Chaikovski nació en Rusia, bien entrada la época de 1840. Su camino musical estuvo mediado por una ´época prolífica de creadores, siendo contemporáneo de artistas como Borodin, Mussorgsky o Rimski-Korsakov, el conocido Grupo de los cinco. Sin embargo, con un trabajo arduo el compositor logró desligarse de las formas de la época y construir un estrilo propio que lo convertiría en un referente obligado, al hablar de música.
El nacionalismo imperante de la música del momento no fue nunca de su interés, por el contrario, Chaikovski se enfocó en profundizar sobre él mismo, anulando el contexto como una fuente de principal inspiración. Su corazón entonces se convirtió en el mapa y la ruta, en el medio para hablar de su compleja y atormentada personalidad hasta convertirla en sinfonía.
Los primeros pasos de Tchaikovsky en el mundo de la música no revelaron un especial talento ni para la interpretación ni para la creación. Sus primeras obras, como el poema sinfónico Fatum o la Sinfonía núm. 1 "Sueños de invierno" , mostraban una personalidad poco definida. De inspiración fácil, gustaba del lirismo efusivo y espontáneo, abierto a inflexiones idílicas, lo que explica el éxito posterior de sus obras tanto en su patria como en el extranjero.
Quizás haya sido "El lago de los cisnes" de 1877 su primera obra de gran acogida y reconocimiento, a pesar de haber sido despreciada en el estreno. La romántica y mágica historia de amor entre Sigfrido y Odette, princesa transformada en cisne, es actualmente una de las piezas cimeras del repertorio, con números tan célebres como el Vals del acto primero, la Introducción del segundo o las danzas características del tercero.