El escritor está en la ciudad española de Oviedo (norte), donde el viernes recibirá el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Para el autor de "Tokio blues", "la cabeza del ser humano es capaz de funcionar incluso con fallos, pero un ordenador no es así".Su desconfianza hacia la Inteligencia Artificial la hace extensiva a las redes sociales, pese a haber puesto en marcha iniciativas como la de un consultorio con sus lectores a través de una página web, una experiencia que reflejó en uno de sus libros."He probado un poco las redes sociales, pero llegué a la conclusión de que no me sirven, así que no las uso ahora", reflexiona Murakami tras lamentar que, en un primer momento, podrían ayudar a crear una democracia "de alguna forma nueva" y haber terminado "decepcionado".La influencia de las redes sociales y del proceso de digitalización pueden hacer que a una gran mayoría de usuarios de internet el ritmo de las novelas les parezca "muy lento", señala el escritor japonés más leído del mundo, aunque a la vez se mostró convencido de que las obras literarias "perduran más"."Por eso tengo fe en el poder de las novelas y de las historias. A lo mejor hay muy poca población en el mundo que acepta una información más tardía o lenta. Aunque sea el diez o incluso el cinco por ciento, confío mucho en la fuerza de esas personas", subrayó."Solo escribo lo que me da la gana"Murakami, que ya fue premiado en otras ocasiones en España, asegura sentirse "agradecido" por un galardón para el que, al igual que para el Nobel, sonaba hace décadas.El jurado reconoció su capacidad para expresar algunos de los grandes temas y conflictos de nuestro tiempo como la soledad, la incertidumbre existencial o la deshumanización en las grandes ciudades, además de un carácter de "puente" entre la cultura oriental y la occidental del que él reniega."Yo solo escribo lo que me da la gana y no pienso nada sobre desempeñar un papel del Este o del Oeste, ni en servir de puente", advierte Murakami, que llegó a la literatura tras años como traductor de autores como Truman Capote, Scott Fitzgerald, J.D. Salinger, Raymond Caver y John Irving, a los que leyó en inglés en su etapa en el instituto.Así, cuando decidió cerrar el bar de jazz que regentaba en Tokio junto a su esposa para dedicarse por completo a la literatura, su "desafío" consistió en cómo expresarse en lengua japonesa a partir de la innegable influencia que habían tenido sobre él esos autores.Libros, música y gatosCatalogado inicialmente como autor de culto y convertido después en uno de los escritores más vendidos del mundo, un Murakami esquivo con los actos públicos admite no sentirse "cómodo" con ser famoso, dado que se considera "una persona íntima que escribe historias íntimas"."Prefiero una vida tranquila. Estoy feliz solo con tener conmigo libros, música y gatos. Aun así, me alegro mucho de que me lea mucha gente", afirma el autor de "Baila, baila, baila", reconocido melómano, aunque confiesa orgulloso haber sido capaz de alejar la música de sus últimas novelas.No obstante, advierte, la música le sale "naturalmente" y siempre le acompaña. "Al levantarme y cuando empiezo a escribir escucho música clásica. Cuando corro o conduzco el coche, escucho rock y por la noche, jazz", afirma sobre la dieta musical que sigue a diario. Y recuerda, también con agradecimiento, la propuesta de Patti Smith de que el Nobel otorgado a Bob Dylan debió ser para él.A sus 74 años Murakami también se muestra satisfecho y sin arrepentirse de haber cerrado a finales de la década de los años 70 su club de jazz en Tokio, el Peter Cat: "Me vino bien trabajar todo el tiempo concentrándome en escribir como un escritor dedicado solo a ello. Fue muy difícil compaginar dos profesiones", recuerda.