Juguemos, intenten cerrar los ojos y pensar en la palabra “humano” ¿Qué se les vino a la cabeza? Bueno, voy a intentar usar mis habilidades de adivinadora para contarles en lo que pensaron, se imaginaron seguramente, un hombre cis, blanco y probablemente masculinizado, no es culpa de ustedes y esto no los hace unos cavernícolas, los hace consumidores.
Es tan sencillo como que no lo que no ves, no existe, no podemos imaginar lo que no conocemos, nuestros imaginarios y nuestras cabezas están diseñadas por el contenido que consumimos, las películas, los libros, el arte o las redes sociales, todo eso con lo que llenas tu cabeza o la distraes crea lo que piensas del mundo.
Si continuamente consumes contenido sobre animales, como programas o esos videos tiernos que tanto te gusta ver en Tik Tok, probablemente te conviertan en una persona que es mucho más sensible a las necesidades de su mascota, tendrás más empatía hacia todos los animales y por ende tu mundo estará cambiando, ahora ese perro callejero de la esquina será evidente para ti.
Lo mismo ocurre con todas las categorías sociales,” Disclosure, ser trans más allá de la pantalla” el documental de Sam Fender para Netflix explica precisamente eso, como las representaciones sobre las personas transgénero en los audiovisuales han moldeado lo que pensamos, imaginamos o sentimos respecto a esta comunidad.
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La influencia no es menor, este rol común y poco creativo de los creadores de mostrar a las mujeres transgénero solo como trabajadoras sexuales es reduccionista y por supuesto cargado de misoginia e ignorancia, pero claro que hay mujeres trans que se dedican esta actividad y sus historias son sumamente importantes pero no pueden ser las únicas que se cuenten, así como no todas las historias que se cuentan sobre mujeres cis son de por ejemplo doctoras, porque si no todos pensaríamos que todas las mujeres cis tienen un poderoso deseo de ser doctoras.
De los hombres transgénero ni hablar, porque las representaciones que tiene en pantallas son muy pocas y son desviadas, se les ve aun como una mujer performando como hombre, se les suele asociar más con las lesbianas que con la comunidad transgénero, lamentable. Que los creadores no sean lo suficientemente sensibles al mundo que los rodea como para que sus historias de verdad representen el mundo en el vivimos, es culpa de la misma industria que tanto les apasiona.
Disclosure de la mano de personalidades como Laverne Cox que entre otras cosas fue la primer mujer transgénero en salir en la portada de Time, lleva el hilo narrativo del documental contándonos desde las representaciones más negativas y a las más positivas y como la apertura paulatina del mercado audiovisual ha dado paso a series como Pose, Transcendent o personajes como Nomi Marks en Sense 8.
Es un documental que nos invita a pensar en lo que consumimos y como eso modela nuestros puntos de vista, el como vemos la vida, e invita a los creadores a atreverse hacer historias con empatía y sensibilidad, pero sobre todo a las personas trans que se interesan en lo audiovisual a contar y actuar sus propias historias, porque solo elles podrán contarnos que se sienten habitar en sus pieles porque de hecho lo hacen.
Al consumidor también le queda exigir que se retrate el mundo que nos rodea, en la ficción donde existen personas afro, transgénero, homosexuales, asexuales, indígenas; diversidad de vidas y opiniones que merecen llegar a la pantalla, porque cuando lo veamos allí, todos los días, el mundo será un lugar más amable y abierto, porque recordara siempre que existimos.