En pleno centro histórico, este bar -inaugurado en 1943 y remodelado con su aspecto actual en 2004- está marcado por haber sido fuente de inspiración para Roberto Fontanarrosa (1944-2007) -uno de los más recordados escritores de Argentina-, en particular las tertulias en la llamada 'mesa de los galanes' que él encabezaba."El Cairo es un lugar maravilloso, y a eso le sumamos que tuve la suerte de ser parte de la mesa de 'El Negro' Fontanarrosa, que fue como un hermano. Y eso hizo que pudiéramos relacionarnos con gente que, de otra manera, hubiese sido imposible", cuenta a EFE el cantautor Ricardo Centurión, actual encargado y relaciones públicas del bar y uno de los 'galanes' de los que el también humorista gráfico hablaba en sus cuentos.Multitud de rostros populares como Fito Páez, Juan Carlos Baglietto y Joan Manuel Serrat, gran amigo de Fontanarrosa, pasaron alguna vez por el local.Hace dos meses, con la presencia del cantautor catalán, la esquina de El Cairo, en la intersección de las calles Sarmiento y Santa Fe, fue -avalada por una ordenanza municipal- rebautizada como Serrat y Fontanarrosa, en homenaje a ambos artistas por sus trayectorias y relación con Rosario."Rosario lo adora (a Serrat). Tanto él como 'el Negro' han sido tipos maravillosos que lo único que le han dado a la gente son cosas buenas", relata Centurión, que adelanta su deseo respecto a la visita de Joaquín Sabina a Argentina, en marzo próximo."Le mandamos decir que, si viene, le vamos a poner a la manzana Joaquín Sabina (ríe). Vamos a tentarlo con eso, para demostrarle que le queremos mucho", sentencia el también apodado 'Negro'.Los galanesAl entrar a El Cairo, es inevitable pensar en la 'mesa de los galanes' que Fontanarrosa retrató en su cuento del mismo nombre y en otros relatos, en la que se juntaban el Pitufo, el Chiquito, el Colo y todos los habituales de esas tertulias, incluidos amigos de ellos que se sumaban de cuando en cuando."Lo de los galanes fue una ironía. (...) Teníamos un compañero de la mesa que tenía un programa de radio a la noche. Cuando se quedaba sin tema, como él pasaba por acá para ir a la radio, empezaba a inventar cosas. Y decía: 'pasé por el Cairo y estaban los galanes'", recuerda Centurión.En esas mesas, "donde hay un mentiroso, un charlatán, un pelado, un gordo, uno que no quiere pagar... como son todas las mesas de amigos", señala, se hablaba de todo, aunque, como se lee en la obra de 'el Negro', abundaban fútbol, mujeres y anécdotas de unos y otros."'El Negro' usaba mucho los nombres de los integrantes de la mesa porque él decía: '¿Esta barbaridad quién la puede decir? Esta la puede decir Ricardo, el Pitufo, el Chiquito... Nos ponía en boca nuestra cosas que eran ideas de él", revela el músico, que define al historietista como "un genio".En su honor, en el bar hay una mesa llena de fotos y con patas con "forma de pierna de mujer", subraya Centurión, que reconoce que las mujeres "mucho no duraban en la mesa", "se aburrían y se iban".Historia de leyendaRosario llegó a ser conocida a finales del siglo XIX como "la Chicago argentina": época en que, a la par de su desarrollo como puerto agroexportador a orillas del Paraná, campaban a sus anchas grupos mafiosos en una ciudad con abundantes burdeles.El Cairo, que está ubicado junto a un cine de igual nombre, fue inaugurado como un café donde, como tantos, se jugaba al billar. Hasta los años 70 no empezaron a entrar mujeres, y su origen y su nombre están rodeados de misterio."Yo conocí uno de los socios: se llamaba Giovanni, pero él era griego. Es una cosa rara, porque ¿qué tenía que ver el griego con El Cairo?", se pregunta el septuagenario relaciones públicas, que empezó a ir al bar cuando tenía 14 años."En El Cairo vas a encontrar gente muy grande que te cuente historias, y nosotros decimos que, si la historia está bien armada y no molesta a nadie, la damos por cierta, pero no son fáciles de creer", agrega.Tras un tiempo cerrado en el que los 'galanes' trasladaron su mesa a otro bar, El Cairo reabrió, remodelado y después de sufrir un incendio, en 2004. La muerte de 'El Negro', por una esclerosis lateral amiotrófica tres años después, elevó el simbolismo del bar, que destila Fontanarrosa en cada pared.Ilustraciones suyas visten las columnas; su rostro junto al de Serrat saluda en los escaparates y una estatua lo homenajea en la calle de estilo colonial que se recrea al fondo.El café-restaurante, que también recuerda con un cuadro al presentador Gerardo Rozín, fallecido en 2022, cuenta, además, con escenario para actuaciones. Y 'galanes' del siglo XXI siguen yendo: "Darío (Grandinetti) es un integrante de la mesa nuestra", señala Centurión sobre el actor y 'chico Almodóvar', otro rosarino de pro. No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
