En tiempos de restricción en temas de derechos para las mujeres, nace Soledad Acosta de Samper. Catalogada por muchos como la escritora colombiana más importante del silgo XIX. Su obra se concretó en 48 narraciones breves y 21 novelas. Poco a poco su voz cobró importancia nacional y hoy es recordada por alzar la voz en nombre de muchas mujeres que fueron silenciadas.
Los años 30 fueron determinantes para los derechos sociales y laborales, lo mismo que para las primeras conquistas femeninas. Un ejemplo de ello fue Ofelia Uribe de Acosta, que se convirtió en una voz ejemplar en medio de movimientos feministas que no bajaron la guardia en su lucha por los derechos político. En septiembre de 1932 los centros femeninos organizaron una marcha en Bogotá con cerca de 10.000 mujeres exigiendo soberanía.
El 8 de abril de 1880, el cartagenero Rafael Núñez, tomó su cargo como presidente de los Estados Unidos de Colombia. Su primer gobierno llegó hasta el 1 de abril de 1882. Fue un mandatario que llegó a romper los estereotipos y las más fuertes represiones de la sociedad conservadora regida por la iglesia. Uno de los cambios, tal vez el más impactante para esa época, fue su relación con Soledad Román quien nunca fue aceptada por ser el segundo matrimonio de Núñez.
Tras una intensa secuencia de sucesos históricos que impactaron al mundo con revoluciones y reformas legales en los años 50 del siglo XIX, en Colombia también surgieron cambios que marcaron la historia del país, el más trascendente hasta el momento: la abolición de la esclavitud gracias a una ley del 21 de mayo de 1851. Mujeres negras como Wiwa y Orika, mujer e hija de Benkos Biohó, Polonia de San Basilio de Palenqueo o Agustina de Tadó (Chocó), son solo algunas de las mujeres que dejaron memorias libertarias. Ellas lucharon doblemente por ser libres pues pelearon por su libertad como esclavas y por su emancipación como mujeres.
Josefa Acevedo de Gómez es conocida como la primera escritora de la República. Escribió consejos para las mujeres casadas y uno de los primeros tratados de economía doméstica que se conocieron en el país en su obra sintetiza lo que fueron los roles de la mujer en las complejidades de lo público y lo privado. Josefa Acevedo de Gómez luchó por el bienestar de las mujeres desde la escritura.
Después de su participación en tiempos de batallas independentistas y ya con la libertad en mano, las mujeres volvieron a ocupar lugares internos, tareas del hogar y de la familia. Sin embargo, muchas se negaron a esto y se abrieron paso en los caminos del poder. Ese es el caso de las hermanas Nicolasa y Bernardina Ibáñez nacidas en de Ocaña (Santander), cuya historia rompió los moldes de la época. Las dos conquistaron el corazón de Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.