Con la presentación de la página web en honor a la poeta Maruja Viera (www.marujaviera.com) quién cumplirá un siglo de vida el próximo 25 de diciembre, en el marco del Encuentro de Mujeres Poetas en Roldanillo, Valle del Cauca el pasado fin de semana, que incluye un recorrido por su historia, acceso de forma gratuita a su obra en los que se incluyen libros de poesía, crónicas y ensayos, además de diversos contenidos digitales alrededor de su figura, se dio apertura a la iniciativa del Ministerio de Cultura "100 años, 100 poemas". El propósito de esta iniciativa es “incentivar en todo el territorio nacional la lectura de su poesía, resaltar su aporte a la literatura escrita por mujeres y difundir su obra entre las nuevas generaciones”, afirmó Angélica María Mayolo, Ministra de Cultura. Para ello, en una propuesta de Maratón Digital de Poesía que se llevará a cabo el mes de octubre, podrá leer alguno de los 100 poemas que eligió la poeta. "Como en un arco que se tiende desde las primeras décadas del Siglo XX hasta este Siglo XXI, los 100 años de Maruja Vieira resumen la gesta por la educación, la participación, el trabajo y la literatura escrita por mujeres" abre la página web en honor de La Mamá Grande de la poesía colombiana, quién también hace parte también de La Biblioteca de Escritoras Colombianas lanzada a principios del año con su obra ‘El nombre de antes’.Para participar podrá hacer elección de alguno de los cien títulos de los poemas elegidos por la autora y registrar su correo electrónico donde le serán enviadas las especificaciones que debe tener la grabación. Los videos serán difundidos a través de las redes sociales del Ministerio en el mes de octubre.Si quiere conocer más sobre la obra y vida de Maruja Viera puede hacerlo a través de su página web, donde también encontrará más información sobre la iniciativa "100 años, 100 poemas". Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El proyecto donde se podrá conocer parte de la tradición literaria de las mujeres de nuestro país desde la colonia hasta el siglo XX estará realizando presente en La Feria del Libro de Bogotá, después de su lanzamiento el 8 de marzo del presente año. Esta biblioteca que tiene a la escritora y Premio Alfaguara 2021, Pilar Quintana como cabeza del proyecto, iniciará su serie de eventos el 23 de abril a las 5:00 p.m. en el auditorio José Asunción Silva, con una lectura dramática de "Los hijos de ella" de la escritora Amira de la Rosa (incluida dentro de la colección) dirigida por Mario Duarte e interpretado por un elenco de actores de primer nivel. La entrada es abierta para todo el público sin inscripción previa. La franja de eventos continuará los días 25, 26, 27 de abril, donde se presentarán los libros "Tengo los pies de cabeza" de Berichá, "Mido mi cuarta y me paro por ella" de Amalialú Posso Figueroa, "Mi cristo negro" de Tersa Martínez de Varela, "Los hijos de ella" de Amira de la Rosa, "La mujer que sabía demasiado" de Silvia Galvis, "La m de las moscas" de Helena Araújo, "Mi capitán" de Flor Romero de Nohra, "El oficio de vivir" de María Mercedes Carranza, entre otros. Para el 2 de mayo finalizará la promoción del proyecto en el marco de la FilBo con un taller dirigido por Camila Charry, enfocado a docentes para conocer los títulos de la biblioteca y su implementación en las aulas de clase. Este evento es gratuito, sin embargo necesita de inscripción previa. La biblioteca está compuesta por 18 títulos que incluye los nombres de Silvia Galvis, Amira de la Rosa, Helena Araújo, Sofía Ospina de Navarro, Emilia Pardo Umaña, Emilia Ayarza, Maruja Vieira, Francisca Josefa de Castillo, Soledad Acosta de Samper, Berichá, Albalucía Ángel, Meira Delmar, Hazel Ronbinson Abrahams, Amalialú Posso Figueroa, Teresa Martínez de Varela, María Mercedes Carranza, Elisa Mújica, Flor Romero de Nohra de los cuales 11 estarán a la venta gracias a la alianza con distintas editoriales. Puede consultar la biblioteca de manera digital en la página web de la Biblioteca Nacional. Para consultar más información de los eventos recuerde visitar la página de la Feria del Libro de Bogotá.
Luchar contra el olvido inducido por el sistema patriarcal. Poner el foco en las creadoras que trataron de ignorar con el paso de los años, décadas y hasta siglos. La memoria como única fuente de resguardo frente al tiempo. La historia cultural y la tradición literaria de un país no estará jamás completa si solo hablamos sobre los hombres. Por fortuna, los tiempos en que vivimos son un respiro de reivindicación, de igualdad y por supuesto, también de divulgación y formación para las generaciones futuras.Pilar Quintana sale de un auditorio en una de las bibliotecas públicas de la ciudad que hace unos instantes estallaba en aplausos con alguna de sus palabras para jóvenes, adolescentes y niños en el marco de un concurso nacional. Es una de las figuras más representativas de la literatura en Hispanoamérica y su voz una credencial de calidad. Entre búsquedas para conversatorios, fotos y firmas, logramos entablar una conversación sobre el proyecto de la biblioteca de escritoras colombianas en compañía de otra de las protagonistas de esta historia: Natalia Mejía, una de las asistentes editoriales del proyecto.Todo inició en 2017, como suele ocurrir en la mayoría de los casos, con una pregunta: ¿Cuál es la tradición literaria de escritoras en Colombia? Después de que Pilar Quintana junto a otras escritoras se unieran dentro del movimiento "Colombia tiene escritoras" para hacerle frente de forma mediática y cultural a la representación de la literatura en el país que para ese entonces en eventos como el de la Biblioteque de l’Arsenal de París, la delegación estaba conformada solo por hombres blancos. Aunque podemos rastrear un poco el origen de este proyecto con la polémica surgida en 2017 con la elección para un evento internacional de 10 escritores como representación de la literatura colombiana, ¿cuándo pasa de ser una idea a convertirse en un proyecto como tal? Pues para mí empezó cuando hubo esa polémica en redes de "Colombia tiene escritoras" y luego de esa polémica nos reunimos varias escritoras y empezamos a armar una base de datos de escritoras colombianas y eran un mundo. Y yo no había leído a casi ninguna, máximo cinco contemporáneas. Uno quejándose y diciendo