personas en Auschwitz y en las mortales instalaciones exteriores del complejo. La mayoría de las víctimas eran judíos. Pero también fueron víctimas del régimen asesino los sinti y los romaníes, los presos políticos, los homosexuales y otros prisioneros de Polonia y otros países.
Auschwitz se convirtió en el epítome del Holocausto , en su "capital", como lo expresa el historiador Peter Hayes. Una central de la maquinaria industrial nazi de asesinatos sistemáticos masivos, cuyas dimensiones totales no se hicieron verdaderamente tangibles sino hasta décadas después. Si es que alguna vez se las podrá comprender del todo.
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Ochenta años más tarde, los sobrevivientes, los representantes de Estado y los invitados de honor han llegado al ex campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau para reunirse en la ceremonia conmemorativa. De Alemania, están presentes el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, y el canciller, Olaf Scholz.
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Sin discursos de políticos
A diferencia de aniversarios pasados, esta vez no hay discursos de políticos, a pesar de que viajaron cerca de 60 delegaciones. "No toleramos el olvido, ni hoy ni mañana” , escribió el canciller Scholz en sus redes sociales.
Sin embargo, los discursos en la ceremonia conmemorativa tuvieron un tinte político. El ataque terrorista perpetrado por Hamás contra Israel, el 7 de octubre de 2023, fue un tema recurrente. Los estudiantes judíos están siendo excluidos en todo el mundo, afirmó el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald S. Lauder. Como único Estado judío, se quejó Lauder, ahora Israel está en la picota.
Pero sobre todo hablaron cuatro de los sobrevivientes del Holocausto esta tarde: Marian Turski, Janina Iwańska, Tova Friedman y Leon Weintraub. "Siempre pensé que el 27 de enero era mi cumpleaños. Muchos amigos no saben en absoluto que ese día, en realidad, no es mi cumpleaños", dijo Tova Friedman al comienzo de su discurso.
Un "tsunami de antisemitismo"
Marian Turski saludó a los sobrevivientes en el público y recordó a todos lo que no pudieron estar presentes: "Nuestros pensamientos están con todas aquellas personas, los millones que nunca podrán contarnos lo que sintieron porque fueron devorados por la destrucción masiva".
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En la tarde de este 27 de enero, los sobrevivientes tematizaron sus propias experiencias y establecieron una conexión con el presente. El mundo está experimentando actualmente un "tsunami de antisemitismo". "¡Paren esto!", exigió Turski, y pidió un minuto de silencio.
Ya no hay tantos sobrevivientes. Pero sus experiencias son las que mantienen viva la memoria de los crímenes de la Alemania nazi. En los días previos a la ceremonia, hubo reuniones en Cracovia y Oświęcim. En Cracovia, el Museo Judío de Galicia recibió a invitados a la conversación con Lidia Maksymowicz. Ella llegó a Auschwitz cuando tenía tres años y fue víctima del famoso médico de las SS, Josef Mengele. Los torturó con soluciones salinas para experimentos médicos.
Luego de la guerra, Lidia Maksymowicz fue separada de su madre y adoptada. Tuvo que volver a aprender todo de nuevo, cuenta. Se sentía "como un animal salvaje que solo tenía instintos de supervivencia".
Nacida en el "infierno" de Auschwitz-Birkenau
Entre los últimos testigos vivos de esa cruenta época está también Stefania Wernik. No se acuerda de Auschwitz, ya que cuando ese campo de concentración fue liberado solo tenía pocos meses. Pero nació en "el infierno", dice, en Auschwitz, en noviembre de 1944. Su madre polaca fue sorprendida en abril de 1944 haciendo contrabando y fue llevada a Auschwitz.
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Estaba embarazada de dos meses de Stefania. Lo mantuvo en secreto durante mucho tiempo. Cuando se hizo evidente su embarazo, se le permitió dar a luz en las circunstancias más difíciles. Stefania Wernik pesó sólo dos kilogramos al nacer.
Todo eso relata Stefania un día antes de la ceremonia conmemorativa en el Centro Internacional de Reuniones de Oświęcim, el lugar que pasó a llamarse Auschwitz en 1940 y que se encuentra justo delante de las puertas del campo de concentración y exterminio.
El salón de reuniones estaba lleno. Asistieron alrededor de 80 jóvenes de entre 17 y 25 años, la mayoría de Alemania, pero también algunos de Francia y Polonia. Los jóvenes escuchaban atentamente las palabras de Wernik. Los oyentes llevan máscaras porque Wernik se encuentra mal de salud. Participaron jóvenes del Bundestag alemán. En la víspera, los jóvenes habían visitado el monumento conmemorativo de Auschwitz-Birkenau.
Víctima de Josef Mengele: "Simplemente, no puedo sonreír"
Los jóvenes escucharon en silencio las historias que contó Wernik. Después de sus últimas palabras, todos se levantaron y aplaudieron, algunos tenían lágrimas en los ojos. "Lo que tomé con la leche materna, en mi alma, lo llevaré conmigo para siempre", dice Wernik en polaco, traducida por un intérprete. "Simplemente, no puedo sonreír".
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Hasta el día de hoy sigue enferma y agotada. El famoso médico del campo de las SS, Josef Mengele, probablemente le inyectó algo cuando era un bebé. Todavía sufre a menudo de eczemas y erupciones cutáneas. Wernik deja de hablar al relatar esto; tiene que recomponerse por un momento.
Los jóvenes tienen muchas preguntas por hacer. ¿Qué le dio esperanza después de esa vivencia traumática? Wernik responde pacientemente, no quiere dejar preguntas sin contestar. Sus respuestas son amables y tristes al mismo tiempo.
Para Peter Cellestino Kraus, de 21 años, este fue un encuentro que seguirá haciendo eco por mucho tiempo. "Lo que se intentó con el Holocausto es deshumanizar a las personas y transformarlas en un número", dice. "Y debemos volver a humanizarlas, darles un rostro a esas personas, para poder entender que hubo millones de seres humanos que soñaban con un mañana y nunca pudieron vivirlo".
Sobreviviente Stefania Wernik: "Nunca más el fascismo"
También los sobrevivientes del Holocausto recuerdan una y otra vez a esas personas al hablar durante el homenaje: "Nacimos en un vacío moral", dice Tova Friedmann. Millones no lo sobrevivieron. "Pero nosotros también estamos hoy aquí para anunciar y prometer que nunca permitiremos que la historia se repita".
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Stefania Wernik se encuentra entre el público en la ceremonia conmemorativa de este lunes. El día anterior, al final del encuentro con los jóvenes, se dirigió directamente a los participantes. Había escrito sus palabras: "Nunca más la guerra, nunca más el fascismo. Hay que permanecer alerta", advirtió Wernik a los jóvenes, desdoblando un papel, "para que algo así nunca vuelva a suceder. Yo escribí esto. Nacida en el infierno, en Auschwitz-Birkenau". Un reportaje de Lisa Hänel.
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