"La mayoría de la gente en Europa está cansada de escuchar siempre los mismos problemas en Afganistán y además surgen otros como la guerra en Ucrania o la crisis energética y Afganistán se queda un poco olvidada, pero con esta película queremos recordar que esos problemas no han desaparecido", asegura.Basada en la novela "Frišta" de Petra Procházková e inspirada en las vivencias de esta periodista checa, la película narra la historia de una joven europea que se enamora de un afgano y se marcha a vivir a Kabul, con todo lo que eso conlleva.Son los años posteriores al derrocamiento del régimen talibán a raíz de la invasión estadounidense y parte de la familia que acoge a la protagonista es relativamente progresista, pero aún así el choque cultural es total.El final, esperanzador, se antoja escalofriante a la luz de lo ocurrido en agosto de 2021, cuando los talibanes volvieron el poder. "Cuando estábamos terminando la película, a finales de 2020, la situación ya era complicada pero nada indicaba que iba a dar ese vuelco que al final dio", señala Pavlatova, que reconoce que se plantearon cambiarlo, pero finalmente decidieron mantenerse fieles al libro.Nominada al Óscar por el corto "Reci, reci, reci" (1991) y premiada en festivales como Annecy en Francia, el más importante de animación, y Berlín, Pavlatova proyectó por primera vez "My sunny maad" en el festival de Karlovy Vary en República Checa, en agosto de 2021, coincidiendo con el asalto al poder de los talibanes y las evacuaciones de Afganistán."Pasamos mucho miedo por la gente con la que habíamos colaborado y teníamos una sensación rara, no sabíamos si celebrar la buena acogida de la película cuando los que habían colaborado en ella estaban en peligro de muerte", explica, "pero ellos nos decían que la película les daba fuerza y alegría en esos momentos difíciles".Vea aquí el tráiler subtitulado de "My Sunny Maad", (2021) aquíEmpatía del espectadorEn "My sunny maad" Pavlatova se propone conseguir la empatía del espectador, pese a las grandes diferencias culturales, y muestra cómo la incomprensión afecta a la propia protagonista y a los trabajadores humanitarios que trabajan sobre el terreno."La gente occidental entiende mejor los problemas de Ucrania que los de Afganistán, lo que queríamos es ir más allá de las diferencias y mostrar que son personas que llevan una vida normal, sus amores, sus problemas cotidianos, la cultura afgana no es tan ajena como podríamos pensar", comenta.Pavlatova hizo toda la película desde Praga, con ayuda de referencias en internet de fotos y vídeo, con la colaboración de la autora de la novela y de una consultora afgana, pero las voces de los actores afganos se grabaron en Kabul.Consciente de que para gran parte de las jóvenes occidentales de hoy es difícil entender que una mujer pueda dejarlo todo por amor para irse a Afganistán, ponerse un burka y aguantar ciertas situaciones, Pavlatova subraya que esa era la historia original y quisieron respetarla.Procházková, periodista especializada en conflictos internacionales, vive actualmente en la República Checa, junto a su marido afgano y la familia de él, y está cubriendo el conflicto en Ucrania, en concreto los niños ucranianos "secuestrados" por Rusia, explica Pavlatova.La directora, tras los seis años dedicados a esta película, ya ha empezado a trabajar en la siguiente, que se llamará "El tranvía nocturno", tendrá como protagonista a la conductora de ese tranvía y será más "personal", ya que hablará sobre mujeres que han cruzado la barrera de los 50. Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Para su primera incursión en la dirección de una ópera, Sadat adapta el bestseller de su compatriota Khaled Hosseini, publicado en 2007, que describe el destino de dos mujeres cuyas vidas fueron marcadas por la represión de los talibanes en la década de 1990.Concebida inicialmente como una mirada a esta página oscura de la historia de Afganistán, esta ópera pasó a ser una obra realista cuando los fundamentalistas recuperaron el poder, en agosto de 2021. Su regreso transformó tanto el mundo de Sadat como el que ella quería evocar en el escenario.Los talibanes volvieron a controlar al detalle la vida de las mujeres, a pesar de haber prometido que esta vez gobernarían de manera diferente. "Cuando empecé me dije 'Tratemos de tener más elementos simbólicos y de alternar entre lo surrealista y lo real'", recuerda Sadat durante una entrevista con la AFP antes del estreno de la obra el 25 de febrero en Seattle, Washington (noroeste)."Para mí, el cambio no fue solo emocional. Afectó la forma en que veía la estructura de la ópera, y decidí que necesitaba recurrir a un mayor realismo y resaltar la realidad de la situación", desde los colores hasta el vestuario, pasando por el escenografía, señala.Sadat conoce muy de cerca esta situación por haber resistido a los talibanes cuando tomaron el poder por primera vez y las artes estaban severamente controladas. Cuando los fundamentalistas fueron derrocados, en 2001, ella se convirtió en una de las primeras cineastas afganas.En el corazón de sus películas, incluidas "Three dots" y "Letter to the President", están las mujeres y su perseverancia frente a la adversidad. Un tema que redescubrió en "Mil soles espléndidos" y que sigue explorando en la ópera del mismo nombre, que considera un relato de la resiliencia de las mujeres, "siempre las primeras en sufrir" los conflictos y la violencia política."Las mujeres son hoy las únicas que llevan a cabo una disidencia valiente en Afganistán", afirmó. "Aunque los talibanes las torturen, aunque las destierren, mantienen su voz". Con esta ópera, "llamamos a que se escuche esta voz", proclama.Una mezcla de tradiciones musicalesLa compositora Sheila Silver comenzó a trabajar en la obra hace casi quince años, tras haber encontrado en ella material para una ópera, con la profundidad de los personajes de Laila y Mariam y su vínculo forjado en medio de convulsiones políticas y familiares."La ópera es algo fuera de lo común, y ellas son fuera de lo común", dice. "Su resiliencia y amor mutuo las alimenta, y sobreviven gracias al poder de ese amor". Para su trabajo con el libretista Stephen Kitsakos, Sheila Silver ha combinado los usos occidentales