Preguntarse a qué suena nuestro continente nos pone de frente a un espejo fragmentado en miles de pedazos y que eso, sin embargo, no nos apabulle sino todo lo contrario: nos lleve a la respuesta, ¿Cuál de todos estos reflejos soy? Ahondar en el arte como reflejo identitario colectivo ante Latinoamérica, solo puede tener la pluralidad como respuesta, gracias a una riqueza multicultural que abarca desde el archipiélago de Tierra del Fuego hasta el Desierto de Sonora.El origen de la música latinoamericana tiene quizá tres puntos importantes para su desarrollo, con ciertos matices. El primero de ellos se remonta a la época de la colonización española. Según el reconocido compositor y musicólogo uruguayo Coriún Aharonián en su artículo Factores de identidad musical latinoamericana tras cinco siglos de conquista, dominación y mestizaje de 1994, la música del continente es “el resultado de la interacción de tres grandes vertientes: la indígena, es decir, la de los nativos de las tierras americanas, la europea occidental, en otras palabras, la de los conquistadores e invasores; y la negra-africana o aguisimbia, en otros términos, la de los pueblos traídos como esclavos desde un tercer continente”. Resultado de este mestizaje a lo largo del territorio es que los instrumentos de cuerda provenientes de Europa como el laud encontraron el tlapitzalli, el hehuelt o la zampoña de los pueblos indígenas junto con el djembé africano para darnos la base de los ritmos que acompañarían nuestros días siglos después. Es para el siglo XX que los ritmos y géneros musicales latinoamericanos (cómo los conocemos hoy día) tienen un estallido. Con el paso de colonias a repúblicas y la conformación de estados en el siglo XIX, permitieron el desarrollo de ciertas manifestaciones culturales que finalmente encontrarían eco los primeros años del posterior siglo. Junto a ello, la llegada de inmigrantes sobre todo a la parte del cono sur del continente producto de las guerras mundiales sumado al desarrollo universal del negocio de la música a partir de los años 50’s conformaron esos sonidos donde Latinoamérica se narraría a partir del mambo convertido en bolero, el chachachá convertido en nueva trova, el cachimbo y el rin en la nueva canción chilena, el folclore en tango, los polcas y valses en la música popular brasileña y el bossa nova, el mar caribe convertido en vallenatos, cumbias y porros, el huapango derivado en rancheras y mariachis hasta terminar apropiándonos de sonidos que venían de otros lugares, transformando el rock en rock nacional, el jazz en salsa, el pop en la balada latinoamericana y el reggae y el hip hop en reguetón. Para leer: Cuando todos quisieron ser Larry HarlowPodríamos quedarnos allí y decir simplemente que esta evolución cultural de nuestros sonidos fue gracias a un proceso endémico de exploración colectiva y que, debido a esto, artistas provenientes del continente dominan el negocio de la música con sus charts y récords de reproducción en plataformas de streaming. En la actualidad es más notoria la simplificación de lo latino bajo un esquema comercial relacionado con términos de sabor, felicidad y lo urbano, que el reguetón como expresión musical ha sabido adaptar a perfección en distintos exponentes donde el Caribe es el gran protagonista.Esto tras el éxito mundial que representó “Despacito” (2007) de Luis Fonsi, consecuencia directa de un largo proceso de desplazamiento del negocio de la música al darse cuenta de que artistas como, Santana y después Ricky Martin, Juanes, Shakira, Gloria Stefan, entre otros, tenían la capacidad de vender millones de discos sin la necesidad de cantar en inglés. Es precisamente de este vuelco del negocio donde gracias a la incapacidad de clasificar la música del continente, deciden crear una categoría que abarque toda esta cantidad de expresiones. Podría interesarle: La música urbana en español lidera la listas en YouTube y SpotifySin embargo, concentrándonos solo en el éxito comercial actual estaríamos dejando de lado quizá lo más importante y el espíritu de nuestros ritmos y sonidos. Lo virtuoso de la música latinoamericana es que más allá de ser parte de un negocio y de una expresión humana (quizá la más pura debido a esa capacidad innata de agruparnos) ha sido la punta de