La oscuridad del bosque escucha el lamento de la mujer cabra, un solo golpe retumba entre los caminos que conducen a la montaña y los ojos felinos se asoman en medio de los árboles que custodian la tierra. Sus víctimas la encuentran como una doncella hermosa hasta que descubren su verdadera apariencia, un monstruo despiadado con sed de sangre.
En su obra no es sólo que haya personajes músicos o melómanos o que alguien asista a conciertos, sino que la esencia de la música es parte de la cotidianidad y del pensamiento de muchos personajes. Esta es la historia del Jazz en la literatura de Julio Cortázar.
Tal vez sea una de las imágenes más conocidas de Ernest Hemingway (21 de julio de 1899-2 de julio de 1961), la que lo inmortaliza con los guantes puestos, la izquierda adelantada y la derecha amartillada, el torso desnudo y ligeramente encorvado, los ojos entrecerrados y un flequillo desaliñado, como tanteándose a sí mismo frente al espejo. Esta es la historia de Ernest Hemingway, el perdedor del boxeo en El Hilo HJCK.
Esta es la historia de Franz Kafka, su silencio, y la música que inspiró. Sobre sus personajes se escribió: “No hablaban, no cantaban, se puede decir que permanecían en silencio con cierta obstinación, pero hacían surgir su música del vacío como por encantamiento”.
Esta es la historia del herbario de Emily Dickinson, del que ahora Harvard es dueño y lo tiene con acceso libre. Cuando tenía 14 años la poeta comenzó a recolectar flores que después prensaba. Clasificó más de 400 especímenes. De este modo, accedió a la ciencia de forma sinuosa, como tenían que hacerlo las mujeres de la época, poniendo el arte al servicio de la botánica para salvar los obstáculos de la moral victoriana.
Nietzsche consideraba que entre sílabas y palabras se establecía un ritmo que es fundamental para escuchar las ideas. Además, para que uno se compenetrara con esas ideas tenía que recitarlas. Escuchen su historia en este capítulo de #ElHiloHJCK.