Colombia diversa y vital es el eslogan con el que la Feria del Libro de Madrid presentó al país como invitado de honor. Sin embargo, el grupo de autores que representan al país en la Feria deja varias preguntas sobre el criterio de selección y de nuevo, como en otros eventos literarios, vacíos en la paridad de representación.El primero en señalar la ausencia de nombres relevantes en las listas de invitados fue Winston Manrrique, periodista literario y director de W Magazine, medio en hacer público el tema. Manrrique señala la ausencia de escritores que engrandecieron el panorama literario en el país a finales del Siglo XX, además deja claro que, curiosamente, no fueron tenidos en cuenta aquellos que se han pronunciado críticamente sobre las formas de operar del gobierno actual.Frente a la publicación antes mencionada, Luis Guillermo Plata, embajador de Colombia en España, señaló en entrevista para Libertad Digital que el evento se ciñe a la literatura y no a las ideas políticas de los autores. “Uno no quisiera que una feria literaria se convirtiera en una feria política. Ni para un lado ni para el otro. Se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra”, aseguró Plata luego de que se le preguntara cómo habían sido elegidos los escritores invitados.Autores como Piedad Bonnett, William Ospina, Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Héctor Abad Faciolince, Pablo Montoya, Carolina Sanín, Santiago Gamboa y Pilar Quintana no fueron tenidos en cuenta para hacer parte de la Feria. Otros pocos autores se excusaron por no poder asistir a raíz de compromisos laborales, como es el caso de Tomás González, Juan Gabriel Vásquez y Evelio Rosero.Sin embargo, la forma de elegir a los escritores revela una visión por lo menos miope del panorama actual de la literatura en Colombia, un escenario especialmente liderado por mujeres que han ganado reconocimientos importantes en el campo editorial como es el caso de Pilar Quintana, Andrea Mejía, Diana Ospina y Margarita García Robayo, solo por nombrar algunas.El hecho de que varios de los autores que no han sido tenidos en cuenta para la celebración de esta Feria hayan opinado alguna vez sobre el Gobierno Nacional no es un dato menor. Este es un punto que también resalta Winston Manrrique en su artículo, pues se espera que, en un escenario político democrático, las ideas o reflexiones que plantean los artistas como ciudadanos no sean penalizadas y mucho menos, se conviertan en represalias en contra de su obra. Si bien, esa es apenas una hipótesis, la respuesta del embajador Plata amplía el espectro de la duda.Sobre la economía naranja y la neutralidad de las obrasLa idea de la neutralidad es peligrosa cuando se impone sobre ella un silencio que prohíbe y castiga la uniformidad. Mucho más, cuando parece tomar forma como política de gobierno. Además, parece irónico que este tipo de situaciones tengan lugar a la luz de la Economía Naranja, también llamada economía creativa, un modelo económico basado en la generación de riqueza a través de la conectividad, la herencia cultural y el talento.El presidente Iván Duque, junto al exministro de Cultura Felipe Buitrago, publicaron el libro La economía naranja: una oportunidad infinita, allí hablan de la importancia de “fortalecer las instituciones que están encargadas de estas industrias culturales, ya que estas durante muchos años han estado ausentes“ en los debates estratégicos sobre desarrollo económico y social”. Ahora, al contrastar el discurso oficial con los hechos, el abismo sigue siendo profundo a raíz del eco en el sector cultural que trajo la pandemia. Los escritores no están obligados a representar nada, su función es básicamente contar algo, pero tampoco puede reglamentarse la escritura para hacer parte de una delegación. Los procesos de reflexión de los autores implican una lectura contextual que puede o no enmarcarse en la realidad social y su decisión no tendría por qué calificarse desde una oficina estatal. Darío Jaramillo, Melba Escobar, Jorge Franco, Margarita García Robayo, Dasso Saldívar, Juan Esteban Constaín, Rómulo Bustos, Adelaida Fernández Ochoa, Andrea Cote, Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Juan Luis Mejía, son algunos de los represéntales del país en la Feria. Sin embargo, la lista está incompleta.