lanza para sobrevivir, cantar, protestar y sentir frente a la adversidad producto de innumerables cambios sociales, políticos y económicos. Ha sido esa facción del arte político como la luz en medio del caos, capaz de representar la esperanza de millones en un par de acordes. Latinoamérica tuvo que sobrevivir a Videla, Stroessner, Banzer, los Somoza, a Trujillo, a Castillo Armas, a Batista, a Pinochet. Tuvo que soportar la Operación Cóndor, el nacimiento de las guerrillas, el intento de las revoluciones, el paso de la guerra, las consecuencias en miles de desparecidos y asesinados, además de la huida y el exilio, junto con la injerencia del mal llamado primer mundo, las deudas con el Banco Mundial, el atraso, la inagotable crisis y la lucha por los índices de desarrollo. La pureza de nuestra música y de nuestros artistas que por supuesto a su manera y cada cual, con su tradición en medio de esta bellísima pluralidad de sonidos, radica en ser una fuerza similar a la de una estampida por no haber sido ajenos, ni dejado de lado su consciencia frente a los tiempos que vivía cada territorio y esa capacidad de hermanarnos en los peores momentos. Podría interesarle: Charly García, ser el meteoritoEn tentativa una definición más exacta de estos tiempos sobre lo que significa la música latinoamericana, tendría que empezar diciendo que somos el mito revolucionario del Manuel Santillán de los Fabulosos Cadillacs y las lágrimas que van hacia el mar, los dinosaurios que desaparecen de Charly García, los poemas musicalizados en contra del racismo en voz de Susana Baca, Violeta Parra con su guitarra inmortal, la cigarra de Mercedes Sosa que vuelve como sobreviviente, Chico Baurque cantando “Apesar de Vocé” sin importar la censura, los techos de cartón de Alí Primera, el hermano que le pide su mano al otro para avanzar de Los Guaraguao, el tributo de la bayamesa de Buena Vista Social Club, el valor de la vida narrado por Milanés, las palmas de Víctor Jara en el Estadio Nacional, el pueblo unido de Inti Illimani, la lucha por la naturaleza de los Aterciopelados, las balas que no azaran de la Muchacha, la plegaria de Gieco a Dios para no ser indiferente, los migrantes que arriesgan su vida en voz de Los Tigres del Norte, el señor matanza que acecha de Mano Negra, el padre Antonio de Blades, la maza de Silvio Rodríguez, el “Gimme tha power” de Molotov, el pueblo escondido en la cima que resiste de Calle 13 o que protesta junto a Bad Bunny contra el gobernador de Puerto Rico, ese mismo que en la cúspide del mundo decide hablar en un documental disfrazado de video musical, sobre la gentrificación de su país natal; o simplemente ese baile de los que sobran y no claudica la lucha de Los Prisioneros.Recuerde que puede conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
A días de uno de los eventos más importantes de la música latinoamericana en Bogotá, el Festival Cordillera decidió tomarse algunos de los museos de Bogotá para conocer más a fondo la historia del continente. Espacios como el Museo del Traje, la Quinta de Bolívar y el Museo del Vidrio serán la casa de algunas actividades que tienen que ver con Latinoamérica y nuestras costumbres. Desde el 20 de septiembre hasta el 30 en el Museo de Arte Miguel Urrutia habrá una exposición exclusiva inspirada en Cordillera, si quiere asistir puede preguntar por el acceso y se le hará un recorrido guiado. Asimismo, en el Museo Botero también habrá obras seleccionadas que representan a América Latina, también habrá un recorrido por la exposición. Recuerde que el Museo Botero está abierto de martes a domingo de 9:00 a.m. a 7:00 p.m. El 21 de septiembre habrá un encuentro con la comunidad Yanakuna, quienes harán un encuentro entre música e historia de cómo nació la cordillera. Todo esto será en el Museo del Traje, que queda ubicado en la Calle10 #6-26, puede preguntar ese día para que participe en el encuentro. Y el 22 de septiembre podrá vivir una experiencia única en el Museo del Vidrio en donde se hará una demostración del trabajo con vidrio soplado, será a las 2:30 p.m., el museo queda ubicado en la Carrera 1-A #6C-75 Sur. Recuerde consultar en cada uno de los museos para poder asistir a las actividades que son un abrebocas para lo que Bogotá espera el próximo fin de semana. Además de hablar de música también se habla de cultura sobre la cordillera. Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
