Jamal Hemmou, de 58 años, tiene el último y único taller de Naplusa que repara tocadiscos y vende discos de vinilo. En Naplusa predomina la música digital, pero Hemmou dijo a AFP que trabajar con vinilo le permite preservar el "patrimonio" palestino.
Personas mayores suelen pasar al final del día y "cuando pongo el tocadiscos, comienzan a llorar", contó. Hemmou aprendió a reparar tocadiscos a los 17 años y escuchaba a los grandes artistas árabes mientras trabajaba.
"Tengo más experiencia que la gente con certificado", bromeó, agregando que es autodidacta y que su pasión por la música viene de su padre. "Mi padre era cantante, solía cantar porque amaba a estos viejos cantantes (...) Casi todos en mi familia son músicos", aseguró.
A Hemmou le gustan la libanesa Fairuz y el egipcio Abdel Halim Hafez, aunque su favorita es Shadia, una diva egipcia que cosechó grandes éxitos entre los años 1940 y 1980. "Ella cantaba con el corazón, cantaba con emoción y contaba historias", comentó.
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En su taller hay tocadiscos en diferente estado de conservación de los años 1960 y 1970, además de gramófonos de los años 1940. Calcula que vende unos cinco tocadiscos por mes.
Viaje en el tiempo
Israel ocupa Cisjordania desde la Guerra de los Seis Días de 1967. Un repunte en la violencia en 2022 hizo que ese fuera el año más mortal en el territorio palestino desde que la ONU comenzó a llevar registros en 2005, y Naplusa estaba en el frente de los conflictos.
"Cerramos todos los negocios cuando un bombardeo israelí mata a alguien en Naplusa, sobre todo en la Ciudad Vieja", dijo a AFP. Para Hemmou, los aparatos y la música que tocan son más que canciones, son una parte esencial del patrimonio palestino y árabe.
"Cuando tocas el disco, te transporta 50 años atrás", aseguró. "Escuchas la música y recuerdas lo que es ser árabe o palestino", agregó. En su opinión, "los cantantes modernos no saben lo que cantan. Los cantantes viejos sacan lo que llevamos adentro y reviven nuestra herencia".
Música y resistencia
Conocido en la Ciudad Vieja como Abu Shaadi, su fama se extiende más allá de Naplusa. Amantes de la música viajan desde lejos para comprarle. "Mis clientes son de toda Cisjordania, de Jerusalén, Nazaret, Belén, Yenín, Qalqiliya", aseguró.
Hemmou dijo que quiso que sus dos hijos, de 27 y 26 años, entraran al negocio, pero "no les interesa". Las calles donde se ubica su negocio vieron cruentos combates el año pasado, cuando las fuerzas israelíes realizaron incursiones contra el grupo "La guarida de los leones", basado en la Ciudad Vieja de Naplusa.
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La tienda tiene recuerdos del conflicto: en sus persianas hay imágenes de combatientes palestinos muertos en los últimos meses. "Cuando hay enfrentamientos tenemos que cerrar, por supuesto, pero qué te digo, sigo vivo gracias a Dios", expresó.
"Toco canciones nacionales, esa es mi manera de resistir". Le invitamos a conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.