Cali, a finales de los años 70. Cualquier día. El mismo que para Claudia fue el fin del mundo. Hay una familia que parece sostenerse y permanecer unida por gracia de la gravedad, y el colchón verde que forman las plantas de la sala. Algunos días hay silencio, curvas y niebla; otros, menos fatales, la mamá, el papá y la hija van en un mismo carro y comen helado.Pero los días pasan y entonces, alguno cae.“Entonces el abismo, como no lograba hacer que me lanzara ni podía devorarme, se me metía por los ojos, una cosa deliciosa y horrible, una bolita saltarina en la barriga y la náusea asquerosa y pestilente, hasta quedar bien sepultado dentro de mí”. A menudo pienso en la infancia como la época de mayor dicha en la vida. Pero con el paso del tiempo, ha sido inevitable no verla como la raíz de mi historia, la caja negra de todos los pensamientos que rondan mi cabeza hasta chocar y convertirse en acción o verdad. Parece una obviedad decir que la edad determina la dimensión que tenemos sobre las cosas, pero cuando esa premisa se convierte en una certeza, la vida se sacude. Un día, mirando por la ventana, descubrí que era adulta y que de eso no había vuelta, y no significa que sea trágico o que le tema a las arrugas, es solo que se quiebra algo de manera definitiva. La inocencia, dirán algunos.En el último rincón de la risa genuina quedan muchos de esos días, de cuando nos acompañaban a dormir porque nos asustaba la oscuridad y nos esforzábamos por parecer lo suficientemente altos para timbrar en la casa o encender la luz. Un tiempo en el que solo importaba la risa. Entonces la infancia parece un bucle, un eterno retorno que nos permite explicarnos, ampliar el mapa de nuestra mente y el árbol de nuestra familia: mamá, papá, ausencia, abuela, abuelo, silencio, tía, tío, miedo, prima, primo, abandono. Aún siendo adulta, esa mano gigante que parece ser mi familia me alcanza para darme vuelta, golpea en la puerta de cualquier casa que he construido y me recuerda que es la herida definitiva y que se descose cada vez que pronuncio o escribo mi apellido.Soy como Claudia hija que es también Claudia madre y que en cierta medida, es una parte de la madre de su madre: cada una huyendo de la otra aunque la ame con fuerza porque la brutalidad del amor es así, implica la suavidad de una caricia y la ferocidad de una mirada. Sin embargo, todas se contienen, nos contenemos. Hay en mí una parte de todas las mujeres de mi familia, como si habitaran mi cuerpo desde diferentes formas y las encuentro en los gestos que alguna vez rechacé.En medio de la selva, la finca nublada y los guayacanes florecidos, Claudia aprendió a observar con la suficiente cautela para entender lo que pasa, para leer a su madre aún dormida y esperar en silencio a un padre que parece mucho. Remando las grietas de su corazón construye imágenes de la familia que quisiera tener y fija un espejo en su mente en el que es casi tan bella como su madre. Esa tensión solo conoce una tregua: el último momento del día en el que Claudia cierra los ojos y entonces, se apaga el mundo, el calor y Cali. Mientras duerme, Claudia hija es Claudia madre de Paulina, su muñeca, y a su lado observa el vacío de la montaña sin vértigo.Gran parte de mi vida del presente ha requerido rescatar —pero sobretodo honrar— la niña que fui y en esa búsqueda me he encontrado de frente con recuerdos bloqueados, con los afectos que ahora parecen imposibles para mi corazón. Nunca me gustó el miedo, ni el vértigo. Me parecía que el cielo era, después del mar, un lugar imposible, superior y me gustaba estirar los brazos y pensar que lo alcanzaba, que era suave y tibio y cercano desde la barda de ladrillos calientes de la terraza, y yo sentía que podía quedarme ahí. Entonces aparecía la voz de mi papá desde la cocina y me preguntaba: “¿tú me quieres?” y yo respondía: “hasta el cielo de la calle”.Por alguna razón, la flecha de la culpa ha estado afilada siempre solo hacia un lado, ha atravesado particularmente un cuerpo y ha minado nuestro lazo con la madre. Por si fuera poco, sobre sus hombros ha pesado siempre la responsabilidad, el amor y el cuidado como si de verdad fuera un instinto, como si se tratara de un botón que enciende y apaga la maternidad. Dar por sentado el amor es renunciar a la búsqueda y al encuentro de resignificar nuestros vínculos, implica ver a la madre solo con un ojo, como recordándole que ya no es una mujer, que ahora es solo la-mamá-de. Luego de ese juicio está el perdón.Como hijas somos implacables y aún sin ser madres, esperamos que al momento de serlo —si es que pasa— haya benevolencia hacia nosotras. No hay un hogar más seguro que la madre y nada más liberador que aprender a conocerlas fuera de ese rol. En un mundo que parece en contra de las mujeres, solo nos tenemos a nosotras mismas, solo nos queda agarrarnos de la mano con fuerza y sostenernos en el borde del abismo y en la caída.