que Colombia tenía escritoras y yo, ¡La propia escritora no conocía la tradición literaria de la literatura hecha por mujeres! Y empecé a recordar que en mi colegio, que tenía énfasis en literatura para las que estábamos en B, habíamos leído bastante: clásicos colombianos y de afuera, escritoras de afuera, pero no leí ninguna escritora clásica colombiana. Ahí me empezó esa inquietud, y un día estaba en un programa trabajando como contratista del ministerio con un proyecto llamado "Mujeres narran su territorio" y tuve una reunión con María Orlanda Aristizábal y vi la Biblioteca de literatura afrocolombiana y les dije: "¿Se imaginan una biblioteca de escritoras?" y María Orlanda, que es una cómplice maravillosa, que es un mujer muy pila, que se da cuenta e investiga que necesita el medio literario patinó el proyecto en el Ministerio. Se consiguió la plata y formamos un grupo editorial en la primera fase dónde estábamos: Natalia Mejía como asistente editorial, María Antonia León y yo. Hicimos la investigación y vimos que era un proyecto tan grande que entre tres personas no podíamos tomar las decisiones editoriales, si no que debíamos conformar un comité editorial donde había escritoras, editoras, gestoras culturales, libreras y personas del medio. Incluyendo dos hombres, un librero que me parecía clave, que se ha leído toda la tradición literaria de Colombia y dos, Felipe Gonzáles, el editor de Laguna que descubrimos, era la única editorial que había publicado más mujeres que hombres. Y entonces, con ese comité editorial, ya empezamos a conformar el proyecto, a ver que se necesitaba: Cuáles eran las urgencias, cómo debía ser la biblioteca, cómo debían ser los libros, qué autoras debían estar, qué libros debían estar y que no nos correspondía hacer como biblioteca de escritoras colombianas. Me pregunto empezando: ¿cómo se vendió la idea? y ¿si tuvieron algunos problemas para presentarla o simplemente todo fue muy orgánico? Todo fue orgánico. En ese momento, la directora de arte era Amalia de Pombo y le pareció divino el proyecto y nos dijo algo muy clave, que fue que las bibliotecas del Ministerio generalmente salen y se quedan en las bibliotecas y las conocen solamente los expertos, la gente que va y busca porque quiere leer literatura afro colombiana, o porque quiere leer literatura indígena colombiana o porque quiere leer a las mujeres. Ella dijo, yo no quisiera esto para esta biblioteca porque este es un proyecto muy bonito. Entonces ella hizo que hiciéramos una alianza con editoriales independientes para que los libros no se vayan solamente a las bibliotecas públicas, sino que además, circulen en el mercado y puedan ser comprados y adquirido. Ese fue un punto clave, pero yo creo que el proyecto lo que tuvo desde siempre fue aliados, no, no hubo oposición de ningún tipo. Cuando ya está la idea, ¿cómo empieza la investigación?, ¿cuáles eran los criterios de evaluación? Mira, la persona que más ha estudiado a las escritoras mujeres en Colombia es Luz Mary Giraldo. Nosotras nos leímos a toda Luz Mary, sus ensayos, sus antologías, y ahí empezamos a tener la base de datos de escritoras. Natalia y María Antonia empezaron a ver: cuántas escritoras hay vivas, muertas, etc. Teníamos la base de datos de "Colombia tiene escritoras" que Catalina Holguín que había hecho esa base de datos nos la pasó y luego, conformamos un cuerpo con este mundo de autoras. Luego con el comité editorial dijimos: "¿Qué tiene que hacer esta biblioteca?". Muy rápido llegamos a que esta biblioteca no le corresponde hacer una promoción de las autoras contemporáneas vigentes. Eso le corresponde al mercado, a las editoriales, a los lectores. La urgencia es rescatar a autoras que eran grandes autoras, autoras clásicas, que nadie ha leído. Todos en el Colegio leemos María, de Jorge Isaacs, pero nadie se lee Una holandesa en América, de Soledad Acosta de Samper, que es un libro no solo comparable a María, sino que además a mí me hubiera servido tanto leer a Soledad Acosta de Samper en el colegio, porque yo crecí con la idea de que la mujer ideal era María, una boba que no lee y obediente. En cambio, Soledad Acosta tiene una heroína de la misma época que es lectora, que no quiere casarse, que quiere trabajar, que busca el conocimiento y la libertad. Existía la sensación que a nosotros se nos había negado una parte de nuestra tradición literaria, que esta biblioteca lo que tenía que hacer era esa parte de traerla a la luz. Y estas decisiones nunca las tomamos solas, sino que a todo el comité editorial le preguntábamos quiénes tienen que estar y qué libros tienen que estar en esta biblioteca. Luego viene el proceso de cuando ya teníamos el listado de autoras. Después vino un tema difícil que es el de los derechos. Había dos autoras libres de derechos que debían estar, pero la mayoría de las autoras murieron hace menos de 80 años y entonces tenían derechos y la negociación no es tan fácil.Hubo algunas autoras a las que sencillamente no pudimos publicarlas porque no tienen herederos, otras cuyos herederos no son sus hijos, ni su sobrino, ni sus nietos, sino alguien muy lejano que no está enterado de la importancia de su tía tatarabuela o otros casos que tienen agentes que no les interesaba el proyecto. Y bueno, ¿cómo se llega al número de 18 autoras? Este número mágico, es porque las otras colecciones del Ministerio tienen 18 títulos. Entonces siempre sabíamos que era un número muy estrecho. Y al principio pensábamos era que debemos hacer más bien una colección de libros, porque son tantas autoras que como vamos a publicar solo 18. Entonces dijimos hagamos esta biblioteca de 18 y luego a ver si logramos seducir al Ministerio para que más adelante complemente la biblioteca de escritoras colombianas con una colección donde podamos meter las que se nos quedaron por fuera en una colección de antologías. ¿Cómo fue enfrentarse a la censura en un proceso de reedición? ¿Cómo fue también ese proceso de ya tener definida la obra y ver si tenía censura? Mira que teníamos una obra que salió publicada en una editorial reconocida en su momento, es una obra reciente. El heredero nos dijo "yo quiero enviarles el original de la autora" y cuando lo tuvimos nosotras cogimos las dos versiones y no podíamos creer la diferencia. Entonces, inmediatamente lo llamamos a preguntarle: "¿Qué pasó?". Pues resulta que en su momento era una obra polémica porque aunque es una obra de ficción está basada en los expedientes del proceso 8000 y fue una obra que fue sometida en su momento a censura.El manuscrito original estaba sin editar, entonces nos tocó editarlo desde el principio. La verdad, no encontramos resistencia tampoco dentro del Ministerio. Apenas yo llegué con el caso y la directora de artes, Amalia de Pombo, dijo, claro que tiene que salir el manuscrito original de la autora, entonces hubo mucho respeto en ese sentido.