Ambos son nicaragüenses, músicos, exiliados. Jandir Rodríguez es uno de los más jóvenes cantautores del país, mientras que Luis Enrique Mejía Godoy es símbolo y leyenda en la música testimonial latinoamericana: le cantó a la revolución sandinista de los años 80 y hoy vive exiliado en Costa Rica.
Estos artistas tuvieron que dejar su Nicaragua natal tras la rebelión que estalló el 18 de abril de 2018 y que desató la ira del gobierno de Daniel Ortega contra quienes se opusieron a la represión estatal, que dejó en apenas unos días decenas de muertos. Centenares de escritores, artistas, periodistas, abogados, sacerdotes y académicos han abandonado el país desde entonces.
Unidos por la música, los trovadores han viajado por Centroamérica y Europa ofreciendo conciertos. Su gira más extensa fue "Nicaraguamor", que incluyó 10 recitales en ciudades de cuatro países europeos a fines del año pasado.
"No podía seguir cantando"
Luis Enrique Mejía Godoy salió de Nicaragua el 1 de agosto de 2018, sabiendo que su ausencia podía prolongarse más de lo deseado. "Pero estaba convencido de que desde adentro no podría expresarme libremente ni contribuir con mis canciones a la lucha por la libertad, la justicia, la democracia y la paz", relata en entrevista.
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Son tiempos "muy difíciles", afirma, pues este es su segundo exilio en Costa Rica. La primera vez llegó muy joven, perseguido por el régimen militar de Anastasio Somoza Debayle, que gobernaría con mano dura hasta su derrocamiento en 1979.
Si bien considera a Costa Rica su "segunda patria" por haberle dado refugio en dos ocasiones, sabe que no es lo mismo iniciar un exilio a los 25 años que a los 78.
"No imaginé tener que volver a salir de mi país a esta edad. Mucho menos imaginé que se instalaría una nueva dictadura que ha violado los derechos humanos, asesinando, encarcelando y exiliando a nuestros compatriotas", señala.
Junto a su hermano Carlos Mejía Godoy, otro legendario trovador nicaragüense que acaba de cumplir 80 años, Luis Enrique apoyó la revolución sandinista. Y con la misma certeza ambos tomaron distancia hace varias décadas del partido controlado por Ortega, por disentir de su liderazgo autoritario.
Desde su hogar en San José se refugia en la música y en las artes plásticas, su oficio más reciente desde el cual hace brotar del papel mariposas, mujeres empoderadas, guitarras y volcanes en erupción. Hace apenas unos días presentó una exposición de 30 obras, titulada "Por amor al arte".
"Un país en ruinas"
Jandir Rodríguez también tenía 25 años cuando marchó al exilio. Estudiaba cuarto año de Medicina en la UNAN (universidad pública) de León, ciudad a 90 kilómetros al noroeste de Managua donde estallaron las primeras protestas de abril. Los adultos mayores y los jóvenes salieron a las calles a reclamar contra una impopular reforma al seguro social que afectaba principalmente a los jubilados.
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En diálogo con DW, cuenta que soñaba con ser médico y en sus ratos libres componía temas a la guitarra, que compartía con amigos. Hasta que un día escribió "Héroes de abril”, para muchos su canción más emblemática que los manifestantes convirtieron en un himno de la protesta social. Y que le costaría el exilio.
Jandir supo que debía hacer maletas cuando la policía llegó a preguntar por él a su centro de trabajo. Como todos los que han emigrado, no olvida la fecha de la partida: 3 de diciembre de 2018.
Casi cinco años después, todo es distinto. Dedica su tiempo a preparar y ofrecer conciertos, mientras reflexiona sobre el exilio como algo que "cambió mi manera de ver las cosas, de encontrarme con la vida y de buscarme la vida".
"Ha sido un proceso muy difícil y de muchísimo aprendizaje, pero agradezco las circunstancias que me han hecho llegar a ser la persona que soy ahora", dice el artista con madurez.
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Sobre el futuro de Nicaragua, no ve una solución a la crisis a corto plazo. "Seríamos muy ingenuos al pensar lo contrario… la dictadura quiere entregar un país en ruinas y así lo está haciendo", se lamenta.
Escritores y poetas desterrados
Los más destacados artistas e intelectuales nicaragüenses están hoy muy lejos de su tierra, como los escritores Gioconda Belli y Sergio Ramírez, este último premio Cervantes de Literatura 2017, quienes además fueron despojados de su nacionalidad y de todos sus bienes junto a otros 314 opositores. Ellos, como los hermanos Mejía Godoy, también vivieron un primer exilio bajo la dictadura de Somoza.
El gobierno no tolera ya un ápice de disenso, ni siquiera en la música. Los integrantes del popular grupo de rock Monroy y Surmenage figuran entre los primeros nicaragüenses forzados al destierro por Ortega, en un práctica muy similar a las expulsiones de artistas de Cuba en los últimos años.
El líder de la banda, Josué Monroy, fue arrestado en su casa el 12 de abril de 2022 y llevado casi desnudo hasta la frontera con Honduras, días después de que en un concierto se atreviera a cantar en público "En el ojo del huracán", un tema que evocaba la revuelta de abril. Sus otros tres colegas también fueron encarcelados y luego deportados.
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Una gran cantidad de músicos, cantautores, poetas y escritores nicaragüenses están hoy repartidos por Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, México, España, Noruega, Brasil... "Cada uno hace lo propio y sobrevive con dignidad, con la esperanza de poder volver algún día a nuestro país", dice Luis Enrique Mejía Godoy.
Pero también hay otros que aún permanecen en Nicaragua, por distintas razones. No dan entrevistas, han cerrado sus cuentas en redes sociales y apenas son vistos en discretos eventos culturales, que a veces son su única forma de sobrevivencia. "Han perdido la libertad de hacer lo que querían. Pero quizás el silencio sea también otra forma de resistir", comenta Mejía Godoy.
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