En tiempos de batalla muchas mujeres decidieron también ir a la guerra. Lo hicieron aunque su vida corriera peligro en el intento. Las mujeres que se unieron a la campaña libertadora fueron conocidas como las Juanas de la independencia. Ellas fungieron como enfermeras, espías y empuñaron armas. Incluso, la historia cuenta que durante la ruta de la campaña libertadora justo en el cruce del páramo de Pisba (Boyacá) en julio de 1819, la mujer de un soldado del Batallón Rifles entró en dolores de parto y dio a luz a un niño que fue envuelto en camisas rotas. Al día siguiente, con su recién nacido en brazos, estuvo lista para seguir la marcha.
Los años 30 fueron determinantes para los derechos sociales y laborales, lo mismo que para las primeras conquistas femeninas. Un ejemplo de ello fue Ofelia Uribe de Acosta, que se convirtió en una voz ejemplar en medio de movimientos feministas que no bajaron la guardia en su lucha por los derechos político. En septiembre de 1932 los centros femeninos organizaron una marcha en Bogotá con cerca de 10.000 mujeres exigiendo soberanía.
El 8 de abril de 1880, el cartagenero Rafael Núñez, tomó su cargo como presidente de los Estados Unidos de Colombia. Su primer gobierno llegó hasta el 1 de abril de 1882. Fue un mandatario que llegó a romper los estereotipos y las más fuertes represiones de la sociedad conservadora regida por la iglesia. Uno de los cambios, tal vez el más impactante para esa época, fue su relación con Soledad Román quien nunca fue aceptada por ser el segundo matrimonio de Núñez.
En tiempos de restricción en temas de derechos para las mujeres, nace Soledad Acosta de Samper. Catalogada por muchos como la escritora colombiana más importante del silgo XIX. Su obra se concretó en 48 narraciones breves y 21 novelas. Poco a poco su voz cobró importancia nacional y hoy es recordada por alzar la voz en nombre de muchas mujeres que fueron silenciadas.
Tras una intensa secuencia de sucesos históricos que impactaron al mundo con revoluciones y reformas legales en los años 50 del siglo XIX, en Colombia también surgieron cambios que marcaron la historia del país, el más trascendente hasta el momento: la abolición de la esclavitud gracias a una ley del 21 de mayo de 1851. Mujeres negras como Wiwa y Orika, mujer e hija de Benkos Biohó, Polonia de San Basilio de Palenqueo o Agustina de Tadó (Chocó), son solo algunas de las mujeres que dejaron memorias libertarias. Ellas lucharon doblemente por ser libres pues pelearon por su libertad como esclavas y por su emancipación como mujeres.
Josefa Acevedo de Gómez es conocida como la primera escritora de la República. Escribió consejos para las mujeres casadas y uno de los primeros tratados de economía doméstica que se conocieron en el país en su obra sintetiza lo que fueron los roles de la mujer en las complejidades de lo público y lo privado. Josefa Acevedo de Gómez luchó por el bienestar de las mujeres desde la escritura.