John Field es reconocido como el inventor del Nocturno como una pieza de forma breve para el piano, característica del romanticismo. Pero estos dos aspectos de su posición en el mundo de la música sólo sirven para ocultar lo que constituye una de las más conmovedoras historias en la vida de un joven compositor romántico.
Fue un niño prodigio, su abuelo era organista en Dublín y su padre, violinista en la orquesta de uno de los teatros de la ciudad. El abuelo le inició en los conocimientos de la música y hacia los diez años había realizado progresos tan notables, que se presentó por primera vez en público en Dublín.
Dos años más tarde, en 1794, actuaba por primera vez en Londres. Poco después el padre encomendó la educación de su hijo a Muzio Clementi, quien por esa época se había iniciado en el negocio de la fabricación de pianos.
Clementi convenció al joven Field que le sirviese como demostrador y vendedor en los salones londinenses de los pianos por él fabricados. Field tenía un delicado fraseo musical y elegante estilo; fuera de esto, una figura apuesta, mucho más atractiva y amable que la del ahora retirado y avaro pianista y compositor italiano.
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Clementi logró explotar a Field durante varios años con una paga miserable, la cual, sin embargo, compensaba en algo con las lecciones de piano que le daba. Los dos llegaron a San Petersburgo a finales de 1802. Field se ingenió la manera de separarse de Clementi, y prefirió permanecer en San Petersburgo; y así lo hizo por el resto de sus días.
John Field que fue uno de los pianistas más populares de Europa en la primera mitad del siglo XIX, es el origen de la escuela romántica de piano, dominada más tarde por Chopin, sobre el que tuvo una influencia innegable. Field es uno de esos artistas representativos del período de transición pianística entre la generación de músicos formados en la tradición clásica y la de los jóvenes románticos.
Su música, plena de encanto, de sensibilidad y de fineza, contrasta con la naturaleza frustrada de su temperamento; más su manera de tocar fue expresiva, casi aérea en los trazos rápidos, y de una elegancia que permitía las sonoridades más refinadas.
Según Jean Jacques Eigeldinger, en aquella época frecuentemente la gente comparaba las maneras de tocar de Field y de Chopin, “todos reconocían en el polaco un virtuosismo trascendente que no concedían a Field”.
Luego de haber conquistado una sólida y respetable reputación como pianista, emprendió varias giras de concierto por el continente europeo. En la última de ellas, en 1833, llegó hasta Italia, pero allí su estilo de ejecución pianística no agradó al auditorio y comenzó a experimentar serios quebrantos de salud. Tuvo que recluirse en un hospital (en Nápoles), sin dinero con que pagar un tratamiento y atenciones adecuadas, en la más deplorable situación.
John Field escribió una obra abundante, enteramente destinada al piano: siete conciertos, páginas de música de cámara con piano, piezas a cuatro manos y un número considerable de composiciones para piano solo, en las cuales aborda los géneros más diversos: fantasías, rondós, romances, divertimentos, estudios, ejercicios, sonatas y nocturnos, de los cuales, de paso se le considera creador.
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Escuche las obras maestras de John Field en nuestro programa El músico de la semana, el lunes 25 de julio a las 3:00 p.m. por la señal en vivo de la HJCK.
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