de la ópera con los de la música de Afganistán.Estudió las tradiciones musicales indostaníes, "la música clásica de Afganistán", dice Silver, presente en el país desde el siglo XVI; e incorporó sus estructuras melódicas y armónicas. La ópera abre así con el violonchelo respondiendo al bansuri (una flauta de bambú), todo sobre fondo de un acorde prolongado que ubica al oyente, incluso sin recurrir al vestuario o la escenografía.En un espectáculo en el que las voces son todo, la consultora cultural afgana Humaira Ghilzai trabajó especialmente el lenguaje corporal, para no tener en el escenario "un montón de gente con vestidos afganos que hablan y caminan como occidentales", y ayudar a conducir al público a "un mundo diferente".Además de contribuir a varios eventos de la Ópera de Seattle que muestran la cultura y el arte afganos, ha buscado acercar a la comunidad afgana al escasamente conocido mundo de la ópera, algo que ella misma debió hacer, y alentar más "cruces de culturas".Ghilzai y Roya Sadat colaboraron para procurar que todo fuera más auténtico, dice, así como para llamar la atención sobre la situación "devastadora" que atraviesa el país del cual su familia huyó en 1979, durante otro capítulo violento de la historia nacional."Siento una gran responsabilidad con esta producción, porque el mundo ha desviado su atención de Afganistán", remarcó. Recuerde que puede conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"La pasada noche y hoy fueron los días más oscuros de mi vida, perdimos la última esperanza de nuestras vidas", dijo hoy a EFE Nooria, una de las miles de estudiantes afectadas, que no alcanza a comprender la medida."No hay una única y pequeña indicación para prohibir la educación femenina en el Islam, mientras que hay muchas pruebas claras y sólidas de que tanto hombres como mujeres deberían estudiar", agregó. Muchas jóvenes acudieron hoy a las universidades con sus mochilas cargadas a la espalda, solo para comprobar que efectivamente se les impedía el acceso en la misma puerta."Fui a la universidad, a los chicos se les permitió ingresar a la universidad, pero los miembros de las fuerzas de seguridad talibanes me impidieron ingresar, este es el mundo en el que vivimos", lamentó en redes sociales otra de las afectadas.Un grupo de alumnas protagonizó una protesta frente a la Universidad de Nangarhar, en el este del país, tras serles vetado el acceso al centro, y a ellas se unieron varios estudiantes varones de medicina que se negaron a acudir a clase al grito de "todos o ninguno"“Nos reunimos aquí para oponernos a la prohibición de la educación universitaria femenina. Es genial que los estudiantes varones también se unieran a nuestra protesta. Todos nos negamos a hacer exámenes mientras se impida a las mujeres la entrada a las universidades”, dijo una de las estudiantes en un breve video compartido en redes sociales.Este veto a la educación femenina en las universidades se suma al que ya impide el acceso de las mujeres a las escuelas de secundaria desde la llegada de los fundamentalistas al poder en agosto de 2021. Y al igual que sucedió hace un año con esta prohibición, las autoridades no especificaron ayer por cuánto tiempo se extendería el veto, sino que anunciaron que entraba "con efecto inmediato y hasta nuevo aviso"."Desde el anuncio mi hija sufre un gran dolor y llora. Qué clase de padres somos los que nos sentamos en silencio y observamos la muerte gradual de nuestros hijos", dijo a EFE la periodista y activista social, Zakia Kawiyan.Un dolor que comparten todas las mujeres, y por el que la también estudiante Meena pide que los hombres "den un paso al frente por sus hermanas y sus hijas", para evitar "que nuestra eliminación y nuestro futuro queden en la oscuridad".Opresión TalibánLa medida de los talibanes se suma a una larga lista de restricciones contra las mujeres, y que incluye la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del burka o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.Lo que no hace más que acercar la postura del actual Gobierno talibán a la de su anterior régimen entre 1996 y 2001, conocido por la exclusión de las afganas y su estricto código social.Porque más allá de impedir el acceso de las mujeres a la universidad, la nueva orden "también priva a Afganistán de su desarrollo", criticó en un vídeo la antigua parlamentaria del Gobierno depuesto por los talibanes y activista por los derechos de las mujeres, Fauzia Koofi, quien tildó de "muy lamentable" el silencio de los hombres.La ONU y otras organizaciones internacionales también condenaron hoy la medida de los talibanes. El relator especial de la ONU en Afganistán, Richard Bennett, la rechazó por tratarse de "un nuevo mínimo en la violación de los derechos a la educación igualitaria y profundiza la eliminación de las mujeres de la sociedad", y llamó a los talibanes a "revertirla de inmediato".Mientras que Human Rights Watch la calificó de "vergonzosa" e insistió en que los talibanes "dejan claro todos los días que no respetan los derechos fundamentales de los afganos, especialmente de las mujeres". No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Una biblioteca a bordo de un autobús a las puertas de un orfanato de Kabul. La imagen despierta las sonrisas en los niños, ya que no se repetía desde que los talibanes volvieron al poder en Afganistán, a mediados de agosto."Me siento realmente feliz. De nuevo estoy estudiando con los libros que amo", dice Arezo Azizi, una niña de 11 años que sostiene en sus brazos un libro de cálculo. La biblioteca "no venía desde hacía tres meses", explica la niña, sentada dentro de este autobús convertido en biblioteca, intentando hacerse oír entre el barullo alegre de sus compañeros. La biblioteca móvil es uno de cinco autobuses alquilados por una organización local llamada Charmagzh, creada por Freshta Karim, una afgana de la universidad británica de Oxford.Cientos de niños en los últimos años han usado a diario las bibliotecas que circulan por Kabul, debido a que muchas escuelas y orfanatos carecen de biblioteca propia y tienen pocos recursos. Pero "perdimos a casi todos los patrocinadores después de que el gobierno fue tomado por los talibanes" a mediados de agosto, indicó Ahmad Fahim