De acuerdo con esto, el Consejo Administrativo decidió por unanimidad que la edición 2022 entregue dos reconocimientos, según se informó en una conferencia de prensa."Gracias a sus magníficas musicalizaciones de poetas hemos conocido mucho mejor a Miguel Hernández, a Antonio Machado, a León Felipe, al trabajo conjunto con nuestro querido Mario Benedetti", indicó sobre Serrat la integrante del Consejo Diane Denoir.Asimismo, destacó la "consecuente defensa de las causas justas" y la "resistencia al franquismo" de un "imprescindible artista" que permanentemente "ha puesto en la palestra las injusticias del mundo".Por otra parte, resaltó a la tribu Mundurukú y remarcó que esta "resiste con mucha valentía a las invasiones de los madereros que talan los árboles de su territorio"."Los Mundurukú se han organizado para enfrentar y resistir a estas invasiones. En primer lugar, desde 2006 han iniciado un proceso de demarcación de su territorio ante todas las instituciones oficiales, de modo que quede oficializado cuáles son las tierras que les pertenecen", explicó Denoir.Además, contó que en este momento la tribu tiene un colectivo de jóvenes mujeres indígenas "que han aprendido a utilizar una cámara para registrar y reivindicar ese territorio demarcado y para divulgar en las redes sociales su proyecto de revitalización de la lengua mundurukú". Finalmente, Denoir adelantó que los premios serán entregados el próximo 21 de noviembre en Montevideo.El reconocimiento de la Fundación Mario Benedetti fue entregado por primera vez en 2013 al activista estadounidense de ascendencia lakota Leonard Peltier.También han sido galardonados con este premio la jurista Mariana Mota, la profesora Belela Herrera, el maestro Miguel Soler, el teólogo brasileño Leonardo Boff, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el periodista Guillermo Chifflet, el poeta y activista chileno Raúl Zurita y el Movimiento de Víctimas de Crímenes del Estado de Colombia.Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El músico catalán, de 78 años, habló de su biografía musical y sentimental, los comienzos de su carrera y los momentos duros que atravesó durante el franquismo, cuando sus discos y canciones fueron prohibidos en la radio, en una entrevista del programa “Algo Personal con Jorge Ramos”, que se emitirá el domingo por el canal de streamig ViX .Preguntado por Ramos sobre aquellos años de censura en España y su compromiso por la libertad, el cantautor dijo que hizo “lo quehacer, porque pasar miedo es algo jodido, pero pasar vergüenza en mucho peor». En otro momento de la entrevista, Serrat (1943, Barcelona) echa la vista atrás y dice que canta por el gusto de cantar, algo que comprueban sus millones de seguidores en la gira “El vicio de cantar. Serrat 1966-2022”, con la que el cantante, escritor y poeta dice adiós a los escenarios.Serrat recibió este jueves en Madrid el Premio Rojana Alfredo Pérez Rubalcaba por su compromiso con la democracia, en una ceremonia en la que agradeció este galardón que lleva el nombre de un reconocido político socialista fallecido. El Premio Rojana Alfredo Pérez Rubalcaba, que concede la Fundación Felipe González (presidente del Gobierno de España entre 1982 y 1996), se define como “un homenaje a la memoria de una figura clave de la política española fundamental para entender gran parte de la etapa democrática".Serrat desgranó también en la entrevista con Ramos una anécdota sobre su personal relación con el mar, eje del álbum “Mediterráneo» (1971), y dijo que un día, en una de sus visitas a México, tuvo un sueño que lo marcó. “Un día soñé en el mar. Fue un sueño tan fuerte que, cuando desperté, me fui a Chapala, renté un barco y navegué” al medio de la laguna “para ver aquella extensión de de Marzo que necesitaba”, dijo en referencia a su necesidad de Mediterráneo.Serrat, tras recorrer desde abril escenarios de Estados Unidos y Latinoamérica, desembarcó en España este mes para proseguir su gira de despedida, que acabará en su ciudad natal, Barcelona, con dos conciertos.
