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Soledad, heroísmo y arte mutante: así es la música de The Mandalorian

Esta es la historia de cómo el sueco Ludwig Göransson compuso en un bosque de California la banda sonora de la más reciente serie del universo Star Wars, The Mandalorian.

Cinco años después de la caída del imperio, el caos reina la galaxia. En un rincón olvidado del espacio, una nave surca los cielos de un planeta inhóspito. Al llegar a su destino, emerge de ese gigante acorazado de dos turbinas un hombre solitario con una máscara de acero.

Esconde su cara no por miedo sino en cumplimiento de un antiguo código. Nadie conoce su nombre, pero allí donde vaya es fácilmente reconocible por el diseño característico de su armadura y, sobre todo, su profesión: es un cazarrecompensas, un mandaloriano. Esa es la premisa de la nueva y aclamada serie del universo Star Wars, The Mandalorian, que se roba la atención de críticos y fans de esa saga de ciencia ficción en todo el mundo, a pesar de que el nuevo servicio de streaming de Disney por ahora solo esté disponible en Estados Unidos.

Tras un recibimiento dispar de las últimas películas, los ejecutivos de Lucasfilm se decidieron por una apuesta arriesgada al contar en esta serie una historia totalmente separada de las películas originales, producción a cargo de Jon Favreau (productor de la exitosa saga Avengers) con un casting de lujo, guion, dirección de fotografía y efectos especiales impecables y, sobre todo, una banda sonora a la altura de las mejores composiciones de Hollywood.

Favreau sabía desde el principio que las tensiones románticas de las partituras que John Williams hizo en los 70 para Una nueva esperanza no encajarían bien con las imágenes que pensaba crear, inspiradas en las películas de vaqueros y las historias de samuráis.

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Por eso, buscó a un compositor que aportara sonidos diferentes y sorprendiera a un exigente ejército de fans, sin dejar de lado lo tradicional. La música debía hablar de valentía, ciencia ficción, soledad y tecnología. El elegido fue el sueco Ludwig Göransson, un músico con look de hippie que a sus 35 años ya tiene bajo el brazo un Oscar y un Grammy a mejor banda sonora por su trabajo en la película de Marvel Black Panther.

“Todos los que habían trabajado con él solo tenían cosas maravillosas para decir. Estaba buscando a alguien para trabajar en este proyecto y la música es una parte muy importante de Star Wars. [El compositor] John Williams había sido una voz muy determinante en ese mundo durante 40 años”, explica John Favreau, quien semanas antes del estreno de The Mandalorian dijo a Los Angeles Times haberse sentido impresionado por el trabajo de Göransson.

“Es impresionante cómo pudo incorporar todo lo que me preocupaba y luego traer su propia personalidad para hacerlo extremadamente pegadizo e icónico, y tener toda la calidad y el aliento de la música de Star Wars”.

Soledad y creación

Aunque de momento el misterio que rodea a personajes como ‘baby Yoda’ y el propio mandaloriano se lleva la atención del público, la obra compuesta por Ludwig Göransson es también pieza clave en el plan de Disney para ganar la guerra del streaming con esta nueva serie de Star Wars.

En el tema principal, titulado The Mandalorian, el sueco hace gala de su capacidad por remixear los saberes, juntando varios ingredientes para crear un nuevo lenguaje musical en que se mezcla el spaghetti western, la cultura indígena lakota, Rocky Balboa, un bajo sintetizado, efectos de trémolo y una orquesta cinematográfica inspirada en las composiciones épicas de John Williams.

“La forma en que me acerqué fue intentar algo completamente diferente. La soledad de una sola flauta. La grabadora de bajos que se convirtió en el sonido del mandaloriano. Así empecé, quería que el alma central fuera orgánica”, señaló Göransson al Times cuando reveló que al momento de trabajar en este proyecto se embarcó en una aventura por el bosque para estar con la naturaleza, meditar y experimentar con varios instrumentos.

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Ese método de trabajo, que antes lo llevó a gimnasios de boxeo para captar la esencia de Creed y a África para descubrir la identidad de un país imaginario como Wakanda, lo ayudó a crear el paisaje sonoro que se escucha a lo largo de los 8 episodios de la primera temporada de The Mandalorian, siempre influido por la visión que Favreau compartió con él un año antes de empezar las filmaciones.

Al regresar a su estudio en Glendale, California, él mismo grabó los instrumentos de viento, la batería, guitarra, piano y percusión inusual, buscando “un sonido muy original, distinto y solitario que siguiera a este pistolero en su viaje”.

Arte mutante

Al escuchar el resultado, son evidentes sus ideas iniciales. En la base destaca lo natural con una flauta étnica, usada por pueblos indígenas en Norteamérica como las tribus Navajo y Lakota.

Al ser compositor de la banda sonora de Creed y Creed II –spinoffs de la saga Rocky–, Göransson escudriñó en las partituras que Bill Conti compuso para las películas de Silvester Stallone, música que marcó todo un hito en la cultura pop occidental.

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Buscando sonidos característicos del cine norteamericano de la época, pues la historia de The Mandalorian se ubica después de El retorno del Jedi (1983), el compositor se apoya en los pasajes más dramáticos de esa orquestación característica de los 70, desmarcándose de John Williams y su estilo romántico.

La historia del cazarrecompensas enmascarado que sobrevive en un mundo de anarquía bien podría ser un spaghetti western, ese género de películas del viejo oeste filmadas en Europa a mediados de los sesenta y cuyo mejor representante es el director Sergio Leone.

Leone trabajó durante varios años con el también italiano Ennio Morricone, a quien Favreau y Göransson reconocen como inspiración musical para este proyecto.

Una de las composiciones más recordadas de Morricone es la pieza de Por un puñado de dólares, que también inicia con un instrumento de viento inusual en solitario para dar paso a guitarra, piano, percusión y una orquesta sinfónica, estructura muy similar a la que trazó el músico sueco.

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Sin embargo, el ingrediente más importante en esta obra/mix creada por Göransson es la tecnología. El uso de técnicas de producción modernas para crear algo único.

"Tomas estos sonidos orgánicos de batería o de percusión o de flauta luego los haces sonar diferentes o modernos usando la tecnología", dijo Göransson al semanario Variety, con quien compartió varias de sus ideas finales al momento de componer, repitiendo la fórmula que lo llevó al éxito en Black Panther.

El sueco explica que cuando comenzó a ver imágenes y a componer escenas específicas para The Mandalorian, combinó sus grabaciones de instrumentos acústicos individuales con sonidos más modernos, incluidos sintetizadores y procesamiento musical de vanguardia.

Favreau cree que “Ludwig tiene un pie en la partitura tradicional y otro en la tecnología, creando sonidos que se sienten muy musicales a pesar de que está utilizando métodos e instrumentos no tradicionales para lograrlo”.

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Göransson junta ideas, recupera lo ancestral, mezcla los saberes e incluso hackea los métodos de trabajo de Hollywood. El sueco innova y se apoya en hombros de gigantes para encarar el difícil reto de trabajar a la sombra de John Williams creando música mutante: la ejecución de varias ideas para unirse en un concepto nuevo.