"La migración no es nueva, los procesos migratorios son procesos naturales que llevan ocurriendo desde el origen de la humanidad, aplicables a todos los seres vivos del mundo", señaló a EFE Dezfuli en el Centro Cultural de España de Lima, que acoge una muestra de su trabajo.Dezfuli inició "Pasajeros" en 2016 cuando subió a uno de los barcos de salvamento que han cruzado el Mediterráneo en los últimos años y comenzó a fotografiar, una a una, a las 118 personas rescatadas en alta mar que habían decidido emprender un futuro mejor.Pero el escuchar y conocer las historias de cada una de estas le impulsó a seguir y no quedarse en la fotografía típica que retrata la migración como fenómeno de masas. Comenzó así un proceso de búsqueda para ver qué había ocurrido con estos migrantes después del rescate e investigar qué caminos habían encontrado después de emprender su gran viaje.Mirar a los ojos a los migrantesDezfuli relata que el objetivo de esta muestra que está viajando por el mundo es que los visitantes puedan mirar a los ojos a Amadul, Mohamed o Abdul y entender un poco mejor cómo funciona la migración y quiénes son las personas que la protagonizan. "Se ha mancillado el concepto de migración cuando no tendría que ser siempre algo negativo y problemático y es hora de empezar a reivindicar el uso de la palabra migración de una manera positiva empezar a hablar de una manera más amplia y más completa de lo que implica", indicó.Entre primeros planos y fotografías de los detalles de las diversas vidas de estos migrantes que se montaron en el mismo barco en 2016 descansa un mapa de África y Europa con multitud de líneas de colores que unen países y continentes. Pero no son trazos que representan corrientes o movimientos migratorios, si no las historias en singular de cada una de estas personas. De dónde salió, qué países africanos recorrió, cuáles fueron sus primeros pasos en Europa, y donde acabó residiendo."Lo interesante es que todos ellos llegaron el mismo día y a la misma hora a Europa. El proyecto me permite explicar cómo funcionan los procesos de integración, como son las diferencias entre los sistemas de acogida de los países de Europa, puesto que no hay sistema común de acogida y cada país tiene sus propios suyo", señaló.Dezfuli explicó que, a lo largo de estos casi siete años, ha observado a través de ellos "cómo una persona puede integrarse mejor en unos países u otros" y ha intentado entender a qué se debe. También ha sido testigo de lo injusta que es su condición y cómo en muchos lugares son el centro de un debate que no les concierne. "Los migrantes están siendo víctimas de la polarización política que está siendo transversal en todos los lugares del mundo", denunció.Historias disparesUno de los enormes rostros que preside una de sus fachadas del Centro Cultural de España es el de Amadul, una mirada profunda de agotamiento tras ser rescatado con el azul Mediterráneo de fondo. "Amadul llegó a Barcelona hace casi cuatro años y ya tiene sus documentos. Ha conseguido protección internacional a raíz del empeoramiento de la situación en Malí. Eso le va a permitir y facilitar una vida digna a partir de ahora", dice Dezfuli.Algunos trabajan como jornaleros en el campo recorriendo la geografía española en busca de frutas de temporada, otros están formando su familia en Italia con trabajos estables y un grupo fue a Alemania, donde consiguió integrarse.Entre la diversidad de las historias también se encuentra la tragedia. Una fotografía de manos acariciando la tierra del suelo esconde el final de Abdul, quien falleció en Italia en 2019 en un centro de acogida de menores. "Su familia consiguió repatriar su cuerpo a Guinea y a principios de este año estuve allá visitando a su familia. Me parecía importante que la gente pueda escuchar y entender estas historias para empatizar y entender las complejidades de la migración", explicó el fotógrafo."La libertad no es la ausencia del compromiso, sino la capacidad de elegir. Ser libre no es solamente deshacerse de las cadenas, es vivir de una forma que respete y refuerce la libertad de los otros", reza en la pared parte de un poema escrito por otro de los jóvenes, Mohamed Diarra.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Cuando había una sonrisa, ella pensaba que la mitad de la foto estaba muerta, estaba perdida, no le gustaba esa sonrisa que se buscaba en la fotografía clásica, de estudio", contó a EFE el comisario de la exposición, Juan Álvarez Márquez, sobre la forma de trabajar de Freund, a la que conoció los últimos años de su vida.Delante de la estampa de un Borges captado de soslayo con un gesto que desprende cierta altivez, el uruguayo Álvarez repasa las 72 obras de la muestra consagrada a Freund, "Ce sud si lointain" ("Ese sur tan distante"), expuestas en la Casa de América Latina de la capital francesa hasta el 7 de enero de 2023.Una buena parte de figuras literarias y artísticas de la Hispanoamérica del XX están ahí. Los chilenos Neruda y Vicente Huidobro; el premio Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias; el cubano Nicolás Guillén; el filósofo español José Ortega y Gasset; la pareja Kahlo-Diego Rivera; o el argentino Julio Cortázar.Pero también de personalidades políticas, como Evita y el general Perón, a los que fotografió con aires de realeza, y otras que no están expuestas en la presente muestra, como el retrato más conocido del presidente francés François Mitterrand, realizado en 1981. Para leer: Elda Cerrato, Premio Velázquez 2022: "Ha sido una sorpresa muy conmovedora"Freund "construyó una gran red de la cultura del siglo XX. Gracias a que eran personajes relacionados entre ellos, logró viajar a lugares muy diferentes en una época sin internet ni móviles", comentó el comisario, quien citó a otras figuras literarias del siglo pasado que Freund retrató, como Virginia Woolf o André Breton.Latinoamérica fue, sin duda, su región predilecta, a la que llegó huyendo de los nazis. Nacida en Berlín en 1908 de una familia de origen judío, primero encontró refugio en el París de los años 30 y, cuando las tropas alemanas ocuparon la capital francesa en 1940, cruzó el charco hasta Buenos Aires.Gracias a la escritora Victoria Ocampo, también retratada en esta exposición, Freund se introduce en la rica escena cultural argentina de la época y comienza a publicar los retratos de literatos