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Desarmar la vanidad es un acto de valentía

Una conversación que atraviesa los faros de la infancia y los momentos que fueron definitivos en la vida del comediante Primo Rojas.

Primo Rojas
Primo Rojas es uno de los dramaturgos más importantes del país. Son más de once monólogos que ha llevado al teatro. En esta ocasión, regresa con la cuarta temporada de su obra “Judith Perpetua o el problema del éxtasis en la mujer”. Las funciones las llevará acabo hasta el 2 de julio.
Yesica Sarmiento Díaz - HJCK

Primo Rojas se sube al escenario, luce una falda rosada llena de colores y una camisa del mismo color. Le habla a las cámaras a través del personaje más querido por el público: Judith Perpetua. Por su parte, el hombre que lo estaba grabando mira las tomas anteriores y le avisa por medio de una sonrisa que ya han terminado. Rojas sale del escenario y decide cambiarse para la entrevista. Nuevamente aparece en el escenario; esta vez, tiene puesto un saco rojo que hace juego con su color de cabello. Me mira fijamente y rompe el silencio diciéndome: “A mí me da muy duro posar ante las cámaras, es por eso que admiro tanto a las modelos”. Acerca su silla y se sienta con suma elegancia. Para él, remontarse al pasado es un acto de valentía. Mientras habla de su vida, en sus gestos y risas se puede intuir que es un hombre fuerte que no le da pena mostrar su fragilidad ante sus vivencias, como tampoco le da pena contar sus anécdotas, pues desde joven decidió asumir y enfrentar su realidad. “Cuando uno es muy honesto automáticamente se fortalece, pero de una manera impresionante, porque la gente te coge respeto y, si no, te coge miedo”.