A través de relatos con toque de ficción, o historias apegadas a los hechos ocurridos durante el 9 de abril de 1948 tras el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, estas son algunas de las películas que se ambientan en la epoca de La Violencia. 1. "Cóndores no entierran todos los días"Frank Ramírez encarna a León María Lozano, “El Cóndor”. Esta película de 1984, dirigida por Francisco Nordenes, se sitúa en un municipio predominantemente liberal, donde vive León María, un conservador que cada vez va adquiriendo más poder en la zona y sobre los “pájaros”, hombres armados al servicio de los conservadores, al punto de convertirse en un temido asesino. Esta historia está inspirada en el libro homónimo de Gustavo Álvarez Gardeazábal. Disponible en RTCV Play.2. "Roa"Estrenada un 9 de abril, pero de 2013, Roa cuenta la historia de Juan Roa Sierra, responsable de la muerte de Gaitán, asesinado por la multitud ese mismo 9 de abril del 48. Pese a que no se conocen mayores detalles de la vida de este personaje, el director Andrés Baíz cuenta su historia basada en el libro El crimen del siglo, de Miguel Torres. La película fue nominada en la categoría de mejor película iberoamericana de los Premios Platino en 2014.3. "Canaguaro"Estrenada en 1981, Canaguaro, dirigida por el cineasta chileno Dunav Kuzmanich, narra la historia de un comandante liberal de las nacientes guerrillas en los llanos orientales tras el asesinato de Gaitán.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Canaguaro lidera uno de los grupos guerrilleros en el oriente del país, milita en el partido Liberal y se enfrentan constantemente a militantes conservadores, no solo por ideologías políticas, sino por el control de la tierra.4. "Confesión a Laura"Dirigida por el cineasta colombiano Jaime Osorio, Confesión a Laura (1990), cuenta a la Bogotá del 10 de abril de 1948, un día después del asesinato de Gaitán. Es el cumpleaños de Laura, quien vive en el centro de la ciudad y su festejo se ve mediado por la imposibilidad de salir a la calle, francotiradores en los techos de las casas y la única certeza de que afuera todo es caos, aunque solo lo podamos escuchar.Esta historia llena de drama transcurre en la casa de Laura, interpretada por Vicky Hernándezl, quien queda atrapada en su casa con Santiago, el esposo de su amiga Josefina después de que él le llevara la torta de cumpleaños enviada por su esposa. Disponible en Apple TV.5. "9 de abril de 1948"Este documental reconstruye los hechos más importantes de la fecha en que fue asesinado Gaitán. Dirigida por María Valencia Gaitán, y estrenada en 2002, esta producción es la segunda parte de la trilogía documental llamada “La Profecía de Gaitán” que relata la vida, la muerte y la memoria de Jorge Eliécer Gaitán.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
'Siervo sin tierra', de Eduardo Caballero CalderónSiervo sin tierra es una novela fundamental dentro de la literatura colombiana, escrita por Eduardo Caballero Calderón y publicada por primera vez en 1973. La obra es una exploración profunda de la realidad social y política de Colombia a lo largo del siglo XX, especialmente centrada en la lucha de clases y la explotación de los campesinos.La trama se desarrolla en el contexto de la violencia bipartidista que azotó al país durante la segunda mitad del siglo XX, específicamente durante la época conocida como "La Violencia". La historia sigue a los habitantes de un pueblo rural ficticio llamado "El Carmen", donde los campesinos son sometidos a la opresión de terratenientes y políticos corruptos.'La selva y la lluvia', de Arnoldo PalaciosLa selva y la lluvia fue publicada en 1973. La historia se desarrolla en el departamento del Chocó, el protagonista es José Eustasio, un joven campesino que vive en medio de la selva y se ve envuelto en una serie de conflictos personales y sociales que reflejan las tensiones de la época.José Eustasio representa el vínculo entre la naturaleza exuberante de la selva y las adversidades de la vida humana. A través de sus experiencias, Palacios explora temas como la identidad, la marginalización, la discriminación racial, la explotación laboral y la lucha por la supervivencia en un entorno hostil.'El Bogotazo: memorias del olvido', de Arturo AlapeEl Bogotazo: memorias del olvido fue publicada en 1986. Este libro es una crónica detallada y profunda sobre uno de los episodios más significativos y traumáticos de la historia de Colombia.