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Shinchosha también dio a conocer la portada que llevará la novela en Japón, donde se puede ver una especie de pasadizo, así como una breve descripción de la trama, que parece indicar que podría tratarse de una historia de misterio."Se debe ir a esta ciudad. A costa de todo. Como en un viejo sueño, se abre una estantería escondida y se despierta la historia sellada, que empieza a moverse", detalla el comunicado de la editorial que dice que este libro refleja "el mundo de Murakami 100 % y hace temblar el alma".La novela, de unas 1.200 páginas, será la primera del escritor en seis años, tras publicar en 2017 "Killing Commendatore" (La muerte del comendador), y la primera que se publicará simultáneamente en papel y en formato electrónico.El 13 de abril será la fecha de publicación en Japón, donde tendrá un precio de 2.970 yenes (unos 21 euros), pero todavía se desconoce la fecha de lanzamiento en otros países.Nacido en Kioto (oeste de Japón), Murakami, de 74 años, debutó en la literatura con la novela "Hear the wind sing" (Escucha la canción del viento, 1979) y es conocido por obras como "Norwegian wood" (Tokio blues, 1987), "Kafka on the shore" (Kafka en la orilla, 2002) o las más recientes "1Q84" (2010) y "Men without women" (Hombres sin mujeres, 2014).Sus obras han sido traducidas a más de 50 idiomas y su trayectoria ha sido reconocida con numerosos premios, entre ellos el Noma, el Tanizaki, el Hans Christian Andersen, el Franz Kafka o el Jerusalem Prize. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Enfrentarse a una cinta de 179 minutos en un mundo hiper-conectado y lleno de cientos de estímulos por segundo podría resultar una odisea. Drive My Car, sin embargo es una oda a la belleza contemplativa, una revolución global en el séptimo arte acostumbrado desde tiempos inmemoriales a la acción sin sentido, a la demostración económica de los grandes estudios y las plataformas de streaming en narrativas muchas veces opacadas por la grandilocuencia vacía de una imagen estéticamente bella.Esto se entiende mejor en palabras del filósofo y ensayista Byung Chun Han: “La era de la prisa, su sucesión cinematográfica de presencias puntuales, no tiene acceso a la belleza ni a la verdad. Sólo en una contemplación prolongada, incluso en una moderación ascética, las cosas descubren su belleza, su esencia fragante”. Y Drive My Car tiene eso como premisa fundamental: abordar la historia sin intermedios, cortes o bifurcaciones, dándole el debido tiempo que ocupa la realidad misma en historias similares que transcurren en lo cotidiano. En la vida real no hay saltos de guion, ni botón de adelantar.La película de Hamaguchi estrenada en el Festival de Cannes y con cuatro nominaciones al Óscar en las categorías de Mejor director, Mejor guion adaptado, Mejor película internacional y Mejor película (siendo la primera película de origen japonés en esta última categoría) es un elogio a la simpleza técnica, la pureza fotográfica y una sutil mirada a uno de los temas que más espinas genera en la mayoría de las culturas: el duelo. Pero cuidado, no se queda solo allí.No se trata de un filme con giros argumentales gigantes o sorpresivos, su grandeza no radica allí y eso no equivale a que parte fundamental de su éxito no recaiga en la adaptación del cuento. Su grandeza radica en plantear un cambio en la forma común de representar los sentimientos en pantalla. Solemos recurrir a las metáforas como un círculo común de expresión, a imágenes preconcebidas de cómo debemos sentir, cómo actuar y qué decir. Pareciese que tuviésemos un libreto para expresar lo que sentimos.Aquí no. Aquí la vida es retratada tal y cómo es. Con la parsimonia de las horas mientras cualquier tragedia ocurre y no da espera de sentar bases.Podríamos dividir de forma fácil, la película en dos grandes partes: la primera, si se quiere, un prólogo del drama. Conocemos la cotidianidad de los personajes en los que rondará la historia. Kafuku, un director y actor de teatro consolidado que trabaja en adaptar la famosa obra de Chejov Tio Vania (un guiño al corazón de la trama si se