Barakati, subjefe de la organización sin ánimo de lucro.El ministerio de Educación talibán otorgó permiso para que las bibliotecas móviles volvieran a circular semanas atrás, pero hubo que esperar días antes de alcanzar un acuerdo con el ministerio de Transporte, propietario de los buses, explicó Barakati. Al igual que los niños, la bibliotecaria Ramzia Abdi Jail, de 22 años, está visiblemente feliz con el regreso de las unidades."Es un sentimiento hermoso. Sobre todo porque actualmente hay una parte de las escuelas que están cerradas", recordó. La educación de las niñas se ha visto especialmente golpeada por el regreso de los talibanes al poder, cuando millones de niñas en todo el país fueron marginadas de la enseñanza secundaria en las escuelas públicas. En este momento, solo una parte de las niñas del país puede asistir a sus clases y a condición de que sean clases no mixtas, una situación que ha suscitado preocupación y críticas internacionales. Los talibanes afirman que desean primero garantizar las condiciones "de seguridad" para que las chicas puedan volver a las aulas."Tenemos niños de la calle y me encanta atenderlos porque no tienen la oportunidad de ir a la escuela", agrega Jail. "Tenemos libros islámicos, tenemos libros de historia en inglés y darí, tenemos libros para colorear y juegos", señaló. Charmaghz cuenta con fondos suficientes para mantener las bibliotecas móviles en funcionamiento aproximadamente durante un mes, dijo Barakati. "Estamos recaudando fondos en plataformas en línea y espero que tengamos suficientes patrocinadores y donantes" para mantenerlas activas más allá de ese plazo, declaró.
La gobernación de Sianlurfa, fronteriza con Siria, confirmó la detención sin dar más detalles. El agente de prensa del músico, quien no quiso dar su nombre, dijo que el hombre de 55 años sería liberado "en cuestión de horas".La estrella del electro folk sirio es acusada de "ser parte de la organización terrorista PKK/YPG", según el diario progubernamental Yeni Safak y la agencia de prensa DHA.Omar Souleyman, que reside desde hace unos años en Turquía, fue detenido en Sanliurfa, a 50 km de la frontera siria.Ankara considera que las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), la principal milicia kurda en Siria, son una rama del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), clasificado como "terrorista" por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos.Las canciones de Souleyman, como "Warni Warni", que cuenta con casi 100 millones de visualizaciones en YouTube, le han abierto las puertas de los principales festivales internacionales. Inició su carrera cantando en bodas en Siria y en sus vídeos, aparece con una kufiyya roja y negra y lentes de sol.Tras el inicio de la guerra civil en Siria en 2011 se instaló en la vecina Turquía, donde abrió una panadería.
"¡Radio Dabanga! ¡Radio Dabangaaa!". Tras la alegre sintonía, una voz grave da paso al boletín de noticias en árabe sobre Sudán, que no se emite desde Jartum sino desde un estudio de Ámsterdam, donde la emisora ha encontrado refugio.Unos dos millones de sudaneses están enganchados diariamente a las ondas de esta emisora, "independiente" y en el exilio. Su misión no es otra que garantizar la libertad de información en un país que ocupa el puesto 159 en el índice mundial de la libertad de prensa en 2021 de Reporteros Sin Fronteras.Ibrahim Jadelkarim, de 60 años, un hombre alto con aires del actor Morgan Freeman, llega al estudio. Se sienta delante de un micrófono, se coloca los auriculares y empieza a manejar los botones de la mesa de sonido. Se enciende la señal de "en el aire" y suena la sintonía de la emisora. Es la hora del informativo, pero no hay noticias alegres. "Es muy grave" lo que está pasando en este momento en Sudán, afirma el periodista, quien teme por su familia que sigue en su país. "La gente normal, los civiles, están siendo abatidos en las calles, torturados y encarcelados", subraya Jadelkarim, que huyó de Sudán después de que Omar al Bashir asumiera el poder en 1989. "Estoy preocupado, molesto, porque los militares y la policía actúan de manera salvaje en las calles y muchas personas han muerto y resultado heridas", prosigue.Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad dejaron el jueves otro fallecido en Jartum, en el cuarto día después de un golpe militar que está siendo rechazado por ciudadanos en las calles y por la comunidad internacional, quienes piden el regreso de los civiles al poder en Sudán. Al menos ocho manifestantes murieron y 170 resultaron heridos desde el lunes, según los fuentes sanitarias, cuando el general Abdel Fattah al Burhan disolvió el gobierno, que se suponía que garantizaría la transición a la democracia, y arrestó a ministros y altos funcionarios civiles.Los diez periodistas de Radio Dabanga transmiten dos programas informativos económicos, sociales y políticos sobre Sudán. Emiten desde Holanda debido a la represión contra los medios en este empobrecido país del este de África, sumido en el marasmo político y asolado por los conflictos. La vista desde el estudio de radio de Ámsterdam es impresionante, pero los miembros del equipo rara vez revelan la dirección por temor a represalias. La comunidad sudanesa en Holanda está dividida. Algunos están a favor del golpe, mientras que otros están en contra.Fundada en 2008 para informar sobre la crisis de Darfur, Radio Dabanga se ha expandido desde entonces para cubrir todos los rincones del país. Está financiada por oenegés y organismos gubernamentales internacionales, como el ministerio de Relaciones Exteriores de los Países Bajos. Radio Dabanga tomó prestado su nombre de un gran recipiente de almacenamiento esencial en los hogares sudaneses. Los agricultores utilizan las "dabangas" para almacenar alimentos y esconder dinero u otros objetos de valor en ellos.La emisora trabaja por "un Sudán democrático, donde reinen la libertad, la paz y la justicia, y donde se consagran los derechos humanos, sobre todo el derecho a la libertad de expresión y acceso a la información", puede leerse en su sitio web. En un país donde una parte de la población no sabe leer, la radio puede ser algunas veces su único acceso a la información y enlace con el mundo exterior.