"Lo único que he hecho en mi vida ha sido hacer lo que he querido hacer, como lo he querido hacer y de la forma en que me ha parecido, acertada o equivocadamente, que debía hacerlo", afirmó un agradecido Serrat, de 78 años, desde el palacio de la Moncloa, sede de la presidencia española, en las afueras de Madrid.Arropado por un reducido, y selecto, grupo de compañeros de profesión y de vida como Miguel Ríos, Víctor Manuel y Ana Belén, Serrat afirmó sentirse "emocionado, pero muy feliz al mismo tiempo" por este reconocimiento a más de medio siglo de carrera.El gobierno decidió otorgarle esta distinción -la mayor de España para quienes no son jefes de Estado- en diciembre, poco después de que sorprendiera al anunciar una gira de despedida de los escenarios para 2022"Varias generaciones de españoles, de españolas, de latinoamericanos, debemos buena parte de nuestra educación sentimental a tu contribución artística", le agradeció el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez."Tu despedida de los escenarios, sin duda alguna, no acabará nunca con la admiración, con el cariño y también con el profundo agradecimiento que sentimos hacia ti y hacia tu obra", añadió Sánchez sobre el cantautor, muy querido tanto en España como en América Latina.Bautizada como "El vicio de cantar 1965-2022", Serrat arrancará su gira de despedida el 27 de abril en el Beacon Theater de Nueva York y finalizará con un emocionante concierto en el Palau Sant Jordi de su ciudad, Barcelona, el 23 de diciembre, para el que ya están todas las entradas agotadas. Antes pasará por México, Colombia, Costa Rica, Chile, Argentina o Uruguay, entre otros destinos.Nacido en Barcelona el 27 de diciembre de 1943, Joan Manuel Serrat es uno de los artistas más admirados de la música en español, declarado en 2014 Persona del Año por los Grammy Latinos.Autor de himnos como "Mediterráneo", "Lucía" o "Aquellas pequeñas cosas", el músico catalán acumula múltiples reconocimientos en sus casi seis décadas de carrera como el I Premio Nacional de las Músicas Actuales o la medalla de la Legión de Honor de la República Francesa.
Las primeras experiencias musicales de Carl Nielsen consistieron en escuchar cantar a su madre, a su padre interpretar el violín y la corneta de pistones; y estudiar tres grandes clásicos de la música europea: Bach Mozart y Beethoven.A pesar de su pobreza, los padres de Carl Nielsen le encaminaron y le inscribieron en el Conservatorio de Copenhague. Allí comenzó a componer con su innato sentido de la armonía.Su cultura general incluía las mitologías, escandinava y griega, Shakespeare y Goethe. A los cinco años de estar allí, en 1889 ya se ganaba la vida como violinista de la orquesta Real.Carl Nielsen compuso música de género diverso; el catálogo de sus obras incluye óperas, música incidental y seis sinfonías. Su estilo, aunque original, tiene mucho en común con el de los compositores románticos de la segunda mitad del siglo Diecinueve, pero el sabor de su música es marcadamente nacionalista. Lo mismo se puede decir de su música de cámara, reconocida en su poderosa originalidad.Carl Nielsen, nuestro invitado a esta audición del Músico de la Semana, escribió su primera sinfonía en 1892 y la segunda casi diez años después. Los Cuatro Temperamentos, como así título a su obra, muestra las razones por las cuales las seis sinfonías de Nielsen constituyen uno de los más grandes tesoros del desarrollo de la forma en el siglo XX.Esta sinfonía no se atiene a ninguna clase de programa, como fue usual entre los contemporáneos de Nielsen. El título no es más que una indicación general, y cada movimiento evoca un carácter de la personalidad humana.El primer movimiento, es Allegro colérico; el segundo, Allegro cómodo y flemático; el tercero, Andante melancólico y el cuarto Allegro sanguíneo.Fuera de su labor como compositor Carl Nielsen llevó una activa vida musical; hasta 1914 fue director de la Real Orquesta Danesa, y más tarde ocupó la misma posición en el Conservatorio. Entre los compositores daneses del siglo XX, Nielsen es quizás el único cuyo nombre tuvo una amplia divulgación fuera de su país natal.La primera obra de Carl Nielsen compuesta específicamente para orquesta fue la inmediatamente exitosa Suite para cuerdas (en 1888), que evocaba el romanticismo escandinavo expresado por Grieg y Svendsen. La obra marcó un hito importante en la carrera de Nielsen, ya que no solo fue su primer éxito real, sino que también fue la primera de sus piezas que él mismo dirigió cuando se representó en Odense un mes después.Podrá escuchar más acerca de la vida del compositor francés y apreciar algunas de sus obras en la nueva edición de El músico de la semana, el lunes 5 de junio a las 3:00 p.m. por nuestra señal en vivo.