El próximo fin de semana (24 y 25 de septiembre) el Parque Simón Bolívar será la casa del Festival Cordillera, el evento que por primera vez reúne artistas de Latinoamérica en un solo espacio para hacer homenaje a la música y a los sonidos de América Latina. Bandas como Maná, Café Tacvba, Los Fabulosos Cádilacs y Zoé son algunos de los artistas que vendrán a cantarle a la identidad y a la fuerza que nos une como continente.Algunas de estas bandas han marcado más de una generación y han logrado unir a miles de personas al sonido de sus canciones, sus sonidos son históricos y hacen parte de la identidad de la música en español. Algunas de ellas tienen más de diez millones de oyentes mensuales en plataformas musicales, como Maná, la banda mexicana, que desde 1986 hacen música.Con más de cuarenta millones de álbumes vendidos, Maná ha alcanzado el corazón de la audiencia de los más de 40 países que los escuchan, han incursionado en el género y son una de las bandas más recordadas de Latinoamérica. Y así como trabajan en la música se dedican a labores sociales, “seguimos comprometidos en el ámbito social, con nuestras ideas sobre cómo contribuir a la mejora de las cosas, bien con el medio ambiente, bien en ciertos temas políticos”, mencionó Fher Olvera, el vocalista de Maná en entrevista con El País en el 2015.Maná es una de las bandas que lideran el cartel del Festival Cordillera. En contra de las críticas y los comentarios de aquellos que no disfrutan su música, la banda mexicana sigue llenando estadios, cantando los himnos del rock en español que vieron crecer a tantos y que educaron en la música a quienes siguen sus pasos.Ahora pasando a los solistas que estarán en el festival, es un honor y un placer tener de nuevo a una de las artistas más importantes del pop en Latinoamérica, Julieta Venegas, la maga que crea melodías inigualables que ya llevan su sello personal y el toque del acordeón, Venegas es una de las representantes más influyentes de la música mexicana y del continente, contando con más de dieciséis millones de oyentes al mes la artista mexicana ha inventado los himnos que todavía se cantan en las celebraciones y que se escuchan en los despechos.La conexión que Julieta logró con sus canciones hace que cada vez alcance más fanáticos y que las mujeres nos sigamos identificando con su música, sin embargo, la cantante mexicana no es solamente eso, ha marcado una identidad por medio de sus composiciones “yo siempre he pensado que la música es un proceso, como la vida misma. Las personas van pasando y van cambiando, así mismo uno va cambiando y todo va cambiando. Yo, por ejemplo, voy incorporando las cosas que me atraen. La verdad es que desde muy chica encontré en la música el medio para poder expresar lo que siento, también lo que pienso. En ese sentido, las canciones siempre me han acompañado en todo ese proceso”, mencionó en entrevista con El Espectador en marzo de este año.La cantante mexicana ha hablado públicamente acerca de la invisibilidad de los pueblos originarios del continente, la violencia contra la mujer y la violencia policial, temas de coyuntura que, para ella, es necesario discutir acerca de ellos. Venegas ha participado en campañas en contra de los feminicidios en México y la violencia que sufrimos las mujeres a diario en un continente atroz como el nuestro.En marzo del 2020, Julieta Venegas lanzó un sencillo junto a varias mujeres artistas de México, un himno en contra de la violencia machista y las desapariciones de las mujeres en su país y en América Latina; así como participa activamente en colectivos feministas y alza su voz para ayudar a quienes todavía callan.Lea también: Una noche de música local en el corazón de la cordillera.Volviendo a las bandas icónicas que estarán en el Festival Cordillera se tiene que mencionar sin duda a Caifanes, otra de las bandas más emblemáticas del rock en español, activa desde 1987 esta agrupación mexicana ha hecho parte de la generación de artistas que revolucionaron la música latinoamericana; con sus canciones vieron crecer a miles de jóvenes entre los 80s y los 90s.Siendo una de las bandas más influyentes