como Borges, Adolfo Bioy Casares o María Rosa Olivier. También escribe artículos en el diario La Nación.Aprovecha su estancia en la América Austral para viajar a Chile, Brasil, Uruguay -donde fotografía a Alberti en Punta del Este-, Bolivia y Ecuador. Al término de la Segunda Guerra Mundial (1945), regresa brevemente a París e integra la agencia Magnum de Robert Capa en 1947.Todavía con un pie en Argentina, unas fotos que publica de Evita Perón para la revista Life en 1950 suscitan la ira de las autoridades locales y abandona el país.Enamorada de MéxicoEn los años 50, su interés se centra en el arte precolombino, sobre todo en su huella cultural en México, donde vive entre 1950 y 1952. Allí retrata a Frida Kahlo y Diego Rivera, entre otros, y se empapa de las culturas maya, olmeca y tolteca, plasmadas en escenas costumbristas patentes en la exposición. Para leer: "Fatty", la historia ilustrada de una enorme estrella y un enorme errorAños después, monta su peculiar estudio fotográfico en la rue Lalande 12 de París, donde posan Octavio Paz, Ernesto Sábato o Alejo Carpentier, entre otros.Freund falleció en París en 2000, pero su legado visionario perdura. Antes de París, "Ese sur tan distante" se expuso en una versión a menor escala en 2021 en la ciudad española de Granada y ahora la exposición se prepara para viajar a Argentina y Uruguay. No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Más de diez años después y desde una exposición en Bruselas que se pregunta por el poder de la fotografía en la defensa de la democracia, Masturzo no puede evitar responder con pesimismo."Simplemente mirando a mi propio archivo, mi experiencia de como mucho 15 años, no debería ser optimista", cuenta a Efe desde la exposición de una selección de fotografías ganadoras del World Press Photo acogida por el Parlamento Europeo.Al lado de su icónica imagen de Irán -donde las protestas ciudadanas desde la oscuridad de los tejados reverberan los ecos de las de 1979 durante la Revolución Islámica-, Masturzo apunta precisamente a las noticias que llegan esta semana desde el país persa, donde se suceden las protestas por la muerte de una mujer de 22 años detenida por la llamada Policía de la moral por no llevar bien el velo.El resto de su carrera profesional también remite a la desesperanza: tras Irán, cubrió las Primaveras Árabes en Libia y Egipto, la liberación en 2010 de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi tras años de arresto domiciliario y el continuo conflicto entre Israel y Palestina; todas ellas zonas calientes del planeta sin resolución pacífica por el momento."No soy muy optimista, pero es parte del juego y tenemos que seguir peleando", explica el italiano, que puntualiza, sin embargo, que "tener dudas, cuestionar las cosas y ser críticos" ya puede ayudar a defender la democracia.El año después de galardonar la imagen de Masturzo, fue la fotógrafa sudafricana Jodi Bieber la que se hizo con el World Press Photo gracias a su retrato de la joven afgana Bibi Aisha, a la que su marido talibán le cortó las orejas y la nariz después de que ella tratara de huir de sus abusos.Cuando la conoció en un refugio de mujeres de Kabul, Bieber pidió a la joven que cerrara los párpados y pensara en su belleza, fuerza y poder interior para después abrir los ojos y mirar directamente a la cámara. En el momento, dice, no fue consciente de estar sacando la fotografía que acabaría en la portada de la revista TIME. Podría interesarle: El Archivo de Bogotá exhibirá imágenes inéditas de la ciudad en la primera mitad del siglo XXSu foto cambió la vida de Bibi Aisha -que hoy vive en Estados Unidos y ha podido acceder a una cirugía reconstructiva, quiere estudiar enfermería y escribir un libro sobre su experiencia-, pero Bieber cree además en la capacidad transformadora de la fotografía como forma de dar "poder" a los sujetos de sus piezas artísticas."Para mí, si una fotografía es continuamente vista y debatida en el caso de, por ejemplo, la violencia machista, (...) cada vez que se habla de esa fotografía las mujeres se empoderan y no sienten vergüenza para hablar sobre ciertas cosas", asegura Bieber.Ambos ganadores del World Press Photo coinciden en advertir, sin embargo, sobre la sobreexposición a imágenes en redes sociales."Con los millones y millones de imágenes que vemos cada día, creo que puede que nos olvidemos fácilmente de ellas porque simplemente saltaremos a la siguiente fotografía que sea popular. Mi lado optimista dice que si vemos de manera consistente fotografías que retraten un problema, eso puede ayudar a mantenerlo en la agenda. Pero definitivamente pienso que olvidamos rápido", advierte la fotógrafa sudafricana.Para Masturzo, la posibilidad de que cualquiera pueda denunciar una injusticia sacando una foto y subiéndola a internet es positiva para la democracia, pero coincide con Bieber en que esto "puede hacer que no miremos realmente a ninguna", "que pasen y al día siguiente ya nos hayamos olvidado de ellas".Por eso, subraya la labor de instituciones como la fundación del World Press Photo o el Parlamento Europeo para seleccionar fotos de momentos históricos y reunirlas en una exposición que permita reflexionar hoy sobre las imágenes que hace décadas fueron icónicas. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La muestra, titulada "Richard Avedon: Relaciones" y que podrá visitarse hasta el próximo 29 de enero, incluye los rostros de muchos famosos fotografiados por el artista, como las actrices Marilyn Monroe y Audrey Hepburn, el escritor Truman Capote o el músico John Lennon, entre otros.Pero también la revolución que provocó Avedon (Nueva York, 1923) en el concepto de la fotografía de moda: de hecho, la muestra coincide con la Semana de la Moda de Milán y tiene como colaboradores a la célebre marca italiana Versace y a la revista de moda Vogue Italia.La muestra, comisariada por la responsable de la colección del Centro de Fotografía Creativa, Rebecca Senf, se centra en la fotografía de moda y de retrato, las dos áreas en las que destacó Avedon.Asimismo, la exposición se divide en diez secciones, una de ellas dedicada al diseñador Gianni Versace con quién colaboró en la colección primavera/verano de 1980, que marcó el debut del famoso creador italiano.Las obras de la muestra se dividen en un itinerario dividido por áreas temáticas tituladas "El artista", "La premisa del desfile", "Primera moda", "Actores y directores", "Artistas visuales", "Artistas escénicos / Músicos y escritores / Poetas", "Gente de Avedon", "Política", "Moda tardía" y "Versace".El fotógrafo, muerto en 2004 con 89 años, fue uno de los autores más influyentes del siglo XX, ya que por un lado revolucionó la forma de fotografiar a modelos, como las célebres Linda Evangelista, Christy Turlington y Kate Moss, transformándolas de sujetos estáticos a actrices protagonistas del plató, mostrando también su lado humano. Podría interesarle: Weegee y las formas del malAunque también destacó por sus retratos de famosos en blanco y negro, a través de las cuales fue capaz de revelar el lado psicológico más íntimo del retratado.Además de fotografiar a artistas como Brigitte Bardot, Sophia Loren, Bob Dylan, Pablo Picasso y Andy Warhol, el caso más llamativo fue el de su amigo Truman Capote con quien mantuvo una relación fotográfica prolongada de 25 años, entre 1949 y 1974.En cuanto a las imágenes de moda, la carrera del artista se puede agrupar en dos períodos principales, siendo el primero antes de 1960 con las imágenes juveniles, rodadas en exteriores y donde las modelos evocan una narrativa. Podría interesarle: Muere en París a los 94 años el fotógrafo William KleinLos trabajos posteriores, en cambio, se centran exclusivamente en la modelo y la ropa que viste, con un fondo minimalista y uniforme, y donde la mayoría de las veces retrataba al sujeto en poses dinámicas, utilizando las formas fluidas del cuerpo para revelar la elaboración, la tela y el movimiento del vestido.En cuanto a los retratos, Avedon es conocido por su estilo particular, desarrollado a partir de 1969, cuando comenzó a fotografiar con características como el uso del fondo blanco, lo que le permitió eliminar los posibles elementos de distracción de un conjunto fotográfico determinado para enfatizar la pose, los gestos y la expresión. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Klein, internacionalmente reconocido por sus fotografías urbanas y su trabajo en la moda y el cine, murió "tranquilamente" dejando tras de sí reportajes que marcaron el fotoperiodismo como el libro "Life is Good & Good for You in New York", dedicado a su ciudad natal, Nueva York.Como años más tarde pasó con "Los Americanos", de Robert Frank, el libro fue publicado gracias a un editor francés por el rechazo en Estados Unidos, donde su trabajo no empezó a ser aplaudido hasta los años 80 del siglo pasado.Su estilo libre, con el que logró que sus instantáneas parecieran tomadas casi por casualidad, empezó a destacar en la década de los años 50 con imágenes que denotan los impulsos y la violencia de la calle y que desafiaron los principios establecidos sobre el encuadre, la iluminación o la nitidez.Alejándose de los preceptos de la década, Klein se atrevió a provocar a las personas que retrataba, haciéndolas reír o reaccionar ante el objetivo, como ocurrió con una de sus imágenes más famosas, la de un niño apuntando a la cámara con un revolver. "Le dije: ¡Haz el malo!", contó en una entrevista en Le Monde en 2005. Puede interesarle: Mariana Yampolsky y el enigma de amar lo cotidianoEn la moda, sus fotografías cotizaron al mismo nivel que otros grandes talentos de la época como Helmut Newton, Irving Penn o Richard Avedon, aunque Klein fue mucho más irreverente y duró poco en la industria.París se convirtió más adelante en su ciudad de residencia, donde este hijo de húngaros judíos, nacido en 1928 en Manhattan, siguió trabajando su interés en el arte y la política, que tuvo cabida también en su cine, en películas como "Who are you, Polly Magoo?" (1966) o su documental "Lejos de Vietnam". Para leer: En los ojos de Enrique MetinidesEl cine comenzó como una afición después de trabajar como asistente para Federico Fellini en "Las noches de Cabiria" (1957), durante las cuales aprovechó para retratar Roma, sobre todo su lado menos turístico, ganándose el aplauso también de Pier Paolo Pasolini, que escribió los textos de su libro "Roma"."Roma es una película y Klein la ha dirigido", dijo entonces de él otro director italiano de la época, Federico Fellini.Su personalidad de agitador le acompañó también en los últimos años, cuando siguió presentado su trabajo por galerías de media Europa despachando, si era necesario, a periodistas y admiradores y hablando sin tapujos de la situación política en su país natal. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Se trata de un proyecto de unas sesenta imágenes que la fotoperiodista, que ha publicado en medios internacionales como Time o National Geographic y ha sido reconocida con el premio Inge Morath, ha realizado durante los últimos seis meses, después de que su proyecto fuera seleccionado por la Fundación Carmignac de fotoperiodismo."Me interesaba retratar los rastros de un éxito económico y cultural que tuvimos, del que hablan mis padres y personas de otras generaciones. Intento no romantizar el pasado pero si reconozco que esta crisis nos quitó la normalidad, convirtió a seis millones de personas en migrantes, mi familia, mis amigos y yo misma", cuenta.El premio, que fue desvelado el pasado jueves durante la edición actual del llamado Visa pour l'Image, ha sido un secreto que tuvo que guardar desde el pasado mes de noviembre, cuando esta Fundación aprobó su proyecto con una beca de 50.000 euros, que le ha dado alas para continuar poniendo rostros en la crisis de Venezuela, sobre la que ha trabajado en los últimos cinco años.En su camino por cinco zonas distintas del país, que reflejan cómo han quedado las zonas doradas de los años de la prosperidad del petróleo en 1970 y 1980, le han acompañado varias periodistas locales que publicarán en distintos medios la historia de los venezolanos que conocieron y que Ferrero retrató en sus instantáneas."Las personas retratadas son casi todas mayores de 45 años, no son sólo las que tienen la memoria de la prosperidad, sino que son la mayoría de quienes se quedan", cuenta Ferrero, que describe un país que ha quedado envejecido.El trabajo de Ferrero será expuesto en París del 28 de octubre al 22 de noviembre en la sala Réfectoire des Cordeliers al tiempo que será publicado en un libro monográfico financiado por la Fundación Carmignac.El Premio Carmignac de fotoperiodismo, creado en 2009, busca apoyar el trabajo de fotógrafos en el terreno y reconoce al laureado con una beca de 50.000 euros para permitirle realizar un reportaje durante seis meses.Ferrero agradeció durante la entrega esta recompensa que le permitirá tener "tiempo y financiación para trabajar en un proyecto más amplio y profundo".Ahora, la fotoperiodista, nacida en 1991 y residente en Colombia desde 2020, quiere volcarse en el programa educativo Semillero Migrante, que ella misma ha creado, donde forma a personas que están entre Colombia y Venezuela y quieren explorar la cuestión de la migración a través de este arte.En Venezuela, considera que su trabajo de los últimos cinco años ha permitido retratar la crisis desde distintos ángulos, cerrando un ciclo, y espera ahora poder lanzarse en nuevos proyectos en Colombia.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
