Emily Dickinson dedicó parte de su vida a clasificar y coleccionar flores, las dividía en tipos y colores, guardaba muestras en su jardín. Ese lugar que sería material y combustible para su escritura de diferentes formas: primero, de cerca con la capacidad del tacto y luego a lo lejos, desde la mirada en la ventana. Podríamos decir que la poesía de Dickinson es un jardín con todo tipo de flores, algunas que mueren lentamente y otras que reviven cada tanto de formas monstruosas y bellas.Tania Ganitsky es una escritora, poeta y traductora colombiana. Realizó el pregrado de Estudios Literarios en la Universidad Javeriana y estudió una maestría de Literatura y Filosofía en la Universidad de los Andes. A los 12 años decidió encaminarse por la poesía y en el 2006 ganó el Concurso Nacional de Poesía de la Universidad Externado de Colombia por su colección de poemas El don del desierto. En el año 2014 recibió la mención a mejor obra inédita del Premio Nacional de Poesía por su primer libro Dos cuerpos menos.Ganitsky comenzó su investigación acerca de la escritura de Dickinson como una exploración de lo incompleto en su forma de escribir, esto resultó en un libro publicado por la editorial Planeta en el que hace un trabajo de excavación en lo profundo de la poesía como trabajando un jardín.“Emily Dickinson y lo incompleto” es una conversación entre ambas, usted y la poeta, ¿cómo fue el primer encuentro que tuvo con Dickinson?La primera vez que leí a Dickinson tenía 17 años, vivía en Bogotá y mi mamá (que vivía en Estados Unidos) me mandó de regalo la obra completa de Dickinson. Ese fue mi primer acercamiento a su poesía, en ese libro hay 1800 poemas que tenían palabras muy complejas. A veces la poesía es difícil de leer cuando no estamos muy acostumbrados y Dickinson no es muy narrativa en sus poemas, entonces había muchas cosas que no entendía, pero me encantaban las imágenes, la oscuridad, las emociones y sensaciones que me hacía tener. Estas fueron unas primeras lecturas, no muy lúcidas, pero muy emocionales.¿Cuál es la diferencia de leer la poesía de Dickinson por deseo a tener que explorarla de una forma casi que arqueológica para rastrear sus disparadores poéticos o los porqués de la puesta en forma de sus textos?En el libro lo que hago es desmenuzar los poemas y creo que eso me salva de hacer algo que podría ser tedioso o demasiado racional con sus poemas. Lo que a mí me impresiona de Dickinson es como era de experimental y de contemporánea en el siglo XIX, revisar esas prácticas de escritura tan vanguardistas me da mucho placer, cada vez me maravilla más y no implica agotar el poema en sí.Este trabajo ha sido una traducción analítica de los poemas inéditos de Emily Dickinson, ¿cómo surgió la idea de investigar su poesía hasta el punto de analizarla y explicarla a otros?Yo hice un doctorado acerca de lo incompleto en la literatura, ahí estudié a Dickinson y sus propias formas, las prácticas escriturales eran muy resistentes a la industria literaria y a la forma de editar poesía en el siglo XIX. En los últimos años he dado la cátedra de Dickinson en la Universidad de Los Andes y en la Pontificia Universidad Javeriana, allí empezamos a explorar esas formas con mis estudiantes, también estudiamos las formas estructurales de publicar poesía.Después, Alejandra Algorta, editora de Cardumen, comenzó a editar en Planeta y me propuso hacer un libro sobre Dickinson para la editorial y esa fue la oportunidad de publicar esos fragmentos con una editora con la que ya había trabajado, que me dejó ser y me orientó; así que coincidió todo para que juntas pensáramos cómo podíamos darle vida a esos poemas que no estaban listos para ser publicados en formato de libro en el siglo XIX.