¿Sientes que este proyecto hubiese sido posible antes o sientes que es un proyecto muy acorde a los tiempos que estamos viviendo?Yo creo que hubiera sido imposible antes. Cuando yo empecé a publicar directamente la llamada literatura femenina era literatura menor y trataba esos temas de las mujeres como la maternidad, la casa. Y eso era visto como poco literario, de poco valor literario. Y creo que los movimientos feministas y este, como llamado boom de escritoras latinoamericanas, pues ha hecho que eso se revalúe mucho y que la maternidad sea vista como un tema con alto vuelo literario, que los temas de las que tradicionalmente han tratado las mujeres sean visto cómo literarios. Ahora en esta colección hay poemas sobre el aborto, hay mujeres dando teta, hay historias de mujeres, pero también hay historias de guerra, de todo.Hay ciertas autoras que no les gustan las antologías porque sienten eso que decías, que esa clasificación de "literatura de femenina" les baja el escalón. ¿Cómo le responde un poco la biblioteca a este tipo de posiciones? Es que no las leímos, ni en el colegio, no las leímos en la universidad, no las hemos leído porque están descatalogadas. Y esta es la posibilidad de leerlas y son autoras que necesitaban ser rescatadas, digamos, en la colección esta María Mercedes Carranza, que no necesitaba ser rescatada, pero este libro que hicimos decidimos incluirlo porque es un libro supremamente personal que hizo su hija Melibea y ella traza como el camino de su mamá hacia el suicidio. Entonces es una cosa bellísima. Pero pues es que era absolutamente necesario hacerlo porque los libros de estas mujeres, si vos quieres leerlos, te toca ponerte botas de lluvia, subirme al bus, ir a la biblioteca, que me lo dejen leer ahí, en la biblioteca, preguntarle, "Oye, ¿Le podría tomar fotos para poder leer estos libros?" Entonces, pues era necesario porque necesitamos que estén. La biblioteca, está conformada por las autoras: Maruja Vieira, Francisca Josefa de Castillo, Soledad Acosta de Samper, Berichá, Albalucía Ángel, Meira Delmar, Hazel Ronbinson Abrahams, Amalialú Posso Figueroa, Teresa Martínez de Varela, María Mercedes Carranza, Elisa Mújica, Flor Romero de Nohra, Silvia Galvis, Amira de la Rosa, Helena Araújo, Sofía Ospina de Navarro, Emilia Pardo Umaña y Emilia Ayarza.La colección estará disponible en todas las bibliotecas públicas del país que irá de la mano con una estrategia de difusión pedagógica en ferias de libros, conversatorios y talleres donde se acercarán también a los profesores de colegios y universidades a los cuáles se les darán pautas para utilizarlos en sus clases. Además 11 de ellos estarán disponibles para su venta al público. Como si la belleza del proyecto por si solo no fuese suficiente, me permito citar el poema con el que cierra la nota editorial Pilar Quintana para la colección que encarna el espíritu de una biblioteca librando una cruzada contra el olvido: "El nombre de antes", de Maruja Vieira: Defenderé tu rostroy tu nombrede los añosque se acumulancomo piedras rotas.Defenderé tu voz,tus palabras,de estos largos silenciosque pesan sobre mis labios.Defenderé tu luzde esta sombra.
Hablar de mujeres que debían pedir permiso para opinar o descalzarse para ingresar al trabajo, hoy no solo produce indignación sino sorpresa e incredulidad. Pero sucedió e hizo parte de las páginas de indignidad a las que fueron sometidas las mujeres en Colombia y contra las cuales lucharon hasta ganarse el reconocimiento de la sociedad.Situaciones como no poder votar ni acceder a la universidad, o educarse solo para desempeñar labores domésticas; hasta poder ser golpeadas por el suegro o encerradas y que se les negara la alimentación, eran comunes a comienzos del siglo XX. Peor aún, todavía hoy existen episodios lamentables de maltrato hacia ellas.Es parte de lo que se podrá ver en la serieMujeres sin derecho y al derecho, coproducción de Señal Colombia y Cinex, que hace parte del Mercado de Coproducción de RTVC. Está compuesta por seis capítulos que se emitirán semanalmente cada viernes alas 9de la noche,a partir de este 29 de octubre, como antesala al Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, que se conmemora el 25 de noviembre.El documental fue dirigido porVerónica Posada Galindo, con Norma Villarreal como asesora de contenidos. Juntas revisaron durante diez años los sucesos históricos que marcaron las transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales de las mujeres en Colombia.Verónica, la directora,no alcanzó a ver el proyecto terminado,falleció el 6 de julio de este año cuando se realizaba la edición dela serie. En cada entrega de media hora se habla de educación,economía, ruralidad, política y no más violencia. La serie recorre 100 años de luchas y avances a favor de la equidad, la democracia y la inclusión de las mujeres y se reconoce a aquellas que han emprendido esta lucha, entre ellas campesinas, líderes, poetisas, politólogas y activistas reconocidas en todo el país por sus logros.Mujeres sin derecho y al derecho, con una perspectiva histórica, política y de género, muestra cómo a través de múltiples esfuerzos y propuestas expuestas en medio de tabúes, críticas y resistencias, las mujeres colombianas han venido conquistando una valoración digna y las posibilidades constitucionales para participar dentro de los procesos sociales y políticos, que vienen dando forma y legitimidad a la democracia colombiana.