"Responsables de medios me han pedido a menudo: '¿Te ves capaz?' y se sobrentiende... porque eres una mujer... ¡Era más capaz que ellos!", dice riendo Françoise Huguier, con 50 años de experiencia a sus espaldas y el World Press Photo 1993, por su diario de a bordo de un viaje en solitario a Siberia.En 2021, las mujeres sólo representaron un 19% de los candidatos a este prestigioso premio. En el terreno son más numerosas, pero siguen siendo minoritarias, con unos ingresos muy precarios."Los hombres tendrían que ocuparse de los niños", lanza Huguier. "He visto a muchas de mis amigas abandonar la profesión cuando tuvieron hijos. Yo no tuve", explica a AFP en el festival internacional Visa pour l'image en Perpiñán, sur de Francia, donde presenta una muestra de su trabajo en Mali, Rusia o Corea del Sur.Conciliar la profesión con los hijos es, para las mujeres, un obstáculo más en este sector dominado por los hombres, ya sea en las redacciones como en los jurados, según el Observatorio de la Diversidad, de la asociación Les filles de la photo (Las chicas de la foto).Luchar por su curiosidad Este año, son ocho mujeres de un total de 25 las que exponen en Visa, un reconocido festival de fotoperiodismo.Huguier, la decana, considera que tuvo "suerte" de poder abrirse camino en los años 1970 en una época "más complicada". A sus 80 años, no quiere parar, y menos sabiendo que, como independiente, cobrará 700 euros (un monto parecido en dólares) de jubilación.¿Su arma? "Cuando tengo algo en la cabeza, no lo suelto. ¡Soy cabezona! Se tiene que seguir a la curiosidad, si se tienen ganas de hacer un tema, hay que luchar", admite.La más joven del certamen, Tamara Saade, de 25 años, coincide con ella. "Es una cuestión de carácter, más que de género o de sexo", añade esta libanesa, cuya exposición muestra la crisis en su país tras la catastrófica explosión de 2020 en Beirut."Siempre ha habido mujeres fotógrafas, pero se ha hecho más hincapié en los hombres", lamenta, citando las "inspiradoras e increíbles" Myriam Boulos, Tania Habjouqa o Randa Shaath. "Las mujeres fotoperiodistas no están escondidas. ¡No somos una especie rara! Sólo es que los medios no nos llaman".La sororidad es una de las estrategias defendidas por su colega venezolana Ana María Arévalo Gosen, de 33 años.La fuerza del colectivo "Estamos muy lejos todavía de alcanzar la paridad. Sin embargo, por lo menos en Latinoamérica, hay unos movimientos de colectivos para unir a mujeres (...) Nos organizamos para conseguir publicaciones de nuestro trabajo, aprendemos de todas, de nuestras experiencias", explica. "El secreto está en unir fuerzas para luchar", señala.Y en el terreno, todavía es más necesario estar más atentas par evitar las "microagresiones", advierte Saade. "Yo tengo derecho a comentarios que mis colegas hombres no tienen".Pero, ¿puede una mujer acceder más fácilmente a según que lugares? Para Huguier, que ha sido admitida incluso en conventos en Colombia, "se tiene que respetar a la gente, tomarse el tiempo. Si se es demasiado directo, no funciona".Una opinión que comparte Arévalo Gosen, que expone imágenes del día a día de las cárceles insalubres de mujeres en Venezuela, El Salvador y Guatemala."El nivel de intimidad que yo quería alcanzar nada más podía ser si yo trabajaba con mujeres (...) Sin embargo, contar la situación de las mujeres es también contar la de los hombres, sufren igual", dice, considerando que una "visión de género" no impide mostrar la realidad de unos y otros.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
La fotógrafa fue despedida en un funeral íntimo a cargo de sus familiares, según recogió la agencia de noticias Kyodo. Oriunda de la capital japonesa, Sasamoto nació el 1 de septiembre de 1914, poco después del estallido de la Primera Guerra Mundial.Contraviniendo los deseos de su padre, abandonó sus estudios de economía doméstica para entrar en secreto en un instituto de pintura para perseguir su sueño de pintar y trabajó como ilustradora en el entonces denominado "Tokio Nichinichi Shimbun", el actual periódico Mainichi, uno de los de mayor tirada del país asiático.Allí fue recomendada por el responsable del área de Sociedad del diario y a los 26 años se convirtió en la primera fotoperiodista mujer de Japón, ilustrando temas de corte patriótico y retratando a enviados diplomáticos al país, dado que no se le permitió ir al frente a documentar la Segunda Guerra Mundial.La japonesa tenía entre sus principales referentes a la fotógrafa estadounidense Margaret Bourke-White, la primera mujer corresponsal de guerra, entre otros hitos de su carrera.Sasamoto desarrollaría gran parte de su trabajo como fotógrafa independiente, debido a la reticencia en la época de los medios de su país a contratar mujeres.Retrató la sociedad japonesa de la posguerra, captó la devastada Hiroshima tras el bombardeo atómico, cubrió numerosos eventos del general Douglas MacArthur durante la ocupación estadounidense de Japón o las convulsas protestas estudiantiles de finales de los 60.Sasamoto fue una de las fundadoras en 1950 de la Sociedad de Fotoperiodistas Profesionales de Japón (JPS), de la que fue miembro honorífico hasta 2011 y que sigue otorgando un premio con su nombre.La pionera fotoperiodista japonesa publicó varios libros durante su carrera y seguía activa en exposiciones y conferencias pasados los 100 años.Entre los reconocimientos que se le concedieron figura el Premio Lucie por sus logros fotográficos, que recibió en 2016.En 2021 su