Originalmente, estas palabras que están leyendo estaban pensadas para ser leídas hacia mediados de mayo, como pueden intuir, el retraso es evidente.Por favor, bajen las antorchas literarias y déjenme exponer mi caso. Podrán decidir a lo largo de este texto si soy digna de la hoguera o no. El libro llegó a mí como todas las cosas buenas que pasan en la vida, por azar y por amor. Un amigo muy cercano me preguntó si quería formar parte de reseñar este libro con una corta explicación de lo que se trataba, acordamos que así sería.En medio de ajetreos, me entregó el libro. Lo primero que me llamó la atención fue su portada, donde Carlo Airoldi luce pletórico, con una pinta de luchador bigotón que no se puede superar. El hombre parece listo para abatirse a puñetazos en la Londres de Jack London. Y su título, que se me quedó en la cabeza dando vueltas, El Truco es Resistir, me asaltaba en momentos diferentes del día, todos los días, como un taladro.El momento que elegí para leerlo sería un viaje de 15 horas en carretera hasta Arauca. En medio de la mañana, en alguna parte de la vía mientras a lado y lado solo hay llanura, me encontré cara a cara con el mito, Carlo Airoldi, y su sueño olímpico. Su alma inquieta por naturaleza y el amor a correr, a echar a andar los pies hasta que el cuerpo pida tregua. El libro comienza con un relato fantástico y una oda a la competencia y el honor, mientras Carlo corre 1.000 km entre Torino y Barcelona. “Estoy completamente exhausto, no tengo un ni un musculo que no me duela, no hay postura que alivie mis dolores. Y sonrió porque esto quiere decir que el dolor y el cansancio no son verdadero, y así engaño un poco. Louis me mira y su mirada es la misma que comenzó a dirigirme después de la primera semana de carrera. La misma mirada, cada vez más larga, que me mantuvo después de que dejamos atrás Italia, a nuestra llegada a Marsella. Los mismos ojos incrédulos cuando entendió que lo enfrentaría hasta Barcelona, hasta la meta.”Para dar un aproximado más cercano, esto sería la distancia desde Bogotá a Ibarra, la primera ciudad ubicada después de nuestra frontera con Ecuador, a unos 100 km de Ipiales, la última población de Colombia hacia la frontera. En esa barbaridad de distancia, Carlo Airoldi no solo probó su talento, fuerza y brío, sino también su corazón.En el último kilómetro solo eran Carlo y Louis Ortégue, el francés, que solo se ponía comunicar con Carlo por señas, “El solo hablaba su francés”. Justo antes de llegar a Barcelona, este último se desploma por el agotamiento y la dura prueba que supone recorrer esta distancia, como un ovillo en el piso, rendido. Carlo se devuelve justo cuando quería acelerar para tomar ventaja, una carrera no puede terminar casi para ningún atleta. Carlo lo toma en sus brazos y se lo cuelga a la espalda. Al llegar, aclara que él es el primero y el francés el segundo. Maravillados por su gesto, los organizadores deciden entregarle un premio metálico para que pueda volver a Milán, su hogar, en tren.Me conmovió tanto este gesto de Carlo que tuve que leerlo varias veces estas páginas, por si había perdido algún detalle, había leído alguna palabra que no era, pero en un gesto de honor, respeto y competencia, sucedió. Cerré el libro para tomar un poco de aire y visualizar a Carlo en ese momento. En mi mente, y a pesar de que la narración de Agostinelli no da estos detalles, me tomaré esta licencia que solo ser lector permite: lo imagino hinchado, bajo un sol sin tregua, lleno de polvo, mientras este se pega a él como lodo por el sudor, tratando de desviar su mente del dolor que supone seguir durante días una ruta y enfrentarse a sí mismo, para luego, en lo que en mi cabeza luce como agonía, tener este gesto de profunda humanidad y amor al deporte.Mi confesión es que este trocito de relato de Agostinelli me obsesionó durante días, en los que no podía pasar de estas páginas, releerlo y releerlo para añadir