quiere, en términos de agobio existencial). También aparecen en escena Oto, la esposa de Kafuku, una aclamada guionista y un tercero en escena que será Kōji takatsuki, un joven actor en crecimiento.De repente, pasada la primera media hora, la vida de Kafuku cambiará para siempre. Primero un glaucoma que le impedirá conducir a futuro su coche, después, encuentra a su esposa siéndole infiel con el joven actor. Por último, su esposa aparece muerta por una hemorragia cerebral.Y sin embargo, Kafuku no parece derrumbarse. Al menos no como estamos acostumbrados a verlo en pantalla. El único asomo de desdicha es un quiebre en medio de una de las presentaciones de Tio Vania. Esto abre paso a la segunda parte de la historia.Dos años después, el protagonista acepta una residencia en Hiroshima donde volverá a dirigir la obra de Chejov. Allí conoce a Toko, una conductora asignada que le da el teatro mientras dura su estadía. Este es el corazón de la trama: El carro desde siempre ha sido el lugar seguro del protagonista. En él, repasa los fragmentos de las obras que dejó grabada su esposa en un momento también de introspección rutinario. Compartirlo, dejar que otra persona tome las riendas de ese “safe place” construido en soledad es una transgresión.Poco a poco las conversaciones entre pasajero y conductora se hacen más íntimas. Comparten secretos, culpas, dolores, cargas. No hay consejos, no hay moralidad. Solo hechos. Aunque la herida sean los otros o el infierno como alguna vez declaró Sartre, también son la salvación parece decirnos Hamaguchi y Murakami. Al final, en un viaje compartido a la casa de infancia de Toko, las heridas parecen cerrarse. (Eso no quiere decir que caigan en el olvido).Lo más importante de todo este viaje, es que "no existe una escuela que enseñe a vivir" como cantaba alguna vez Mercedes Sosa. O en una frase de Sabato: “Aunque terrible es comprenderlo, la vida se hace en borrador, y no nos es dado corregir sus páginas.” Quizá “Drive My Car” tampoco sea un manual para seguir al pie de la letra sobre la vida, pero si de algo podemos estar seguros es que nos ayudará a comprenderla un poco mejor después de verla.Por supuesto no será sorpresa si se lleva la mayoría de los galardones a los cuales fue nominado en la 94.ª edición de los Premios Óscar. Será recordada como un clásico atemporal del cine contemporáneo. No olvide conectarse a nuestra Señal en Vivo.
Uno de los elementos centrales de las obras de Murakami es su gran componente musical, una pasión confesa del autor. En «Música, solo música» publicada en 2011, Murakami ahonda en el Jazz y la música clásica de la mano de Seiji Ozawa, así que si son amantes de la música y su historia, este es un episodio para ustedes. Nos encuentran en todas las redes sociales como @HJCKRadio y pueden escuchar la serie completa en hjck.com.
Heliogábalo fue un emperador romano perteneciente a la dinastía Severa, reconocido tanto por su papel como sacerdote y su nobleza. Gobernó desde el año 218 hasta el 222 bajo el nombre de Marco Aurelio Antonino Augusto, aunque pasó a la historia como Heliogábalo (Elagabalus en latín) mucho después de su fallecimiento.Nacido de Sexto Vario Marcelo y Julia Soemia Basiana, desde su juventud sirvió como sacerdote del dios El-Gabal en Emesa, su ciudad natal que hoy corresponde a Homs en Siria. En el año 217, tras el asesinato del emperador Caracalla, su prefecto del pretorio, Marco Opelio Macrino, tomó el poder. Julia Mesa, tía materna de Caracalla, provocó una exitosa rebelión dentro de la Legio III Gallica para instalar a su nieto mayor, Heliogábalo, como emperador en su lugar. La derrota de Macrino el 8 de junio de 218 en la batalla de Antioquía llevó a Heliogábalo, con tan solo 14 años, al trono imperial, iniciando así un reinado lleno de controversias.Durante su mandato, desafió las tradiciones religiosas y las restricciones sexuales de Roma. Reemplazó a Júpiter, la principal deidad del panteón romano, por