de la música latina cuentan con más de cuatro millones de oyentes mensuales en Spotify y su canción Afuera cuenta con casi 200 millones de reproducciones en esta plataforma.Caifanes han mencionado en varias ocasiones que siempre desean darle una identidad a sus canciones sin perder la esencia de lo que han sido por más de treinta años, “la verdad es que cuando empezamos nosotros en México, el rock no existía, bueno sí existía, pero en las coladeras, en el underground, en los medios masivos no existía el rock ni en las disqueras, no tenían ningún interés en grabar rock en español, entonces lo hacíamos porque nos gustaba, era una necesidad para nosotros expresarnos de esa manera y tocar esa música que nos llenaba tanto”, mencionó Alfonso André, el baterista de la banda para Infobae en marzo de este año.En el Festival Cordillera también habrá invitados nacionales que también han revolucionado la música y le aportan a la construcción de identidad latinoamericana con sus letras, por ejemplo, Lianna quien lleva a cuestas una voz increíble con toques de soul y hip hop, con dos álbumes de estudio (2012 y 2018) Lianna regresa para darle su estilo personal a la industria y para darle visibilidad a las mujeres que incursionan en este género musical. Con la mezcla de sonidos y la dulzura de su voz ha creado una marca inusual y única entre los participantes del festival, la podremos ver el domingo 25 en el marco de Cordillera Fest.El rock en español no sería el mismo sin Zoé, banda mexicana formada en 1997, su estilo único alimentó el rock en la década de los 00s y dejó una marca eléctrica en lo que se conocía del género, con canciones como Soñé, Azul y Luna la banda se posicionó como una de las agrupaciones más importantes de esa generación del rock.Con más de seis millones de oyentes mensuales en Spotify y casi cien millones de reproducciones por canción, Zoé se ha convertido en una de esas bandas que son fundamentales para aprender acerca de la historia de la música en Latinoamérica, su toque pop rock ha sido significativo y único para su marca como banda.Otra agrupación que es fundamental para la historia de la música son Los Fabulosos Cadillacs que junto a Babasonicos y Los Auténticos Decadentes harán saltar a los asistentes del Festical Cordillera. Himnos como Matador y Vasos Vacíos harán retumbar el Simón Bolívar y nos harán recordar la nostalgia que sentimos al cantar sus canciones.Por el lado del rap y el hip hop habrá invitados nacionales e internacionales, quienes también brillarán en el escenario, artistas como Los Petitfellas, Kase.O, la Etnnia y AL2 El Aldeano nos harán recordar los tiempos en que cantábamos los temas que también son parte de la historia de la música en el continente.Le sugerimos este artículo: Margot Martínez, la voz de los arrullos infantiles.Alguien fundamental para hablar de la historia de la música colombiana es Totó la Momposina, una de las mujeres que ha labrado el camino de la melodía tradicional y la cultura como identidad del pueblo. Totó se ha dedicado toda su vida a la música, es una figura emblemática en el Caribe resaltando los ritmos afro e indígenas que también corren por sus venas, una de las mujeres imprescindibles para las voces que han alimentado por décadas la riqueza de la música en Colombia.Totó aprendió desde muy niña a cantar, gracias a su madre quien comenzó un grupo de baile en los 50s, esa niña que en esos tiempos se colaba en medio de los ensayos también se subirá al escenario del Cordillera Fest pata dejar en alto su inmensa voz que es el legado de las mujeres afrocolombianas en la música.Su trayectoria como representante de la cumbia y la música latinoamericana la llevó a ganar un Grammy en el año 2013 y a ser galardonada en varias ocasiones por su dedicación al compartir la cultura colombiana alrededor del mundo. Será un honor poder escuchar a quien lleva décadas cantando las cumbias que han sido tradición ancestral de nuestro pueblo.Podríamos quedarnos mencionando a todos los artistas maravillosos que estarán en el festival, pero no queremos arruinar más sorpresas, queremos reafirmar que el Festival Cordillera es una puerta para evocar a nuestros ancestros, para recordar aquellas épocas del buen rock latino y replantear que nuestra música sigue viva, palpitando en cada uno de nuestros corazones, tanto los nuevos artistas como los de recorridos más largos son el puente para que podamos volver a los conciertos, volver a escuchar el ritmo que nos mueve y que nos apasiona, volver a encontrarnos con el objetivo de regresar a las melodías que nos vieron crecer, que aún permanecen para resistir y evocar desde lo más profundo el sentimiento de la música como identidad viva de la cordillera de los Andes, del continente que nos vio nacer, la querida América Latina.No olvide conectarse a nuestra señal en vivo. La HJCK, el arte de escuchar.