más datos a mi cabeza. Mientras estaba en una hamaca, en la calurosa Arauca, pasé de página como si nada, para encontrarme con algo todavía más alucinante, aún más mitológico, olímpico.Durante su viaje de vuelta a Milán desde Barcelona, Carlo se va a enterar de lo que se puede considerar los primeros Juegos Olímpicos modernos, en 1896 en Atenas, y de lo que será su obsesión durante un año y probablemente toda su vida: la carrera olímpica la Maratón - Atenas (40 km), que parte desde la ciudad de Maratón y terminaría en el Estadio Panathinaikó en Atenas para cerrar las olimpiadas. Desde este momento, para Carlo, todo se traduce a ese momento en que entra triunfal a un estadio abarrotado que aclama a gritos a su nuevo héroe.Sin ánimo de arruinar para nadie esta obra, porque creo que no solo merece ser leída, sino masticada, página a página, esto llevará a nuestro héroe a asumir la tarea absolutamente delirante, por necesidad y hambre de gloria, de caminar desde Milán hasta Atenas, unos 2000 km y un tramo del Mar Adriático. En dimensión latinoamericana, esto sería como caminar desde Bogotá hasta Cajamarca, Perú, atravesando todo el sur del país por Pasto y de punta a punta a Ecuador. Aun hoy, con todas las vías y carreteras modernas, es una locura; imaginémoslo en el siglo pasado, por territorios escarpados y sorteando áreas incomunicadas por vía.Por páginas y páginas, vemos el camino de Carlo durante 28 días. Este relato, al estilo de los cuentos de vieja escuela, al estilo de las “Las Mil y noches” o “En busca del tiempo perdido” de Proust, esa forma clásica de narrar una proeza, que te mantiene en vilo; me devolvió una parte de asombro y fascinación, esa capacidad para sorprendernos que solo tienen los más jóvenes. En medio de estas páginas, encontré una prueba humana fascinante. Carlo y su relato, mejor dicho, su vida y obra, me dieron un poco de fuerza para sortear mi propia carrera. En estos días de turbulencias y desasosiego, estas páginas me recordaron que podía resistir un poco más y aprender a sufrir con gracia, como una prueba del carácter humano, no para no rendirse, sino para jugármela por lo que vale la pena. Eso debe ser personal para cada persona. El título que lleva este libro me ha acompañado como un mantra, recordándome que sufra con estilo, con pundonor, y lo deje ir cuando ya sea suficiente.El truco de resistir creo que no solo está en aguantar, sino en honrar los pasos que se dan en el camino, reconociendo el padecimiento de cada uno de ellos y acostumbrando al cuerpo al dolor que solo da el amar con ganas y con cada fibra del alma al juego, a la competencia y a la vida. El desenlace de este libro es tan doloroso como alentador. Agostinelli logra en estas páginas recuperar un poco de la esencia de los libros de mitología y mezclarlos con una excelente crónica que se puede devorar, masticar o, como lo hice yo, rumiarla.
De hecho, el filme, que se estrena este viernes, está basado en la obra homónima que el escritor estadounidense publicó en 1978 con gran acogida por parte de sus lectores."No es real. No es real. No es real", reza el inquietante eslogan de esta cinta dirigida por el británico Rob Savage ("Host" y "Dashcam") y que cuenta con las actrices Sophie Thatcher ("Yellowjackets") y la jovencísima Vivien Lyra Blair ("Obi-Wan Kenobi") como protagonistas."Recuerdo haber leído la historia cuando era pequeño, así que sabía que podía ser aterradora para el público y aún más para los fanáticos de Stephen King. (...) Quería que esta vez fuera una criatura sangrienta pero que también supusiera una amenaza física contra la que luchar", explicó Savage en entrevista con EFE.La trama relata la historia de la estudiante de secundaria Sadie Harper (interpretada por Thatcher) y su hermana menor Sawyer (Blair) cuando pierden a su madre y no reciben el apoyo necesario por parte de su padre (Chris Messina), un terapeuta que lidia con su propio dolor.Entonces, mientras el pequeño mundo familiar se derrumba, el progenitor ofrece ayuda psicológica a un paciente desesperado que se presenta en su casa acechado por una aterradora entidad sobrenatural que se alimenta del sufrimiento humano."Pregunté a psicólogos reales para que me explicaran mejor cómo interpretar este papel y qué tipo de terapia se supone que estaba aplicando. Además, se notó que el director conocía muy bien el género porque me guio