—Diez... Veinte... Treinta... Aquí tiene su semana, maestro Flores.—Diez... Veinte... Treinta... —contó pausadamente el viejo, estirando con fuerza los billetes que luego lió y guardó en una cartera de cuero negruzco—. Conforme, patrón, muchas gracias y hasta el lunes.—Oiga, maestro, ¿no sería posible que mañana saliera a trabajar? Quisiera que me arreglara unos estantitos en el escritorio.—Yo no trabajo en domingo.—Lo sé, don Flores, pero un día es un día... Ya está, diga que sí.—Yo trabajo toa la semana, es mi deber, es mi obligación, pero el domingo descanso. Pa eso hizo Dios el domingo; pa descansar.—Convenido. Pero por esta vez no podría...—Ya fijé que no —atajó el viejo firmemente.—Se tendrá en cuenta su buena voluntad —dijo molesto el joven.Hablaban el patrón —o sea el administrador de la hacienda— y don Santos Flores, a través de la ventana del escritorio del primero que, protegida por una reja de hierro, abría sobre el corredor.Llegaba la noche con un silencio hondo, con una paz de vida que se aquieta, buscando en el reposo pujanza para la brega del siguiente día. Diversos rumores, al turbarlo, hacían luego más profundo ese silencio: un último aletear de pájaros en busca del nido; el paso de un gañán que horqueta al hombro caminaba- hacia su puebla; el trote brioso de un caballo; relinchando por la piara; el grito de una mujer que decía: "Vení, condenao", con estridencias broncíneas en-1a voz; el ulular de una lechuza anunciadora de la noche.Con todas las gamas del azul desvanecíase el paisaje en una especie de niebla: azul verdoso los prados; azul sombra los montes; azul negro, cordilleras; azul ópalo el cielo; azul plata las estrellas.— ¿Mi güena voluntá pa servir a l'hacienda desde que nací? Bien puee tomarse en cuenta... Sesenta años tengo y ni un día e trabajo hei faltao a mi obligación. Usté lo sabe y los patrones lo saben mejor que usté hablaba don Santos sin reproche, pero con una voz íntegra que no admitía discusión.—Bueno, bueno —contestó el joven conciliadoramente—, allá usted con sus razones. Hasta el lunes.—Hasta el lunes, patrón.Era interesante el viejo carpintero, recia figura hecha en músculos que los años iban enjutando. Sólo eso y blanquear los cabellos había conseguido el tiempo, porque el cuerpo se alzaba de un firme trazo único. A hachazos parecía haber sido hecha la fisonomía resuelta, de empecinado: cuadrada la barbilla, filudas como aristas las quijadas, delgados los labios descoloridos, recta la nariz, horizontales casi las cejas, rectangular la frente amplia, cerrados de expresión los grandes ojos de iris gris acero que iban derechos en busca de la mirada del interlocutor. La voz acordaba con el resto: fría, sin modulaciones, lenta, iba buscando con tino las palabras que mejor tradujeran su pensamiento."Es como un peñasco —pensó el administrador al verlo fundirse al azul de la noche en el fondo de la alameda—. ¡Y que vaya a casarse!"2Venido de varias generaciones que nacieran y murieran en la hacienda, Santos Flores —como todos los hombres de su familia fue carpintero.Muy niño aún, ayudaba a- su padre en cuanto sus fuerzas le permitían. Las horas de solaz que para los otros chiquillos eran correrías locas a través de los potreros en busca de nidos y frutas, para Santos eran paciente trabajo de carpintería que daba por resultado una cajita, una repisa, un banco. A los diez años entro a formar, parte del personal de la hacienda como ayudante de carpintero, bajo las órdenes de su, padre.Desde entonces no se le conoció otro goce que el trabajo, ni otra distracción que salir los domingos a dar una vuelta a caballo por los caminos comunales, ni otro afecto que el cariño a sus progenitores.En la austeridad de una vida hecha de deber cumplido pasaron lentos y monótonos los años. Murió el viejo maestro carpintero y Santos lo reemplazó en el puesto.Entre los montañeses aislados de la ciudad por enormes distanciar, se conserva íntegra la tradición casi feudal del vivir de nuestros abuelos. El patrón es el señor omnipotente del cual se soporta todo sumisamente, aunque en lo hondo se lo reconozca injusto. Ese sentimiento es mudo. La primacía del señor sobre el inquilinaje la ejerce en la puebla el padre, el marido o el hermano mayor sobre el resto de la familia. Así como el patrón lega al morir cuanto posee a sus descendientes, el montañés deja a los suyos el oficio que tuviera, con algo que más aún semeja su idiosincrasia a la del señor de otros tiempos: es el hijo mayor quien lo sucede.Santos Flores reemplazó a su padre en la carpintería y en el hogar.Tenía un carácter de hierro. Los principios morales y religiosos que la madre le inculcara se modelaron en ese metal, y nunca, nada ni nadie pudo borrarlos. Mientras vivió el padre fue un obediente a su mandar, luego tomó la dirección de la familia, reducida solamente a la mama Rosario, y bien supo ésta que era el hijo tan despótico como fuera el marido.— ¿Por qué no te casai? —preguntaba a veces, tímidamente, mama Rosario.—Porque aún hay tiempo pa tener un hijo.—La Juana del molino me gusta hartazo. Es limpia y comedida y de cara no es naíta e pior. Es l'única que me gustaría pa nuera.—Entoavía no pienso en casarme.Recién cumplía Santos Flores cuarenta años cuando la mama Rosario, de una gripe, fuese al otro mundo en busca de "su finao" que según ella la esperaba en la puerta del cielo.Este golpe rompió el equilibrio de sus hábitos. Por volver a ellos, inmediatamente, Santos Flores resolvió casarse.Eligió a Juana —la que tanto le- gustaba a su madre—, una mujercita bondadosa que sólo se ocupaba en bruñir el hogar modesto, plegándose humilde a cuanto Santos decía. Siempre taciturno, jamás contrariado, adivinado en sus menores deseos, el hombre fue bueno con ella y. la hizo feliz a su modo.Lo que no podía perdonarle, y en sus raras y frías cóleras le reprochaba como falta propia, era que en vez de un Santos Segundo Flores que siguiera la tradición de maestros Flores en la hacienda, le hubiera dado, con do años de diferencia de una a otra, tres hijas que se llamaban María Juana, María, Mercedes y María del Tránsito.Cuatro años después, al dar a luz un hijo varón que nació muerto, Juana murió, sumiendo a. Santos en un dolor silencioso, tanto más hondo persistente cuanto menos se deshacía en palabras y gestos.Junto al dolor —superándolo a ratos— estaba el sentimiento de humillación que el no tener un hijo le producía. En esos momentos pensaba en casarse nuevamente. Pero la recta visión de sus deberes paternales lo hacía desistir de ese, propósito, por no darles madrastra a las niñas. Cuando estuvieran mayores...Sí, entonces, ¿por qué, no casarse y lograr