su dios asimilado, Sol Invictus (Deus Sol Invictus), e incluso obligó a altos funcionarios del gobierno a participar en rituales en honor a esta deidad, de la cual él era el sumo sacerdote.En medio de una creciente oposición, a la edad de apenas 18 años, fue asesinado el 11 de marzo del 222 y su primo, Alejandro Severo, tomó su lugar en un complot urdido por su abuela, Julia Mesa, y miembros de la Guardia Pretoriana.Heliogábalo ganó una reputación entre sus contemporáneos por su excentricidad, estilo de vida decadente y fanatismo, aspectos que probablemente fueron exagerados por sus sucesores y rivales políticos. Esta imagen negativa se perpetuó en la historia, convirtiendo a Heliogábalo en uno de los emperadores romanos más denostados por los historiadores antiguos. Por ejemplo, Edward Gibbon escribió que Heliogábalo "se entregó a los placeres más viles y a una descontrolada furia". B.G. Niebuhr lo recordó en la historia debido a su "vida indescriptiblemente desagradable".Según Dion Casio, historiador romano del siglo III d.C., relata un encuentro donde un hombre atractivo se dirigió al emperador Heliogábalo como "mi señor emperador", a lo que este último respondió: "No me llames señor, pues soy una dama".Durante siglos, la especulación sobre la identidad de género de quien estuvo al frente de uno de los imperios más poderosos de la antigüedad ha sido motivo de curiosidad y estudio.Sin embargo, el Museo de North Hertfordshire, en Reino Unido, ha anunciado que su exposición sobre Heliogábalo reconocerá su identidad como mujer trans y utilizará los pronombres "ella" y "ellas" al referirse a esta figura histórica.Un portavoz del museo expresó que el uso cuidadoso de los pronombres al identificar a personas del pasado es un gesto de cortesía y respeto hacia ellas.Shushma Malik, profesor de la Universidad de Cambridge, le dijo a la BBC: "Los historiadores que utilizamos para tratar de comprender la vida de Heliogábalo son extremadamente hostiles hacia él y, por lo tanto, no pueden tomarse al pie de la letra. No tenemos ninguna evidencia directa que venga de la mano de Heliogábalo mismo, de sus propias palabras”.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El impresionismo fue un movimiento artístico revolucionario que emergió en la segunda mitad del siglo XIX en Francia. Si bien históricamente se ha asociado principalmente con artistas masculinos como Monet, Renoir y Degas, las mujeres jugaron un papel fundamental en este movimiento, desafiando las normas sociales y culturales de la época para dejar una huella perdurable en la historia del arte.Entre estas destacadas pioneras del arte femenino del impresionismo se encuentra Berthe Morisot. Su obra deslumbrante y su influencia en el movimiento impresionista son innegables. Morisot desafió las expectativas sociales al perseguir una carrera artística exitosa en un momento en que las mujeres artistas enfrentaban barreras significativas. Sus obras, como "Un día de verano", de 1879 y "Mujer en su baño" de 1880, reflejan la maestría en la captura de la luz y la vida cotidiana, elementos característicos del impresionismo.Otra figura destacada es Mary Cassatt, una artista estadounidense que se unió al círculo impresionista en París. Cassatt es conocida por sus conmovedores retratos de la vida familiar y la intimidad materna, como "Niñita en un sillón azul", 1878, y "Maternidad", de 1897. Su técnica magistral y su enfoque en temas íntimos la establecieron como una figura prominente en el movimiento.Además, otras mujeres como Eva Gonzalès, discípula de Manet, y Marie Bracquemond, reconocida por sus paisajes y naturalezas muertas, contribuyeron significativamente al desarrollo y la difusión del impresionismo.Estas mujeres desafiaron los prejuicios de su tiempo y su legado perdura como testimonio de su talento y determinación. A pesar de las dificultades, dejaron una marca indeleble en la historia del arte, enriqueciendo el movimiento impresionista con su visión única y su extraordinario talento artístico.