Joan Manuel Serrat, figura indiscutible de la canción española, hoy galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes, ha conquistado también al público latinoamericano a lo largo de su carrera, con composiciones como Mediterráneo, considerada una de las mejores canciones en español de todos los tiempos.Nació en Barcelona el 23 de diciembre de 1943 y tras cursar la enseñanza primaria y el bachillerato, se diplomó en 1966 en la Escuela de Peritos Agrícolas con Premio Extraordinario.Durante esos años formó un grupo musical con tres compañeros y en 1964 se presentó en un programa de radio en Barcelona, lo que le permitió grabar, en 1965, su primer disco, Una guitarra, con cuatro canciones.Pronto se convirtió en uno de los representantes de la llamada Nova Cançó (nueva canción) catalana, pero no fue hasta 1967 cuando obtuvo gran reconocimiento, gracias a su primer LP Ara que tinc vint anys.En 1968, por primera vez, una canción suya, Cançó de Matinada se colocó en el número 1 de las listas de España.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Ese mismo año Serrat fue elegido para representar a España en el Festival de Eurovisión, con el tema La, la, la, que él pidió cantar en catalán, a lo que la televisión pública se negó, por lo que finalmente fue interpretada por Massiel, que ganó el certamen. Aquel desplante le valió ser vetado en la cadena pública hasta 1974.Pese a las críticas recibidas, empezó a cantar en castellano y en 1969 editó su primer LP en español, La paloma, y ganó el Festival Mundial de la Canción de Río de Janeiro con Penélope.En esa época protagonizó tres películas: Palabras de amor (1968), dirigida por Antoni Ribas; La larga agonía de los peces fuera del agua (1969), de Francisco Rovira Beleta; y Mi profesora particular (1972), de Jaime Camino.En 1971 apareció Mediterráneo, su disco más emblemático. Ya se había convertido en símbolo de la libertad, tanto en España como Iberoamérica y, a pesar de que tenía a la censura en su contra, el álbum ocupó un año la lista de los diez discos más vendidos de España.En 1975, unas declaraciones suyas desde México, condenando públicamente los fusilamientos de cinco militantes antifranquistas, le llevaron a permanecer exiliado en Iberoamérica y se prohibió la radiodifusión de sus discos. Regresó a España en agosto de 1976 tras la muerte de Francisco Franco.En 1983 llegó Cada loco con su tema e hizo una gira por Latinoamérica, excepto por Chile, donde se negaba a actuar por la dictadura de Augusto Pinochet.Serrat puso música a grandes poetas como Antonio Machado, Miguel Hernández o León Felipe. Y en los noventa formó un exitoso cuarteto con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos, con los que hizo la gira 'El gusto es nuestro', con la que recorrió España y América y de la que se editó un disco.En 1998 publicó Sombras de la china, al que siguieron Canciones (2000), Versos en la boca (2002) y Serrat Sinfónico (2003), que llevó de gira por España y América.En 2007 abordó a dúo con su gran amigo Joaquín Sabina la gira Dos pájaros de un tiro, con 72 conciertos por España y Latinoamérica y en 2010 publicó Hijo de la luz y de la sombra, dedicado a Miguel Hernández en el año del centenario del genial poeta, y que fue disco platino en España. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Fundación Princesa de Asturias (@fundacionprincesadeasturias) En 2012, él y Sabina sacaron en EEUU La orquesta del Titanic, un disco de estudio que cuenta con once temas nuevos compuestos al alimón.Celebró sus 50 años sobre los escenarios con un cuádruple CD titulado Antología Desordenada (2014), una selección de 50 de los 600 temas de su cancionero, y una extensa gira que arrancó a comienzos de 2015.Las canciones fueron regrabadas con la colaboración de artistas como Rubén Blades, Alejandro Sanz, Joaquin Sabina, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Estopa, Miguel Poveda, Lolita, Ana Belén o Miguel Ríos.A finales de 2021, anunció su retirada de los escenarios con una última gira en 2022, El vicio de cantar 1965-2022, que le llevó por escenarios de toda América y España y cerró su carrera el 23 de diciembre de 2022 en Barcelona.Posee, entre otros reconocimientos, el Premio de las 'Músicas Actuales' del Ministerio español de Cultura (2009), la Medalla de Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa (2007); la Medalla Honorífica del Parlamento de Cataluña (2007), la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes (1994) y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2006).🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En pleno centro histórico, este bar -inaugurado en 1943 y remodelado con su aspecto actual en 2004- está marcado por haber sido fuente de inspiración para Roberto Fontanarrosa (1944-2007) -uno de los más recordados escritores de Argentina-, en particular las tertulias en la llamada 'mesa de los galanes' que él encabezaba."El Cairo es un lugar maravilloso, y a eso le sumamos que tuve la suerte de ser parte de la mesa de 'El Negro' Fontanarrosa, que fue como un hermano. Y eso hizo que pudiéramos relacionarnos con gente que, de otra manera, hubiese sido imposible", cuenta a EFE el cantautor Ricardo Centurión, actual encargado y relaciones públicas del bar y uno de los 'galanes' de los que el también humorista gráfico hablaba en sus cuentos.Multitud de rostros populares como Fito Páez, Juan Carlos Baglietto y Joan Manuel Serrat, gran amigo de Fontanarrosa, pasaron alguna vez por el local.Hace dos meses, con la presencia del cantautor catalán, la esquina de El Cairo, en la intersección de las calles Sarmiento y Santa Fe, fue -avalada por una ordenanza municipal- rebautizada como Serrat y Fontanarrosa, en homenaje a ambos artistas por sus trayectorias y relación con Rosario."Rosario lo adora (a Serrat). Tanto él como 'el Negro' han sido tipos maravillosos que lo único que le han dado a la gente son cosas buenas", relata Centurión, que adelanta su deseo respecto a la visita de Joaquín Sabina a Argentina, en marzo próximo."Le mandamos decir que, si viene, le vamos a poner a la manzana Joaquín Sabina (ríe). Vamos a tentarlo con eso, para demostrarle que le queremos mucho", sentencia el también apodado 'Negro'.Los galanesAl entrar a El Cairo, es inevitable pensar en la 'mesa de los galanes' que Fontanarrosa retrató en su cuento del mismo nombre y en otros relatos, en la que se juntaban el Pitufo, el Chiquito, el Colo y todos los habituales de esas tertulias, incluidos amigos de ellos que se sumaban de cuando en cuando."Lo de los galanes fue una ironía. (...) Teníamos un compañero de la mesa que tenía un programa de radio a la noche. Cuando se quedaba sin tema, como él pasaba por acá para ir a la radio, empezaba a inventar cosas. Y decía: 'pasé por el Cairo y estaban los galanes'", recuerda Centurión.En esas mesas, "donde hay un mentiroso, un charlatán, un pelado, un gordo, uno que no quiere pagar... como son todas las mesas de amigos", señala, se hablaba de todo, aunque, como se lee en la obra de 'el Negro', abundaban fútbol, mujeres y anécdotas de unos y otros."'El Negro' usaba mucho los nombres de los integrantes de la mesa porque él decía: '¿Esta barbaridad quién la puede decir? Esta la puede decir Ricardo, el Pitufo, el Chiquito... Nos ponía en boca nuestra cosas que eran ideas de él", revela el músico, que define al historietista como "un genio".En su honor, en el bar hay una mesa llena de fotos y con patas con "forma de pierna de mujer", subraya Centurión, que reconoce que las mujeres "mucho no duraban en la mesa", "se aburrían y se iban".Historia de leyendaRosario llegó a ser conocida a finales del siglo XIX como "la Chicago argentina": época en que, a la par de su desarrollo como puerto agroexportador a orillas del Paraná, campaban a sus anchas grupos mafiosos en una ciudad con abundantes burdeles.El Cairo, que está ubicado junto a un cine de igual nombre, fue inaugurado como un café donde, como tantos, se jugaba al billar. Hasta los años 70 no empezaron a entrar mujeres, y su origen y su nombre están rodeados de misterio."Yo conocí uno de los socios: se llamaba Giovanni, pero él era griego. Es una cosa rara, porque ¿qué tenía que ver el griego con El Cairo?", se pregunta el septuagenario relaciones públicas, que empezó a ir al bar cuando tenía 14 años."En El Cairo vas a encontrar gente muy grande que te cuente historias, y nosotros decimos que, si la historia está bien armada y no molesta a nadie, la damos por cierta, pero no son fáciles de creer", agrega.Tras un tiempo cerrado en el que los 'galanes' trasladaron