InquisidoresVan de un sitio a otro midiendo, anotando, mordiendo aquí, más allá, llenos de baba de pasado, muecas, rótulos. Indician, señalan, dictan, corrigen, acosan. Ahí, dicen, está el culpable. Nuestros códigos amaestrados lo perseguirán ladrando día y noche. Ahí está, nuestros mastines olisquean el rastro sucio. Él es la mancha en nuestras baldosas. Agravia nuestra pureza. Por el mundo, siempre, con sus libros de cuentas, sus lápices perversos, sus esto sí esto no, sus autos de fe, sus pócimas vengativas, extendiendo un rojo metro sobre el cuerpo que la jauría va a perseguir.Ahí está el que nos traicionó, dice. Escupamos, que ahí viene.Espiémoslo como un solo ojo.El poeta venezolano Rafael Cadenas, Premio Cervantes 2022Rara MateriaRara materia que no cedes razones.Si tocas el labio del amor es para herirlo,si llamas al pensamiento es para dejarlo secar.Cede alguna vez: regresa a tu reino oscuro.No es justo tu veneno restregando seda los sueños, incertidumbre al corazón,crecimiento a las secretas mutilaciones.Cede alguna vez: demasiado conoces.También puede leer: Cinco poemas de Walt WhitmanCiega, pestilente, enancada en la noriade la ilusión, aléjate del humano olorque destila nuestra debilidad:materia, rara materia.Disyuntiva La naturaleza de la poesía es inintencionada. Goran PalmYo quería escribirun poema,luego tuve la intenciónde no tener intencióny el poema se quedó allídetenido,atrapado,carbonizado entre la chispade las dos intencionesy aquílo dejo.He resuelto mis vínculosHe resuelto mis vínculosYa soy uno.Porque esta que ahora comienza es la temporada magnífica de la claridad donde sólo existe el haz indivisible de la amorosa conjunción. Ahora mi corazón silbante, clarividente, y numeroso riega sus sentencias prenatales, sus aromas yodados, sus impaciencias pueriles, sus rumores de moscardón, sus tinieblas fieles en la crueldad de estos parajes poblados por oscuros habitadores que suelen entregarse con frenesí a los desapacibles dioses de la espuma.No obstante, me irrita el tardío lienzo de los alcatraces porque no puedo descifrar su idioma. En cambio, me place el jardín donde habitan en espejos incomunicables los que han sido desterrados del amor.Fatídico, doble, sensual, echadas ya las cuentas para mis logros futuros, me han desposado con un nuevo esplendor.Fue el reino de las aguas.Hice mis particiones.Aguas en la memoria, absolutas como los desiertos, solamente el silencio del oro en el follaje puede compararse con su espíritu.Osaré recrearme en la evocación.Isla, deleitable antífona.Horma de los cuatro puntos.Asilo de los vientos sin paz.Adelantándome y retrocediendo como un preludio abro las tierras moradas.Una naranja resplandeciente, sola, sobre un lienzo como un deseo.La rama menos transparente de una constelaciónUn vaso de ron en las manos de un galeote.Un viaje.El monumento de la sal.Una flecha que se dispara sola.El beso, el ayuntamiento, el éxtasis y la culminación.Los supremos vaivenes de las ramas irredentas.Una colmena donde se oculta un arcoiris.El rebaño de los puentes cuando el día cesa.Nuncios de autodestrucción.Un final.Aquel alocado parloteo de los loros.Las salpicaduras de los bañistas.La hamaca que se balancea.Tomorrow.«Yo quería separarme de él. Te lo juro. Amenazó con matarme. No me dejes.»Los dados de la noche.Danzas frenéticas de seres que olvidaban 362 días del año.Sofocos de bailarines.Horóscopo. Aries. Persona hiperestésica, buen natural, deshilvanada.Una mano que se tiende.Alambradas. En torno el Orinoco, impasible vampiro.Una carta que promete ventura.Gloria con un conejo sobre el regazo.Kid.Otros.Mi frente que se enferma en los ojos de los ciegos.Drop me by the corner.Calles zumbantes.Civiles multicolores.Dominio del verde.El rostro de un verdugo en la taza de té.Aves, aves, aves celéreas, breves, intonsas.Adolescentes como lanzas de ébano.Una ciudad arrojándome del amor.No maternal, pero ama de llaves órficas y otras filiaciones.Gobernadores de las ciénagas.Ablaciones.Lutos seminales.Torres de caoba.Jazz bajo la noche blanca del Mar Caribe.Carrousel.Un lugar donde las brujas entierran a los niños abortados.Tabletas para matar.Pero allí hay, sin duda, un lugar bondadoso.Calles manchadas de fluidos vegetales, de baba ebria, de sexo negro, de mugres provisionales, de hálitos sacros, de africanas flexiones, de alas de loto, de mandarines venidos a menos, de