el ansia del hijo?La madre de Juana quiso reclamar el cuidado de las nietas. Santos Flores cortó todo proyecto de la molinera con esta frase sin vuelta:—Mis hijas son mías y. naiden más .que yo las criará.María Juana —que tenía a la sazón diez años— tomó el trabajo de la casa. Don Santos y ella se levantaban al amanecer, aseaban la -puebla; ordeñaban la vaca, preparaban el desayuno. Cuando el padre se iba, María Juana vestía a, las pequeñas y toda la mañana se le pasaba cuidándolas juiciosamente, al par que vigilaba la olla con los porotos y tenía lista la leche para el ulpo.A mediodía llegaba don Santos. Almorzaba de prisa y al pitar la sirena volvía el hombre a su trabajo. A eso de las cinco la mujer del campero Silva venía a lavar, a tostar, a moler trigo, a hacer, en fin, todos los trabajos que María Juana no podía realizar.Y la niña se esmeraba en su papel de madrecita que a sus propios años le daba importancia y —alma de servidumbre— vivía pendiente de los deseos de los demás, tratando de imitar en todo "el modo de los grandes", seria y razonable por naturaleza, obsesionada como su padre por el cumplimiento del deber.María Mercedes —Meche familiarmente—, era en lo físico idéntica a don Santos, pero en cuanto a carácter, el polo opuesto. Risueña, parlanchina, impulsiva, caprichosa, vivía en perpetua movimiento que impacientaba al padre. Y cuanto más crecía la niña, más rudos eran los choques de ambos caracteres. El padre exigía sumisión y obediencia pasiva; la hija quería libertad y obedecer sólo a su idea. A veces la discusión subía de tono, y el padre —exasperado— le pegaba. Pero ni razones ni golpes conseguían hacerla obedecer.—Sos pior que macho —decía don Santos:—Pior que yo es usté. ¿Por qué no m'eja ir a jugar con los chiquillos e don Silva?—Ya t'ije que no.—Es que yo l'igo que voy no más...—Vos m'andái buscando las manos.—Si quere pegarme aquí me tiene —y se lo quedaba mirando, desafiadora, con sus ojos de acero tan semejantes a los del padre, que unos parecían reflejo de los otros.Eran luchas que sumían a María Juana en un mar de estupores. Para ella, llevarle la contraria a don Santos era algo horrendo y, aunque le dolieran como recibidos en carne propia los golpes dados a Meche, encontraba muy naturales aquellas palizas.María del Tránsito —la Tatito— era un pobre ser de timidez que vivía en perpetuo sobresalto de desagradar, un ser de recogimiento únicamente se encontraba tranquila al estar sola, y que en presencia de don Santos transpiraba de angustia, no sabiendo qué hacer de su persona para disimularse. Las riñas de su padre con Meche la aterrorizaban hasta el punto de desmayarse cuando llegaban a hechos.Ya más grandes, empezaron a asistir a la escuela: juiciosa y aprovechada María Juana; díscola, pero admirable de comprensión, cuando se interesaba por el tema, Meche; opaca en su medianía Tatito, que sólo cobraba vida e inteligencia en la clase de religión.Al correr el tiempo se acentuaron en ellas sus diferentes personalidades, y al cumplir dieciocho años, María Juana era una agradable muchacha, atrayente por la bondad que emanaba de ella, óptima dueña de casa, hábil tejedora de lamas y choapinos, seria, humilde y, como su padre, rígida en sus principios y aferrada al deber.Meche seguía siendo la desesperación de todos, pues a sus características de niña agregaba ahora una coquetería endiablada que traía locos a los mozos de la hacienda. Mas tenían que contentarse con mirarla de lejos al pasar frente a la casita: conociéndola a fondo y temiendo una aventura que le costara la honra, tanto don Santos como María Juana la vigilaban estrechamente.—El que venga a las derechas que hable conmigo —decía don Santos.La pequeña vivía en éxtasis desde que hiciera la primera comunión en Curacautín. La religión fue un sedante para su angustia. Suave y opacamente desprendida de toda pasión humana, se le iban los días rezando, arreglando altares, mirando estampas.La pubertad le trajo innumerables trastornos físicos. La anemia roía su pobre cuerpecillo endeble, desmayos y vértigos la asediaban periódicamente y a tanto llegó su flacura que don Santos se asustó y, acompañado por la abuela molinera, fue con la niña a Victoria a consultar médico. .Siguiendo un régimen alimenticio muy nutritivo alternado con remedios, sin hacer otra cosa que hilar, pasaba Tatito días enteros sentada en un sillón, tirando de la hebra mecánicamente, muy delgada, muy blanca, señoril en su pose arcaica, toda ojos visionarios la cara comida por la enfermedad, extraña en aquel medio de rostros rudos, de figuras recias, de almas roqueñas.Una mañana don Santos las llamó a su pieza luego de desayunar, y pausadamente, con voz resuelta y expresión cerrada, dijo:—Ustedes ya están grandes y una madrastra no las irá hacer sufrir. Yo quero casarme y ya tengo palabreá a la Chabela Rojas. Ya está too arreglao. A mediados del otro mes será el casorio.Las muchachas lo oían estupefactas y un mismo impulso las hizo protestar.—Pero... —alcanzó a decir Tatito, abriendo enormes los ojos.— ¿Se quere casar? ¿Usté se quere casar? —dijo María Juana.— ¡Ja! ¡Ja! —rió Meche, insultante—. Se quere casar con la Chabela... El veterano templándose y mientras las hijas encerrás a canidao pa que naiden las vea. ¡Ja! ¡Ja!—Cállate —ordenó el viejo.—No quero. ¿Por qué voy a callarme? Si es pa morirse e la risa. ¡La Chabela es de la mesma edá que la María Juana!—Ya t'ije que te callaras.—Y yo dije que no quería callarme na... La Chabela Rojas e madrastra e nosotras. ¡Qu'irrisión más grande!—Ustedes serán las honrás. Ella es muy señorita y muy güena y. too se lo merece.— ¿La Chabela se lo merece too? ¿Usté está malo e la cabeza? Bien pue ser que le haigan hecho tomar alguna cosa... La Chabela Rojas muy señorita... Predúnteselo al patroncito... él le pegaría el señorío...—Eso sí que no te lo aguanto. Cállate o te costará caro.—No me callo... aunque me pegue... Predúnteselo tamién a don Fanor, el sobrino del señor Rodríguez. Predúnteselo... ¡Ay!... ¡Ayayaycito!— ¿No te querís callar? ¿No te querís callar?—Predúnteselo a los dos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ayayay!—Toma... Toma...Mala bestia...—Taitita lindo... ¡Por Diosito! —gentil, implorando, María Juana— Mi Señor, la va a matar... ¡Ay! Creo en Dios Padre... —musitaba Tato, alba como un lienzo y a punto de desmayarse.