figura formó parte de la exposición "La Nueva Mujer detrás de la Cámara" del Metropolitan Museum (Met) de Nueva York, que recogió obra pionera de 120 mujeres, procedentes de 20 países, que dieron forma a la fotografía moderna entre 1920 y 1950.Conéctese a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La New York Historical Society, que se levanta frente al Central Park, en el barrio del Upper West, acoge más de cuarenta instantáneas en las que el conocido como "guardián de las imágenes" retrata a su musa y esposa, Sikolo; a leyendas del jazz como Miles Davis y a figuras culturales y políticas del "segundo renacimiento de Harlem", una época que hizo revivir a ese barrio como meca cultural.El fotógrafo de 84 años, que vive en Manhattan, no estuvo presente este jueves en una visita previa a la apertura, pero sí su hijo Kwame S. Brathwaite, que dirige un archivo para preservar el legado de su padre y dijo estar feliz de que su obra "vuelva a casa" para que el público pueda reconocerse en sus escenas."Es un registro que tiene sesenta años. Y ser capaces de conectar ahora con las personas que fueron parte de ello, que tenían una relación con mi padre y que quisieron colaborar en esos momentos, es realmente increíble", explicó el director de Kwame Brathwaite Archive, que ha impulsado también un libro fotográfico sobre él.Figura del activismo negroLa exposición, que permanecerá en este centro hasta enero de 2023 antes de viajar a Alabama, recoge el giro decisivo que supuso para el joven Brathwaite ver en la revista Jet las tomas del funeral del adolescente negro Emmett Till, asesinado por motivos racistas en 1955, y ahonda en su evolución vital como fotógrafo.Inspirado en el activista panafricanista Marcus Garvey, Brathwaite usó su cámara para apoyar mensajes políticos como "Think Black, Buy Black" (Piense negro, compre negro), que buscaba el empoderamiento económico de los afroamericanos, y celebrar la belleza negra, ensalzando su físico y cabello natural.Destacan, entre otras, sus tomas de un grupo de modelos conocidas como las Grandassa, que desafiaban los cánones encarnados por mujeres blancas como Twiggy o incluso los que proponían populares revistas para el público negro como Ebony, con maniquíes delgadas y de pelo alisado.En la muestra, las Grandassa y familiares de Brathwaite posan en un póster con el eslogan "Black is beautiful", una imagen que se acompaña de folletos promocionales de sus pasarelas Naturally, en las que lucían diseños de modistas afroamericanas que también están expuestos en el museo.También hay fotos de conciertos de jazz que Brathwaite ayudó a organizar con su hermano Elombe a través de su organización African Jazz Art Society & Studios (AJASS), con invitados como Miles Davis, Abbey Lincoln y Max Roach, que configuran el hilo musical del recorrido junto a artistas modernas como Beyoncé o Alicia Keys.Recuerdos y testimonioTal y como anticipó el hijo del fotógrafo, algunos de los presentes en esta visita previa se vieron reflejados, entre ellos una mujer que le preguntó por un cantante que era "importante cuando era niña" y aparecía retratado, y un hombre con bastón que señaló una foto de un grupo de jóvenes y comentó a un amigo que él estaba allí.En dos imágenes, grupos de mujeres y hombres que compartían las ideas del movimiento posan en una escuela pública en Harlem y, según una anécdota contada por Brathwaite hijo, en una de las ciudades un visitante se sorprendió al darse cuenta de que él era uno de los retratados.La directora del museo, Louise Mirrer, consideró al fotógrafo una "figura fundamental", describió su obra como "un testimonio del poder de la fotografía para impactar al movimiento por la igualdad racial" y dijo confiar en que esas imágenes inspiren "un entendimiento más profundo del movimiento para el empoderamiento negro".Recuerde que puede conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El Centro Cultural Tijuana (Cecut), ubicado a un par de kilómetros del puerto fronterizo de San Ysidro, es el recinto en donde está la exposición, que consta de 57 fotografías que recrean y dan vida a estas fiestas, tradicionales en México y Latinoamérica para celebrar a las jóvenes que cumplen 15 años.Escoto expuso este lunes a Efe que "Ellas no bailan solas" es una serie fotográfica documental "sobre las hijas de los migrantes que cruzaron por el cañón Zapata y por 'el bordo' en los años ochenta y que se quedaron a vivir en San Diego".De acuerdo con un estudio de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), el cañón Zapata era una zona fronteriza de Tijuana por donde los migrantes cruzaban diariamente durante los años ochenta.La artista relata que en 2006 puso un anuncio en el periódico "El Latino" de San Diego para ofrecer servicios de video y foto, con lo que comenzó a trabajar con estas comunidades.“Era mi negocio, pero ahí comencé a ir a las fiestas. Me hablan y me di cuenta de que las personas que más me solicitaban eran migrantes de Guerrero, Oaxaca y Michoacán”, dijo.Después de tres años de que Escoto estuvo inmersa solamente en ese negocio, un colega fotógrafo le sugirió que el trabajo le podía servir para una edición sobre cómo ella veía esta tradición, y así fue juntando sus fotos hasta completar el proyecto.Sentido de comunidadLa exhibición adquiere relevancia ante el flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha detectado a más de 1,7 millones de indocumentados en lo que va del año fiscal 2022, que inició en octubre pasado.La colección documental lleva por título "Ellas no bailan solas" porque Angélica considera que estas tradicionales fiestas, más allá del contexto de género que llevan implícito, son “en realidad un acto de amor, y este es un documental y es un registro de ello”.Al trabajar con esta comunidad, se percató de cómo las familias cooperaban para hacer una fiesta de 15.000 dólares.“Lo cual no es fácil, porque las mamás de las niñas trabajan limpiando casas, en un McDonald's, en restaurantes, y los papás en jardinería o la construcción, pero son tantos y es tanta la comunidad que, entre la vecina, el primo y el hermano todos colaboran”, enunció.Lo más importante, dijo la artista, es que para los migrantes “es un pretexto para estar juntos, para verse, para bailar, porque el baile es como ese 'performance' donde uno se libera y dejas de preocuparte y de pensar que estas en otro país”.