El pasado 23 de septiembre la prensa española anunció que Altafonte España había enviado cancelación de contratos a artistas que no sobrepasan las cien mil reproducciones en la plataforma Spotify, esto sorprendió a los artistas y por ende a las redes sociales. Conversamos con el managing director de Altafonte Latinoamérica Centro para que nos contara al respecto, además de hablar de la industria musical en este momento, las cifras en plataformas de audio y el apoyo a artistas locales.
¿Cómo funciona la distribución musical en Altafonte Centro? ¿Cuál es el proceso para distribuir los proyectos de los artistas locales?
Lo primero que tengo que decir es que no existe un número mínimo de reproducciones o de seguidores que sea el indicador clave para poder trabajar y hacer la distribución digital con Altafonte en cualquier parte del mundo, lo que sí tiene que haber es un proyecto diseñado que sea nuevo, en estado de desarrollo o en un estado de legado, que esté bien estructurado y que se sepa cuáles son los objetivos que se pueden alcanzar.
No depende de una cifra concreta, tenemos muchas experiencias en muchos países trabajando años con artistas que tuvieron su primer lanzamiento con nosotros y hoy, han crecido mucho por un trabajo en equipo, una comunicación y planificación que permitió identificar y obtener objetivos.
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La compañía no es partidaria de ese mecanismo de medición porque independientemente de la plataforma puede ser Spotify, Deezer, Apple music, YouTube, ese es solamente un indicador de muchos. Tú puedes analizar en un proyecto musical para saber si es que tiene la fortaleza para alcanzar algunos objetivos y además para mantenerse en la cresta de la ola y hay muchos proyectos musicales que no están diseñados con esos cimientos, entonces las cifras de los followers y los oyentes es apenas uno de los aspectos que hay que evaluar.
Desde Altafonte Latinoamérica Centro, ¿cómo ven el tema de las cifras en la industria musical y la impresión de medir a los artistas por números?
El manejo de información es algo que se debe hacer con mucha responsabilidad, honestamente no creo que sea profesional ni responsable reducir toda la visión y el análisis a una sola plataforma y a un solo género o tipo de música y a un solo estilo de consumir la música, creo que no es profesional, le falta perspectiva a ello y no es responsable.
Yo diría que incluso los que analizan la industria de esa manera están cayendo en un sesgo cuántico cualitativo y podrían estar lamentablemente influyendo en muchísimas personas. Tenemos que buscar un equilibrio entre los réditos, los ingresos y la alta reputación o el valor cultural que se le da a un proyecto y que justifique todo el trabajo hecho.
¿Cómo es el apoyo y la distribución de los artistas locales e independientes con los que trabaja Altafonte Latinoamérica Centro?
Nos va muy bien trabajando y ocupando nuestro tiempo en proyectos con muchos cantautores independientes y no te hablo solo de la religión Latinoamérica Centro, por ejemplo, en cuánto tiempo de trabajo le dedicamos con mucho gusto a artistas ecuatorianas como Ceci Juno o Paola Navarrete que crecen como espuma, les va tremendamente bien, están desarrollando audiencias en otros territorios, algunas plataformas de streaming las adoran. Pero también trabajamos con cantautores independientes como Álex Eugenio en Ecuador que también es tremendo.
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Camilo, cuéntenos acerca de la decisión que tomó Altafonte España con respecto a los contratos de algunos artistas.
Lo primero que quisiera hacer e invitar a todo el mundo es a que revise muy bien las fuentes a partir de las cuales uno se informa, porque las fuentes que hicieron la divulgación de lo que ocurrió en España cometieron imprecisiones severas, nosotros podríamos haber tomado acciones, pero sabemos que puede ocurrir, no podemos controlar toda la realidad. Lo que ocurrió, y que puede ocurrir en cualquier otra latitud de la compañía, es que se hizo un estudio bastante minucioso para entender en qué proyectos musicales se ha trabajado durante un tiempo y que lamentablemente estaban generando pérdidas económicas.
Hay proyectos hermosos con una trascendencia cultural, con un empuje y con una organización que realmente hacen que sigamos intentándolo y sigamos tratando de construir un futuro juntos, pero hay proyectos donde se intentó muchas veces, se necesitaba una cantidad de horas de trabajo que nosotros no podíamos otorgar con el pequeño margen que nos corresponde en el acuerdo nuestros contratos, que todos han firmado conscientemente.
Entonces hicimos un trabajo donde se evaluó con mucha medición qué proyectos podíamos seguir tratando de desarrollar entendiendo que algunos se van a concretar en el largo plazo y otros lamentablemente no. Además, les dimos el tiempo suficiente para que puedan identificar cómo migrar sus contenidos e inclusive generando información clave para que sepan cómo migrar sus contenidos.
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Espero que si sucede de nuevo lo hagamos, inclusive, con más anticipación y con más palabras para hacerlo más didáctico para que todos entiendan cuánto tiempo tienen para migrar sus contenidos, cómo hacerlo con calma y de alguna forma también poner en valor nuestro trabajo, sé que es difícil, pero el trabajo que hacemos cuando las partes están de acuerdo en un reparto de los beneficios y una vez más no sólo económicos.
Pudimos haber tomado acciones contra los medios que informaron informaron y desinformaron en el mismo texto,, pero eso solamente hubiera generado más vibraciones negativas alrededor de todo el suceso, así que preferimos, simplemente, tomarlo con más perspectiva.
¿La industria piensa en todos los eslabones de la cadena de la música, o sea el compositor, el que graba, el que interpreta, etc?
Para nosotros es importantísimo empoderar a cada eslabón de la cadena de producción de la música, que sean conscientes y que estén debidamente informados sobre cómo deben proteger y velar porque no se trastoque su propiedad intelectual, entonces lo que hacemos en la compañía es un trabajo diario constante de educación y reeducación a cuantas personas se nos ponga enfrente.
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Hacemos lo imposible porque accedan a esos recursos de información, creemos que es fundamental que se reconozca ese valor en justa medida en la cadena de producción de un fonograma, cada actor debe ser un derechohabiente muy bien informado de los derechos que tiene y por los que tiene que velar para que finalmente perciba lo que se merece.
¿Qué se espera en el futuro de la industria musical con algo como la inteligencia artificial?
Por un lado, hay que verlo con muchísima perspectiva y aunque sea duro decirlo tenemos que aprender de las lecciones del pasado. ¿Cuántos años pasaron desde que generó la misma sorpresa en los 90 que había páginas web donde podías descargar música? y cuánto tiempo se demoró la industria en poder frenarlo, más de 10 años, que las lecciones del pasado nos permitan atender mejor los riesgos del presente. Lo que ocurre con la inteligencia artificial es algo muy delicado donde aún no se han desarrollado los avances tecnológicos para poder identificarlo y contenerlo así que lamentablemente en cuanto a la contención tecnológica de lo que genera la inteligencia artificial y cómo se comercia estamos en una carrera contra el tiempo.
Lo digo con preocupación, pero también con conciencia de que lo vamos a lograr porque la industria ha logrado, a veces con más rapidez y a veces con más lentitud, hacer frente a estos nuevos riesgos. Así que estoy seguro de que estamos no tan lejos de poder contener toda la producción y la vulneración que está generando la producción a través de la inteligencia artificial, para los que llevamos tiempo en la industria es un reto más y nuestra conciencia evolutiva nos diría que tenemos que contenerlo más rápido que problemas que surgieron en el pasado, entonces mi posición ahora es pisar el acelerador, lograr el desarrollo tecnológico y los marcos normativos que nos permitan contener todo lo que está pasando que la verdad abruma un poco pero sé que el futuro va a ser bueno.
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