—Mala bestia la Chabela, qu'es una perdía —un bofetón más fuerte alcanzó a Meche en la boca y dando un traspié cayó de lado, sangrando abundantemente por la nariz.—Me vis acriminar —dijo el viejo, pesaroso.María Juana acudía a la otra, a Tatito, que había caído desmayada sobre la cama.—Vos tenis la culpa —prosiguió don Santos, dirigiéndose a Meche, que en el suelo, arrodillada, sollozaba convulsa—, me volvís loco con tus porfías. Con ésta creo que no quedrás más leución. El casorio es pa media-dos del otro mes. No hay güelta. Y no pongan malas caras y prepárense p'arreglar la casa. Hay mucho qui'acomodar pa recebir a la nueva señora. Ya lo saben.Cuando el viejo salía, Meche se irguió y dijo frenética:—Si usté se casa con la Chabela me voy puerta afuera. ¡Por ésta sé lo juro! Ya lo sabe.No contestó don Santos. Bien sabía que la última palabra era siempre de la rebelde. Pero mala hasta el punto de inventar una calumnia no la imaginaba. ¿De dónde sacaría las feas historias que achacaba a Chabela? Le amargó el día el saetazo de la frase: "Predúnteselo al patroncito. Predúnteselo..." Tanto le hería, tanto lo hacía sufrir, que en la tarde, al ir a ver a Chabela al despacho donde vivía con sus padres, le contó el incidente, taladrándola con sus ojos de acero.La muchacha lo oyó tranquila, sonrió mimosa y dijo:—Puras envidias. Cosas piores ha d'inventar la Meche pa que no se case conmigo.Y el viejo volvió a la confianza por obra de los ojos que tan serenos y verídicos parecían. Además su amor —un amor que llegara callado, tomándolo íntegro y sin vuelta— no pedía sino que le adormecieran recelos.Meche trató en otra ocasión —cuando tuvieron que dejar a la novia el dormitorio que ellas ocupaban, la pieza más espaciosa de la casita— de volver a su protesta de macho taimado que se niega a dar vueltas a la noria, por el solo placer doloroso de recibir una paliza que lo haga más consciente de su esclavitud.Fue su último grito de rebelión. Desde entonces hasta el día del matrimonio cosió, hiló, tejió, ayudó en todo a la par que las otras, en los preparativos que se hacían rumbosamente.Don Santos parecía haberlas olvidado. Absorto en sus pensamientos, sólo salía de su mutismo para dar breves órdenes. Además, lo veían poco. Almorzaba y comía en el despacho. Llegaba a acostarse. Se levantaba al alba, desayunaba servido por María Juana; revisaba la labor hecha por las muchachas el día anterior, hacía algunas hacía algunas indicaciones y se iba, tras de mirarlas muy fijo con sus ojos agudos como puñales.
Este mes la programación del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo estará llena de conciertos y obras magníficas, entre estos dos espectáculos imperdibles, la obra Juguetes Rotos de la directora argentina Carolina Román y el concierto de la Sinfónica Nacional de Colombia junto al Tambuco Ensamble de Percusión.En primer lugar, la directora y dramaturga argentina Carolina Román presenta su obra Juguetes Rotos por Producciones Rokamboleskas, una compañía de teatro española. Estas funciones hacen parte de la programación de España país invitado de honor en el Teatro Mayor. Juguetes Rotos narra la historia de una amistad entre Mario, un joven que abandona su pueblo, y Dorin, una transexual del mundo del espectáculo. Mario trabaja en una peluquería y Dorin lo lleva a enfrentarse a sus sueños de ser mujer. En este espejo en el que Mario se mira también se refleja un mundo de purpurina peligroso y revelador.Este proyecto propone una reflexión sobre la identidad sexual y sobre el mundo no-binario de España de las décadas de 1960 y 1970, en contrapunto con el del presente. En este entramado social muchas personas se vieron gravemente afectadas por un sistema que no los admitía ni reconocía más allá de los escenarios y la prostitución.Producciones Rokamboleskas nace de la mano de Fabián Ojeda (Premio Max 2017) y Nacho Guerreros, dos profesionales con una amplia trayectoria en las artes escénicas. Desde 2017 su actividad principal es la producción, coproducción y producción en gira de obras teatrales, apostando por la profesionalización del sector escénico en España y la calidad de los espectáculos.Carolina Román es dramaturga, actriz y directora. En Buenos Aires cabalgó entre sus estudios de periodismo en la Universidad de Buenos Aires y el teatro. Sus maestros más influyentes fueron Raúl Serrano, Alberto Félix Alberto y Augusto Fernández, entre otros. Junto a sus hermanas creó el Videoclub del Ángel, un proyecto especializado en cine de autor con el que organizaron modestos ciclos por el territorio.Las funciones serán el viernes 16 y sábado 17 de junio a las 8:00 p.m., la boletería está entre $55.000 y $80.000, la puede adquirir en la página web del teatro.Por otro lado, la Orquesta Sinfónica Nacional estará junto a Tambuco, uno de los ensambles de percusión más reconocidos en México (y el mundo) y a la directora inglesa Catherine Larsen Maguire.Tambuco interpretará junto a la Orquesta la pieza Metal de tréboles del también mexicano Javier Álvarez, una obra que a través de su discurso sonoro evoca a la naturaleza e impulsa a los músicos a explorar formas alternativas de tocar sus instrumentos. Esta obra y las otras tres que componen el programa, serán dirigidas por Catherine Larsen-Maguire, quien durante 10 años se desempeñó como Principal de fagot de la Komische Oper en Berlín, para después dedicarse de lleno a la dirección.Para abrir y cerrar la noche, la Orquesta interpretará dos obras del compositor estadounidense Aaron Copland, compositor clásico norteamericano por excelencia, quien además tenía un particular atractivo por la música latinoamericana. Para iniciar la velada, Three Latin American Sketches, una obra que se caracteriza, en palabras del compositor, “por sus melodías, ritmos y temperamento espontáneo y jovial”, y Rodeo: Four Dance Episodes, la versión sinfónica construida por el mismo compositor del ballet bajo el mismo nombre, en la que presenta fragmentos inalterados de conocidas melodías americanas. Completa el repertorio, Huapango, de José Pablo Moncayo, obra muy reconocida y de gran colorido que retrata la música popular de la zona de Veracruz en el Golfo de México.El concierto será el miércoles 28 de junio a las 8:00 p.m., la boletería va desde los $25.000 hasta los $80.000 y está disponible en la página del Teatro Mayor.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