"Mahjabin, como muchas otras chicas en Italia y en todo el mundo, cultivó su pasión por el voleibol en el club del municipio de Kabul, pero en comparación con otras compañeras, no había logrado salir de Afganistán en los últimos meses. Parece imposible que en 2021 alguien sea asesinado solo porque juega al voleibol, o aún peor, porque persigue sus sueños", asegura de entrada el comunicado oficial de la Federación Italiana de Voleibol, quien reveló el crimen que confirmaron los entrenadores de Hakimi en el periódico Independent Persian.Con la toma del poder de los talibanes y las prohibiciones que han impuesto sobre las mujeres, la estadía en el país para ellas es sinónimo de amenaza. Según los entrenadores de la liga de voleibol de Afganistán, solamente dos jugadoras lograron salir del país antes de la imposición del régimen, las demás siguen escondidas y buscando refugio huyendo de una casa a otra.Esa persecución de los talibanes frente a los deportistas se debe a la exposición en medios de todo el mundo que han tenido en los últimos años. La organización a cargo de Hibatullah Akhundzada considera casi un pecado y se ha comprometido con encontrar a todos los que han sido partícipes de esa exposición, de ahí el miedo sostenido de todos los deportistas.“Los jugadores están desesperados y asustados. Se han visto obligados a huir y vivir en lugares desconocidos”, seguro en entrevista con medios el director técnico de la selección, que prefiere permanecer en el anonimato por motivos de seguridad.Algunos periosdistas y medios afganos aseguran que Mahjabin Hakimifue asesinada a principios del mes de octubre, sin embargo, el miedo que se vive ahora en el país mantuvo en silencio el crimen.
Tras huir en enero de Afganistán al vecino Tayikistán, Omar Khamosh, un artista callejero, se instaló en Vahdat, cerca de la capital Dusambé, para abrir allí su taller donde da clases de pintura y dibujo."De mis amigos y todos los que dibujaban o eran artistas, ninguno trabaja" en Afganistán por la influencia de los talibanes y su ideología islamista rigurosa, lamentó Khamosh, de mirada suave, barba corta y chaleco rojo."Las fronteras están cerradas, ellos no pueden escapar. Se quedan en sus casas sin poder trabajar. Se esconden porque temen por sus vidas", comentó. Temiendo lo peor, Khamosh abandonó Afganistán antes del retorno de los talibanes al poder en agosto, tras una ofensiva relámpago que provocó el colapso del gobierno apoyado por Estados Unidos.Tras conquistar Kabul, las nuevas autoridades buscaron borrar pinturas, murales, graffitis y otras representaciones artísticas reprobadas por su ideología.En contraste, el pequeño taller de Khamosh tiene los aires de un paraíso de artistas. Al pie de un muro cubierto de graffitis reposan unas piedras pintarrajeadas. Una de ellas tiene dibujada una sonrisa, otra saca la lengua.En el interior, el clima es al mismo tiempo caluroso y nostálgico. Sobre la pared, una pintura representa la bandera de Afganistán en forma de pupila en un ojo lleno de lágrimas.Inclinados sobre sus hojas, los alumnos de Khamosh se dedican a dibujar retratos y paisajes que evocan a su país, del que muchos salieron a la fuerza."En Kabul nuestras vidas corrían peligro. Nadie quería dejar su tierra, abandonar todo y venir aquí", aseguró Sapan Nazari, sosteniendo con una mano el elegante velo oscuro que cubre sus cabellos.Dibujar, es todo"El futuro... ¿Qué nos va a decir? Yo quiero aprender a dibujar bien, es todo por el momento", agregó la joven de 19 años. Tayikistán es uno de los tres países exsoviéticos fronterizos con Afganistán, pero es el único en negarse a tener contacto directo con los talibanes y defiende fuertemente la importancia de la minoría tayik en Afganistán. Siendo la más pobre de las exrepúblicas soviéticas, evita abrir sus fronteras a un gran número de refugiados.Khamosh era parte de la vibrante escena de artistas callejeros de Kabul, surgida tras la caída del primer gobierno talibán en 2001. Huyó tras la muerte de su padre a manos de hombres armados, que él atribuye a religiosos conservadores. "Yo vine a Tayikistán porque no tenía otro lugar a donde ir", explicó.En el espacio artístico que abrió hace tres meses, los lamentos y las esperanzas de los exiliados están expuestos sobre las paredes.Un dibujo representa el combate entre un caballo blanco y uno negro, una metáfora de la lucha entre las varias identidades de Afganistán, un país atravesado por diferencias culturales, lingüísticas, religiosas y étnicas.Un hombre joven hace un bosquejo del comandante Ahmad Shah Massoud, un héroe de la lucha contra los talibanes asesinado en 2001.Su vecina termina su representación de un árbol que crece sobre un suelo rocoso, ¿quizás un mensaje de esperanza?Para Oranos Nodiri, una mujer de 24 años que fue a Afganistán con su esposo y dos hijos, los esfuerzos de los talibanes por acallar las artes están destinados al fracaso."Los talibanes recurren a la violencia porque la gente no es la misma hoy día que hace 20 años", declaró ella. "La gente no quiere volver a aquella vida".