💬 Únase a nuestro canal de Whatsapp aquí. ¿Cree que hay algún riesgo en este tipo de escritura que no se enmarca completamente en ningún género literario?. Sí, uno se arriesga a que no pueda circular, se arriesga a que no sea económicamente viable para algunas editoriales. Dickinson asumió ese reto y fue más importante escribir como ella quería escribir que conformar unos estándares de lectura y de publicación en su tiempo. Creo que hoy en día también es un reto, pero las editoriales están más abiertas a lo híbrido, este ensayo es una mezcla entre la crítica, la poesía, la traducción y la autobiografía y finalmente hubo un lugar para él.De ahí también me gustaría saber cómo la poesía deja huellas, porque al fin y al cabo lo que parece que sigue usted en el libro son las migas de Dickinson. ¿Usted como poeta, cómo entiende ese rastro?Dejar huella es dejar un vacío que a veces está antes pero que también puede estar después. La literatura son huellas que uno sigue, no solo que uno deja atrás y también es distinta la reacción si uno lee o escribe. Como escritora, yo puedo aprender de Dickinson a generar nuevas formas de silencio, de pausas, de crear el ritmo, como poeta ella me enseñó a relacionarme con los espacios que deja en medio de las palabras, a aprovechar la ambigüedad poética de las palabras. En las lectoras se relaciona con que también hemos sentido lo que ellas han escrito, eso valida las formas de sentir que nos habían atravesado, pero en las que no nos habíamos detenido por incapturables lingüísticamente.Lo lindo de la poesía, en general, es que uno atrapa cosas que ha vivido, las explora y les da más existencia porque las miras mejor y las exploras mejor. Una vez lees o escribes sobre esa experiencia se amplifica y se potencia.Me gustaría que habláramos acerca de una frase que menciona en el libro, "el lenguaje como arma letal", ¿cómo lo interpreta, ¿qué significa eso que podemos leer en muchas partes, pero no sabemos bien a qué se refiere y cómo cree que Dickinson lo aplicó en su escritura?Hay un poema de Dickinson muy violento en el que dice que las palabras son espadas que se pueden clavar en la persona que lee y creo que eso es de doble sentido porque a veces el lenguaje puede ser muy hiriente y a veces uno puede lastimar a las personas con las palabras, pero hay otra forma de compartir unas heridas que es a lo que se refiere la poeta cuando dice que las palabras son espadas. También verlas como armas letales me hace pensar en cambios sociales más grandes y yo pienso que hay algo social en esto, es permitirnos relacionarnos de una manera mucho más íntima con las otras personas desde lo afectivo y desde un pensamiento mucho más sintiente.Hay una palabraque lleva una espadapuede atravesar a un hombre armado –arroja sus barbadas sílabasy enmudece de nuevo –pero donde cayólos que se salvan diránen un patriótico díaque algún hermano con charreterasentregó su alma.(“Palabras como espadas, de Emily Dickinson)La voz poética es algo de lo que también se habla en el libro, ¿cuándo saber que existe una voz poética y cuándo sabemos que vale la pena de llevarla al plano de la escritura?La voz poética en literatura es la manera en que tú llamas la persona que narra el poema, entonces siempre existirá la voz poética. Muchas veces asumimos que esa voz coincide con la persona que escribe el poema porque también estamos acostumbradas a pensar que el poema no es ficción.Pero Dickinson, por ejemplo, tiene una tendencia a ficcionalizar en el poema. Una vez le escribió una carta a alguien y dice "cuando hablo de mí en el poema, no estoy hablando de mí sino del representante del verso", entonces es una voz poética ficcional, trabajada y el poema es un objeto estético, la manera en que eso se relaciona con la biografía de la autora, no está dada.La voz y la parte corpórea en el poema hace que la escritura no sea algo solo mental sino algo físico, eso que está escrito también tiene que ver con el cuerpo, tanto en su proceso de haber sido escrito como en lo que está hablando. Por ejemplo, Dickinson habla mucho de la voz y por ende del dolor físico que hace que se le vaya la voz y tenga que escribir a esquirlas de sonido y silencio justamente por el dolor de la voz.La escritura de Dickinson fue corregida por no tener la forma "correcta", hablemos del "desorden" de la escritura y por qué es fundamental para escribir poesía.Si hablamos de escribir una idea o un sentimiento Dickinson lo refleja muy bien en sus prácticas de escritura (que es lo que exploro en el libro) porque muchas veces escribe un poema y duda en qué palabra dejar, entonces ella lo que hace es no escoger una palabra final, sino que deja la opción para usar cualquiera.Los editores estaban