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"Solo por los lectores hicimos el trabajo que hicimos en Arcadia"

El pasado 17 de marzo se dio a conocer en redes sociales la suspensión de la Revista Arcadia. Una decisión que tomó por sorpresa a sus lectores y suscriptores. Sara Malagón Llano, ex editora del medio, nos cuenta qué pasó y sus percepciones.

Sara Malagón
Sara Malagón Llano, ex editora de Arcadia.
Cortesía

¿Cuánto tiempo llevabas en Arcadia? y ¿cómo podrías resumir tu trabajo en la revista durante ese periodo?

Yo entré a trabajar en Publicaciones Semana en 2015, trabajé primero en la Revista Semana junto a Felipe López y ahí estuve un año y medio, tal vez, y luego en 2017 cuando Christopher Tibble, que era el editor anterior de la revista, se fue a estudiar afuera entré a hacer parte del equipo de Arcadia bajo la dirección de Juan David Correa. Eso fue julio de 2017 y entré al puesto de editor general. Ocho o nueve meses después a Juan David le ofrecieron la dirección de Planeta Colombia y deja Arcadia.

Una vez se fue Juan David entró como director Camilo Jiménez Santofimio, quien era ex colega mío de Revista Semana, y Felipe Sánchez toma el puesto de editor digital. Ese fue el nuevo equipo, un equipo bello y muy propositivo que le inyectó su propio sello a la revista y la hizo entrar en una tercera etapa que vino tras la dirección de Marianne Ponsford, quien es la creadora de Arcadia y Juan David Correa, que fue el segundo director.

Mi trabajo en principio era dirigir, coordinar y editar todo lo que tenía que ver con contenidos de la revista impresa, también los contenidos de alianza. Estos proyectos se volvían cada vez más importantes para la revista porque durante el tránsito de la dirección de Juan David a la de Camilo el modelo de negocio cambió y empezó a estar mucho más ligados a proyectos de contenido editorial, construidos con aliados que apoyaran la visión de Arcadia, algo que iba más allá que el simple modelo de pauta y publirreportaje.

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Con Camilo comenzamos a acercarnos a aliados un poco impredecibles para una revista cultural y eso estuvo acompañado a su vez de un tránsito hacia un enfoque más explícitamente político o digamos que permitió que Arcadia se volviera una revista cuyos temas hacían más prioritario la importancia de ver la cultura en su dimensión política y de ver la política a través de un ojo analítico y de un prisma de tinte cultural.

Arcadia se convirtió, más que una revista, en una plataforma de contenidos culturales con aliados muy diversos que iban desde la Comisión de la verdad, hasta Comfama, el Teatro mayor, Idartes, entre otros. También con aliados más pequeños, más independientes. Había un universo más grande, tanto en términos de contenidos como en términos de financiación y en eso era lo que estábamos trabajando.

Yo nunca abandoné mi rol como editora de la revista, pero el proyecto nos fue pidiendo que todos nos involucráramos en todo, todos nos comprometíamos en ayudar a los compañeros. Es un proyecto hecho por cuatro personas. En esas estábamos antes de que el grupo Gilinski comprara el 50 % de la compañía. Nos encargamos, además, de proveer a todo el Grupo Semana de contenidos culturales.

Arcadia, sin duda, se convirtió en la publicación cultural más importante del país, ¿cómo cree que lograron posicionarse por encima de las secciones de cultura de los diarios?

La capacidad de pensar plenamente en temas culturales, tener esa libertad y hacer de la cultura el tema principal hace que el contenido salga mejor. En los diarios prefieren prescindir de lo que en el periodismo tradicional se llaman temas fríos, de los que hace parte salud (hoy evidentemente esta no es una fuente fría), medio ambiente, cultura, entretenimiento. Todos esos temas parecen menores en el país en el que vivimos; incluso internamente en Semana Arcadia era un poco eso.

Sin en un diario pasa eso, imagínate entre un montón de revistas con la misma marca: revista de política, económica, entretenimiento… Obviamente Arcadia era vista por los directores de revistas como el proyectico chiquito, izquierdoso, el proyecto isla, de nicho; pero para nosotros, los que estábamos en el equipo, Arcadia era todo, todo lo que debíamos hacer, todo lo que representaba nuestro tiempo, nuestra cabeza y nuestra pasión.