“Yo sé que no he sido la mejor mamá… Cuando la tristeza se me mete en el cuerpo yo trato de hacer que se vaya, te lo juro”.Una vez atravesado ese puente, hay otro hueco inmenso que se abre ante nosotros. Descubrimos que la mayoría de los abismos no son un lugar, sino que nos habitan, son los ojos convertidos en pozo, es la rinitis que deja a oscuras a Claudia y el resbalón de Gloria Inés. Puede ser la imposibilidad de responder un mensaje, el silencio que llega de golpe y nos roba hasta el disfrute de la música. Es también el recuerdo que está llegando ahora a su cabeza.El abismo como el silencio es una figura extendida. Incluso, en ocasiones, es otro familiar. Es, como su definición lo indica, una “parte profunda del pensamiento o del alma que resulta insondable o incomprensible”, como una capa oscura y densa que se adhiere con fuerza unos días más que otros, y requiere toda una red de afectos para quebrarse. A los abismos le hacemos ofrendas porque la tristeza también es un ritual: hacemos promesas de ya no pensar tanto en eso y tomamos duchas largas para que el agua se lleve todo. Le entregamos algo que amamos, lo dejamos caer como Claudia a Paulina. Y basta. Y siguen faltando cosas también.Pilar Quintana escribió una novela en la que una hija descubre a su madre, descifra a su padre y en medio de esos dos lenguajes construye un mundo propio, aún en medio de los derrumbes que todo el tiempo los desbordan. Es honesta y sutil, y por eso es fácil encontrar en esos personajes la piel de la gente que conocemos. Todos asistimos a la degradación de la familia: a través de una separación, cuando una enfermedad llega y se lleva a quien amamos. O, cuando simplemente y sin poder pararlo, el deterioro del tiempo lo consume todo y no podemos hacer nada, solo ver cómo pasa. Lo que amamos, a quienes amamos, se cae ante nosotros porque la gravedad es definitiva y aunque creamos saber qué les pasa, hay una marea indetectable que solo ellos dimensionan en su pecho. Hay casos en los que la rinitis y la migraña de Claudia los apaga. Otras veces, de tanto amor y tanto daño, los lanzamos por el abismo para ya no saber más de ellos, sin saber que una parte nuestra está ahora en el fondo y que desde cualquier presente, regresaremos al umbral para preguntarnos si hicimos bien en huir.
Una de las voces más importantes de la literatura colombiana contemporánea es Pilar Quintana. La escritora caleña ha construido un universo literario en el que habita la ferocidad del amor, de la violencia, en medio de lugares particulares como el Pacífico Colombiano. Luego de ser nominada a varios premios por su novela "La Perra" y de la reedición de "Caperucita se come al lobo", Quintana recibe un nuevo reconocimiento. La autora ha sido anunciada como la ganadora del Premio Alfaguara 2021, en su XXIV edición, por su novela "Los Abismos", una obra inédita que estará al alcance de los lectores desde el próximo 25 de marzo, según anunció la editorial. El jurado premió esta novela que describe "la oscuridad del mundo de los adultos, a través del punto de vista de una niña que desde la memoria de su vida familiar intenta comprender la conflictiva relación entre sus padres", dijo el presidente del jurado, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince.
El huecoEstuvimos tres años en el hueco. Así lo llamábamos aunque en realidad no era un hueco. Era una estructura de paredes altísimas de concreto, sin techo. Mariángela estaba en una celda y yo, en otra. Las celdas eran contiguas.El único hueco era el que había en todo lo alto. Por ahí entraban el sol y la noche. Por ahí nos caían la lluvia y la comida. Nunca nos dieron un plato servido como a la gente. Nos tiraban el arroz lo mismo que la sopa. Había que hacer las necesidades en un rincón y había que esperar que la comida no cayera en ese rincón. Había que buscar los pedazos de comida esparcidos por toda la celda y, si era sopa, había que agacharse a lamer como los animales.Mientras estuvimos en el hueco, Mariángela se negó a aceptar la realidad. Según ella, el hueco sí tenía techo. El intenso calor que sentía durante el día y el frío de la noche se debían a un sistema de calefacción y aire acondicionado. La lluvia era un sistema de aspersores para cultivos que colgaba del techo y los truenos, efectos de sonido reproducidos por un equipo de sonido.Mariángela decía que Víctor había instalado todos esos sistemas con el propósito expreso de torturarnos suplementariamente. El encierro —y la pared que nos separaba, los daños físicos, las humillaciones— no eran suficientes para él. Mariángela decía que a Víctor le gustaba jugar a Dios.En cuanto a la comida, se imaginaba que la lanzaba un aparato parecido al que dispara pelotas de tenis. Mariángela se había procurado una explicación para todo.Para ella el hueco era hermético y estaba sumido en las tinieblas. Esa era la razón por la que no podía ver nada, no quería darse cuenta de que le habían arrancado los ojos. Yo no la desengañaba aunque a mí no me había ido mejor, a mí me habían arrancado los testículos.La