acostumbrados a recibir poemas en una sola línea y sin notas al pie, bajo ese concepto de la versión final encontraron que Dickinson no las hacía y decidieron por ella, elegían la palabra que más sentido tenía para ellos en vez de pensar que les estaban proponiendo una forma nueva de leer. Eso fue muy innovador, pero se consideró una debilidad, pensando en que dudaba y no era capaz de tomar las decisiones finales.En mi caso, soy muy ordenada y sí uso las versiones finales, busco la palabra que quede más acorde a lo que estoy escribiendo. Organizo todos mis poemas en cuadernos y los transcribo juiciosamente, luego empiezo a buscar para armar un libro. Siento que hoy no es viable como poeta dejar cosas regadas porque ahora es muy chévere hacer libros, si a Dickinson le hubieran tocado nuestros editores de hoy tal vez habría querido hacer un libro porque no le habrían corregido su estilo y habrían entendido su forma de escritura. Aunque uno haga algo que se puede ver desordenado, entra perfectamente en el proyecto de libro. Se naturaliza el desorden en cuanto tengas alguien que te lo acolite.Tenemos mucho que aprender del desorden de Dickinson, nosotros no aprendimos que la poesía podía tener esas posibilidades porque estuvimos leyendo libros editados de una manera muy tradicional, pero creo que las generaciones que vienen sí tendrán acceso al desorden de una manera muy visible que potencia las formas de escribir y de leer.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El volumen explotado de oro en Colombia representa aproximadamente el 1,5 por ciento de la producción mundial, de acuerdo con la Agencia Nacional de Minería. La extracción de este metal sin embargo, trae consigo impactos medioambientales y sociales perjudiciales como contaminación y desplazamientos y claro, aquí podríamos describirlos a detalle, pero un panorama de esta problemática también lo puede ver en la nueva película colombiana Uno.Junto a la travesía de Esmeralda, la protagonista de esta historia encarnada por Marcela Mar, Uno le presenta a los espectadores, desde el thriller y el misterio, distintas caras de una de las realidades de la minería de oro. Resistencia, desplazamientos, contaminación, corrupción, enfermedad, son algunos de los contextos con los que se encuentra esta mujer que, tras una pérdida, solo es movida por el dolor y la búsqueda de respuestas.Guatapé y distintas locaciones de Antioquia, uno de los departamentos con mayor minería de oro en el país, configuran La Alameda, la población ficticia en la que Esmeralda descubre el contexto minero. Relaciones hostiles entre multinacionales mineras, barequeros, ciudadanos y grupos al margen de la ley giran en torno al oro. Para la productora de este thriller, cargado de drama y también acción, Laura Franco, la tensión que vive La Alameda puede ser la historia de cualquier población en Latinoamérica que está atravesada por la minería. Pese a retratar un contexto real, esta es una historia de ficción, que entretiene y mantiene a los espectadores a la expectativa, acompañando a Esmeralda en su búsqueda. Sin embargo, a las persecuciones y las intrigas las acompaña ese trasfondo de la minería, el que hace la historia cercana e indirectamente invita a la reflexión. 💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Uno es de esas películas que se tienen que contar más, películas con mucho contenido, que te invitan a pensar, a reflexionar, que te hablan de un tema importante y a la vez que te entretienen", explica Juan Pablo Urrego.Tras ver la película en su estreno, Marcela Mar reflexiona sobre la producción: “Esta película nos plantea una situación donde se pone en peligro la vida de los habitantes de esta población donde se manejan las cosas con mucha irresponsabilidad, a través de la corrupción. Es una película que te pone a pensar al respecto”. El rol de Mar es particular. pues la vemos de principio a fin hilando la historia, solo un personaje adicional tiene rostro y la acompaña, Joaquín, interpretado por Urrego. Esmeralda interactúa con más personas, sí, pero el dolor que la habita es tan grande que la enceguece y a la vez, el público sigue la historia con ese mismo velo. Urrego, por su parte, da vida a Joaquín, un