a la perfección", comentó Messina, quien también apareció este año en "Air", en declaraciones a EFE.Una postura con la que coincidió Thatcher, también presente en la conversación con EFE, añadiendo que Savage le recomendó películas como "Don't Look Now" (1973) u "Ordinary People" (1980) para ayudarla a conocer mejor su personaje.Es entonces cuando aparece en escena el coco, hombre del saco o "boogeyman" (en inglés), una criatura que, dependiendo de la cultura, puede adoptar apariencia humana o configurarse como una especie de monstruo con cabeza y dedos alargados que molesta a niños y padres.Estaba previsto que la cinta se estrenara directamente en el servicio de "streaming" Hulu pero, tras una exitosa proyección de prueba a finales del año pasado, se anunció que pasaría primero por las salas de cine.Sus creadores quisieron consultar la visión de Stephen King acerca de esta obra en una maniobra inusitada que pasó por alquilar su cine favorito en Portland (Maine, EE.UU.), ciudad natal del autor, para que la viera como en casa."Él sabe lo que no le gusta y, si le hubiéramos fastidiado la historia, nos lo habría dicho. En cambio, nos envió un precioso ensayo sobre lo mucho que le había gustado la película", aseguró Savage, quien añadió que fue el mismo King el que sugirió que la película se estrenara en cines, públicamente semanas atrás.Scott Beck y Bryan Woods ("A Quiet Place"), así como Mark Heyman ("Black Swan") se encargaron del guion de esta cinta que ha contado con un presupuesto ligeramente superior a los 40 millones de dólares y que encontrará en la película "Spider-Man: Across the Spider-Verse" (Sony Pictures) su principal contendiente en la taquilla del fin de semana.El resto del reparto de "The Boogeyman" lo completan, entre otros, Marin Ireland ("The Umbrella Academy"), Madison Hu ("Bizaardvark"), LisaGay Hamilton ("Vice") y David Dastmalchian ("Boston Strangler").No será la primera vez que esta leyenda aterrice recientemente en el mundo del cine porque Universal Studios lanzó el año pasado la película "The Black Phone" cuyo personaje principal, encarnado por Ethan Hawke, también estaba inspirado en el coco u hombre del saco.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hablar de Henry Purcell (1659 - 1695) es remitirse a uno de los nombres más aclamados (si no el más) de la historia de la música barroca inglesa, gracias a su destacada obra que se expandió en diversos géneros en el corto tiempo de producción que tuvo, debido a su fallecimiento a los 35 años de edad. Dentro de su destacado repertorio, una de las composiciones más importantes es El rey Arturo, una semiópera en cinco actos con libreto del poeta John Dryden basada en el personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y galesa que según los registros se representó por primera vez en el Queen's Theatre, Dorset Garden de Londres, a fines de mayo o principios de junio de 1691. Como era costumbre para la época, contrario al imaginario de la representación de una obra de estas características, los personajes no suelen tener espacios de canto (siempre y cuando no posean propiedades especiales para la trama, sobre todo, sobrenaturales), por lo que los personajes son en vez de interpretes, actores. La trama de la ópera esta basada en las batallas entre las tropas británicas del rey Arturo y el pueblo sajón, dejando de lado la tradicional historia basada en las leyendas del castillo de Camelot. En la trama sin embargo, sí aparecen los personajes tradicionales de estos cuentos, como Merlín, además de la aparición de personajes como Cupido y Thor. La historia por supuesto se valdrá de las temáticas del siglo XVII, en la que podremos ver al rey Arturo en una cruzada por recuperar a su prometida, la princesa Cornualles Emmeline, que ha sido secuestrada por el rey sajón Oswald de Kent. El primer acto de la ópera inicia justamente con el rey Arturo, después de diez años de batallas contra los sajones, manteniendo firmemente en su poder a todo el reino a excepción de Kent. Los sajones están dirigidos por Oswald, que se ha propuesto conquistar no sólo el reino de Arturo, sino también a su amada, la ciega Emmeline, hija de Conon (duque de Cornualles). Arturo se despide de ella antes de la decisiva batalla final contra el invasor pagano. La historia por supuesto derivará una vez más en el amor y el protagonista triunfando por encima