su mesa a otro bar, El Cairo reabrió, remodelado y después de sufrir un incendio, en 2004. La muerte de 'El Negro', por una esclerosis lateral amiotrófica tres años después, elevó el simbolismo del bar, que destila Fontanarrosa en cada pared.Ilustraciones suyas visten las columnas; su rostro junto al de Serrat saluda en los escaparates y una estatua lo homenajea en la calle de estilo colonial que se recrea al fondo.El café-restaurante, que también recuerda con un cuadro al presentador Gerardo Rozín, fallecido en 2022, cuenta, además, con escenario para actuaciones. Y 'galanes' del siglo XXI siguen yendo: "Darío (Grandinetti) es un integrante de la mesa nuestra", señala Centurión sobre el actor y 'chico Almodóvar', otro rosarino de pro. No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
De acuerdo con esto, el Consejo Administrativo decidió por unanimidad que la edición 2022 entregue dos reconocimientos, según se informó en una conferencia de prensa."Gracias a sus magníficas musicalizaciones de poetas hemos conocido mucho mejor a Miguel Hernández, a Antonio Machado, a León Felipe, al trabajo conjunto con nuestro querido Mario Benedetti", indicó sobre Serrat la integrante del Consejo Diane Denoir.Asimismo, destacó la "consecuente defensa de las causas justas" y la "resistencia al franquismo" de un "imprescindible artista" que permanentemente "ha puesto en la palestra las injusticias del mundo".Por otra parte, resaltó a la tribu Mundurukú y remarcó que esta "resiste con mucha valentía a las invasiones de los madereros que talan los árboles de su territorio"."Los Mundurukú se han organizado para enfrentar y resistir a estas invasiones. En primer lugar, desde 2006 han iniciado un proceso de demarcación de su territorio ante todas las instituciones oficiales, de modo que quede oficializado cuáles son las tierras que les pertenecen", explicó Denoir.Además, contó que en este momento la tribu tiene un colectivo de jóvenes mujeres indígenas "que han aprendido a utilizar una cámara para registrar y reivindicar ese territorio demarcado y para divulgar en las redes sociales su proyecto de revitalización de la lengua mundurukú". Finalmente, Denoir adelantó que los premios serán entregados el próximo 21 de noviembre en Montevideo.El reconocimiento de la Fundación Mario Benedetti fue entregado por primera vez en 2013 al activista estadounidense de ascendencia lakota Leonard Peltier.También han sido galardonados con este premio la jurista Mariana Mota, la profesora Belela Herrera, el maestro Miguel Soler, el teólogo brasileño Leonardo Boff, el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, el periodista Guillermo Chifflet, el poeta y activista chileno Raúl Zurita y el Movimiento de Víctimas de Crímenes del Estado de Colombia.Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El músico catalán, de 78 años, habló de su biografía musical y sentimental, los comienzos de su carrera y los momentos duros que atravesó durante el franquismo, cuando sus discos y canciones fueron prohibidos en la radio, en una entrevista del programa “Algo Personal con Jorge Ramos”, que se emitirá el domingo por el canal de streamig ViX .Preguntado por Ramos sobre aquellos años de censura en España y su compromiso por la libertad, el cantautor dijo que hizo “lo quehacer, porque pasar miedo es algo jodido, pero pasar vergüenza en mucho peor». En otro momento de la entrevista, Serrat (1943, Barcelona) echa la vista atrás y dice que canta por el gusto de cantar, algo que comprueban sus millones de seguidores en la gira “El vicio de cantar. Serrat 1966-2022”, con la que el cantante, escritor y poeta dice adiós a los escenarios.Serrat recibió este jueves en Madrid el Premio Rojana Alfredo Pérez Rubalcaba por su compromiso con la democracia, en una ceremonia en la que agradeció este galardón que lleva el nombre de un reconocido político socialista fallecido. El Premio Rojana Alfredo Pérez Rubalcaba, que concede la Fundación Felipe González (presidente del Gobierno de España entre 1982 y 1996), se define como “un homenaje a la memoria de una figura clave de la política española fundamental para entender gran parte de la etapa democrática".Serrat desgranó también en la entrevista con Ramos una anécdota sobre su personal relación con el mar, eje del álbum “Mediterráneo» (1971), y dijo que un día, en una de sus visitas a México, tuvo un sueño que lo marcó. “Un día soñé en el mar. Fue un sueño tan fuerte que, cuando desperté, me fui a Chapala, renté un barco y navegué” al medio de la laguna “para ver aquella extensión de de Marzo que necesitaba”, dijo en referencia a su necesidad de Mediterráneo.Serrat, tras recorrer desde abril escenarios de Estados Unidos y Latinoamérica, desembarcó en España este mes para proseguir su gira de despedida, que acabará en su ciudad natal, Barcelona, con dos conciertos.
