Era el 14 de abril de 1912 y un joven periodista de un periódico de la ciudad de Haarlem, en Holanda, espera hasta altas horas de la noche las noticias que todavía pueden entrar en la edición de ese día. Poco antes del cierre de las rotativas recibe la información de que un barco se ha hundido.
Pero como jamás escuchó hablar de ese trasatlántico, el periodista decide que no vale la pena esperar tener más datos y entre otras informaciones, menciona simplemente: El Titanic ha naufragado.
Para su gran asombro recién a la mañana del día siguiente descubre que la noticia ha ocupado todos los titulares de los diarios desde Estocolmo hasta Johannesburgo. El periodista haarlemés era Hendrick Andriessen.
En realidad, antes que hombre de prensa Hendrick Andriessen era un compositor que había aterrizado en la redacción de noticias del periódico para mantener a flote las finanzas familiares, pero cuyos sentimientos estaban exclusivamente dedicados a la música.
Publicidad
A pesar de ello, en gran medida, Andriessen adquirió también fama gracias a sus publicaciones. Incluso varios de sus artículos periodísticos fueron compilados en un libro, a través del cual una parte del público llegó a conocer mejor sus ideas sobre la música que las obras musicales que componía.
La música desempeñaba un papel muy importante en el hogar de los Andriessen. A los trece años Hendrik inició sus estudios oficiales de composición en el Conservatorio de Amsterdam bajo la tutela del compositor, también holandés Bernard Sweers.
Apenas dos años más tarde obtuvo su diploma. Sus primeras obras maduras incluyen composiciones religiosas, obras de órgano, música de cámara y canciones.
El ciclo de canciones Espejo de dolor , Hendrik Andriessen lo basó en los poemas sobre Los Pasos del Viacrucis, de Henry Ghéon, seudónimo de Henri Vangeon, escritor que vivió entre los años 1875 y 1944.
Los cinco sonetos describen los sufrimientos de Cristo a partir del estado emocional de la Virgen María. Cinco notas empleadas de modos diferentes a lo largo de las canciones constituyen el elemento musical unificador en el ciclo.
A partir de 1927 fue profesor de teoría musical y composición en el Conservatorio de Ámsterdam. Como compositor se dedicó a la música para órgano, obras corales y algunas misas católicas. Empezó tarde la composición de música sinfónica, realizando los primeros apuntes de la que sería su primera sinfonía durante la década de los años 1920.
Publicidad
Hendrik Andriessen compuso su Sinfonía N°4 en 1954 para la celebración del 50º aniversario de la Residentie Orkest The Hague que la estrenó el 8 de diciembre de ese mismo año bajo la dirección de Willem van Otterloo.
La Sinfonía N° 4 puede considerarse como la pieza con características más modernas de la producción del compositor. A pesar de no llegar a la pura atonalidad sus melodías poseen considerables disonancias.
Aquí, como en prácticamente todas sus otras composiciones, Andriessen demuestra que, al menos a su juicio, la música proviene del cerebro, del intelecto humano y del impulso de un compositor por el orden.
La obra de Hendrik Andriessen, descendiente de una familia dotada de mucho sentido artístico, manifiesta ante todo un gran cariño por la voz humana y por el órgano de iglesia.
Publicidad
Siguiendo el camino recorrido por César Frank, Hendrik Andriessen compuso en total cuatro Corales, el primero lo compuso en 1913 y con una temática, estructura y desarrollo armónico respira sin lugar a dudas el espíritu del organista titular de la Iglesia de Santa Cleotilde de París. Andriessen dedico la obra a su hermano, el escultor Mari Andriessen.
Puede escuchas las composiciones del maestro Hendrik Andriessena partir del lunes 19 de septiembre por la señal en vivo de la HJCK a las 3:00 p.m.