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¿Cuáles fueron las apuestas más grandes de la revista?

Mientras fui editora, yo diría que las apuestas más grandes fueron pasar de un modelo donde las experiencias y los proyectos, más allá de la revista impresa, cobraran cada vez mayor relevancia. Un ejemplo es la carpa de la Feria del Libro de Bogotá, la manera en la que esa carpa creció en los últimos años es sorprendente. Pasó de ser un espacio más en la feria, un tipo de café o un Carulla -porque esos eran los aliados- a ser un escenario de charlas sobre todo de política y pos conflicto y el factor cultural en esos temas, apoyada por la JEP, por la Comisión de la verdad… por organizaciones que generalmente no apoyan proyectos de carácter cultural, pero que se dieron cuenta de que Arcadia estaba haciendo un trabajo distinto y que estaba hablando de los mismos temas que habla el periodismo tradicional pero con un enfoque diferente. Creo que ese es uno de los giros más interesantes que dio la revista.

También me agrada haber sido explícitamente política, haber contribuido a que la revista lo fuera mientras fui su editora. Todo el equipo de Arcadia disfrutó mucho hacer de la revista ese espacio en el que se podía hablar sobre temas como los líderes sociales asesinados, la economía naranja, temas que son de la agenda nacional pero visto por nosotros, a nuestra manera.

¿Cómo se dan cuenta que Publicaciones Semana decidió aplazar temporalmente la circulación de Arcadia?

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Nos lo dijeron directamente al director y a mí. Camilo habló con Sandra Suárez, quien es la gerente general de Publicaciones Semana y yo hablé con Alejandro Santos, quien me citó en su oficina y me dijo que, por el tema del Coronavirus, la baja en la pauta repentina y la imposibilidad de desarrollar eventos de Foros Semana en estos días por lo que no están permitidas las congregaciones de un número de personas, habían tomado esa decisión. El Coronavirus sí golpeó a la empresa desde distintos blancos, golpeó a todas las marcas, no creo que haya una sola que no se esté viendo afectada por esta crisis en general y la respuesta de la empresa fue suspender algunos de los proyectos de Publicaciones Semana, entre ellos Arcadia.

Como dice el comunicado, serán por lo menos dos meses en los que Arcadia no operará de ninguna manera, sin embargo, ese mismo comunicado también es muy ambiguo porque dice que de ahora en adelante será Juliana Restrepo, directora de Foros Semana, quien asumirá los proyectos culturales de Semana. Ese comunicado no es claro con lo que va a pasar con Arcadia. Según lo que hablé con Alejandro Santos, Arcadia podría estar volviendo en dos, tres o en cuatro meses. No se sabe.

No sabemos si es un proyecto que vayan a revivir con otro nombre o van a revivir solo en formato digital, dudo mucho que vayan a desaprovechar el nombre después de lo que pasó en todos estos días y de todas las reacciones que ha habido del sector en las redes sociales, pero de lo que sí estoy segura es de que será un proyecto muy distinto y seguramente más acorde con los intereses de los dueños, del grupo Gilinski, que tienen como principal apuesta el canal digital dirigido por Vicky Dávila. Puede que Arcadia se convierta en la parte cultural de este proyecto.

Todo esto son especulaciones que he estado haciendo conmigo misma desde que todo esto pasó.

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Paradójicamente, la empresa no quiso suspender nuestros contratos, que eso hubiera podido ser una movida legal factible, o no pagarnos por estos meses de pandemia, hasta que se resuelva. Eso habría podido ser una solución. Pero, en cambio, tomaron la decisión de simplemente terminar nuestros contratos laborales a término indefinido. Los de todo el equipo: director, editora general y la coordinadora de proyectos que es Andrea Mejía. El único que se quedó en la empresa fue Felipe Sánchez, que en este momento hace parte de un equipo del que no tengo noticias.

Lo que me dijo Alejandro (Santos) es que, por lo menos, la revista no circulará ni en marzo ni en abril.

¿Crees que las portadas de medio ambiente, el seguimiento al tema del Centro de Memoria y la editorial "No más líderes sociales asesinados", entre otros, fueron detonantes para esta decisión?