"Lo único que he hecho en mi vida ha sido hacer lo que he querido hacer, como lo he querido hacer y de la forma en que me ha parecido, acertada o equivocadamente, que debía hacerlo", afirmó un agradecido Serrat, de 78 años, desde el palacio de la Moncloa, sede de la presidencia española, en las afueras de Madrid.Arropado por un reducido, y selecto, grupo de compañeros de profesión y de vida como Miguel Ríos, Víctor Manuel y Ana Belén, Serrat afirmó sentirse "emocionado, pero muy feliz al mismo tiempo" por este reconocimiento a más de medio siglo de carrera.El gobierno decidió otorgarle esta distinción -la mayor de España para quienes no son jefes de Estado- en diciembre, poco después de que sorprendiera al anunciar una gira de despedida de los escenarios para 2022"Varias generaciones de españoles, de españolas, de latinoamericanos, debemos buena parte de nuestra educación sentimental a tu contribución artística", le agradeció el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez."Tu despedida de los escenarios, sin duda alguna, no acabará nunca con la admiración, con el cariño y también con el profundo agradecimiento que sentimos hacia ti y hacia tu obra", añadió Sánchez sobre el cantautor, muy querido tanto en España como en América Latina.Bautizada como "El vicio de cantar 1965-2022", Serrat arrancará su gira de despedida el 27 de abril en el Beacon Theater de Nueva York y finalizará con un emocionante concierto en el Palau Sant Jordi de su ciudad, Barcelona, el 23 de diciembre, para el que ya están todas las entradas agotadas. Antes pasará por México, Colombia, Costa Rica, Chile, Argentina o Uruguay, entre otros destinos.Nacido en Barcelona el 27 de diciembre de 1943, Joan Manuel Serrat es uno de los artistas más admirados de la música en español, declarado en 2014 Persona del Año por los Grammy Latinos.Autor de himnos como "Mediterráneo", "Lucía" o "Aquellas pequeñas cosas", el músico catalán acumula múltiples reconocimientos en sus casi seis décadas de carrera como el I Premio Nacional de las Músicas Actuales o la medalla de la Legión de Honor de la República Francesa.
"El imperio de la luz" ("L'Empire des lumieres"), de 1954, había sido tasada en 95 millones de dólares. El valor final superó el récord anterior para una obra de Magritte (1898-1967), que había sido de 79 millones.Tras una puja de 10 minutos, la pintura que juega con luces y sombras hasta confundir el día con la noche fue rematada por 121.160.000 dólares, "un récord mundial para el artista y para una obra de arte surrealista en una subasta", afirmó la casa Christie's.La obra del maestro del surrealismo integraba la colección privada de la diseñadora y mecenas de origen rumano Mica Ertegun, fallecida a los 97 años en diciembre pasado.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa venta del Magritte, que coincide con el centenario del movimiento surrealista, era uno de los destaques de la actual temporada de subastas en Nueva York, cuyo mercado espera recuperarse del retroceso sufrido el año pasado.En la misma sesión del martes, la icónica obra "Standard Station", del estadounidense Ed Ruscha, se vendió por 68,26 millones de dólares, un nuevo récord en subastas para el referente del arte pop, actualmente de 86 años.