Distribuidos en los escenarios Aconcagua, Cotopaxi y Cocuy (nombres en honor a las montañas del continente) junto al Bosque Electrónico llegarán agrupaciones como Los Fabulosos Cadillacs, Molotov, Maná, Zoé o Cafe Tacvba a la primera edición del Festival Cordillera. El festival que se encargará de celebrar los sonidos del continente y que se realizará el próximo 24 y 25 de septiembre en el Parque Simón Bolívar de Bogotá, reveló sus horarios oficiales. "Ha llegado el momento para que juntos vivamos este encuentro latinoamericano, alzando la voz por lo que somos y lo que nos representa", escribió la cuenta oficial del festival. Aunque la distribución por días de los artistas se conocía desde el lanzamiento del festival, los horarios y escenarios en los cuales los artistas harán presencia se revelaron el pasado 12 de septiembre, el festival realizó algunos ajustes para el primer día.Horarios Festival Cordillera 24 de septiembrePara el sábado 24 de septiembre en el Escenario Aconcagua sobre las 15:00 se presentará Arath Herce, a las 16:45 tocará Molotov que antes cerraba el escenario Cotopaxi, a las 19:00 Mon Laferte, 21:00 Caifanes y cerrarán a las 23:45 los Fabulosos Cadillacs. En el Escenario Cotopaxi la encargada de abrir a las 14:15 será Briela Ojeda, seguirá a las 15:45 Totó La Momposina, 17:45 Los Auténticos Decadentes, 20:00 Babasónicos y ahora los encargados de cerrar a las 22:30 será la banda No te va a Gustar.Por su parte en el Escenario Cocuy iniciará con Duplat a las 14:15, a las 15:30 Emir Kusturica, 17:00 Soja, 19:00 LosPetitFellas, 20:30 The Wailers y cerrarán a las 22:45 Los amigos invisibles. En el Bosque Electrónico comenzará a las 15:30 con Monokike, 16:45 Rosa Pistola, 18:45 Silverio, 20:15 Uproot Andy, 22:00 Mad Professor y cerrará el primer día de festival a las 00:15 Mitú. Estos escenarios se mantienen sin modificaciones. Horarios Festival Cordillera 25 de septiembrePara el segundo día de festival, la fiesta de los sonidos latinoamericanos iniciará en el Escenario Aconcagua a las 14:00 con la presentación de Conociendo Rusia, a las 15:45 Aterciopelados, 17:45 Draco Rosa, 19:45 Maná y cerrarán a las 22:15 la banda mexicana Zoé. El Escenario Cotopaxi abrirá a las 14:45 Piero, seguirá a las 16:45 Caloncho, 18:45 Julieta Venegas, 21:15 Moenia y a las 23:45 Café Tacvba.En el Escenario Cocuy, destinado a recibir la cuota de rap del festival, iniciará a las 14:15 con la presentación de N. Hardem, continuará a las 15:30 Lianna, 16:45 Al2 El Aldeano, 18:15 Akapellah, 19:45 La Etnnia y finalizará con la presentación de Kase.O a las 22:00. Por su lado en el Bosque electrónico iniciará a las 14:15 con De Juepuchas, a las 16:30 Cerrero, 18:15 Gala Galeano, 20:00 Quantic, 21:45 Populous y a las 23:30 Chancha Vía Circuito.Aún puede adquirir sus boletas para el festival, ya sea para alguno de los días o en combo a través de la página web de e-ticket. Recuerde que puede conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El anuncio del nacimiento del Festival Cordillera fue una noticia celebrada a lo largo del continente. Los sonidos latinoamericanos inauguraron un nuevo y poderoso espacio en lo alto de los Andes, en el engranaje que une Suramérica y Centroamérica, en el Parque Simón Bolívar de Bogotá, Colombia. 