Esto no es un acto de censura directa. A nosotros nunca se nos prohibió publicar alguno de esos contenidos, pero seguramente hay quienes en el comité directivo de Semana no están de acuerdo con nuestras posturas. A hoy, lo que yo pienso es que fue la oportunidad perfecta para sacar al equipo de Arcadia. Eso es lo que yo puedo decir. No me explico que nos hayan terminado los contratos. Si ellos hubieran querido continuar con nosotros se hubieran preguntado cuáles eran las opciones para que Arcadia siguiera viva después de la crisis.

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El equipo que hacía Arcadia estaba llevando la publicación a números muy altos en suscriptores y dinero que conseguíamos en nuestras alianzas, en tráfico web rompíamos todas las metas. Éramos un proyecto que estaba haciendo lo que tenía que hacer, muy solo, además. Así que la única explicación que yo veo es que ellos no querían más que este equipo fuera el que siguiera liderando la Revista Arcadia. No sé por qué, no sé si son los temas que estás nombrando. Nunca hubo un acto de censura directo, ni represalias después de cada publicación, pero sí es muy curioso que nos hayan echado de tajo sin ningún tipo de concesión o de diálogo con el equipo que hacía esa revista.

Para vos, Sara, ¿qué significa esta decisión?

Para mí esta decisión es tristísima. Yo no me canso de agradecerle a la vida, de agradecerle a Juan David Correa por haberme llevado a Arcadia, de agradecerle a Camilo Jiménez por haberme mantenido en el equipo. Fue una experiencia absolutamente magnífica, aprendí mucho, conocí a personas maravillosas, tuve contacto con los mejores pensadores de este país. Para mAr. Y yo me sentí derrotada y devastada cuando la empresa tomó esta decisión, además, así de la forma como lo hizo, el poco tacto que tuvo, el momento que escogió para hacerlo, todo eso me ha hecho sentir más triste. El solo hecho de dejar Arcadia es una tristeza horrible, pero dejarla así me entristece aún más.

A mí me tiene muy conmovida y muy inspirada el apoyo que ha habido alrededor nuestro: los mensajes, las respuestas en redes sociales, el espacio en medios de comunicación. Quisiera agradecerle a Felipe López quien me contrató en Semana. De los directivos ha sido el único que se me acercó para expresarme su agradecimiento, su admiración por mi trabajo, para oírme y para permitirme expresarme y decir lo que ha pasado en estos días y eso para mí es un gesto bellísimo: no tengo cómo agradecérselo. Felipe López se ha revelado como el mejor ser humano que ha podido liderar esa compañía desde que existe, además es su fundador.

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¿Qué les dice en este momento a los suscriptores de la Revista?

Es muy importante el apoyo que ustedes les dan a los proyectos culturales que hay en el país, ya sea Arcadia, El Malpensante, Universo Centro, ya sea cualquier otro proyecto cultural. Quiero darles las gracias porque solo por ustedes hicimos el trabajo que hicimos, solo por los lectores Arcadia es prestigiosa, porque sus lectores la quieren, la consumen, la apoyan, la pagan y la comentan. No puedo estar más agradecida con las personas que decidieron ser suscriptoras de la revista o comprarla en los puntos de venta o consumirla de cualquier forma.

Quiero ser muy clara: Arcadia no se cierra, Arcadia está suspendida y es un proyecto que seguramente va a continuar dentro del Grupo Semana, la marca le pertenece al Grupo Semana. Nosotros no vamos a robarnos la marca ni mucho menos, pero la consecuencia de tan abrupta decisión, de sacar más de la mitad de su equipo, derivará en que los colaboradores más recurrentes no quieren hacer parte del proyecto que se haga. No voy a decir que será un mejor o peor proyecto, no me atrevo a dar un juicio sobre eso.

Esperen un rato, tal vez saldrá un proyecto independiente más a fin con lo que ha sido Arcadia en estos 15 años y hecho por el equipo que históricamente hizo parte de la revista.

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El nuevo proyecto de Semana será distinto a lo que nosotros hicimos, eso es claro. Ojalá la gente conserve sus suscripciones, pero es claro que no va a ser la misma Arcadia, así que es decisión de cada uno juzgar con su propio criterio cuál es el tipo de contenido que quieren apoyar y cuál es el contenido que quieren pagar con tanta oferta y tantos problemas económicos que vendrán.

Les agradezco a todos los lectores que nos apoyaron hasta el 17 de marzo de 2020.