dragones rotos, de fosforescencias de tigra, de aires balsámicos de amplios valles búdicos.Una mezquita que se baña al sol en las colinas. Aguas lustrales de una edad sólo divisible por potestad sin denominación.Armaduras de guerreros ya superados, en un museo.Salvation Army. Ellos nos salvarán de la misericordia divina, de estos jirones de sangre al mediodía, de este violento traje de días blancamente feroces, de la hoja de puñal, de las vestimentas crueles, del falso amor, de la pupila fija de los ahorcados, de la pieza no cobrada, de la sangre en la camisa, de la tierra que sube un milímetro cada día como cicuta, de los buques fantasmas, del santo suicidio, de la prostituta coloreada hasta las doce y luego carne fláccida de recién nacido, de la media luz o media oscuridad, de las auroras débiles, de los ídolos de bronce sobre el mar, de las respuestas a las interrogaciones y viceversa, del sueño donde se hunden bajeles blancos, de las profecías, encantamientos, dilapidaciones.DerrotaYo que no he tenido nunca un oficioque ante todo competidor me he sentido débilque perdí los mejores títulos para la vidaque apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarmees una solución)que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptosque me arrimo a las paredes para no caer del todoque soy objeto de risa para mí mismoque creí que mi padre era eternoque he sido humillado por profesores de literaturaque un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotadaque no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vidaque he sido abandonado por muchas personas porque casi no habloque tengo vergüenza por actos que no he cometidoque poco me ha faltado para echar a correr por la calleque he perdido un centro que nunca tuveque me he vuelto el hazmerreír de mucha gente por vivir en el limboque no encontraré nunca quién me soporteque fui preterido en aras de personas más miserables que yoque seguiré toda la vida así y que el año entrante seré muchas vecesmás burlado en mi ridícula ambiciónque estoy cansado de recibir consejos de otros más aletargados que yo("Ud. es muy quedado, avíspese despierte")que nunca podré viajar a la Indiaque he recibido favores sin dar nada a cambioque ando por la ciudad de un lado a otro como una plumaque me dejo llevar por los otrosque no tengo personalidad ni quiero tenerlaque todo el día tapo mi rebeliónque no me he ido a las guerrillasque no he hecho nada por mi puebloque no soy de las FALN y me desespero por todas esas cosas y por otrascuya enumeración sería interminableque no puedo salir de mi prisiónque he sido dado de baja en todas partes por inútilque en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día serenoque me niego a reconocer los hechosque siempre babeo sobre mi historiaque soy imbécil y más que imbécil de nacimientoque perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarloque no lloro cuando siento deseos de hacerloque llego tarde a todoque he sido arruinado por tantas marchas y contramarchasque ansío la inmovilidad perfecta y la prisa impecableque no soy lo que soy ni lo que no soyque a pesar de todo tengo un orgullo satánico aunque a ciertas horashaya sido humilde hasta igualarme a las piedrasque he vivido quince años en el mismo círculoque me creí predestinado para algo fuera de lo común y nada he logradoque nunca usaré corbataque no encuentro mi cuerpoque he percibido por relámpagos mi falsedad y no he podido derribarme,barrer todo y crear de mi indolencia, mi flotación,mi extravío una frescura nueva, y obstinadamenteme suicido al alcance de la manome levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otrosy de mí hasta el día del juicio final.
El poeta venezolano Rafael Cadenas es el ganador este año del Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras en castellano, anunció este jueves en Madrid el ministro de Cultura de España, Miquel Iceta. También puede leer: Cinco poemas de Rafael Cadenas"Por su vasta y dilatada obra literaria, el jurado reconoce la trascendencia de un creador que ha hecho de la poesía un motivo de su propia existencia y la ha llevado hasta alturas de excelencia en nuestra lengua", dijo el ministro en rueda de prensa al leer el fallo."Su obra es una de las más importantes y demuestra el poder transformador de la palabra cuando la lengua es elevada, es llevada al límite de sus posibilidades