A los 46 años falleció Joey Jordison, uno de los fundadores de Slipknot y parte indispensable en la época más importante de la agrupación. Desde a batería y en algunas ocasiones como letrista, Jordison contribuyó a creación de una banda única, con una estética particular y que protagonizaría un momento específico de la música.
A través de un comunicado la familia dio a conocer la noticia: "Estamos desconsolados por compartir la noticia de que Joey Jordison, prolífico baterista, músico y artista falleció pacíficamente mientras dormía”. Su muerte nos ha dejado con el corazón vacío y sentimientos de tristeza indescriptible”, aseguraron. Hasta ahora no ha habido otro pronunciamiento.
Siendo un niño Jordison se decidió por la música. La fuerza de las baterías y la destreza necesaria para tocarla se adueñó de su disciplina y más profunda pasión. Así, desde los 8 años, convirtió todas las superficies en platos y tambores, como quien toca batería en el aire. En el 95, luego de hacerse músico en su paso por cientos de escenarios y mientras trabajaba en diferentes cosas para sostenerse, se encontró con Shawn Crahan y Paul Gray.
El trío de artistas pensaban la música como concepto y coincidían en la necesidad de un diferencial tanto sonoro como estético, para crear un show de alto impacto. Luego de ideas y largas conversaciones formaron Slipknot, una agrupación de Metal que mezcló death, groove, hip hop, y se convirtió en un referente de finales de los 90 y principio de la década de los 2000.
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Nueve músicos en escena, todos parecidos a personajes salidos de una cinta de terror a los que se sumaba Jordison con una máscara banca con agujas negras, acompañada de una corona de espinas, hasta su despido en 2013, a raíz de una mielitis transversa, afección neurológica que le impedía tocar batería.
Su legado es superior a la ausencia que hoy convoca desde la tristeza a los amantes de la banda. Aquí recordamos algunas canciones que demuestran su capacidad y talento. Paz en su tumba.