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Cada vez falta menos para la decimoctava edición del Cartagena Festival de Música, que se realizará entre el 5 y el 13 de enero de 2024 y tendrá como temática central la ‘Sinfonía de la Naturaleza’.Los 24 conciertos de esta edición explorarán la relación entre la música y la naturaleza, que produjo obras fundamentales de compositores como Antonio Vivaldi, Edvard Grieg, Ludwig van Beethoven, Claude Debussy y Jean Sibelius, entre otros.Como es su tradición, el Cartagena Festival de Música tendrá en esta edición una orquesta residente, que protagonizará los conciertos sinfónicos que se llevarán a cabo en el Teatro Adolfo Mejía. En esta ocasión, la agrupación seleccionada es el Ensamble Allegria de Noruega, que nació 2007 y está conformado por las primeras cuerdas de las orquestas más importantes de su país.El ensamble, que en Cartagena tendrá como director al también noruego Ingar Bergby, protagonizará seis conciertos en los que interpretará reconocidas piezas como Las cuatro estaciones de Vivaldi, la Sinfonía no. 6 ‘Pastoral’ de Beethoven y Peer Gynt de Grieg.El festival convocará de nuevo a destacados solistas internacionales y nacionales, que son expertos en el repertorio seleccionado. Uno de ellos es el pianista finlandés Olli Mustonen, quien también es compositor y director de orquesta.Mustonen es un amplio conocedor de la música de los compositores del norte de Europa, especialmente Grieg, de quien en Cartagena interpretará el famoso Concierto para piano y orquesta.El grupo de pianistas internacionales se complementa con el ruso-lituano Lukas Geniušas, medalla de plata de los concursos Chopin y Tchaikovsky; el ruso Georgy Tchaidze y el sueco Peter Jablonski, que en su país recibió el reconocimiento Årets Svensk i Världen antes que la célebre agrupación de pop ABBA.Los violinistas invitados serán la noruega Eldbjörg Hemsing, quien se ha presentado en eventos tan importantes como la ceremonia de entrega del Premio Nobel de Paz en Oslo, y el ruso Nikita Boriso-Glebsky, que ha compartido escenario con prestigiosos directores como Valery Gergiev y Krzysztof Penderecki.En la ‘Sinfonía de la Naturaleza’ también participarán el Cuarteto de Cuerdas Nórdico, la mezzosoprano noruega Marianne Beate Kielland, nominada al premio Grammy en 2012, y los italianos Maurizio Leoni (barítono), Stefano Malferrari (piano), Antonello Farulli (viola), Guido Corti (corno) y Aurelio Zarelli (dirección).Además, como se ha vuelto costumbre en cada edición del Cartagena Festival de Música, el musicólogo y pianista italiano Giovanni Bietti protagonizará una serie de conversatorios-conciertos en los que introducirá los repertorios de cada jornada.Estos son los invitados nacionalesEn 2024, el Cartagena Festival de Música reunirá de nuevo a algunos de los más sobresalientes músicos colombianos, como el violonchelista bogotano Santiago Cañón-Valencia y la soprano Julieth Lozano, que ganó este año el premio del público en el concurso BBC Cardiff Singer of the World.A ellos se sumarán la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá, dirigida por Manuel López-Gómez, y la Orquesta Sinfónica de Cartagena, que bajo la batuta de Paola Ávila protagonizará el concierto de cierre.La nómina de artistas colombianos se complementará con el Bogotá Piano Cuarteto, el Cuarteto Q-Arte, la violinista Laura Hoyos y los pianistas Alejandro Roca y Andrés Roa.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El autor nacido en Barcelona dejó de lado los protocolos que reinan en esta feria para montarse en una mesa y conversar de tú a tú con los adolescentes que se acercaron al auditorio Juan Rulfo para escuchar su experiencia con los libros y la literatura.Serra i Fabra aconsejó al público asistente que el tiempo es un cheque en blanco que deben cuidar y “no perder en cosas aburridas”, sino que deben seguir su pasión y lo que les hace ilusionarse.Señaló que para dedicarse a las artes primero deben sentir amor por sí mismos para transmitir la pasión en una obra de arte o un texto.