“En el momento que llegas a una fiesta solo piensas en poder pasártela bien, las quinceañeras son pretexto para eso, para volver a sentir que hay colaboración y que es una comunidad que no está en su país, pero se dan apoyo mutuo y se solidarizan ante las adversidades”, recalcó.Eventos sociales, todo un retoEscoto recordó que durante el periodo que trabajó la fotografía de eventos sociales fue muy difícil por los horarios y la dinámica de cruzar la frontera casi a diario.“Son eventos que no se vuelven a repetir y había que estar bien atento a todo”, mencionó.Por ello es que ahora respeta mucho más esa labor del fotógrafo de sociales, que ha sido estigmatizado porque no se considera como un trabajo artístico o documental.“Es muy difícil hacer foto de sociales porque depende mucho del gusto de quien contrata, los fotógrafos de eventos son unas personas muy respetables porque trabajan mucho, han sido menospreciados por hacer foto de fiesta, pero es una labor muy difícil en la que para tener siempre trabajo, hay que hacerlo muy bien", puntualizó.La obra "Ellas no bailan solas" se exhibirá durante seis meses en una de las salas del Centro Cultural Tijuana (Cecut) y posteriormente en el Museo Manuel Álvarez Bravo en Oaxaca. Recuerde conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Conversamos sobre el recetario "Saboreando la vida", producido en alianza por la Universidad ECCI y el Instituto Nacional de Cancerología. ¿Cómo se gestó este proyecto y en qué consiste?Es un producto elaborado a dos manos dentro del marco de una de las tareas que tienen las universidades y es la del desarrollo de investigaciones. Como universidad tenemos un convenio con el Instituto Nacional de Cancerología en el que nos pidieron desarrollar un producto, un recetario, con recetas agradables, hablando sensorialmente. También debían ser asequibles y que contaran con las caractarísticas nutricionales adecuadas para contribuir en la calidad de vida de niños y niñas que están padeciendo algún tipo de cáncer.El recetario parte del trabajo con grupos focales en dos horages de paso de Bogotá, ¿cómo fue el proceso de investigación e interacción con estos grupos?En esta investigación necesitábamos capturar información de primera mano, de fuentes primarias, para diseñar las recetas y qué mejor fuente que los albergues infantiles de pacientes con estas características que además están asociados al Instituto Nacional de Cancerología.Utilizamos grupos de enfoque para permitir que los participantes dieran sus opiniones, lo hicimos motivando a los padres de familia, a los pacientes y a las personas que trabajan en los albergues a través de escuelitas de gastronomía. En estas actividades se preparaban cosas fundamentales, básicas, orientados por chefs de la Universidad ECCI y paralelamente capturábamos información.El enfoque de este recetario son los pacientes pediátricos oncológicos, ¿cuáles son los retos de aportar a la dieta de este grupo tan específico?El próposito es suministrar el diseño de alimentos para que sean preparados en las casas de los pacientes, que tengan características nutricionales, que no les vayan a causar perjuicios en razón a su enfermedad o tratamiento; el recetario no busca solucionar o curar la enfermedad, es una aclaración necesaria.Ahora, se eligen pacientes oncológicos pediátricos porque la alimentación de los niños y niñas es muy especial, debe ser placentera; en el caso de los pacientes adultos hay más probabilidad de que accedan a ciertos alimentos.Es un libro diseñado como un genérico para la enfermedad y para los síntomas de tratamiento; por ahora, no está enfocado en un cáncer en especial.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Hay unas dificultades que surgen en razón a la enfermedad misma, pero también hay otros síntomas que son propios del tratamiento, por eso la estructura del recetario está ligada a esa tipología de sintómas, como vómito, diarrea, disfagia, estreñimiento, falta de apetito. Si la niña o el niño están pasando por síntomas de disfagia o estreñimiento, por ejemplo, van a encontrar ideas de lo que pueden hacer, recetas ricas en fibra.En relación con los alimentos y productos que componen esta herramienta, cómo pueden variar dependiendo la región del país en la que están los pacientes. Estas recetas no se salen de un presupuesto común y corriente, son recetas económicas. Infortunadamente, existe la idea de que para alimentarse bien durante el tránsito de estas enfermedades se debe recurrir a recetas muy costosas, pero este no es el caso. Uno de los principios de esta investigación es que los alimentos sean de fácil acceso, pero también que fueran regionales.En cuanto a la diferenciación de recetas normales u ortodoxas, tienen un componente hacia la parte de nutrición y un componente muy específico en cuanto a la tipología del síntoma.¿Cuál fue la participación de los estudiantes de Gastronomía o de otros programas de la Universidad ECCI en esta investigación?Este tipo de proyectos no tiene razón si no hay participación activa de los estudiantes. En esta investigación participaron estudiantes de Gastronomía, en la captura de información, en el trabajo con los grupos de enfoque. También participaron estudiantes de Enfermería, porque también hicimos diálogos grupales con personal médico del Instituto Nacional de Cancerología, en los que participaron médicos, enfermeros, fonoaudiólogos, personal de pediatría.En el diseño del libro mismo también tuvieron parte estudiantes de Publicidad y mercadeo, en el registro visual, en la fotografías. Se anima a los estudiantes a que participen en este tipo de proyectos.¿Cómo incentivar todavía más la participación de estudiantes en proyectos sociales?El mismo objetivo y el próposito cuando es social es suficiente motivador para los estudiantes, es muy interesante para ellos ver que están contribuyendo en algo tangible, algo real, que es útil directamente para la sociedad; que no queda difuso entre el hacer, la apropiación y la utilización en la sociedad.La generación actual es bastante inquieta frente a los problemas sociales. Yo estoy convencido de que cuando ellas y ellos ven estos propósitos sociales se motivan bastante.