En "Bramidos de agua dulce" (Escarabajo, 2020), la poeta conversa con el río Sinú, cuyas aguas serpentean a lo largo de la ciudad de Montería, en el Caribe colombiano; en su obra, el río adquiere vida propia y se convierte en un personaje central que, con cada corriente, lleva consigo los lamentos de la muerte y la violencia que asolan a las mujeres trans de esa urbe.A través de sus versos, la autora plasma algunas "experiencias aterradoras", pero también la resiliencia y lucha que vivieron estas mujeres hace más de 40 años: "Ante el temor de ser arrestadas y torturadas por la Policía, las mujeres trans que ejercían la prostitución en la época (...) preferían lanzarse al río Sinú"."Contar estas experiencias de vida desde una voz travesti, que es mi propuesta política, es controlar la narrativa de lo que se dice de nosotras", declara enfática a EFE Bárcenas, quien asegura que históricamente han sido interpretadas por personas cisgénero, heterosexuales y blancas que "terminan perpetuando lo que significa ser trans".Poesía en "clave travesti"Según la poeta, su "propuesta política" permite asumir el dominio de la narrativa en torno a las mujeres trans, que ha sido relegada al ámbito de la marginación, el sufrimiento y el trabajo sexual: "Me parece injusto" y, en su lugar, aboga por reivindicar nuevas perspectivas de "ser travesti"."La 'clave travesti' trata de posicionar la experiencia de vida de una mujer negra trans en la poesía", explica la escritora de 25 años, quien asegura que esta inclusión "no suele suceder en la literatura" porque "el canon literario es racista y transfóbico".En este contexto, Bárcenas reconoce que dichas experiencias se están convirtiendo en un nicho altamente lucrativo en la actualidad. A pesar de ello, la autora destaca que el reconocimiento y valoración de sus palabras y obras literarias son el mayor obstáculo que ha tenido que enfrentar.Escritura que abre horizontesEl contexto familiar y el entorno conservador en el que creció la poeta "no estaban preparados para comprender y aceptar" su identidad, lo cual generaba miradas opresoras y prejuiciosas hacia su persona y su cuerpo. Por lo que la colombiana encontró, desde temprana edad, un refugio íntimo y seguro en la escritura que le permitía plasmar sus sensaciones, experiencias y dar voz a su cuerpo en tránsito que ella describe, metafóricamente, como "florecer".La escritura también le dio conciencia del poder de la palabra y la expresión poética; fue una herramienta que le permitió forjar otro futuro, alejándose de los estereotipos limitantes que la sociedad asigna a las personas trans como "la prostitución, la peluquería o la calle". "La poesía me salvó porque me pude agenciar otro destino", explica Bárcenas, quien señala que no le parece negativo que sean prostitutas o peluqueras, sino que eso "sea lo único que la sociedad quiera que seamos".Dignificación y reconocimiento permanenteA propósito del Día Internacional del Orgullo LGBTI, que se celebra el 28 de junio, Bárcenas destaca que "la dignificación de las vidas trans va más allá de una celebración temporal y requiere cambios estructurales en diversos ámbitos".La activista enfatiza en la importancia de contratar a personas trans y brindarles espacios de manera continua: "Una verdadera inclusión implica tener en cuenta a las personas trans todo el tiempo, lo cual les proporcionaría la estabilidad económica tan necesaria en sus vidas porque aún enfrentan obstáculos para acceder a empleos, espacios culturales y académicos que no han sido diseñados con su inclusión en mente".La monteriana señala que durante esta celebración se percibe como "la cuota trans" y reflexiona sobre cómo muchas instituciones instrumentalizan la imagen de las personas trans en lugar de brindarles una participación genuina.Aunque le genera conflicto, también reconoce que esta situación puede ser una oportunidad para abrir camino a otras mujeres trans y ampliar su representación en diversos escenarios. "Ser reconocida como una travesti que pudo transformar su realidad y abrir nuevos horizontes para otras mujeres", así le gustaría a Flor ser recordada por sus hermanas travestis y por la sociedad.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde la creación en el año 2001, el Ciclo Rosa se reafirma cada año como la apuesta por la diversidad, como el puente para una transformación en las estéticas y narrativas de la creación audiovisual, que se mueven entre los distintos géneros cinematográficos, los múltiples formatos estéticos y las diversas maneras de narrar y representar el cuerpo, la sexualidad y el género mediante lo audiovisual.El Ciclo Rosa se ha convertido en un espacio alternativo para la muestra audiovisual y la discusión alrededor de la visibilidad LGBTIQ+. Por el Ciclo han pasado figuras significativas de la creación e investigación audiovisual nacional e internacional y se ha promovido la emergencia de nuevas formas de representación de los géneros y las sexualidades en su diversidad y complejidad.La edición del 2023 está conformada por una Muestra Internacional curada por Cédric Succivalli, crítico de cine y programador italiano, ha sido jurado en festivales como San Sebastián y el Festival de Cannes (jurado de la Palma Queer), entre otros. Succivalli propone 5 programas con un rango ecléctico de voces queer que lo han impresionado profundamente durante los últimos años. Esta muestra estará acompañada por su curador y presentará títulos: Lobo y perro, Fire at the Lake, The Lost Boys, Errante corazón, Exalted Mars, entre otros.La Muestra Nacional es resultado, por primera vez, de una convocatoria pública donde se recibieron más de 60 obras audiovisuales de todos los formatos y duraciones, provenientes de todo el territorio nacional. La muestra se compone de un largometraje: Clara y tres programas de cortometrajes: Fuerza salvaje, Afectos disidentes y Feminidades construidas.Además, el Programa Furia presentará películas que suspendan momentáneamente las convenciones sociales y permitirá que se avive la pasión por encima de la razón. Los personajes de Furia son complicados, difíciles de entender, rabiosos e inmorales, en esencia, queer. Por otro lado, en el Foco Jorge Cadena, intimidad y rebeldía, un