mente de Víctor era ilimitadamente perversa, y había que reconocer que en la misma medida era una mente brillante. Nos había castigado a cada uno justo donde estaba la raíz de nuestro pecado, con un acierto y con una sevicia que solo pueden compararse con las atrocidades divinas de las que hace alarde la Biblia.En eso de que Víctor jugaba a Dios sí tenía razón MariángelaVíctor tenía una flotilla de aviones, una colección de coches antiguos y un equipo de carreras. Tenía tantas propiedades en tantas ciudades que ni él mismo sabía cuántas eran. Tenía una finca —la misma donde estaba el hueco— que era más grande que Suiza. En un arrebato de ostentación la había llamado País Víctor y, de hecho, ahí solo regían sus propias leyes.País Víctor tenía un ejército de quinientos hombres para custodiarla y no producía nada. Era una finca de recreo que nada más consumía. Tenía 77 nacimientos de agua, 77 caballos árabes y 77 habitaciones para invitados.A Víctor le gustaban esas coincidencias numéricas —siempre de tres en tres y siempre usando el número siete— y se jactaba de tener el poder de propiciarlas.Las pesebreras estaban alfombradas, las cerraduras de las puertas eran de oro, lo mismo que los grifos de los baños, y la pista de aterrizaje tenía capacidad para grandes aviones comerciales, aunque no llegaba ninguno.Víctor tenía fama de haber matado más de doscientas personas y hecho explotar siete bombas de alta potencia en siete centros comerciales de siete ciudades distintas. Así había doblegado al gobierno y conseguido sus favores.Yo solo era uno de sus pilotos y no tenía nada. La única razón por la que Mariángela podía haberse fijado en mí era porque yo era guapo.Víctor era bajito y rechoncho. La barriga le sobresalía por encima de los pantalones y a sus 39 parecía de cincuenta. Tenía la cara deformada por viejas marcas de acné y de vez en cuando le aparecían pústulas frescas que reventaban causando estropicio de pus y sangre.Por eso hizo que a Mariángela le sacaran los ojos.Mariángela era una muchacha de barrio. Una de tantas que Víctor compraba con joyas, con ropa o directamente con plata, una de esas que sacaba a pasear el fin de semana. Mariángela no era nadie. Pero tenía un culo precioso.Por eso, a mí, Víctor me hizo cortar el suministro de testosterona.Yo llevé a Mariángela a País Víctor. Nunca había montado en avión y estuvo muy preguntona. Cuando llegamos a la casona y vio los balcones, la piscina y la magnificencia de todo, soltó el maletín, que no había dejado que nadie le cargara, y dijo guau.Víctor no estaba.Nos sirvieron la cena en el comedor para veintidós personas, a ella en un extremo y a mí en el otro, y nos dejaron solos. Solos con la guacamaya de Víctor, que tenía las alas cortadas, y se movía de silla en silla. Mariángela estaba encantada de jugar a la gran dama. Afectaba los modales, se refería a la guacamaya como a su alteza real y le hacía una reverencia cada vez que alzaba la copa para tomar. Nos estuvimos riendo todo el tiempo.En cuanto terminó el postre dejó caer la servilleta con descuido sobre la mesa. Había vuelto a ser ella misma y, del modo más natural, me preguntó si me parecía que ella era muy puta por acostarse con un tipo como Víctor. Le respondí que no era más puta que yo. Ahí fue cuando nos perdimos. Lo vi en sus ojos y ella lo vio en los míos. Dejamos de reírnos.Vinieron a decirnos que Víctor no llegaría hasta el día siguiente y nos llevaron al segundo piso. Nos asignaron habitaciones contiguas con balcones que apenas se separaban con una baranda decorativa de madera. Estoy seguro de que Víctor me puso a Mariángela tan cerca a propósito.Hasta ese momento solo me había dado trabajos anodinos como llevar a sus amantes ocasionales de un lugar a otro. Ahora, quizás, estaba pensando hacerme su piloto personal o darme una ruta, que era lo que yo ambicionaba. Víctor no confiaba en nadie y quería probarme.Yo habría jurado que en mí sí podía confiar. Fui el primer sorprendido una vez se vio lo contrario. Cuando salí al balcón a fumarme un cigarrillo, ella estaba ahí. De pie junto a la baranda que separaba los cuartos. Hablamos de las montañas que se veían al frente, por hablar de alguna cosa, por disimular el nerviosismo. En cuanto tiré elcigarrillo, nos miramos y nos besamos. Cualquiera de los empleados de Víctor podía habernos visto. Se lo dije a Mariángela y ella se entró a su habitación sin decirme nada. No tuve un instante de vacilación. Salté la baranda y entré detrás de ella.No nos dijimos nada. Todo lo hicimos con desesperación y abandono, y no creo que fuera solo por el peligro o porque fuera nuestra primera vez, sino porque en el fondo sabíamos que también era la última. Pero fuimos felices, nos mirábamos a los ojos, más bien nos