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La naturaleza como protagonista en la ficción: Una conversación a tres bandas

A propósito de la conversación que tuvieron los escritores Laura Acero, Felipe Martínez Cuellar y Laura Ortiz en el marco de la Feria del Libro donde la naturaleza es entendida como una parte fundamental en el proceso creativo de los autores y por supuesto protagonista en su obra ficcional.

Conversatorio FilBo, sobre la naturaleza.
El sábado 23 de abril en el primer sábado de la Feria del Libro de Bogotá 2022 se llevó a cabo un conversatorio entres loes escritores Laura Acero, Laura Ortíz y Felipe Martínez acerca del papel de la naturaleza en la escritura.
HJCK - (Nicolás Cáceres)

El conversatorio moderado por el escritor Juan Álvarez y titulado "La naturaleza colombiana como actor del conflicto en ficción: Víctima, cómplice y enemigo" recogió la visión de tres autores (Laura Ortiz, Felipe Martínez y Laura Acero) acerca de la influencia que tuvo la naturaleza en su obra de ficción.

Y es que la naturaleza en este caso es concebida como un personaje que va permeando los cuerpos y moldeándolos, que produce miedos, alegrías y emociones junto a sensaciones insospechadas que conciben escenarios donde quedan heridas y se producen también historias. En la obra de los tres autores hay una conexión con la naturaleza como una parte fundamental de la narrativa. En el caso de Laura Ortiz, con su obra "Sofoco (2020) libro ganador del Premio Nacional de Narrativa Elisa Mújica 2020, donde la ruralidad se hace presente en los relatos y según en palabras de Giuseppe Caputo en su reseña del libro para el Banco de la República "la violencia está escrita sin ser fetichizada, y en cada relato prevalece la vida".

Es precisamente en una de las preguntas que aborda la noción de la violencia en asocio con la naturaleza, donde la autora recuerda que en uno de sus relatos, donde describía un jaguar que se comía gente como un hecho ficcional. Sin embargo, al repasar la exposición "El Testigo", de Jesús Abad Colorado se encontró con una imagen de un grupo de paramilitares desmovilizado en Tierra Alta, Córdoba tenía un Jaguar dentro de sus pertenencias como "arma" de guerra para hacer precisamente lo que ella concibió como historia de ficción. Además, también mencionó la intervención de la naturaleza y el ecosistema dentro de nosotros en conjunción con un profundo conflicto sobre la tierra. Casi que una "instrumentalización de la naturaleza" parafraseando sus palabras.

Por su lado Felipe Martínez, con su novela "Frontera", donde el amazonas es uno de los protagonistas en medio del viaje que hace Santiago Zapata por desamor, narra su experiencia como gestor cultural y el impacto que tuvo el territorio en él, como autor, para decidir escribir este relato.

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El autor destaca ese enfrentamiento que tuvo ante un ecosistema "puro" y que tendría su protagonista frente al denominado pulmón del mundo y lo que eso puede significar para un citadino. También mencionó como es enfrentarse a los vacíos que pueden haber en los proyectos de gestión cultural diseñados en las ciudades para territorios que tienen dinámicas completamente distintas, por su gente, por sus configuraciones sociales, por la anatomía del territorio en donde las formas de ganarse la vida y quizá hasta la misma convención de "frontera" es borrada por un paisaje voraz que además genera fobias, miedos y hasta adrenalina, según lo describe el escritor.

Por su lado, la escritora bogotana Laura Ortiz, con su ópera prima "La paramera" (título inspirado en la canción homónima de Edson Velandia) recalcó la noción del cuerpo y el territorio, bajo el episodio de su novela donde la protagonista extiende dos pliegos de papel y dibuja la silueta de su cuerpo. Una noción morfológica de ese territorio que habitaremos siempre: nosotros mismos, nuestra anatomía. Pero no solo eso, si no la relación profunda de las formas de violencia que se extiende desde los territorios hasta los cuerpos. En este caso en específico, una historia que atraviesa el páramo y las mujeres.

La charla, que transcurrió en medio de la lluvia de Bogotá y que dejó a los asistentes con ganas de inmiscuirse tanto la Amazonía, como en el Sumapaz o la frontera con Ecuador nos dejó también la noción de que si de algo se puede estar seguro, quizá, también a manera de conclusión, es que la naturaleza o el paisaje, escribe a veces como protagonista, y otras como personaje secundario, la historia de nuestras vidas.