joven habitante de La Alameda que vive con su padre, movido por la rabia contra quienes han usurpado los recursos de la comunidad y contra quienes hostigan a sus amigos, quienes practican la minería artesanal. “En mi vida he tenido la oportunidad de conocer Joaquines, gente que trabaja en el campo, que está luchando por algunos derechos y nos los pueden conseguir. He tenido esas experiencias en mi vida, cercanas, otras lejanas, algunas las he visto”, cuenta. Agrega que en estas experiencias basó su trabajo para darle una personalidad a Joaquín, “un personaje que tiene rabia encima por lo que ha vivido, muertes, desapariciones, desplazamientos”.Uno es el debut en largometrajes de ficción de Julio César, quien durante alrededor de veinte años ha trabajado en la industria en trabajos para televisión, dirigiendo videos musicales, comerciales y algunos shows de comedia para Netflix. Sin embargo, cuenta que hasta este momento y con esta historia se sintió plenamente seguro para dirigir su ópera prima. Producida por Clover Studios, del cineasta Simón Brand y Laura Franco Franco, a esta película le da un toque particular el trabajo realizado por Matt Waters, reconocido diseñador de sonido de Juego de tronos. Y así, con esta suma de ingredientes de sonido, actuación y temática sobresalientes Uno se estrena en cine este 21 de noviembre. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Clover Studios (@cloverstudios__)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Han pasado cinco años desde la última vez que el ganador de cuatro premios Grammy, Lenny Kravitz, visitó Colombia. Fue en marzo de 2019 cuando hizo vibrar a los asistentes al Movistar Arena con su Raise Vibration Tour. Ahora, regresa en su Blue Electric Light Tour en el que promociona su más reciente disco homónimo, pero en el que también interpretará éxitos como Are You Gonna Go My Way, Again, I Belong To You, entre otros.Kravitz llegará a Colombia para continuar con el tour mundial en el que se embarcó tras el lanzamiento de su álbum número doce este mismo año, con el que ha recorrido Europa y Estados Unidos desde junio.Este concierto será otro hito dentro de la lista de éxitos que han marcado el año artístico que ha tenido el artista. En la primera mitad del año, por ejemplo, además de recibir el premio Ícono de la Música en los People 's Choice Awards, también recibió su estrella estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, la número 2.774 de este famoso recorrido.En septiembre pasado, Kravitz recibió también el premio en categoría Best rock en los MTV Video Music Awards de 2024, donde se presentó tras 25 años después de la actuación en la que tocó la guitarra junto a Madonna.Entre las novedades que tendrá este concierto, estará la presentación de la banda bogotana Diamante Eléctrico como invitada al show de Kravitz. Juan Galeano, Daniel Álvarez Mejía y toda la banda compartirán escenario con el artista estadounidense.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Diamante Eléctrico (@diamanteelectrico)Recomendaciones para asistir al concierto de Lenny Kravitz en BogotáEl concierto de esta leyenda viva del rock tendrá lugar en el Coliseo Med Plus el miércoles, 11 de diciembre a las 8:00 p. m. Tenga en cuenta que al ser un concierto en mitad de semana y a las afueras de Bogotá (en Cota, en la vía El Rosal-Bogotá) debe prever el tráfico de las afueras de la ciudad y salir con anticipación.Si se desplaza en vehículo propio, puede reservar su cupo en el parqueadero a través de la tiquetera Taquilla Live, donde también puede adquirir boletas para el concierto, disponibles en todas las localidades, desde $294.000 hasta $647.000.Aunque el concierto, organizado por Páramo Presenta y Mercury Concerts, iniciará a las 8:00 p. m. y se extenderá hasta las 11:00 p. m. aproximadamente, de acuerdo con Taquilla Live, la apertura de puertas será a las 7:00 p.m.Tenga presente que la edad mínima de ingreso para menores de edad es de 12 años. Los menores de 16 años deben estar acompañados de un adulto responsable y que cuente con ticket para la localidad de menores de edad.Entre los elementos que no se permiten ingresar al coliseo están cámaras profesionales o grabadoras de audio, sombrillas, alimentos y bebidas. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Lenny Kravitz (@lennykravitz)🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Así lo avanzaron este miércoles en conferencia de prensa los organizaciones del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que se celebra del 5 al 15 de diciembre en la capital cubana, y que hablaron de "primicia mundial".“La adaptación cinematográfica de la obra maestra del Premio Nobel de Literatura se estrenará el 6 de diciembre en la capital cubana, en el segundo día del Festival de Cine”, adelantó la directora del evento cultural, Tania Delgado.Netflix, que no está disponible en la isla caribeña, tiene previsto estrenar a nivel mundial esta miniserie el 11 de diciembre.García Márquez (1927-2014) fue una figura muy vinculada a Cuba y a su cine durante años. Entre otras cosas, presidió la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, una organización con sede en La Habana.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA propósito del festival, una de las principales citas culturales del año en Cuba, su directora adelantó que este año participarán 110 filmes -89 menos que el año pasado- de un total 42 países, incluidos Cuba, México y Argentina, entre otros.La edición 45 del festival abrirá con la película argentina “Los domingos mueren más personas”, e incluirá foros como el que se va a dedicar al guionista y director de cine de animación cubano Juan Padron (1947-2020).De igual manera, en el concurso de carteles competirán 30 originales de 17 países. La gala de premiación se realizará el 15 de diciembre.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hathaway y Showalter contarán la historia de Lowen Ashleigh, una escritora que está al borde de la ruina financiera y que recibe una oferta laboral para completar los libros de una exitosa serie de suspenso escrita por Verity Crawford (interpretada por Hathaway), después de que un misterioso accidente impidiera a la autora terminar su trabajo.En el proceso, Ashleigh deberá discernir si los escritos de Verity son simplemente escabrosas obras de ficción o una ominosa advertencia de un psicópata trastornado.Anteriormente, la intérprete de 'The Princess Diaries' y el director de 'The Big Sick' trabajaron juntos en la comedia romántica 'The Idea of You', estrenada este año, sobre el romance de una madre soltera de 40 años con un joven de 24 líder de una banda de pop de fama internacional.El guion actual está siendo escrito por Nick Antosca ('The Act') y se espera que la película se estrene en salas de cine.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí'Verity', de Hoover, es un thriller gótico y psicosexual que fue publicado en 2018 y adquirido en 2021 por Grand Central Publishing por el gran éxito que estaba teniendo.Este es el cuarto libro de Hoover que llegará a la gran pantalla; el primero fue 'It Ends With Us', protagonizada por Blake Lively y Justin Baldoni y estrenada en agosto, y junto con 'Verity', 'Regretting You' y 'Reminders of Him' se encuentran en proceso de producción con diferentes estudios.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
PRIMERA PARTEITodas las familias felices se parecen entre sí; pero cada familia desgraciada tiene un motivo especial para sentirse así. En casa de los Oblonsky andaba todo trastrocado. La esposa acababa de enterarse de que su marido mantenía relaciones con la institutriz francesa y se había apresurado a declararle que no podía seguir viviendo con él.Semejante situación duraba ya tres días y era tan dolorosa para los esposos como para los demás miembros de la familia. Todos, incluso los criados, sentían la íntima impresión de que aquella vida en común no tenía ya sentido y que, incluso en una posada, se encuentran más unidos los huéspedes de lo que ahora se sentían ellos entre sí.La mujer no salía de sus habitaciones; el marido no comía en casa desde hacía tres días; los niños corrían libremente de un lado a otro sin que nadie les molestara. La institutriz inglesa había tenido una disputa con el ama de llaves y escribió a una amiga suya pidiéndole que le buscase otra colocación; el cocinero se había ido dos días antes, precisamente a la hora de comer; y el cochero