comíamos con los ojos, y sonreíamos.Yo me vine largamente, ella no lo consiguió.Le dije que después de un polvo imperfecto siempre hacía falta una buena conversación de cama. Ella se rio y me contó de su hijo de cuatro años. Yo, de los miedos que había pasado en mi profesión. Mariángela se fue quedando dormida en mi pecho.Antes de irme, contemplé su hermoso culo desnudo. Aún hoy, el recuerdo de ese culo desnudo me hace posible concebir el deseo.Yo había dejado la luz de la mesa de noche encendida y ahora estaba apagada. Me moví con cautela. A pesar de la oscuridad lo vi. Estaba sentado en el sillón. Se veía tranquilo, y hasta me pareció ver que sonreía. Tal vez ya tenía concebido su plan. No hizo nada, no dijo nada. Se levantó y se fue.Cuando abrió la puerta, entró un chorro de luz y pude ver que había dos hombres en las esquinas del cuarto. Estaban armados y me apuntaban. Oí que otros hombres entraban en la habitación de Mariángela.Oí sus gritos aterrados, oí cómo la sacaban, oí cómo se resistía, oí que le suplicaba a Víctor que no la matara y al final, cuando su voz era un hilo en el extremo más alejado del pasillo, oí que gritaba mi nombre.Quise ir por ella, pero los hombres me agarraron. Me tuvieron dos días encerrado en la habitación. Sin comida y sin agua. Sin saber qué había pasado con Mariángela. Luego me llevaron al primer piso, al comedor donde había cenado con ella y la guacamaya.Había varios hombres y estaban Víctor y Mariángela. Nos miramos, estaba tan bonita como el primer día, le sonreí. Uno de los hombres me pegó en la cabeza con la cacha de su revólver. Mariángela soltó un grito.Me desvistieron, me agarraron entre cuatro y me inmovilizaron sobre la mesa para veintidós personas. Entonces vi al hombre que se acercaba con el bisturí. Mariángela no paraba de llorar, Víctor le sujetaba la cara para asegurarse de que mirara. El hombre tomó mis testículos con la mano, como sopesándolos, los levantó y acercó el bisturí. Sentí el frío del acero y el calor de la sangre. Me desmayé.Cuando volví en mí, seguía sobre la mesa del comedor. Me habían puesto una manta encima y sentía frío. Mariángela estaba acostada a mi lado. Dormía. Por un momento pensé que seguíamos en la cama, que acabábamos de hacer el amor. La voz de Víctor me sacó del ensueño. Sentí su aliento en mi oreja. A ella le vamos a sacar los ojos, me dijo.El hombre del bisturí —debía ser un cirujano, Víctor siempre hacía las cosas bien— estaba al lado de Mariángela. Le pusieron un aparato que le abrió los párpados. Vi claramente sus ojos verdes, vi claramente cuando el bisturí entraba. Perdí la conciencia otra vez.A ratos la recuperaba y siempre percibía a Mariángela junto a mí. Pero todas las imágenes son borrosas y de pesadilla. Creo que vi las cuencas de sus ojos vacías. Sus ojos en las manos de Víctor. La guacamaya montada en el hombro de Víctor. Los párpados cosidos.Cuando me desperté del todo, ella no estaba a mi lado y estábamos en el hueco.Cortesía: Literatura Random House.
Hasta el 2 de mayo Bogotá acogerá la Feria Internacional del Libro, que este año tiene a Brasil como país invitado. En su edición número 36, la temática central de la feria es “leer la naturaleza”, por lo que varios de los eventos destacados están relacionados con la conexión entre la naturaleza y el arte.Además de las jornadas de firmas de libros, la feria, que se lleva a cabo en Corferias, tiene una amplia oferta de eventos, presentaciones de libros, talleres y presentaciones artísticas para todas las edades. Estos son algunos de los eventos para este sábado 27 y domingo 28 de abril.Sábado 27 de abrilGuardianas y guardianes del aguaEn este taller, dirigido a niños y niñas desde los 7 años, se destacará la importancia de las fuentes de agua en Ciudad Bolívar, las luchas que los colectivos han tenido por su preservación y cuidado. Se promoverán guardianes y guardianas del agua a través del collage con las imágenes de archivo presentes en la Exposición Digital Marca de agua.🕒 10:00 a. m. - 11:00 a. m.📍 Pabellón Leo por naturalezaCarranga y naturalezaContinuamos con la oferta de actividades para toda la familia. El maestro Jorge Velosa cuenta en esta charla cómo la naturaleza ha inspirado algunas de sus canciones más queridas y escuchadas y sobre todo lo que le ha enseñado el armadillo, uno de sus animales más queridos.🕒 10:00 a. m. - 11:00 a. m.📍 Carpa CulturalUn animal separado: poesía y naturalezaHoracio Benavide, Andrea Cote y Ahmad Mohsen conversarán sobre la relación, o separación, entre el ser humano y la naturaleza. En esa conversación llena de poesía, los tres poetas hablan de su visión personal de la naturaleza y su presencia en sus obras.🕒 2:30 p. m. - 3:30 p. m.