“No puedes transmitir amor si no lo sientes, ni transmitir pasión si no la sientes, un artista explota por dentro para que el que lo lea o vea sienta esa intensidad, tienes que ser capaz de comunicar el calor que llevas dentro”, explicó.El autor de ‘Campos de fresas’ dijo que la lectura lo ayudó a vivir su infancia en una casa con violencia y en una escuela con acoso escolar debido a su tartamudez; la escritura hizo que superara ese defecto del lenguaje porque se dio cuenta que ahí podía narrar a su ritmo y “vomitar” todas las ideas que se le ocurrían.“Leer me salvó la vida, pero escribir me dio un sentido, porque tengo ideas a reventar y porque me encanta hacerlo”, expresó.Aconsejó a los escritores nóveles a mantenerse atentos a todo lo que pasa a su alrededor como si fueran “antenas parabólicas con patas”, pues las historias llegan desde los detalles más mínimos de la vida cotidiana.A pregunta de un asistente, Serra i Fabra recordó su etapa en la música, un mundo que le ayudó a comenzar a escribir de manera profesional como crítico y luego como corresponsal de revistas.Reveló que la música lo acompaña todo el tiempo y que escucha diferentes géneros según el tipo de texto que está escribiendo, aunque confesó que no le gusta la música actual.“Hoy en día echo en falta la melodía en la música, hay patrones rítmicos básicos, gente rapeando con ritmo pero me falta la melodía, además no me gustan las letras de los reguetones contra las mujeres”, concluyó.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Estas obras constituyen títulos fundamentales para entender la literatura peruana en el contexto hispanoamericano y mundial del vanguardismo del siglo XX", afirmó la Biblioteca Nacional en un comunicado.Los ocho ejemplares son primeras ediciones, seis de ellas fueron publicadas en vida por el "poeta universal", como llaman en Perú a Vallejo, y dos son obras póstumas, publicadas a partir de manuscritos y borradores conservados por su viuda, Georgette Philippart.Las obras son 'Los heraldos negros' (Lima, 1918. Fondo Antiguo de la BNP); 'Trilce' (Lima, 1922. Fondo Antiguo de la BNP); 'Escalas' (Lima, 1923. Fondo Antiguo de la BNP), 'Fabla salvaje' (Lima, 1923. Colección Raúl Porras Barrenechea de la BNP), 'El Tungsteno' (Madrid, 1931. Colección Aurelio Miró Quesada de la BNP).También 'Rusia en 1931: reflexiones al pie del Kremlin' (Madrid, 1931. Colección Aurelio Miró Quesada de la BNP), 'Poemas Humanos: 1923-1938' (París, 1939. Fondo Intermedio de la BNP) y 'Rusia ante el segundo plan quinquenal' (Lima, 1965. Colección Ricardo Angulo Basombrio de la BNP).La BNP indicó que en términos materiales, estos ejemplares de Vallejo (1892-1938) "presentan singularidades que permiten conocer su historia y procedencia".El ingreso de los libros del peruano en dicho programa se decidió en el Comité Regional de América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, realizada en Santiago de Chile, donde se analizaron 32 postulaciones presentadas por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.Además, la BNP añadió que el Tratado Preliminar de Paz, Amistad, Comercio y Navegación entre el Perú y el Japón, firmado en 1873 en la ciudad de Edo (actual Tokio), custodiado por el Ministerio de Relaciones Exteriores peruano, también ingresó a este archivo por ser el vínculo más antiguo que une América Latina y AsiaLa Unesco creó el Programa Memoria del Mundo en 1992 para promover la conservación y el acceso al patrimonio documental de la humanidad, ya que diversos factores como la falta de recursos, saqueos, guerras y el comercio ilegal hacen del patrimonio documental un material sensible de ser destruido o extraviado, por lo que radica la importancia de salvaguardarlo.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.