El 11 de septiembre de 2001 tuvo lugar el atentado más grave en la historia de Estados Unidos. Cerca de 2.750 personas perdieron la vida en el colapso de las Torres Gemelas y en medio de las labores de rescate. Sin embargo, 20 años después del fatal día hay varios puntos que merecen ser aclarados. Aquí enumeramos algunos.El “enemigo” de Estados UnidosOsama bin Laden fue el creador y líder de la organización islámica Al-Qaeda —que traducido del árabe significa la base—, quienes buscaban establecer un orden político que uniera a todos los musulmanes, a partir de un Estado Islámico.Luego del retiro de Estados Unidos de Vietnam, en 1970, y posteriormente, del Líbano en 1993, Bin Laden se convenció de la vulnerabilidad del país y empezó a referirse a este como un “tigre de papel”. Pero no fue hasta 1996 que la idea de un gran golpe se convirtió en un plan. Sucedió en Afganistán, luego de conocer a Khalid Sheikh Mohammed, quien le presentó una propuesta de operación que incluía pilotos y aviones que harían colapsar edificios y puntos estratégicos en el país.Al-Qaeda se fortaleció con los años y para finales de la década de los 90 tenía alcances globales. Bin Laden y sus agentes se encargaron de tejer relaciones con militantes en todo el mundo.El ataqueFue en 2001 cuando el plan se accionó. 19 agentes suicidas de todo Oriente Medio participaron en el secuestro de 4 aviones que cumplían líneas nacionales en la Costa Oeste del país y además, llevaban cargas completas de combustible. El primero, con destino a Boston, fue desviado hacia la torre norte del World Trade Center en la ciudad de Nueva York. El segundo avión cumplía la misma ruta y fue estrellado contra la torre sur.El Pentágono fue el tercer objetivo. El vuelo 77 de AA estaba cerca de Washington y chocó contra el ala sur del lugar. El cuarto avión se estrelló en un campo en Pensilvania, cuando algunos de los tripulantes trataron de tomar el control.Las investigaciones y los errores por buscar capturasPara garantizar la seguridad nacional se autorizaron las detenciones indefinidas contra los “sospechosos” de actividades que pudieran poner en riesgo dicha seguridad.De acuerdo con la investigación de Luis E. Bosemberg, se aprobaron decretos en los que se establecían tribunales militares para juzgar a extranjeros sin posibilidad de que estos pudieran recurrir su sentencia ante la justicia civil.También se expandieron los poderes de vigilancia del gobierno reduciendo los criterios mínimos exigibles para su autorización y limitando la competencia de los tribunales a la hora de autorizar el espionaje.La ley “Homeland Security” (2002) permitía al Departamento de Seguridad Nacional recabar todo tipo de información sobre los ciudadanos, incluso accediendo a los correos electrónicos personales. Todas estas nuevas leyes fueron aprobadas sin debate público, ni plenarias en el Congreso. A pesar de que recortaban los derechos cívicos se aprobaron por aclamación y al calor del ferviente del patriotismo que reclamaba una situación de amenaza nacional.Esta política dio pie a cientos de abusos policiales. Es el caso de los servicios secretos y la policía, quienes bajo la excusa de recoger información sobre los ciudadanos sin estar sujetos siquiera a la supervisión judicial, detenían arbitrariamente bajo la premisa de las leyes antiterroristas y la medida de prevención. Sin embargo, se presentó como objetivo en el marco de la contra el terrorismo que creó un vasto aparato de seguridad que por muy escaso margen podía actuar con intenciones represoras.Bush y la lucha contra el terrorismo"No haremos distinción entre los terroristas que cometieron estos actos y los que los albergan", aseguró el presidente Grorge Bush en su primera alocución, luego del atentado del 11 de septiembre. Luego de volar por todo el país, visitar las ruinas y programar varios concejos de seguridad, Bush anunció una "Campaña contra el terrorismo", basada en intervenciones militares en Afganistán, con el apoyo del Gobierno de Sadam Husein.La decisión del Gobierno Bush tuvo el respaldo de la comunidad internacional y desde ese momento, la seguridad internacional fue el primer punto en la agenda de la ONU.Dos meses después, en noviembre del 2001, Estados Unidos y sus aliados en Afganistán atacaron el régimen talibán, hasta dispersarlo sin provocar su disolución . La base con cientos de militares tuvo presencia hasta agosto del 2021.Afganistán 20 años despuésEn el 2021 hubo un acuerdo con los Talibanes. Justo después, el presidente de Estados Unidos, Joe Bide anunció el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán, lo que provocó una avanzada del grupo militar, hasta tomarse el poder del país. Sin embargo, la OTAN aseguró la permanencia de 650 soldados en el país, con el fin de brindar protección a los diplomáticos y del aeropuerto de Kabul. Le puede interesar: El burka y las mujeres: una historia de maticesLuego de este anuncio se ha cuestionado la operación militar de EEUU, pues a pesar de permanecer 20 años en invasión Al-Qaeda también continúa operando en Afganistán, al igual que los militantes de Estado Islámico. Por el contrario, las pérdidas en el país no pueden ser más aterradoras: más de 60.000 miembros de las fuerzas de seguridad, 111.000 civiles han muerto o han resultado heridos desde que la ONU comenzó a registrar sistemáticamente las bajas civiles en 2009. Para tener un contexto: Cinco libros para comprender el conflicto de Afganistán