¿Cómo puede acceder la gente a este recetario?Al ser un producto de investigación, pero con una perspectiva de proyección social, este recetario es completamente gratuito. Se encuentra en la página web del Instituto Nacional de Cancerología y también de la Universidad ECCI. En ambos accesos hay un repositorio donde se puede descargar en PDF gratuitamente.El libro es muy ameno, las recetas están organizadas por sintómas, que a su vez se especifícan por comidas princiaples como lo son el desayuno, almuerzo y cena. También hay otro tipo de recetas para ocasiones especiales.Acceda a este libro haciendo clic aquí. 🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"El ejército ruso ha aniquilado las ciudades ucranianas. Ha exterminado sobre todo la cultura", denunció Loznitsa anoche al presentar el filme, fuera de competición, en las sesiones especiales de certamen de la Costa Azul gala, acompañado por parte de su equipo y por el delegado general del festival, Thierry Frémaux.La guerra lleva presente en Europa "desde hace diez años", recordó el también realizador del exitoso documental 'Maidan' sobre los disturbios civiles de 2013 y 2014 en la plaza central de Kiev, en referencia a que las agresiones rusas comenzaron hace mucho más de dos años, con la anexión unilateral de la península de Crimea en 2014.Pero a comienzos de 2022, enfatizó el director, el conflicto adoptó un "carácter extremadamente salvaje" con la invasión del país a gran escala por parte del régimen de Vladímir Putin.Fue ese mismo año cuando Loznitsa se embarcó en el rodaje de The Invasion, un camino que en cierta medida concluyó anoche, en la tercera jornada de la 77 edición del Festival de Cannes, mostrando al público el "dolor inconmensurable" de todos los ucranianos. "Contamos hoy con compartir ese dolor con vosotros", dijo Loznitsa.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La vida interrumpida por las alarmas antiaéreasYa desde su introducción, con imágenes de funerales de soldados caídos en la defensa de Ucrania, The Invasion obliga a recordar que la guerra continúa, a pesar de que su peso en titulares haya decaído, y el impacto que eso tiene en millones de personas todos los días.Loznitsa, fiel a su estilo de planos generales estáticos y pacientes en los que la acción se va revelando por sí misma, bucea en todo tipo de escenas de lo cotidiano de su país.Es un día a día que a veces queda completamente transformado por la presencia permanente del conflicto, pero que en otras ocasiones, a fuerza de costumbre, prosigue solo sutilmente trastocado por la guerra.En las bodas, los novios van vestidos con su uniforme militar. En las calles se reparten víveres indispensables. En las escuelas, los niños dibujan tanques y las profesoras intentan continuar con su lección con normalidad, aunque tengan que dar la clase en refugios antiaéreos por la amenaza de las bombas rusas.Hasta en las librerías, los dependientes invitan tranquilamente a los clientes a salir del local porque han sonado las alarmas y hay que ponerse a cubierto.El realizador ucraniano muestra también que los libros han sido, de hecho, una parte significativa de la guerra al nivel cultural, a través de imágenes de la destrucción de cientos de ejemplares firmados por autores rusos o relativos esa cultura -ni Dostoyevski se salva-, en un intento de reafirmar la identidad ucraniana frente al invasor.De vuelta al nivel más humano de las consecuencias de la guerra, Loznitsa también visita un centro de rehabilitación en el que hombres y mujeres con miembros amputados aprenden a vivir con sus nuevas extremidades ortopédicas y muestra cómo sus compatriotas de fe cristiana ortodoxa continúan con los tradicionales baños helados triples para conmemorar el bautismo de Cristo.Las imágenes de los bombardeos están presentes, pero son siempre de los momentos posteriores. Es decir, no están las explosiones, pero sí sus consecuencias.Y es que a Loznitsa no le ha interesado hacer un documental sobre el frente de batalla -al estilo, por ejemplo, de la oscarizada este año 20 Days in Mariupol ('20 días en Mariúpol')-, sino sobre todo el dolor del pueblo que se encuentra detrás.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El filme, que lleva más de un mes en las carteleras, muestra no solo la distancia cultural, sino también la falta de acceso para entender cómo se percibe la realidad en las comunidades más alejadas del territorio andino peruano."En este país llamado Perú existen varias naciones y, por ende, somos culturas diferentes, me parece que todavía eso no se entiende", declaró Tito Catacora.El codirector, quien quedó a cargo del proyecto tras la muerte repentina de su sobrino Oscar durante el rodaje de la película, señaló que la obra busca mostrar "que el ser humano es cada vez más egocéntrico y piensa que la naturaleza está para dominarla y explotarla"."Nuestra cultura originaria considera que en este mundo nada es inerte, una piedra no es un objeto, sino que tiene vida", aseguró antes de añadir que, desde esa lógica, "el trato es distinto" en la relación con el mundo.El nuevo cine peruano'Yana Wara', que va por su quinta semana en cines a nivel nacional, se describe como una película de arte. "Hacemos este tipo de obras con la finalidad de que el espectador pueda reflexionar y proponer soluciones a los problemas que abordamos", sostuvo Catacora.La elección de lugares, el extenso territorio altiplánico, la lengua aimara como idioma principal en la película y la propuesta visual en blanco y negro, fueron hechas en conjunto por sus directores; sin embargo, el corte final fue liderado por Tito.La etapa de rodaje y edición llevó a que Tito pueda darle un toque más "racionalista y atrevido", lo que hizo que 'Yana Wara' tomara otro rumbo al que Oscar hubiera elegido."Obviamente yo soy más racionalista, a diferencia de Oscar, que era más emotivo. Si él hubiera culminado la película sería distinta. Pero creo que no se ha perdido el espíritu, eso se conserva" añadió.