"Yo no he nacido hispano, no tengo clave adentro. Necesito aprender en música, nota a nota, la clave y cuando yo la entiendo, todo es fácil". Esa, a grandes rasgos, es la forma en la que Harlow resume su camino en la música. Con un español aún impregnado de muletillas en inglés, Larry Harlow cuenta cómo atravesó al jazz y llegó a la salsa, viendo en ese camino cómo su aparente maestría sonaba extraña a los oídos del guaguancó. Fue rechazado de varias orquestas, hasta que de tanto escuchar música afrocubana y adaptar lo que sabía, logró entender la clave. Murió el salsero Larry Harlow
Su nombre quedó inscrito para siempre en la historia de la música, luego de hacer parte de las estrellas de La Fania. Allí, junto a los más grandes, hizo lo propio. Dirigió orquestas, produjo cientos de discos y se adentró en la salsa más allá de la música. En los modos de contar y vivir la vida, incluso, en su religión. Así, Harlow se hizo santero y haría de sus canciones una hoja en blanco para cantar a todas las deidaes en las que creía.
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