y la ayudante de cocina manifestaron que no querían continuar prestando sus servicios allí y que sólo esperaban que les saldasen sus haberes para irse.El tercer día después de la escena tenida con su mujer, el príncipe Esteban Arkadievich Oblonsky –Stiva, como le llamaban en sociedad–, al despertar a su hora de costumbre, es decir, a las ocho de la mañana, se halló, no en el dormitorio conyugal, sino en su despacho, tendido sobre el diván de cuero.Volvió su cuerpo, lleno y bien cuidado, sobre los flexibles muelles del diván, como si se dispusiera a dormir de nuevo, a la vez que abrazando el almohadón apoyaba en él la mejilla. De repente se incorporó, se sentó sobre el diván y abrió los ojos.«¿Cómo era», pensó, recordando su sueño. «¡A ver, a ver! Alabin daba una comida en Darmstadt… Sonaba una música americana… El caso es que Darmstadt estaba en América… ¡Eso es! Alabin daba un banquete, servido en mesas de cristal… Y las mesas cantaban: "Il mio tesoro"..: Y si no era eso, era algo más bonito todavía.» Había también unos frascos, que luego resultaron ser mujeres… »💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLos ojos de Esteban Arkadievich brillaron alegremente al recordar aquel sueño. Luego quedó pensativo y sonrió. «¡Qué bien estaba todo!» Había aún muchas otras cosas magníficas que, una vez despierto, no sabía expresar ni con palabras ni con pensamientos.Observó que un hilo de luz se filtraba por las rendijas de la persiana, alargó los pies, alcanzó sus zapatillas de tafilete bordado en oro, que su mujer le regalara el año anterior con ocasión de su cumpleaños, y, como desde hacía nueve años tenía por costumbre, extendió la mano hacia el lugar donde, en el dormitorio conyugal, acostumbraba tener colocada la bata.Sólo entonces se acordó de cómo y por qué se encontraba en su gabinete y no en la alcoba con su mujer; la sonrisa desapareció de su rostro y arrugó el entrecejo.–¡Ay, ay, ay! –se lamentó, acordándose de lo que había sucedido.Y de nuevo se presentaron a su imaginación los detalles de la escena terrible; pensó en la violenta situación en que se encontraba y pensó, sobre todo, en su propia culpa, que ahora se le aparecía con claridad.–No, no me perdonará. ¡Y lo malo es que yo tengo la culpa de todo. La culpa es mía, y, sin embargo, no soy culpable. Eso es lo terrible del caso! ¡Ay, ay, ay! –se repitió con desesperación, evocando de nuevo la escena en todos sus detalles.Lo peor había sido aquel primer momento, cuando al regreso del teatro, alegre y satisfecho con una manzana en las manos para su mujer, no la había hallado en el salón; asustado, la había buscado en su gabinete, para encontrarla al fin en su dormitorio examinando aquella malhadada carta que lo había descubierto todo.Dolly, aquella Dolly, eternamente ocupada, siempre llena de preocupaciones, tan poco inteligente, según opinaba él, se hallaba sentada con el papel en la mano, mirándole con una expresión de horror, de desesperación y de ira.–¿Qué es esto? ¿Qué me dices de esto? –preguntó, señalando la carta.Y ahora, al recordarlo, lo que más contrariaba a Esteban Arkadievich en aquel asunto no era el hecho en sí, sino la manera como había contestado entonces a su esposa.Le había sucedido lo que a toda persona sorprendida en una situación demasiado vergonzosa: no supo adaptar su aspecto a la situación en que se encontraba. Así, en vez de ofenderse, negar, disculparse, pedir perdón o incluso permanecer indiferente ––cualquiera de aquellas actitudes habría sido preferible–, hizo una cosa ajena a su voluntad («reflejos cerebrales», juzgó Esteban Arkadievich, que se interesaba mucho por la fisiología): sonreír, sonreír con su sonrisa habitual, benévola y en aquel caso necia.Aquella necia sonrisa era imperdonable. Al verla, Dolly se había estremecido como bajo el efecto de un dolor físico, y, según su costumbre, anonadó a Stiva bajo un torrente de palabras duras y apenas hubo terminado, huyó a refugiarse en su habitación. Desde aquel momento, se había negado a ver a su marido. «¡Todo por aquella necia sonrisa!», pensaba Esteban Arkadievich. Y se repetía, desesperado, sin hallar respuesta a su pregunta: «¿Qué hacer, qué hacer?».🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.