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Arturo Alape reconstruye meticulosamente los acontecimientos previos, durante y después del Bogotazo, utilizando una amplia variedad de fuentes y testimonios, incluidas entrevistas con testigos presenciales y documentos históricos. A través de su narrativa, el autor ofrece una visión multidimensional del evento, explorando sus causas profundas, sus consecuencias inmediatas y sus repercusiones a largo plazo.'Estaba la pájara pinta sentada en un verde limón', de Albalucía ÁngelEste libro fue publicado por primera vez en 1975, la historia se desarrolla en un pueblo costero colombiano y sigue las vidas entrelazadas de varios personajes, especialmente de tres mujeres: Eloísa, Eloísa y Eloísa. A través de estas tres mujeres, la autora explora temas como la identidad, la maternidad, el amor, la violencia y la búsqueda de la libertad en un contexto social y culturalmente complejo.La trama se teje a través de una serie de episodios y flashbacks que revelan las relaciones intrincadas entre los personajes y sus experiencias de vida. Simultáneamente relata dos hechos fundamentales para la historia de Colombia: la muerte de Camilo Torres y el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán. 'El día del odio', de José Antonio OsorioEsta novela fue publicada en 1978, la trama se sitúa en el contexto de agitación política y social en Colombia durante la segunda mitad del siglo XX. La historia sigue los pasos de varios personajes que se ven envueltos en una red de intrigas, violencia y corrupción, reflejando los conflictos y las tensiones de la sociedad colombiana de la época.El protagonista principal es un joven llamado Juan Carlos, quien se ve arrastrado a una serie de eventos tumultuosos y peligrosos después de presenciar un acto de violencia política. A medida que la trama avanza, Juan Carlos se encuentra atrapado en medio de fuerzas poderosas y oscuros secretos que amenazan con destruir su vida y la de aquellos que ama.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Teatro Jorge Eliécer Gaitán, en el marco de su franja Gaitán Escénico, presenta el próximo 4 de septiembre a las 5:00 p.m. La guerra de los cuervos y de los búhos, un espectáculo basado en uno de los más grandes clásicos de la llamada literatura oral: El panchatantra. Comparable con Las mil y una noches, El Panchatantra es uno de los textos fundamentales de la cultura de la India. El show estará a cargo del cuentero, escritor y guionista Nicolás Buenaventura Vidal y el ruidero León David Cobo, compositor, productor y artista sonoro. El clásico de la literatura oral fue originalmente dedicado a la educación de los príncipes. Existía entonces una lengua oscura cuyos secretos sólo eran conocidos por sabios y maestros. De este libro se dice que es el origen de las fábulas, pasando por Esopo hasta La Fontaine y Samaniego.La historia cuenta la guerra milenaria que enfrentan dos reyes, dos pueblos, dos tribus, dos clanes. Los cuervos y los búhos conviven en una decena de cuentos que se van hilando uno tras otro, salpicados constantemente de refranes, dichos y sentencias. Se decía, en su tiempo, que el buen ejercicio de la política era imposible si no se conocía esta epopeya.“Una aventura para el entretenimiento, una aventura para la escucha, una aventura también para el corazón y los sentidos; esa es La guerra de los cuervos y de los búhos. Presentarse en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán siempre ha sido una experiencia inolvidable y estoy seguro de que esta vez no será la excepción”, comentó Nicolás Buenaventura, escritor y guionista de la puesta en escena.El espectáculo teatral será presentado en la tarima del Teatro Jorge Eliécer Gaitán el próximo 4 de septiembre a partir de las 5:00 p.m., bajo estrictos protocolos de bioseguridad, para que toda la ciudadanía disfrute y sea parte de la reactivación artística en Bogotá. El evento, además, se suma a la celebración de los 10 años del Idartes.