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Wicked", la adaptación cinematográfica del éxito de Broadway, es protagonizada por la sensación del pop Ariana Grande, mientras que "Gladiador II" marca el regreso a la Roma antigua de Ridley Scott, 24 años después de que su épica original ganara el Óscar a mejor película.Pero resta por verse si el público recibirá con gusto los memes de "Glicked" o "Wickiador" (que ya están haciendo circular en las redes los departamentos de marketing), o si acudirá a las salas de cine con sombreros de brujas o sandalias romanas.Las salas de cine y varios de los centros comerciales en Estados Unidos ya se están pintando de tonos verde y rosa, en referencia a las brujas de "Wicked", y llenando de Coliseos en miniatura, preparándose para un período que según los analistas será crucial para la industria."Estoy seguro de que este será el mayor Día de Acción de Gracias que la industria ha presenciado", dijo Jordan Hohman, un ejecutivo del grupo Phoenix Theaters, en referencia a la fiesta nacional que coincide con la primera semana en cartelera de ambas producciones."Wicked", de Universal, es por sí sola "la película que más entradas ha vendido anticipadamente" en los 24 años de historia de la cadena estadounidense, superando en un 63% a "Barbie", añadió su propietario y presidente, Cory Jacobson.Tradicionalmente, los estudios de Hollywood tenían sus reservas sobre lanzar dos grandes películas en un mismo fin de semana, pero el verano boreal de récords de 2023 demostró que puede funcionar para ambas producciones, siempre que sean las adecuadas.Como "Barbie" y "Oppenheimer", "Wicked" y "Gladiador II" (Paramount) hablan a diferentes audiencias, opina el analista David A. Gross, del grupo Franchise Entertainment Research.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Wicked" ha inspirado como parte de su campaña de promoción una línea de maquillaje y un kit para hornear tus propios cupcakes, mientras que los anuncios relacionados con "Gladiador" son una constante durante las transmisiones de la liga de fútbol americano. "No existe la posibilidad de pisarse la manguera entre bomberos", dijo Gross.Pero alcanzar las vertiginosas cifras de "Barbie" y "Oppenheimer" será digno de conjuros y proezas. Sólo en su primer fin de semana en América del Norte, estas películas de 2023 se hicieron con 245 millones de dólares en taquilla."Barbenheimer fue un ejemplo de dos películas que superaron con creces sus resultados (...) algo inesperado en el mejor de los escenarios", advirtió Daniel Lora, vicepresidente senior de estrategia de contenidos de Boxoffice Media.Parte del actual optimismo de la industria se debe a que otro éxito, "Moana 2", de Disney, que se unirá a "Wicked" y "Gladiador II" en las salas de cine una semana después. "No creo que se trate de una experiencia de dos películas, sino de tres", dijo Jacobson.Campañas por todo lo altoAlcanzar estas altas expectativas es algo que Hollywood necesita.A pesar de un lucrativo verano boreal con secuelas exitosas como "Intensa Mente 2" y "Deadpool & Wolverine", 2024 ha sido un año dispar para una industria que aún sueña con volver a las cifras anteriores a la pandemia.Los cinco primeros meses del año se vieron perjudicados por los pocos estrenos, debido a los retrasos en la producción provocados por las huelgas de Hollywood el año pasado y la pandemia.Los últimos dos meses también han sido decepcionantes, con el fracaso en la taquilla de "Guasón 2: Folie à Deux", entre otros fiascos y estrenos mediocres.Pero las primeras señales para este fin de semana parecen prometedoras. "Gladiador II" se estrenó en otros países la semana pasada haciéndose con 87 millones de dólares fuera de Estados Unidos. Y Paramount espera números similares este fin de semana en los cines estadounidenses."Wicked", de Universal - el estudio detrás de "Oppenheimer"-, debe vender 100 millones de dólares en boletería este fin de semana en América del Norte de acuerdo con los pronósticos.De paso, los estudios apostaron en ambas producciones con una larga y extensa campaña de publicidad. En abril, Paramount abrió su presentación anual en una convención de cine en Las Vegas con un ejecutivo entrando en la arena del Caesars Palace en un carro flanqueado por soldados romanos.Mientras que Universal terminó su presentación dándole miles de flores de plástico al público para crear un gigantesco espectáculo de luces electrónicas verdes y rosas con el tema "Wicked".Ocho meses después, los estudios medirán si sus esfuerzos rendirán frutos en la taquilla. "Cuando algo pega de verdad, más allá de una campaña de publicidad, puede despegar e ir más lejos de lo esperado", comentó Gross. "Así que veremos qué pasa".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.