24 y 25 de septiembre serán las fechas para celebrar junto a las leyendas vivas más grandes del rock, el pop y el hip hop en nuestro idioma. Hoy desvelamos el cartel de artistas que engalanarán cada uno de los días del Festival Cordillera.El sábado 24 veremos a Caifanes y a Los Fabulosos Cadillacs, México y Argentina se transportan con los sonidos de Los Auténticos Decadentes y Molotov. Mon Laferte, Babasónicos y No Te Va Gustar completan el mapa. Totó La Momposina, LosPetitFellas, The Wailers, Soja, Los Amigos Invisibles, Emir Kusturica y más serán parte de esta conversación de sonidos latinoamericanos del primer día de Cordillera.Para el domingo 25 el Festival verá un cierre épico con tres bandas mexicanas que marcaron tres generaciones con sus himnos musicales: Maná, Zoé y Café Tacvba. También estará sobre el escenario Draco Rosa, Julieta Venegas, Piero, Aterciopelados y Moenia. Por otro lado, los sonidos alternativos brillarán con los shows de Caloncho y Conociendo a Rusia. Este será el día del hip hop latinoamericano con las presentaciones de Kase.O, Akapellah, AL2 El Aldeano, La Etnnia, N.Hardem y Lianna.Recuerde que la preventa para Bancos Aval será desde el 1 de junio hasta el 2 de junio a las 11:59 p.m. y la venta general será desde el 3 de junio a las 9:00 a.m. Le dejamos el line up del Festival aquí.
El Festival Cordillera se estrena en su primera edición el 24 y 25 de septiembre en el Parque Metropolitano Simón Bolívar, los organizadores son Ocesa Colombia y Páramo Presenta que junto a las Experiencias Aval crearon este gran evento de talla internacional. Este festival es el primero en tener conciencia ambiental en América Latina, con cada transacción se sembrará un árbol en el Páramo de Las Cuchillas de la Cordillera de Los Andes.“Festival Cordillera Encuentro de Sonidos Latinoamericanos, nos conecta con lo que somos, con la esencia y el orgullo de ser latinos. Esto no solo se siente desde la raíz del origen de toda nuestra cultura en todas sus manifestaciones, con la música y como nuestra vida evoluciona en torno a ella, sino también en relación con las maravillas de nuestros ecosistemas, con la belleza de nuestros paisajes, con la biodiversidad que podemos evidenciar desde que nacemos en estas latitudes. Amamos lo que hacemos, no hay nada como el entretenimiento en vivo, estar activos, creando y haciendo posible este increíble Festival nos produce una profunda felicidad; agradecemos al IDRD todo su apoyo y el abrir el Parque Simón Bolívar, un espacio único y excepcional, como sede de esta primera versión, que esperamos nos reúna cada año y nos permita recordar orgullosamente quienes somos”, explicó Luz Ángela Castro, Directora de Ocesa Colombia.Los precios de las entradas al festival oscilan entre los 560 mil pesos y los 660 mil pesos colombianos. Las entradas estarán disponibles en preventa exclusiva y con precio especial para clientes de los Bancos Aval y dale! Del 10 al 12 mayo a través de Eticket.co, y el 13 de mayo para todos los medios de pago. Le dejamos la lista de precios.
"El imperio de la luz" ("L'Empire des lumieres"), de 1954, había sido tasada en 95 millones de dólares. El valor final superó el récord anterior para una obra de Magritte (1898-1967), que había sido de 79 millones.Tras una puja de 10 minutos, la pintura que juega con luces y sombras hasta confundir el día con la noche fue rematada por 121.160.000 dólares, "un récord mundial para el artista y para una obra de arte surrealista en una subasta", afirmó la casa Christie's.La obra del maestro del surrealismo integraba la colección privada de la diseñadora y mecenas de origen rumano Mica Ertegun, fallecida a los 97 años en diciembre pasado.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa venta del Magritte, que coincide con el centenario del movimiento surrealista, era uno de los destaques de la actual temporada de subastas en Nueva York, cuyo mercado espera recuperarse del retroceso sufrido el año pasado.En la misma sesión del martes, la icónica obra "Standard Station", del estadounidense Ed Ruscha, se vendió por 68,26 millones de dólares, un nuevo récord en subastas para el referente del arte pop, actualmente de 86 años.