Señor Presidente Mariano Ospina Pérez:Bajo el peso de una honda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad para la patria.En todo el día de hoy, Excelentísimo señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que no tiene precedentes en su historia. Gentes que vinieron de todo el país, de todas las latitudes —de los llanos ardientes y de las frías altiplanicies— han llegado a congregarse en esta plaza, cuna de nuestras libertades, para expresar la irrevocable decisión de defender sus derechos. Dos horas hace que la inmensa multitud desemboca en esta plaza y no se ha escuchado sin embargo un solo grito, porque en el fondo de los corazones sólo se escucha el golpe de la emoción. Durante las grandes tempestades la fuerza subterránea es mucho más poderosa, y esta tiene el poder de imponer la paz cuando quienes están obligados a imponerla no la imponen.Señor Presidente: Aquí no se oyen aplausos: ¡Solo se ven banderas negras que se agitan!Señor Presidente: Vos que sois un hombre de universidad debéis comprender de lo que es capaz la disciplina de un partido, que logra contrariar las leyes de la psicología colectiva para recatar la emoción en su silencio, como el de esta inmensa muchedumbre. Bien comprendéis que un partido que logra esto, muy fácilmente podría reaccionar bajo el estímulo de la legítima defensa.Ninguna colectividad en el mundo ha dado una demostración superior a la presente. Pero si esta manifestación sucede, es porque hay algo grave, y no por triviales razones. Hay un partido de orden capaz de realizar este acto para evitar que la sangre siga derramándose y para que las leyes se cumplan, porque ellas son la expresión de la conciencia general. No me he engañado cuando he dicho que creo en la conciencia del pueblo, porque ese concepto ha sido ratificado ampliamente en esta demostración, donde los vítores y los aplausos desaparecen para que solo se escuche el rumor emocionado de los millares de banderas negras, que aquí se han traído para recordar a nuestros hombres villanamente asesinados.Señor Presidente: Serenamente, tranquilamente, con la emoción que atraviesa el espíritu de los ciudadanos que llenan esta plaza, os pedimos que ejerzáis vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, para devolver al país la tranquilidad pública. ¡Todo depende ahora de vos! Quienes anegan en sangre el territorio de la patria, cesarían en su ciega perfidia. Esos espíritus de mala intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad.Amamos hondamente a esta nación y no queremos que nuestra barca victoriosa tenga que navegar sobre ríos de sangre hacia el puerto de su destino inexorable.Señor Presidente: En esta ocasión no os reclamamos tesis económicas o políticas. Apenas os pedimos que nuestra patria no transite por caminos que nos avergüencen ante propios y extraños. ¡Os pedimos hechos de paz y de civilización!Nosotros, señor Presidente, no somos cobardes. Somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado. ¡Somos capaces de sacrificar nuestras vidas para salvar la paz y la libertad de Colombia!Impedid, Señor, la violencia. Queremos la defensa de la vida humana, que es lo que puede pedir un pueblo. En vez de esta fuerza ciega desatada, debemos aprovechar la capacidad de trabajo del pueblo para beneficio del progreso de Colombia.Señor Presidente: Nuestra bandera está enlutada y esta silenciosa muchedumbre y este grito mudo de nuestros corazones solo os reclama: ¡que nos tratéis a nosotros, a nuestras madres, a nuestras esposas, a nuestros hijos y a nuestros bienes, como queráis que os traten a vos, a vuestra madre, a vuestra esposa, a vuestros hijos y a vuestros bienes!Os decimos finalmente, Excelentísimo señor: bienaventurados los que entienden que las palabras de concordia y de paz no deben servir para ocultar sentimientos de rencor y exterminio.¡Malaventurados los que en el gobierno ocultan tras la bondad de las palabras la impiedad para los hombres de su pueblo, porque ellos serán señalados con el dedo de la ignominia en las páginas de la historia!