El corán es el libro sagrado de los musulmanes en el que Allah estableció los principios básicos que dan orden a sus vidas y su cultura. A través de Mahoma, el profeta, este conocimiento llegó a los fieles. En el corán están consignadas las obligaciones religiosas —como celebraciones y cultos— y los actos prohibidos. "Di a las mujeres creyentes que bajen la mirada y protejan sus partes íntimas, y que no muestren sus atractivos, excepto lo que es visible. Y que envuelvan sus chales alrededor del escote, y que revelen sus atractivos solo ante sus maridos...", advierte el pasaje 24:30-31 del Corán, metáfora que se ha relacionado con el uso de los velos, según analistas de la cultura islamista.Es importante aclarar que el Islam está basado en el Corán. Esta religión nace en el siglo VII en Arabia y se funda en la enseñanza del profeta Mahoma, sus creyentes y practicantes son musulmanes. Sin embargo, aunque el islam es la religión con mayor número de adeptos en países árebes, no es la única.El velo es una prenda con muchos matices. A pesar de que una parte de la historia se desprende del libro sagrado del islam, es necesario comprender que existen diferentes prendas con usos y significados particulares. Además, no siempre han sido un elemento opresivo para las mujeres.Los inicios del uso de los velos pueden rastrearse en Mesopotamia, ubicada en Oriente próximo que abarca Irak, Siria y Turquía, entre los ríos Éufrates y Tigris. En esta época, los velos eran un símbolo de distinción social, no religiosa, pero con la llegada del judaísmo se convirtieron en una prenda característica de las mujeres modestas que hoy, todavía, sigue siendo indispensable en las comunidades ortodoxas.El Hiyab cubre el pelo, el cuello, el pecho y el rostro de las mujeres queda descubierto. Se ha discutido sobre su traducción literal y varios analistas, entre ellos la escritora Fariba Adelkhah, aseguran que es limitado hablar únicamente de Hiyab en términos de ocultar o tapar, porque sus significados son más extensos. Pero el uso obligatorio del Hiyab ha coincidido con panoramas políticos particulares. A principios del Siglo XX el uso de esta prenda era opcional. Conforme hubo disputa por el poder en Irán, en 1979 el presidente Ruhollah Jomeini hizo una ley que obligó a las mujeres usar Hiyab a partir de los 9 años. De acuerdo con Fariba Adelkhah en su libro La revolución bajo el velo, el Hiyab “es un elemento indispensable del respeto a las normas islámicas por parte de las mujeres”. Adelkhah asegura que este argumento es para muchas mujeres un símbolo de sumisión total a Dios y “la base de una convicción sin fisuras”, y es, a la vez, un elemento que configura la imagen que las mujeres tienen sobre sí mismas y el mundo. “Antes de ser una forma o un deber religioso, el Hiyab aparece en el razonamiento de las mujeres islamistas como un valor social en sí mismo, ponderado en una serie de expresiones comunes”, afirma la autora.Otros velos, como el Niqab, que solo deja al descubierto los ojos y es acompañado por un pañuelo que envuelve la cabeza, es más común en países árabes del Golfo Pérsico, Asia occidental y África, así como en la India. El Chador, por su parte, es un hábito de cuerpo completo y solo mantiene despejado el rostro. Aunque existan de distintos colores, el de uso más común es el negro y caracteriza el panorama en paísses como Irán, Líbano, Iraq, Baréin y Arabia Saudita.El burka y su historia más allá de las noticias de AfganistánHace unas semanas, luego de la toma del poder en Afganistán por parte de los talibanes y el anuncio de las 29 prohibiciones del régimen en contra de las mujeres, cientos de imágenes de mujeres completamente cubiertas por el burka se hicieron virales. Una de las fotografías más compartidas fue la de Boushra Almutawakel, sin embargo, la fotógrafa, en entrevista para BBC hizo algunas aclaraciones sobre su fotografía y el uso del velo en el país.La fotografía de Almutawakel fue publicada en 2010, como parte de la serie Madre, hija y muñeca. En medio de la agitación y la replica simultanea de sus fotografías en las redes sociales, Almutawakel aclaró que, si bien su trabajo ha procurado una crítica contra la misoginia y el patriarcado, además de los controles sobre el cuerpo de las mujeres de su región, nunca ha sido un reproche al Burka. Como afirma la artista, “Antes, los velos eran coloridos. Cada aldea tenía su propio velo. En algunos pueblos las mujeres ni siquiera se cubrían la cara”.Además, la artista asegura que las restricciones que los regímenes han impuesto sobre las mujeres, no hacen parte del islam: “Es como si la cultura fuera mucho más fuerte que la religión. Hay muchas cosas maravillosas sobre nuestra cultura, pero la parte misógina, la extremista, eso de cubrir completamente a las mujeres, esconderlas, usarlas como propiedad, no es parte del islam”.Sobre el uso de sus fotografías como un reproche a los velos, Almutawakel asegura que hacen parte de una crítica poco informada y una tergiversación de las noticias que circulan en las redes sociales. “Definitivamente es un mal uso y una tergiversación, porque esta serie de "madre, hija y muñeca" es parte de mi trabajo como mujer musulmana, como árabe, como una mujer yemení que usa el hiyab”.