de cualquier desgracia y tempestad. El rey Arturo fue representada al menos dos veces durante la vida de Purcell y continuó representándose a fines de la década de 1690, manteniéndose hasta nuestros días como una de las puestas en escenas más representadas y difundidas de la historia. Podrá escuchar el domingo a las 9:00 p.m. en Canto y música coral esta ópera interpretada por Nancy Argenta, Linda Perillo, Julia Gooding, Jamie MacDougall, Brian Bannatyne-Scott, Gerald Finley, el Coro y El Conjunto The English Concert bajo la dirección de Trevor Pinnock en nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Entre las obras expuestas del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) destaca "Ulises", una enorme máscara de cuero negro, látex y acero inoxidable con la que el artista plástico David Lozano representa a un "cuerpo oscuro sometido a las pasiones y deseos, a veces reprochables para una sociedad mojigata". El "temor" que inspira esta máscara "dialéctica" se rompe cuando el público se acerca a la obra y desde su parte trasera se adentra en un interior cubierto de tela de peluche que recuerda que la realidad tiene "dos caras".Esta pieza suspendida del techo de la sala hace parte de la serie "Ulises, cuerpo gaseoso", una instalación que recrea el sauna masculino "Ulises" de Bogotá, espacio que Lozano define como un "lugar de la memoria" que estuvo en auge en la década de los 90 y que aún continúa activo."Algunos de mis amigos que iban a Ulises y a otros sitios murieron. Digamos que es un homenaje a todos esos amigos y no amigos que murieron y desaparecieron durante la pandemia (de VIH/Sida)", relata a EFE el artista.Esperma sobre tinta azúl Un centenar de abstractas eyaculaciones se superponen a la palabra "sementerio" con la que, en tinta azul, fueron marcadas las hojas de papel sobre las que reposan las muestras de esperma de quienes participaron en esta obra en la que Wilson Díaz reflexiona sobre la existencia sexuada, haciendo énfasis en la noción de muerte.Como pieza estrella que da nombre a la exposición destaca un revelado parcial de plata en gelatina de Miguel Ángel Rojas con la que se responde al "pánico vivido" en la década de los 80 por el "peligro y violencia asociados al contagio del vih", acrónimo que los artistas decidieron escribir en minúsculas para "transformar su peso simbólico". En ella se vislumbra una fusión de dibujo tras los cuales se distinguen algunas escenas de sexo, pequeñas figuras que irradian angustia y hasta la propia muerte.Los videos experimentales también tienen presencia en esta exposición con artistas como Camilo Acosta y Santiago Lemus, quienes en "Los Amarillos" reflexionan acerca de la ictericia que experimentan algunos pacientes de esa enfermedad, fruto de los efectos secundarios de los antirretrovirales que les amarillean la piel.Como extensión de esta pieza audiovisual, Acosta y Lemus protagonizaron este jueves en el Mambo "Manifiesto amarillo", una performance en la que ingirieron más de una decena de papeles amarillentos y mojados en los que se leían frases como "El vih no es una enfermedad, es un síntoma político".Más allá del VIHLa exposición se presenta junto a una línea de tiempo en la que se hace referencia a algunas obras creadas por artistas y colectivos colombianos, así como algunos testimonios y documentos que datan desde comienzos de los años 80 hasta la actualidad, a fin de examinar "la profunda historia cultural de la crisis del sida".Bautizada como "Hilos de sangre: Historias y memorias del vih/sida en Colombia", esta línea temporal se enmarca dentro de una investigación del artista colombiano radicado en Nueva York Carlos Motta y el investigador Pablo Bedoya."Nos dimos cuenta de que no había realmente una fuente visitable y accesible públicamente en Colombia a la cual uno se pudiera acercar, si quisiera conocer acerca del vih. Tanto Pablo como yo pensamos que eso era una gran falta en la memoria histórica del país", explicó a EFE Motta.Como parte de este ciclo expositivo disponible hasta el 11 de junio, Motta también inunda las paredes del MAMBO con "Stigmata", exposición antológica que, más allá de hablar del VIH en piezas como "La caída de los condenados" cubre otras aristas relacionadas con la experiencia de la democracia desde la perspectiva de los grupos minoritarios.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.