📍 Sala María Mercedes CarranzaLa gastronomía de Cómbita, Boyacá: comida de montañaAsista al show de cocina en vivo a cargo del cocinero Leonel Jaramillo, quien presenta la diversidad gastronómica del departamento de Boyacá y sus saberes.🕒 4:30 p. m. - 5:15 p. m.📍 Carpa Colombia a la mesaPresentación de la segunda película de “Los Iniciados”Después del éxito de "Los iniciados" llega la segunda parte de esta película basada en Frank Molina, personaje de los libros de Mario Mendoza.🕒 7:00 p. m. - 8:00 p. m.📍 Auditorio José Asunción SilvaPresentación del libro “Hijo de Pantera”El autor David Robledo Ardila conversa con el escritor y guionista Antonio García sobre su más reciente novela en la que se detiene en los instantes concluyentes para la vidas minúsculas de todos los implicados de la historia. Desenvuelve los detalles para entender cómo transita la sangre, su pulso en un momento determinado, y convierte ese temblor en un cuento que cualquier familia podría contar, como si fuera propio.🕒 7:00 p. m. - 8:00 p. m.📍 Talleres 3💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Domingo 28 de abrilTaller de ilustración Arribabajo: descubriendo la ruralidad colombianaEn este taller, para niños entre ocho y doce años, los menores explorarán cómo se hizo cada uno de los libros de la colección Arribabajo dirigida a familias que viven en el campo colombiano, y los invitarán a hacer su propio libro.🕒 10:00 a. m. - 11:00 a. m.📍 Talleres 4Chiribiquete según los indios y según los blancosCarlos Rodríguez, biólogo y director de la Fundación Tropenbos, ha trabajado durante 30 años con conocedores indígenas para entender mejor su manera de habitar y conocer la selva amazónica. En esta conversación se sentará junto a Uldarico Matapí, uno de los conocedores más importantes de la parte media del río Caquetá, para descifrar y explicar juntos la pictografía de Chiribiquete.🕒 11:30 a. m. - 12:30 p. m.📍 Sala FilBo LIJLa Sierra Nevada de Santa Marta: territorio ancestral y escenario literarioCarlos Rodríguez, biólogo y director de la Fundación Tropenbos, ha trabajado durante 30 años con conocedores indígenas para entender mejor su manera de habitar y conocer la selva amazónica. En esta conversación se sentará junto a Uldarico Matapí, uno de los conocedores más importantes de la parte media del río Caquetá, para descifrar y explicar juntos la pictografía de Chiribiquete.🕒 4:00 p. m. - 5:00 p. m.📍 Sala Jorge IsaacsPara los ‘swifties’ (y para quienes no entienden el fenómeno): la poesía en la música de Taylor SwiftEl fenómeno “Swiftie” es uno de los temas que ha generado más impacto en las nuevas generaciones y ha movilizado tendencias, opiniones y economías en muchos lugares del mundo. A través de un viaje musical y literario, la editora Cindy Roa y la periodista Daniela Cristancho conversarán con el poeta Federico Díaz Granados sobre las distintas conexiones entre la obra musical de Taylor Swift y la poesía, temas que han sido abordados por diferentes medios y programas académicos en varias universidades del mundo.🕒 5:30 p. m. - 6:30 p. m.📍 Gran Salón C🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Transmitzvah fue añadida a la selección oficial y podrá verse en el denominado Cine de la Playa, una pantalla gigante que se instala sobre la arena de la Croisette, a pocos metros de la alfombra roja que lleva al Palacio de Festivales, para ver algunas de las películas del certamen al aire libre.Burman, de 50 años, ya participó en el Festival de Cannes del año 2021 en calidad de miembro del jurado de la sección "Una cierta mirada", que premia obras y estilos cinematográficos originales y diferentes.El realizador argentino es conocido por proyectos como las series Iosi, el Espía Arrepentido o El rey del Once y por películas como El abrazo partido, que ganó el Oso de Plata en el Festival de Berlín en 2004.Para Transmitzvah ha contado con un elenco que incluye a la actriz española Penélope Guerrero y a los argentinos Juan Minujín y Alejandro Awada.Junto a la producción argentina, Cannes anunció otros tres títulos que se podrán ver en su Cine de la Playa: las películas francesas de animación Silex and the city (Jul) y Slocum et moi (Jean-François Laguionie) y el documental My way (Lisa Azuelos y Thierry Teston).💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.También avanzó los dos filmes que propondrá este año para el público infantil, las cintas de animación Sauvages (Claude Barras) y Angelo dans la forêt mystérieuse (Vincent Paronnaud and Alexis Ducord).El comunicado que anunció estas novedades a la selección oficial reveló también que la actriz y directora italiana Valeria Golino será otra de las invitadas de la edición número 77 del icónico festival, donde tendrá un encuentro con el público tras el estreno del primer episodio de su nueva serie L'arte della gioia, basada en el libro homónimo de Goliarda Sapienza.La edición número 77 del Festival de Cannes tendrá lugar del 14 al 25 de mayo y el jurado que decidirá la Palma de Oro estará presidido por la directora y actriz estadounidense Greta Gerwig.Por el máximo premio entregado en el Palacio de Festivales de Cannes, que el año pasado quedó en manos de la francesa Anatomía de una caída (Justine Triet), también competirán nombres como el estadounidense Francis Ford Coppola, el canadiense David Cronenberg, el italiano Paolo Sorrentino o el griego Yorgos Lanthimos.Fuera de competición también podrán verse otros títulos muy esperados, como la película Furiosa: A Mad Max Saga (George Miller) u Horizon, an American saga, la serie de Kevin Costner sobre el Oeste americano; y el cineasta George Lucas recibirá la Palma de Oro de Honor.Transmitzvah será la única presencia argentina en el festival oficial, pero, en las secciones paralelas, el país sudamericano estará en cartelera tanto en la Semana de la Crítica y la Quincena de Cineastas con títulos como Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, de Hernán Rosselli, y Simón de la montaña, ópera prima del argentino Federico Luis.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Ha sido un proceso muy sano pasar de las canciones a los relatos cortos -en su debut literario, El despertar de las musas- y de ahí a una novela larga como es Hasta que se acaben las canciones, explica la artista, que se dio a conocer hace más de 20 años con la serie Un paso adelante (2002-2005).Desde entonces Beatriz Luengo (Madrid, 1982) se ganó el respeto del mundo de la música con sus discos y sus composiciones para otros artistas, como Ricky Martin, Enrique Iglesias, Alejandro Sanz, Jenniffer López o Christina Aguilera. Y participó en series, programas de televisión o teatro, antes de llegar a los libros.Tras el éxito de El despertar de las musas, Luengo cuenta cómo ha sido el proceso creativo de su último trabajo, que es su primera novela, Hasta que se acaben las canciones.Una historia en la que se entremezclan dos realidades sociales, la de una inmigrante colombiana y una familia de aristócratas, enfrentadas en una batalla por una herencia legada a una gata callejera.Para Luengo, El despertar de las musas era una "historia muy dura" que la dejó "muy triste" y en su nuevo libro necesitaba crear personajes "para que la lectura fuera más ligera y hacer un ejercicio de entretenimiento real".Compara la escritura con su trabajo en la música, a la que define como "una síntesis en sí misma" que le ha ayudado a "ir siempre al grano" y a desarrollar un estilo rápido y directo.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La trama cuenta cómo Luciana, una inmigrante colombiana que trabaja como asistente de una aristócrata, se convierte en administradora de la herencia de la mujer, que lega todos sus bienes a su mascota, una gata callejera. Esto genera un conflicto con la familia que esperaba ese legado y desemboca en un romance entre la protagonista y el sobrino de la fallecida, Bastian."Es una historia de amor interracial" según la autora, que ha tratado de plasmar en su libro la "mezcla de muchas culturas" que cree que compone la sociedad española.Además, explica que el personaje de Bastian refleja la sociedad actual con "una juventud cada vez menos clasista", en una época en la que la gente "está abierta a relacionarse mucho más", y añade que con ello trata de enviar "un mensaje positivo".Un libro con el que le gustaría alcanzar el mismo éxito de su primer trabajo literario, aunque asegura que su objetivo no son las ventas y que siempre pone "el mismo rigor y las mismas ganas, más allá de las cifras".Lo que sí le interesa es "leer los comentarios y las opiniones de la gente" ya que los considera "un premio".La actriz no considera que su carrera se haya diversificado con su faceta de directora y escritora, ya que, comenta, "todo gira en torno a la música", ya sea su documental Patria y vida: The power of music (2023), o sus obras literarias.Porque al final, asegura: "Todo es vivencia, lo que siento, es el mensaje que quiero dejar a mis hijos".