Yo tenía ocho años. En aquel momento de mi vida, nada me importaba más que el béisbol. Mi equipo era el New York Giants, y seguía las actividades de aquellos hombres de gorra naranja y negra con la devoción de un verdadero creyente. Incluso ahora, al recordar ese equipo que ya no existe, que jugaba en un estadio que ya no existe, soy capaz de recitar los nombres de casi todos los jugadores. Alvin Dark, Whitey Lockman, Don Mueller, Johnny Antonelli, Monte Irvin, Hoyt Wilhelm. Pero ninguno era tan grande, tan perfecto ni tan digno de veneración como Willie Mays, el incandescente Say-Hey Kid.Aquella primavera me llevaron a mi primer partido de liga. Unos amigos de mi padre tenían asientos de tribuna en el Polo Grounds, y una noche de abril fui con mis padres y sus amigos a ver a los Giants contra los Milwaukee Braves. No sé quién ganó, no recuerdo un solo detalle del partido, pero sí recuerdo que, cuando acabó, mis padres y sus amigos se quedaron charlando en sus asientos hasta que todos los espectadores se hubieron marchado. Se nos hizo tan tarde que tuvimos que cruzar el campo y salir por una de las puertas centrales, que era la única que estaba abierta. Y dio la casualidad de que esa salida estaba justo debajo de los vestuarios de los jugadores.En el momento en que nos acercamos a la puerta, atisbé a Willie Mays. No había duda alguna de que era él. Se trataba de Willie Mays en persona, ya sin el uniforme del equipo, vestido con ropa de calle a menos de tres metros de mí. Conseguí que mis piernas me llevaran hacia él, y a continuación, haciendo acopio de todo mi valor, hice que las palabras me salieran de la boca:—Señor Mays —le dije—, ¿podría firmarme un autógrafo?Mays debía de tener unos veinticuatro años, pero fui incapaz de llamarle por su nombre de pila.Su respuesta a mi pregunta fue brusca pero amigable.—Claro, chaval —dijo—. ¿Tienes un lápiz?Recuerdo que estaba tan lleno de vida, hasta tal punto rebosaba juventud y energía, que no dejaba de dar saltitos mientras hablaba.💬Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Pero yo no llevaba lápiz, de modo que le pedí a mi padre si podía prestarme el suyo. El tampoco llevaba. Ni mi madre. Y resultó que los demás adultos tampoco.El gran Willie Mays seguía allí, mirándome en silencio. Cuando quedó claro que no había nadie en el grupo que llevara nada con lo que escribir, se volvió hacia mí y se encogió de hombros.—Lo siento, chaval —dijo—. Si no tienes lápiz, no puedo firmarte un autógrafo.Y salió del estadio perdiéndose en la noche.No quería llorar, pero las lágrimas empezaron a caerme por las mejillas, y no pude hacer nada para impedirlo. Y lo peor fue que seguí llorando en el coche hasta que llegamos a casa. Sí, estaba abatido, decepcionado, pero también irritado conmigo mismo por no ser capaz de controlar las lágrimas. No era ningún crío. Tenía ocho años, y se suponía que un muchacho de esa edad no debía llorar por algo así. No sólo no tenia el autógrafo de Willie Mays, sino que tampoco tenía nada más. La vida me había puesto a prueba, y yo no había sabido dar la talla.Después de aquella noche, comencé a llevar un lápiz conmigo allí donde iba. Adquirí la costumbre de no salir de casa sin antes asegurarme de que llevaba un lápiz en el bolsillo. No es que planeara hacer nada con él, pero no quería que me cogieran otra vez desprevenido. En una ocasión ya me habían pillado con las manos vacías, y no iba a permitir que eso volviera a pasarme.Cuando menos, los años me han enseñado esto: si llevas un lápiz en el bolsillo, hay bastantes posibilidades de que algún día te sientas tentado a utilizarlo.Como me gusta decirles a mis hijos, así es como me hice escritor.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Paul Auster, nacido el 3 de febrero de 1947 en Newark, Nueva Jersey, fue un autor estadounidense cuyo trabajo significó uno de los paradigmas de la literatura norteamericana contemporánea. A lo largo de su carrera, Auster fue aclamado por su habilidad para explorar temas complejos como la identidad, el azar y la soledad a través de una prosa distintiva y evocadora.💬Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Uno de los aspectos más destacados de la obra de Paul Auster fue su famosa "Trilogía de Nueva York", compuesta por las novelas "Ciudad de cristal" (1985), "Fantasmas" (1986) y "La habitación cerrada" (1986). Esta trilogía, considerada una obra maestra del género posmodernista, fusionó elementos del thriller, la metaficción y la filosofía existencialista para crear una narrativa absorbente que desafió las convenciones literarias tradicionales.Auster fue conocido por su estilo de escritura conciso y reflexivo, así como por su uso magistral de la estructura narrativa fragmentada y la voz narrativa ambigua. Sus personajes a menudo se encontraban en mundos enigmáticos y laberínticos donde la realidad se entrelazaba con la fantasía, lo que invitaba al lector a reflexionar sobre cuestiones fundamentales de la vida y la experiencia humana.Además de su trilogía más famosa, Auster produjo una amplia gama de obras que abarcaban novelas, ensayos, poesía y memorias. Entre sus obras más destacadas se encontraban "El libro de las ilusiones" (2002), "Brooklyn Follies" (2005), "4 3 2 1" (2017) y "Diario de invierno" (2012). En cada una de estas obras, Auster demostró su maestría para tejer historias complejas y profundamente humanas que resonaban con los lectores a nivel emocional e intelectual.El trabajo de Auster fue destacable por su capacidad para capturar la esencia de la condición humana en todas sus complejidades y contradicciones. Su enfoque introspectivo y su exploración de temas universales como el destino, el azar y la búsqueda de significado consolidaron su lugar como uno de los escritores más influyentes de su generación.Auster falleció el martes 30 de abril a los 77 años después de padecer cáncer de pulmón. A lo largo de su carrera, fue galardonado con numerosos premios y reconocimientos, incluyendo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2006. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El martes 30 de abril del 2024 será recordado por el día en el que murió Paul Auster, el renombrado escritor estadounidense conocido por sus obras literarias que cautivaron a lectores de todo el mundo. Auster, de 77 años, partió tras padecer cáncer de pulmón, según lo reportado por el diario The New York Times el martes.Nacido con un don para la narrativa, Auster dejó una huella indeleble en la literatura contemporánea con obras que exploran las complejidades de la existencia humana y la condición moderna. Su famosa "Trilogía de Nueva York", que incluye obras emblemáticas como "Ciudad de cristal", "Fantasmas" y "La habitación cerrada", se ha ganado un lugar destacado en el canon literario.Más allá de su genio creativo, Auster será recordado por su carácter afable y su profundo compromiso con la escritura. Amigo y mentor para muchos, su legado trasciende las páginas de sus libros, dejando una marca perdurable en la comunidad literaria.
