"Todavía no voy a desvelar un nombre, pero en el Concierto de Año Nuevo interpretaremos por primera vez la obra de una compositora", adelantó este martes Daniel Froschauer, presidente de la prestigiosa orquesta vienesa.El propio Froschauer aseguró el pasado diciembre que "aún no se había llegado a eso", al ser preguntado si una obra creada por una compositora había sonado en alguna de las ediciones del recital con el que cada 1 de enero se da la bienvendida al nuevo año desde la Sala Dorada del Musikverein de Viena.Este concierto, retransmitido por televisión y radio en directo a docenas de países, nunca ha sido dirigido por una mujer.De hecho, apenas el 15 % de todos los músicos de la orquesta son mujeres.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La edición número 85 del recital, el próximo 1 de enero, estará dirigida por el maestro italiano Riccardo Muti.Será la séptima vez que el músico italiano, que tiene 83 años, se ponga al frente de la Filarmónica en el Concierto de Año Nuevo.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La Filarmónica de Viena anunció este miércoles que el director alemán Christian Thielemann ha sido reconocido como "miembro de honor" por su vinculación con la orquesta desde hace 24 años.Thielemann ha dirigido el prestigioso concierto de Año Nuevo en dos ocasiones, 2019 y 2024, y ha sido una presencia constante en los últimos años tanto en los conciertos de los filarmónicos en el Musikverein como en el Festival de Salzburgo, además de liderar giras por Japón, China, Europa y Estados Unidos."Christian Thielemann nos ha acompañado durante muchos años en una profunda colaboración artística, especialmente destacada en el repertorio sinfónico", señaló Daniel Froschauer, presidente de la Filarmónica, en un comunicado."Es uno de los directores que más se identifica con nuestra orquesta", agregó Froschauer.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Con Thielemann, la orquesta grabó varias sinfonías de Beethoven y, durante la pandemia, inició el trabajo en estudio para un ciclo de sinfonías del compositor austríaco Anton Bruckner.En 2024, coincidiendo con el 200 aniversario de Anton Bruckner, se lanzó por primera vez en la historia de la orquesta el ciclo completo de 11 sinfonías del compositor.Thielemann es uno de los directores de orquesta más importantes de la actualidad. Desde 2012 ha sido director musical de la Staatskapelle de Dresden, cargo que también tuvo en el Festival de Bayreuth de 2015 a 2020.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Luego de que varias orquestas y festivales anularan sus compromisos con esta estrella de las salas de conciertos, a causa de la invasión rusa a Ucrania, finalmente le llegó el turno a su principal empleador, la orquesta filarmónica de Múnich (sur de Alemania), que lo despidió este martes."Múnich se separa de su director principal, Valeri Guérguiev. En consecuencia, ya no habrá más conciertos de la orquesta filarmónica de Múnich bajo su batuta", anunció el regidor de la capital bávara, Dieter Reiter. El viernes pasado, Reiter le dio a Guérguiev hasta el lunes para "distanciarse de manera clara y categórica" de la invasión rusa a Ucrania.Pero el director de 68 años, uno de los más solicitados del mundo, mantuvo silencio en tanto los ultimátums en su contra se redoblaban. "Esperaba que reconsideraría y cambiaría su valoración muy positiva del dirigente ruso. Pero, no lo hizo", se lamentó el alcalde de Múnich. "En las circunstancias actuales, se revelaba indispensable que enviase una señal clara a la orquesta, a sus seguidores, a la opinión pública y a la política de la ciudad para poder proseguir trabajando juntos", precisó.Frecuentes encuentros con Putin Además de la dirección de la filarmónica de Múnich, desde 2015 este hiperactivo y controvertido maestro compatibilizaba su cargo, entre otros, con el de director general del prestigioso teatro Mariinsky de San Petersburgo, ciudad natal del presidente ruso.Su cercanía con Putin, a quien frecuenta desde 1992, y su lealtad al dirigente, han suscitado varias polémicas durante la última década, en particular a causa de su participación en conciertos en Osetia del Sur, bombardeada, y en 2016 en Palmira, Siria, junto a las tropas del ejército del régimen de Bashar al Asad.Su gira estadounidense, en 2015, se vio perturbada por manifestaciones de opositores a Putin, quienes lo acusaban de apoyar la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia. En 2018, en el marco de una entrevista brindada a la AFP, Guérguiev se congratuló por la reelección de Putin para un cuarto mandato, señalando que se veían entre "cinco a seis veces al año". "Hace 20 años, Rusia había tocado fondo. No digo que sólo Putin la haya devuelto al primer plano de la escena internacional, pero me temo que fue él quien lo hizo", afirmó entonces.Hasta ahora, ninguna de estas actitudes le había impedido dirigir conciertos. Pero su negativa a condenar la agresión militar contra Ucrania lanzada por Putin cambió de golpe las cosas para él.Anulaciones en serie El lunes, la filarmónica de París y el prestigioso festival de Lucerna (Suiza) anunciaron que habían cancelado varias de sus conciertos ya programados, como una muestra de "solidaridad" con "el pueblo ucraniano".También en Suiza, el Festival de Verbier, después que el de Edimburgo, el mayor evento mundial de conciertos en vivo, exigieron y aceptaron la renuncia del maestro como director musical de sus orquestas. El viernes pasado, el famoso Carnegie Hall de Nueva York ya había dejado al director ruso fuera de una serie de presentaciones. El domingo, su agente artístico, el alemán Marcus Felsner, decidió dejar de representarlo. Catalogándolo como "uno de los más grandes directores de orquesta de todos los tiempos", explicó en la red Facebook que ya no podía defender los intereses profesionales de su cliente, "quien no querrá o no podrá manifestar públicamente el fin de su apoyo de larga data a un régimen que ha cometido tales crímenes".Carismático, el director ruso también fue objeto de duras críticas por su hiperactividad -hasta 275 conciertos por año-, lo que en ocasiones se tradujo en cierta falta de rigor.Tras ocho años al frente de la sinfónica de Londres, el diario inglés The Guardian señaló en particular a sus conciertos como "de rutina y a veces mal preparados". Posteriormente, en Múnich hubo comentarios en este mismo sentido.