recorrido entre lo personal y lo colectivo, lo introspectivo y lo político de este cineasta colombiano radicado en Suiza, los asistentes podrán ver una serie de cortometrajes que ha realizado en la última década, en un ir y venir constante entre su origen en el Caribe colombiano y su mirada extranjera en el mundo. Presentado por Swiss Films.Para complementar la agenda de películas se tendrán dos estrenos Internacionales: Medusa Deluxe de Thomas Hardiman y Lingua Franca de Isabel Sandoval. En estrenos nacionales: Wërapara de Claudia Fischer, Petit mal de Ruth Caudeli y Anhell69 de Theo Montoya.Esta edición tendrá la segunda versión de la Toma Rosa que se llevará a cabo del 9 de junio hasta el 1 de julio en la Galería de la Cinemateca de Bogotá, los días jueves, viernes y sábados. La Toma Rosa es un espacio para la juntanza y la circulación de propuestas interdisciplinarias vinculadas a diferentes prácticas artísticas en el marco del Ciclo Rosa, como una forma de apropiación de la Cinemateca por parte de todos los ciudadanos. Esta versión reunirá 13 artistas que fueron seleccionados a través de una invitación pública, quienes proponen un viaje por actividades literarias, audiovisuales, escénicas (circo, música, teatro, performance) de diseño gráfico, de artes plásticas y de Artes vivas.Ricardo Cantor, gerente de Artes Audiovisuales del Idartes, comenta “el Ciclo Rosa llega a su edición 22, y se ha convertido -como un rito- en un lugar de encuentro y conversación alrededor de las narrativas de representación y autorepresentación queer a través del cine y el audiovisual y su encuentro con otras prácticas artísticas y culturales como el performance, la literatura, la música, las artes visuales y la danza. En 2023, con un panorama internacional, el programa furia, el foco de Jorge Cadena, estrenos nacionales e internacionales sumado a 3 componentes convocados por invitaciones públicas: muestra nacional, la toma rosa y diálogos ciclo rosa junto con la exposición GenIA, El Cine & Yo con Daniela Maldonado y el Laboratorio Cuerpo Cyborg-Tecnogénero ensamblamos -como en un collage- una amalgama de lenguajes, estéticas y relatos que indagan en la expresión y las disidencias del género, del afecto y del amor.”Este año en la Sala E se realizará la Exposición GenIA: exploraciones inmersivas y con inteligencia artificial en clave de género, esta se basa en las posibilidades de intersección entre la tecnología y la identidad de género. Las obras realizadas y presentadas por la ciudadanía exploran estos temas desde una perspectiva descolonial, transfeminista, transterritorial, que reflexionan sobre la ética, la autonomía, la justicia y la dignidad; utilizando herramientas de inteligencia artificial para crear experiencias particulares. La exposición contará con visitas guiadas en inglés y español.Del 15 junio al 3 de agosto se realizará Laboratorio cuerpo cyborg-tecnogénero, en la Cinemateca de Bogotá y en el Castillo de las Artes, un encuentro de 16 sesiones los días lunes y jueves, el ingreso es libre con inscripción previa. El 28 de junio para participar en Lecturas de película - Reflejos de violetas en el turbio estanque: Inventario personal del cine homosexual debe hacer inscripción previa.El Ciclo Rosa tendrá una sesión especial de El Cine & Yo con Daniela Maldonado, lideresa comunitaria y activista social del sector poblacional trans de la ciudad de Bogotá, esta actividad de entrada libre, será el 21 de junio a las 7:00 p.m.Del 21 al 28 de junio se llevarán a cabo los Diálogos Ciclo Rosa, un espacio que abre y amplía conversaciones colectivas en torno a narrativas y disidencias del afecto. La selección de estos encuentros llegaron a través de invitación pública, en la que se recibieron propuestas con múltiples formas y formatos (talleres, ponencias, estudios de caso, material de archivo, mesas redondas, proyección y conversación, lecturas performativas, conversatorios, paneles, testimonios, entre otros)Durante los días del Ciclo Rosa se lanzarán las convocatorias para el Premio Dunkel Rosa 2023 y el 4° Laboratorio de Escrituras Audiovisuales Queer.Para más información puede consultar toda la agenda del Ciclo en la página web de la Cinemateca de Bogotá. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
Bautizada la estatua imposible, "es una obra creada por cinco maestros diferentes que nunca habrían podido colaborar en la vida real", afirma a la AFP Paulina Lunde, portavoz de Sandvik, la empresa que diseñó esta escultura gracias a tres programas diferentes de IA.De acero inoxidable, mide 150 centímetros de alto y pesa 500 kilos. Esta expuesta por el museo de Tecnología de Estocolmo y representa a una mujer, cuya mitad del cuerpo debajo del busto está cubierta por una especie de túnica y lleva un globo -hecho de bronce- en su mano izquierda.La idea era crear una mezcla entre los estilos de cinco escultores que marcaron cada uno su época: Miguel Ángel (Italia, 1475-1564), Auguste Rodin (Francia, 1840-1917), Kathe Kollwitz (Alemania, 1867-1945), Kotaro Takamura (Japón, 1883-1956) y Augusta (Estados Unidos, 1892-1962)."Algo en su apariencia hace sentir que no fue creada por un ser humano", señala Julia Olderius, una responsable de innovación dentro del museo.El espectador puede percibir la musculatura inspirada en Miguel Ángel, mientras que la mano recuerda a las creadas por Takamura.Para lograrlo, los ingenieros de Sandvik alimentaron el programa con abundantes imágenes de esculturas creadas por estos artistas. La inteligencia artificial propuso luego varias imágenes en 2D que, según ella, reflejaban el sello de cada uno de estos escultores."Estas imágenes en 2D fueron incorporadas por nuestros ingenieros en un modelado 3D y, a partir de ahí, nos concentramos en la fabricación", destaca Lunde.¿Pero es arte, o más bien una hazaña técnica? "Creo que es arte", afirma Olderius, que considera que esta apreciación le corresponde al público.Sobre la cuestión más general de la irrupción de la IA en este campo, muestra el mismo optimismo. "No hay que tener miedo de lo que la IA hace con la creatividad, el concepto, el arte y el diseño", juzga. "Simplemente hay que adaptarse a un nuevo futuro", donde la tecnología tiene un lugar de pleno derecho en la creación y el diseño, añade. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.