creadoras", continuó Miquel Iceta.Nacido en Barquisimeto (noroeste) en 1930, el poeta y ensayista Cadenas, autor esencial para la poesía hispanoamericana de las últimas décadas, ha recibido numerosos galardones por su obra, entre ellos el Premio Nacional de Literatura en su país (1985), el Premio de Lenguas Romances en México (2009) y el Premio García Lorca en España (2015). El Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras en español, está dotado con 125.000 euros (casi 127.000 dólares).Desde que se empezó a otorgar en 1976, el galardón ha recaído en autores como Jorge Luis Borges, Mario Vargas Llosa, Camilo José Cela, Álvaro Mutis, Eduardo Mendoza, Carlos Fuentes o Sergio Ramírez.La entrega del Cervantes se realiza el 23 de abril, día del fallecimiento de Miguel de Cervantes, en la Universidad de Alcalá de Henares, ciudad natal del autor de Don Quijote de la Mancha.En la ceremonia solemne, el galardonado recibe el premio de manos de los reyes de España, Felipe VI y Letizia. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Cadenas, de 93 años, recibió el reconocimiento de manos de rey de España, Felipe VI, en la tradicional ceremonia en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cerca de Madrid."Es urgente defender la democracia de todo lo que la acecha" y para eso hay que "recrearla", ya que la educación la ha descuidado, dijo el galardonado en su discurso."Se necesita en los países donde existe, una pedagogía que la robustezca; en los otros, que no la han conocido, es vano tratar de introducirla. Los demócratas deben pedir a voces su renovación", subrayó.El premiado recordó a Miguel de Cervantes como "un gran defensor de la libertad" y advirtió de que la lengua española "anda muy maltrecha".Este es el primer escritor venezolano reconocido con este galardón que otorga anualmente el Ministerio de Cultura de España, dotado con 125.000 euros.Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, presidieron la ceremonia en la que el Gobierno de España estuvo representado por el ministro de Cultura, Miquel Iceta.El ministro definió a Cadenas como "un hombre de una ética e integridad radicales, tanto en su andar como en su literatura"."Estamos ante una voz comprometida, de una consecuente honestidad, que conoce las palabras exactas para defender al ser humano de los autoritarismos, de la falta de libertades y de la violación de derechos humanos", expresó Iceta.Al repasar la biografía del venezolano (Barquisimeto, 1930), destacó libros como "Intemperie" y "Memorial", ambos de 1977.Y recordó cómo en 1954, a raíz de su participación en protestas universitarias, la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez "envía" a Cadenas al exilio, a la isla de Trinidad, entonces colonia británica, hasta que en 1958, tras el derrocamiento del régimen y la instauración de la democracia en Venezuela, regresa a su tierra.El premio le fue concedido por su "vasta y dilatada obra literaria", así como por la trascendencia de un creador que ha hecho de la poesía "un motivo de su propia existencia" y la ha llevado "a alturas de excelencia", según el jurado.Cadenas tiene en su haber también el Premio Nacional de Literatura de Venezuela y en España el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Internacional de Poesía Federico García Lorca-Ciudad de Granada, entre otros reconocimientos.El escritor, poeta, ensayista y profesor ha unido poesía y pensamiento a lo largo de su carrera con una obra que expresa desolación, sosiego y belleza.Su poema más famoso, "Derrota", le hizo un símbolo para muchos jóvenes de los años sesenta y se popularizó en España y América Latina.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La lectura comenzará por la tarde en el Círculo de Bellas Artes de la capital, informó este jueves la institución.A Cadenas, que recibirá el galardón de manos de los reyes de España el próximo 24 de abril en la Universidad de Alcalá, le seguirán distintos representantes de la vida política, social y cultural del país, además de ciudadanos de a pie, que leerán una de las obras más emblemáticas de la literatura española.A lo largo de casi cuarenta horas ininterrumpidas (hasta el sábado, 23 de abril, cuando se celebra el Día del Libro), el Círculo será el foro de participación ciudadana más importante de Madrid y el lugar en el que miles de ciudadanos presten su voz al texto de