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La campaña “Donar un libro es un Hecho de Paz”, liderada por la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA), que cumple veinte años de presencia en Colombia y la Cámara Colombiana del Libro, llega a su quinta edición.Esta iniciativa, que desde 2019, ha entregado más de 17.500 libros en los territorios más afectados por el conflicto armado, la criminalidad y la inequidad, y en diferentes centros carcelarios del país, está pensada principalmente en niñas, niños y adolescentes para incentivar la lectura y su capacidad para transformar realidades sociales en pro de la construcción de paz en sus municipios y comunidades.“Este 2024, la MAPP/OEA cumple 20 años de trabajo ininterrumpido en Colombia acompañando a las comunidades y a las instituciones en los territorios, y con su despliegue territorial en más de 100 municipios de 18 departamentos, a través de 14 oficinas regionales permanentes, está a disposición del país para llevar la lectura como un hecho de paz a aquellos lugares que más lo necesitan”, señaló Roberto Menéndez, Jefe de la MAPP/OEA.Hasta ahora esta campaña ha entregado ejemplares en más de 80 iniciativas locales en todas las regiones del país, como escuelas, organizaciones sociales y de líderes, asociaciones de educadores, consejos comunitarios, colectivos juveniles, centros comunales y bibliotecas en zonas rurales y urbanas de departamentos como La Guajira, Antioquia, Arauca, Norte de Santander, Valle del Cauca, Caquetá, Cauca, Córdoba, Guaviare, Meta, Cesar, Putumayo y Nariño, entre otros.También han estado presentes en centros penitenciarios de Jamundí, Valle del Cauca; La Dorada, Caldas; Apartadó, Antioquia; y el Buen Pastor de Bogotá, como parte del programa “Cultura Para La Libertad” de los Ministerios de Justicia y de Cultura, que con apoyo del INPEC y la MAPP/OEA, impulsan una iniciativa de resocialización e integración para personas privadas de la libertad, a partir del fomento a la lectura, la escritura y la educación.“Como representantes del sector editorial colombiano, es fundamental continuar fortaleciendo los vínculos entre los libros y sus lectores, así como articular las distintas iniciativas que se gestan alrededor de la promoción de la lectura en el país. Esta campaña, que ya llega a su quinta edición, evidencia el interés genuino de los y las ciudadanas, para que las palabras lleguen a todos los rincones del país”, afirma Adriana Ángel Forero, directora de la FILBo, espacio en el que también los interesados podrán hacer donaciones de libros."Desde la Misión celebramos la participación de Brasil, país miembro de la Organización de los Estados Americanos, como invitado de honor a la Feria este año. También, agradecemos el apoyo de la Cámara Colombiana del Libro, Servientrega y las embajadas de países socios y amigos de la MAPP/OEA como Suecia, Países Bajos, España, Reino Unido e India; de entidades como el Centro Nacional de Memoria Histórica; y a miles de colombianas y colombianos que se han querido sumar a esta iniciativa a lo largo de sus distintas ediciones”, agregó Menéndez.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.¿Cómo donar libros? Quienes deseen contribuir a esta campaña deben tener en cuenta que los libros donados deben estar en perfecto estado y abordar temáticas como literatura infantil, juvenil y universal; derechos humanos; niñez, convivencia y diálogo; Paz, equidad y reconciliación; y medio ambiente.Durante los días de la FilBo, podrán entregar los libros en los stands de Servientrega en Corferias o en la oficina de la Cámara Colombiana del Libro, en el segundo piso del pabellón 23.También hay espacios distintos a Corferias para hacer las donaciones: pueden acercarse a la Biblioteca Fundadores Colegio Gimnasio Moderno, ubicada en la carrera 9 #74-99 en Bogotá, o revisar uno de los 65 puntos de recepción de libros dispuestos por Servientrega en todo el país aquí.En la edición 2023 de “Donar un Libro es un Hecho de Paz” se recogieron más de 2.800 libros en todo el país. Este año, con el apoyo de Servientrega, la MAPP/OEA y la FILBo se encargarán de entregar los libros recolectados.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.