Músicos clásicos de Viena se preparan para volver a hacer presentaciones en vivo después de un período que puso a prueba su motivación y despertó dudas sobre su carrera.Laurent Delage, agente de cantantes, compara el desafío que enfrentan los músicos con el de "atletas de élite que tienen que volver a encender las máquinas" después de un período de inactividad. En la Sala Dorada del Musikverein, considerada una de las mejores salas de concierto en el mundo, se encuentra uno de esos "atletas": la francesa Sophie Dervaux, quien toca el fagot.Ella ensaya una sinfonía de Gustav Mahler y desea volver a tocar ante el público, por primera vez desde noviembre pasado, cuando su orquesta realizó una gira por Japón. "No esperábamos que esto durara virtualmente 200 días", dijo la música de 29 años. Tras los conciertos de esta semana en Viena, tiene presentaciones en Dinamarca y Noruega, en momentos que Europa reabre para los viajeros. Dervaux se unió a la Filarmónica de Viena hace seis años, un nombramiento de por vida."Yo me preguntaba: '¿Para qué trabajar? ¿Para qué practicar escalas si no tengo conciertos?'", contó. Después de dejar el fagot de lado durante un tiempo, encontró algunos proyectos alternativos, como grabar discos, para mantenerse animada y evitar oxidarse. Daniel Froschauer, primer violinista y presidente de la Filarmónica de Viena, dice que los conciertos transmitidos por internet resultaron ser "proyectos musicales increíbles que [le] mantuvieron vivo musicalmente" durante la pandemia.Varios músicos encontraron alivio en estas presentaciones en línea, sin importar si eran producciones profesionales u organizadas por los propios músicos y transmitidas por redes sociales.Pero incluso Froschauer, de 55 años, admitió que esos conciertos virtuales siempre fueron "un poco insatisfactorios". "Cuando tocas para un público, su respuesta es algo que no se puede subestimar", como lo redescubrió semanas atrás cuando tocó en la Scala de Milán.Antes de la pandemia, Viena tenía unos 15.000 conciertos por año, siendo una de las escenas de música clásica más activas del mundo. Delage, el agente de 52 años, explicó que los cantantes de la escena musical clásica "tienen que encontrar sensaciones que habían perdido por más de un año", para "lanzarse de vuelta a una actuación de tres dimensiones". Algunos de ellos se han encontrado con que la pandemia los dejó con "músculos y nervios laxos", mientras que otros "perdieron el rumbo, es muy desestabilizador"."La expectación es como el primer día de escuela", contó el tenor Michael Schade. "Son muchas emociones mezcladas". De camino a su primer concierto en persona del año, admitió sentir algo de inquietud sobre el futuro. "Somos como pacientes en coma que acaban de despertar y nadie sabe cuánto daño se ha hecho", comentó, y expresó su temor de que el sector musical haya sufrido un daño de largo plazo.El director de ópera Benjamin Prins se ha visto particularmente golpeado el último año, que calificó como un "desastre financiero". "Perdí 70% de mis ingresos", admitió. "Si he podido subsistir es gracias a los ahorros", agregó, aunque reconoció que eso no lo salvó del efecto psicológico devastador de la pandemia. "Estoy al límite".Prins teme que, a largo plazo, los efectos del coronavirus provoquen el fin de las "inmensas, cosmopolitas" producciones que sustentan la industria de la ópera.