Cervantes.La lectura, que se podrá seguir también por internet y en Radio Círculo, contará además con las intervenciones de varias sedes del Instituto Cervantes y centros culturales de España en el exterior, junto con diferentes colectivos e instituciones educativas.El pasado mes de noviembre, Rafael Cadenas (Barquisimeto, Venezuela, 1930) fue galardonado con el Premio Cervantes por su "vasta y dilatada obra literaria", así como por la trascendencia de este creador que ha hecho de la poesía "un motivo de su propia existencia" y la ha llevado "a alturas de excelencia", según anunció el Ministerio de Cultura."Su obra es una de las más importantes y demuestra el poder transformador de la palabra cuando la lengua es llevada al límite de sus posibilidades creadoras, y destila la esencia deslumbrante de las palabras, en un territorio dual de sueño y vigilia, onda expresión de la existencia y del universo, dimensión a la vez mística y terrenal", valoró el jurado del galardón. Le invitamos a conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Este martes, cuando faltan seis días para que el literato caribeño reciba el máximo galardón de las letras en español, viaja a Madrid, luego de una retahíla de exámenes médicos que buscan garantizar el menor de los contratiempos al hombre de 93 años recién cumplidos.Antes de partir, Cadenas compartió con EFE algunos recuerdos sobre su época en la Residencia de Estudiantes de Madrid, el deseo más valioso que tiene para Venezuela, sus posibles similitudes con Federico García Lorca y el manco de Lepanto, así como una nueva descripción sobre lo que es ser poeta.De puño y letraFiel a su sencillez, el escritor, bolígrafo en mano, pone sobre papel lo que quiere expresar. Así, con su puño y letra, dice a EFE que un poeta es alguien "enamorado de las palabras", una sentencia que atribuye al británico Wystan Hugh Auden y que calza con su propio ejercicio, que comenzó en la década de los 50.Un poeta es "también alguien para quien, a mi ver, el mundo es un gran misterio que la ciencia misma ha venido a reforzar", prosigue, con la misma parquedad verbal, el ensayista que pasó años buscando el Satori, una iluminación que no alcanzó pero que le dejó un ritmo meditativo al hablar y, por supuesto, al escribir.Ese juego con las palabras, que a veces le parecen limitantes para describir la vida, lo ha llevado a desahogar crisis personales en prosas, a dejar atrás lo que había escrito, a renunciar al yo, a un constante trabajo depurativo que desde hace tiempo apunta a "exactitudes aterradoras", como explicó en "Ars Poética", en 1977.El nonagenario, exiliado en su juventud, es tajante al asegurar que hoy no participa en la política, pero se mantiene pendiente de lo que ocurre a su alrededor. "Siempre estoy atento a lo que pasa aquí (en Venezuela) y en el mundo, que está en una crisis muy grave, la cual tardará mucho tiempo en resolverse", matiza.Esa misma preocupación la manifiesta al hablar de las universidades venezolanas, para las que pide "un mayor presupuesto", pues el sueldo de los profesores, un rol que desempeñó durante años, "no es suficiente"."Las más de ellas no tienen el nivel de hace unos 20 años. Es urgente que se recuperen para que contribuyan a la normalización del país", subraya alguien que gastó su deseo de cumpleaños, el pasado 8 de abril, en pedir que Venezuela salga de la crisis.Inconcebible sin EspañaAunque en sus años mozos Cadenas vivió en la Residencia de Estudiantes de Madrid, un lugar que siempre vio como un "templo literario", nunca imaginó que sus textos alcanzaran notoriedad en España, y menos que terminara consagrado con el Premio Cervantes, luego de obtener el Lorca en 2015 y el Reina Sofía en 2018.En la residencia "vivieron poetas que yo admiraba mucho y también figuras destacadas de otros países. Me contenta que siga como antes. Su recuerdo me conmueve mucho", relata.Consultado sobre las similitudes que él mismo encuentra con Lorca y Cervantes, hace gala de su humildad y responde: "Son figuras muy altas para mí, pero ambas defienden la libertad que tanta falta hace hoy en muchos países, incluso los de maquillaje democrático".Tras varios lustros enseñando literatura hispanoamericana, en los últimos años se ha sumergido en el universo de pensadores modernos, "cercanos al zen, a la advaita y al taoísmo", entre los que destaca a los británicos Alan Watts, Jeff