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En el recinto ferial La Rural de la capital argentina se escucharon sonoras pitadas a todas las menciones al Gobierno de Milei, a quien los intervinientes en el acto acusaron de recortar la financiación a la cultura.El presidente de la Fundación El Libro, el escritor Alejandro Vaccaro, criticó duramente al mandatario, que tiene previsto presentar su ensayo, Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica, el próximo 12 de mayo en el marco de la feria."Su participación implica una serie de erogaciones que la Fundación El Libro no puede afrontar. Señor presidente, lo digo con la mano en el corazón: no hay plata", dijo Vaccaro, ironizando con una de las frases más utilizadas por el mandatario argentino para justificar sus políticas de ajuste económico.El presidente de la fundación organizadora de la Feria del Libro confirmó que los gastos asociados a la presentación del libro de Milei y a la seguridad del mandatario "correrá de su cuenta".Vaccaro destacó el carácter "plural" de la feria, pero advirtió de que su supervivencia está en riesgo después de casi medio siglo "por las medidas económicas que arrastran (al sector del libro) a un mundo muy lejano al paraíso que imaginaba (Jorge Luis) Borges".En el acto inaugural de la feria intervino también el alcalde de Buenos Aires, el centroderechista Jorge Macri -primo del expresidente Mauricio Macri (2015-2019)-, que recibió abucheos por parte de muchos de los asistentes que interrumpieron su discurso en varias ocasiones.Más allá del ámbito político, los autores estuvieron presentados por la novelista argentina Liliana Heker, que pronunció el discurso inaugural de la feria.Heker criticó con sorna al Ejecutivo y puso en valor la lectura y todas las formas de arte.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La autora de El fin de la historia o La trastienda de la escritura destacó el protagonismo de Buenos Aires como "capital mundial del libro". Esta frase alude a que la capital argentina es la ciudad del mundo con más librerías por habitante.En el acto también intervino el embajador de Portugal, José Ludovice, en representación de Lisboa, la ciudad invitada en esta edición.Las primeras palabras del diplomático portugués fueron para recordar la Revolución de los Claveles en su 50º aniversario."Si no hubiese ocurrido ese día, esa madrugada, hoy no estaría aquí con vosotros", aseguró emocionado Ludovice, que llevaba un clavel rojo enganchado en la solapa de su chaqueta.La capital portuguesa y sus escritores más célebres estarán muy presentes en una feria donde se homenajeará al nobel José Saramago o al poeta Fernando Pessoa, inmortalizado en una escultura que imita al turístico monumento del lisboeta Café A Brasileira, junto a un vagón de tranvía.Por los pabellones de la Feria del Libro, con presencia de editoriales argentinas e internacionales; puestos estatales y provinciales; y, sobre todo, librerías pasarán durante las próximas semanas grandes nombres de la literatura argentina como Eduardo Sacheri, Leila Guerriero, Claudia Piñeiro o Gabriel Rolón.Además, estarán presentes autores internacionales como el francés Davis Foenkinos, la ecuatoriana Mónica Ojeda o la española Elvira Sastre.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Ayuntamiento de Madrid informó este viernes de que la obra está protagonizada por Marcela Valencia, Juanita Cetina, Julián Román, Derly Neira y el propio Rubiano y producida por el Teatro Colón y el Teatro Petra, ambos de Bogotá.La representación es un testimonio cargado de humor e ironía sobre los migrantes y las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares y empezar a habitar otro tipo de espacios, detalló en un comunicado.Rubiano narra la historia del desplazamiento forzado de los habitantes de la Vereda del Santo José en Colombia a través de la oveja Berenée (Marcela Valencia), la niña Tránsito (Juanita Cetina) y el egipcio Alí (Julián Román), quien salió de su país huyendo de las Guerras del Desierto.Los protagonistas se embarcan en un viaje sin rumbo, donde a veces se separan y a veces se vuelven a encontrar, transitan por muchos lugares entre el campo, los pueblos intermedios, las carreteras, los albergues, los refugios, y la gran ciudad. Cuando regresan a su pueblo, se enfrentan al dilema de seguir siendo caminantes o asentarse allí.La escenografía, iluminación y música complementan las actuaciones, creando una atmósfera que transporta al público a los diversos escenarios por los que transita esta particular familia. Desde el campo hasta la ciudad, cada espacio está cargado de significado, simbolizando las etapas de un viaje que es tanto físico como emocional.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Fabio Rubiano (Fusagasugá, 1963) es dramaturgo, director de escena y actor, que junto con Marcela Valencia fundó en 1985 en Colombia el Teatro Petra.Ha dirigido y escrito más de treinta obras, de las cuales cuatro han sido Premio Nacional de Dramaturgia en Colombia: Gracias por haber venido (Instituto Distrital de Cultura y Turismo, 1996); Cada vez que ladran los perros (Ministerio de Cultura, 1997); La penúltima cena (Universidad de Antioquia, 1999) y El natalicio de Schumann (Ministerio de Cultura-Embajada y Alianza Francesa, 2009).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.