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El Perú distanteAunque la ausencia de Oscar fue determinante en la elaboración final de 'Yana Wara', la propuesta de hacer un cine 'diferente', que revele la esencia y reivindique a la cosmovisión andina, es algo que perdura tras su muerte."Nosotros, los pueblos originarios, al estar aislados adolecemos de muchos servicios, educación, salud o incluso orden interno, pero no podemos hacer nada" comentó Tito.Aludió de esa manera a las circunstancias de la muerte de Oscar, quien sufrió una apendicitis en un lugar remoto de los Andes sin servicios de salud, una circunstancia que al igual que sus personajes de ficción lo condujo a la muerte."Un día antes estábamos grabando y es algo raro, pero es lo que ha ocurrido", comentó Tito, quien junto a su familia y el equipo técnico de la película trabajaba con Oscar."He evitado comentar lo que pasó exactamente, porque no soy médico, nosotros somos más pragmáticos, por más que se hable de mi sobrino y se realicen homenajes, mi sobrino no va volver", remarcó.Tito agregó que "solo sus familiares" lo llevan "en el corazón" y para ellos "él ya es como un dios menor". Reconoció, además, que "hacer cine es difícil" en Perú, aunque el legado que construyeron con Oscar es algo que desea continuar. "Seguiremos hasta donde tengamos las posibilidades", prometió. Añadió que, en 'Yana Wara', se puede ver el contraste entre lo místico y lo humano, la visión andina y la de ciudades como Lima Metropolitana.Se menciona, por ejemplo, a personajes fantásticos como el 'Anchanchu', un espíritu maligno que es considerado dueño de la riqueza, y al que muchos mineros se encomiendan por oro y plata. "Nosotros pensamos que, para dar a conocer nuestra visión, era necesario tratar sobre los espíritus malignos", dijo Catacora.A partir de eso, sus directores incorporaron otros temas, como la violencia de género, la medicina andina y la justicia comunal."Para nosotros hablar del 'Anchanchu' no es ningún mito ni algo fantasioso, sino es algo real y tangible, yo mismo los he escuchado y sé cómo se expresan, alguien me dirá que estoy delirando, pero no es así", concluyó.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El cantautor cubano Silvio Rodríguez lanzará en junio Quería Saber, su primera producción discográfica en tres años y en la que incluye temas compuestos durante este "maltrecho" siglo, informaron este jueves sus estudios Ojalá."El próximo viernes, 7 de junio, se presentará en las principales plataformas digitales de música el álbum Quería saber, de Silvio Rodríguez", señaló Ojalá en un comunicado publicado en el blog Zurrón del Aprendiz, del famoso artista.Según Ojalá, antes del lanzamiento, los seguidores de Rodríguez, de 77 años y fundador de la Nueva Trova Cubana, podrán disponer de dos sencillos: Quería saber, el 24 de mayo, y América, siete días después.Es el 22º disco de la extensa carrera de Rodríguez, autor de temas antológicos como La era está pariendo un corazón y Ojalá.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La única canción del disco "que no es de este siglo" es "Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena", un destacado escritor y revolucionario cubano que vivió entre 1899 y 1934, cuya música compuso a principios de la década de 1970."Las demás canciones, las actuales, las canté en muchos conciertos de barrio, y creo que son como este joven y maltrecho siglo, al que espero que un buen día le crezcan alas", afirma Rodríguez en el comunicado, refiriéndose a los más de 100 recitales que realizó entre 2010 y 2020 para llevar su música a los barrios más humildes del país.El artista también reflexiona sobre el título del álbum: "Es difícil ponerle nombre a un disco"."Primero iba a ser Canciones del siglo XXI (menos una). Después pensé en Después. Por último, me he decidido por Quería saber. Aunque quizá debería llamarse Quiero saber, porque eso es lo que me mueve", apuntó.Su última producción discográfica data de 2021 cuando presentó Silvio Rodríguez con Diákara, según Zurrón del Aprendiz.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Chabuco (Valledupar, Colombia, 1975), que este sábado actúa en Sevilla (sur de España) acompañado de Rocío Soto y otros artistas invitados, dijo en una entrevista con EFE que para él "todas las colaboraciones con mis amigos músicos son importantísimas. He tenido muchas que me han llenado de sueños y se me han cumplido, pero todavía me faltan muchas por cumplir porque considero que en la música y en el arte en general se trata de compartir, no de dividir".El colombiano señala que la música vallenata, que él fusiona con otros géneros como el jazz, el bolero o el rock, tiene una "gran aceptación" y "a pesar de la discriminación que sufrió durante muchos años, se mantiene vigente"Sobre si un artista debe tener su sello personal o adaptarse a los cambios de gustos musicales, Chabuco responde que los músicos "debemos tener nuestro propio camino. Yo por mi trabajo y experiencia creo en lo que hago, en la música de mis raíces, y creo que si hay que recibir algún reconocimiento es haciendo la música bajo tu convicción".Para Chabuco, "la mezcla entre el folclore campesino, que es de donde yo vengo allí en Guajira, con la música que más me ha gustado, desde que he crecido escuchando a muchos artistas diferentes, hace que mi música tenga una particularidad: el encuentro entre el campo con la música moderna".Chabuco comenzó su recorrido musical a final de la década de 1990 y a mediados de los 2000 publicó su primer álbum como solista, titulado "Morirme de amor".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí."Antes había menos oportunidades para los artistas que querían mostrar su música, pero ahora, con todas estas cosas de las plataformas digitales, creo que todos tenemos una cabida para mostrar nuestros discos y que no solamente por medio de negocios entre disqueras puedas sacar tu música".Con la discográfica Sony publicó el álbum "Encuentro", en el que colaboró con Alejandro Sanz. Chabuco aconseja a los jóvenes artistas que, al margen de compañías discográficas, "crean en su música y en lo que hacen para que así la música pueda coger su cauce sincero hacia lo que ellos quieren, porque lo demás se va juntando en el camino".Su actual gira, que comenzó en febrero, tiene un formato acústico y, aunque en Colombia tiene su banda, Chabuco dice que "hay momentos en los que tengo que hacer giras acústicas. Me gusta de las dos formas. El piano es un poco más desnudo, más puntual con la gente, pero siempre me gusta tocar con mi banda, que es un cuarteto de músicos maravillosos".El colombiano se siente muy satisfecho de la acogida que está teniendo en España: "Está siendo una gira maravillosa por todo este país que amo, donde la gente me recibe con mucho cariño".No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.