Forter y Tony Parsons."Les recomendaría estos mismos (textos) a los hispanoamericanos, los divulgativos sobre física cuántica y aquellos que defiendan la democracia amenazada por los totalitarismos", agrega.El creador de "Derrota" finaliza el manuscrito excusándose por la brevedad de sus respuestas, reacio a participar en los homenajes que le rinden en Caracas y repasando el discurso que ofrecerá el lunes frente al rey Felipe VI, cuando se convertirá en el primer venezolano en recibir el Premio Cervantes. No olvide conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Sobre todo, lo que espero es poder aportar algo a la gente que siente este género, a la gente que sigue la música que yo hago. Aportar algo fresco, nuevo, que sientan que hay continuidad en el trabajo, que hay actualidad en el trabajo", declara con fervor el artista, conocido como 'El caballero de la salsa'.A sus 61 años, el ganador de un Grammy por Mejor Álbum Tropical Latino en 2007 y seis Latin Grammy revela desde su estudio en San Juan que le encantaría que este álbum, compuesto de nueve temas, tenga "impacto" y sea "del gusto popular", que los adeptos a los ritmos caribeños digan: "¡Qué buen disco!".El veterano cantante continúa su estilo de salsa tradicional y mayoritariamente romántica, utilizando como eje central de sus letras el amor y el desamor en esta recopilación de temas, entre los que figuran 'Ahora o nunca', 'La Marea' de Rubén Blades, 'Tratando de acercarme' o 'Tun Tun'.El artista rememora que, tras la publicación de su tercer disco, se dio cuenta de que ese iba a ser su camino porque "el amor es el tema que nunca se va a acabar", y por eso trata de mezclar "los temas de amor con la energía y el carácter de la música de salsa".Asimismo, declara que ha sido "un poco egoísta con este disco" porque solo cuenta con una colaboración en 'Fin de semana', junto al salsero puertorriqueño Gerardo Rivas, opuesto a su álbum 'Colegas' que tiene 17 colaboraciones con artistas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl álbum se estrena en "un momento correcto"El sonero puertorriqueño arrancó la primera parte de su 'Auténtico Tour' en agosto del año pasado en su isla natal y, desde entonces, se ha presentado en escenarios de Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Chile, Canadá, Perú, Colombia, México, Suiza, Italia y España."El disco se retrasó un poco para mi gusto, pero llega en un momento correcto porque entonces la gira cae en su segunda etapa y el disco viene con todo lo que un disco nuevo trae", asegura Santa Rosa, que menciona que este tour le está brindando "una energía espectacular"."Y esa energía se traduce no solamente en calidad de espectáculo, de música, sino que también se traduce en visión a futuro. Uno se siente más comprometido, con más deseos de hacer nuevos proyectos", expresa el artista, que cuenta con 15 álbumes de oro, 13 de platino y 3 de multiplatino.Santa Rosa, que ha colaborado con artistas reconocidos como Celia Cruz, Hector Lavoe o Andy Montañez, rememora que su etapa favorita de su afamada y galardonada trayectoria fue en sus comienzos: la época en la que cantaba con la banda de Willie Rosario y trabajaba con la mayoría de sus ídolos.La salsa "llegó para quedarse"Santa Rosa se muestra agradecido por la nueva generación de jóvenes salseros que continúan el legado de los más veteranos como los puertorriqueños Víctor Manuelle, Luis Vázquez, Carlos García, Merari o Carlos Nevárez, que "son muy buenos y talentosos".En este sentido, recalca que su consejo para el público es que "abran las puertas a estos muchachos".A su juicio, "este es un género que tiene historia, tiene personalidad propia y que tiene futuro porque yo he oído a cada vidente poniéndole fecha de expiración, que se va a morir, pero este es un género que llegó para quedarse", subraya el salsero.El artista continuará en febrero con 'Auténtico Tour', que sufrirá un giro con una edición especial de San Valentín que llamará 'Auténtico Love Edition', por Canadá, California, Florida y Maryland (EE.UU.) y, en abril, por México.Con su anterior gira, 'Camínalo Tour', que duró aproximadamente dos años, también recorrió ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Vallejo (España, 1979) viajó al país andino para participar en Hay Festival Arequipa, pero también visitó Lima para dictar talleres de creación literaria y