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Wicked", la adaptación cinematográfica del éxito de Broadway, es protagonizada por la sensación del pop Ariana Grande, mientras que "Gladiador II" marca el regreso a la Roma antigua de Ridley Scott, 24 años después de que su épica original ganara el Óscar a mejor película.Pero resta por verse si el público recibirá con gusto los memes de "Glicked" o "Wickiador" (que ya están haciendo circular en las redes los departamentos de marketing), o si acudirá a las salas de cine con sombreros de brujas o sandalias romanas.Las salas de cine y varios de los centros comerciales en Estados Unidos ya se están pintando de tonos verde y rosa, en referencia a las brujas de "Wicked", y llenando de Coliseos en miniatura, preparándose para un período que según los analistas será crucial para la industria."Estoy seguro de que este será el mayor Día de Acción de Gracias que la industria ha presenciado", dijo Jordan Hohman, un ejecutivo del grupo Phoenix Theaters, en referencia a la fiesta nacional que coincide con la primera semana en cartelera de ambas producciones."Wicked", de Universal, es por sí sola "la película que más entradas ha vendido anticipadamente" en los 24 años de historia de la cadena estadounidense, superando en un 63% a "Barbie", añadió su propietario y presidente, Cory Jacobson.Tradicionalmente, los estudios de Hollywood tenían sus reservas sobre lanzar dos grandes películas en un mismo fin de semana, pero el verano boreal de récords de 2023 demostró que puede funcionar para ambas producciones, siempre que sean las adecuadas.Como "Barbie" y "Oppenheimer", "Wicked" y "Gladiador II" (Paramount) hablan a diferentes audiencias, opina el analista David A. Gross, del grupo Franchise Entertainment Research.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Wicked" ha inspirado como parte de su campaña de promoción una línea de maquillaje y un kit para hornear tus propios cupcakes, mientras que los anuncios relacionados con "Gladiador" son una constante durante las transmisiones de la liga de fútbol americano. "No existe la posibilidad de pisarse la manguera entre bomberos", dijo Gross.Pero alcanzar las vertiginosas cifras de "Barbie" y "Oppenheimer" será digno de conjuros y proezas. Sólo en su primer fin de semana en América del Norte, estas películas de 2023 se hicieron con 245 millones de dólares en taquilla."Barbenheimer fue un ejemplo de dos películas que superaron con creces sus resultados (...) algo inesperado en el mejor de los escenarios", advirtió Daniel Lora, vicepresidente senior de estrategia de contenidos de Boxoffice Media.Parte del actual optimismo de la industria se debe a que otro éxito, "Moana 2", de Disney, que se unirá a "Wicked" y "Gladiador II" en las salas de cine una semana después. "No creo que se trate de una experiencia de dos películas, sino de tres", dijo Jacobson.Campañas por todo lo altoAlcanzar estas altas expectativas es algo que Hollywood necesita.A pesar de un lucrativo verano boreal con secuelas exitosas como "Intensa Mente 2" y "Deadpool & Wolverine", 2024 ha sido un año dispar para una industria que aún sueña con volver a las cifras anteriores a la pandemia.Los cinco primeros meses del año se vieron perjudicados por los pocos estrenos, debido a los retrasos en la producción provocados por las huelgas de Hollywood el año pasado y la pandemia.Los últimos dos meses también han sido decepcionantes, con el fracaso en la taquilla de "Guasón 2: Folie à Deux", entre otros fiascos y estrenos mediocres.Pero las primeras señales para este fin de semana parecen prometedoras. "Gladiador II" se estrenó en otros países la semana pasada haciéndose con 87 millones de dólares fuera de Estados Unidos. Y Paramount espera números similares este fin de semana en los cines estadounidenses."Wicked", de Universal - el estudio detrás de "Oppenheimer"-, debe vender 100 millones de dólares en boletería este fin de semana en América del Norte de acuerdo con los pronósticos.De paso, los estudios apostaron en ambas producciones con una larga y extensa campaña de publicidad. En abril, Paramount abrió su presentación anual en una convención de cine en Las Vegas con un ejecutivo entrando en la arena del Caesars Palace en un carro flanqueado por soldados romanos.Mientras que Universal terminó su presentación dándole miles de flores de plástico al público para crear un gigantesco espectáculo de luces electrónicas verdes y rosas con el tema "Wicked".Ocho meses después, los estudios medirán si sus esfuerzos rendirán frutos en la taquilla. "Cuando algo pega de verdad, más allá de una campaña de publicidad, puede despegar e ir más lejos de lo esperado", comentó Gross. "Así que veremos qué pasa".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.