realizar encuentros con escolares, a los que transmite su pasión lectora apelando a la innata curiosidad humana."Todavía hay un frente de resistencia y además, un intento de sanar las sociedades a través de la palabra", dice.Desde que publicó 'El infinito en un junco', hace cinco años, uno de los últimos grandes fenómenos de la literatura española que ha vendido más de un millón de ejemplares, ha conocido a innumerables amantes de la lectura que abogan por llevar los libros a todos los rincones para curar las sociedades."He podido conocer a muchísimos promotores de lectura que hacen una labor extraordinaria llevando los libros a barrios y zonas de sus países que socialmente parecían excluidos de esa experiencia, y que incluso están tratando de sanar cicatrices sociales y personales de la violencia y de los conflictos históricos a través de los talleres de lectura y de escritura", dice.La zaragozana cree que los libros y la cultura siempre están amenazados, pero ha sido "profundamente esperanzador" encontrar que hay tanta gente involucrada, especialmente en Hispanoamérica."Me parece muy destacable porque creo que estamos viviendo una época muy confusa y conflictiva donde se van creando bandos, oposiciones permanentes e incomprensiones", añade.Y, sin embargo, las democracias necesitan un diálogo sano, necesitan el uso de la palabra para forjar acuerdos", considera.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCausa perdidaLos libros la rodean desde niña e incluso podría decirse que contribuyeron a que la escritora naciera. Vallejo muestra con cariño un ejemplar de 'Trilce', del poeta peruano que lleva su mismo apellido, y que su padre regaló a su madre cuando se estaban conociendo.Gracias al libro amarillento, prohibido en España durante la dictadura, la historia de amor entre ambos se fortaleció, según cuenta.Su amor por la lectura le llevó a escribir 'El Infinito en un junco', pero, mientras lo hacía, creía que abogaba por los libros y las humanidades en un mundo contemporáneo en el que parecía que estaban al borde del precipicio."Escribía este libro desde mi pasión lectora pero en un momento en el que había tanto pesimismo en la atmósfera y tanto convencimiento de que la lectura y los libros se terminaban, yo misma llegué a creérmelo y pensar, 'bueno, realmente soy una persona extravagante y formo parte de un mundo que está a punto de acabarse'", apunta.Pero, por el contrario, las cifras de ventas y sus miles de seguidores por todo el mundo demuestran lo contrario, Vallejo no está sola ante el cariño a los libros."Jamás de los jamases pensé que pudiera apelar a muchas otras personas. De hecho, creía que más que un libro, es una colección de causas perdidas", indica.Canto a la imaginaciónSu último libro, El inventor de viajes, es una adaptación ilustrada para niños del primer relato de ciencia ficción de la historia. Está basado en 'Historias verdaderas', de Luciano de Samósata, escrito en el siglo II, y es la primera vez que la literatura incluyó un viaje espacial.Sus milenarias páginas son los antecedentes de Julio Verne o de 'Star Wars'."Me gusta de la ciencia ficción es que aquello que parecía imposible, que parecía un sueño cuando se escribió por primera vez, luego se puede convertir en realidad. El ser humano ha llegado a la Luna, pero las cosas hay que soñarlas primero para que se hagan realidad", dice."Esta historia es un canto a la fantasía, una reivindicación a la capacidad de soñar y creo que en esta época es importante recordárselo a los niños, que tienen entretenimientos muy pasivos que simplemente con una pantalla reciben imágenes perfectamente elaboradas", advierte.Dice que el ser humano no puede perder "ese mecanismo tan liberador que es la imaginación que es además nuestra principal defensa contra la rutina, el aburrimiento y la tristeza".Igualmente, señala que otro mecanismo profundamente humano es el amor por escuchar una historia, que paradójicamente es un pacto entre el lector y escritor sobre la mentira que va a contarle."La ficción es una mentira muy especial, no es para engañar es una mentira para jugar divertirse. Ciertas verdades se alcanzan sólo a través de las ficciones, hay ciertas cosas de nuestra vida, miradas, emociones ocultas o silenciosa que se liberan gracias a esa mentira que son las ficciones", concluye.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.