Un archivo con la historia de la persona desaparecida. Con fotos, relatos y objetos. Para contrarrestar en algo la vida silenciada. Y para ser entregado algún día a sus hijos e hijas. Cuando por fin los encuentren.Se trata del Archivo Biográfico Familiar, creado hace más de veinte años por las Abuelas de Plaza de Mayo, y que hoy, convertido en uno de los compendios orales más grandes de América Latina, abre su contenido por primera vez al público.Lo hace a través de una propuesta artística: "La Memoria Futura - Las Voces de las Abuelas", una pieza performática que propone al espectador acompañar diferentes itinerarios guiados por actrices -las Abuelas- que van reconstruyendo, de modo íntimo y cercano, esas vidas truncadas."Son cuatro recorridos que se suceden al mismo tiempo en un espacio al aire libre”, detalla Luciana Mastromauro, alma mater del proyecto, "durante los cuales las actrices van contando, en primera persona, una historia de vida”, indica."Son relatos muy vinculados a la vida de esas personas desaparecidas, como hijas, hijos, sus infancias, sus miedos, sus detalles más únicos y particulares, sus amores, de ellos y ellas y de las abuelas, de las mujeres que fueron sus madres y se forjaron Abuelas, sujetos políticos”, sostiene la dramaturga.Un homenaje y un conjuro"La obra encarna el concepto de que a los nietos y nietas apropiados se les roba su verdadera identidad, pero a sus padres desaparecidos, también se les niega su identidad y su historia: hasta que esos nietos y nietas aparecen, y ambas partes la recuperan con la restitución", destaca sobre la pieza la nieta restituida Claudia Poblete Hlaczik.De allí la trascendencia del Archivo Biográfico Familiar, material documental que da base a la propuesta artística. "El Archivo guarda la historia y la identidad de nuestros padres desaparecidos”, condensa Poblete Hlaczik, entrevistada por DW. "Y cuando nietas y nietos recuperan su verdadera identidad, este les permite conocer a sus padres, que ya no están, a partir del relato de familiares, amigos y amigas, compañeros de militancia y de cautiverio”, explica."Cada entrevista (que conforma el Archivo) nos abre la puerta a un universo familiar, personal e íntimo donde la ausencia cobra centralidad. Son, a la vez, pequeñas piezas de una historia mayor, la del terrorismo de Estado en Argentina y sus consecuencias", contextualizan desde la página oficial del organismo de derechos humanos.Como Poblete Hlaczik, varios cientos de niños fueron apropiados, su identidad cambiada y su verdadera historia silenciada durante la última dictadura que sufrió el país sudamericano. Y muchos de ellos aún no lo saben.Una obra, dos países"La Memoria Futura – Las Voces de las Abuelas", concebida de manera conjunta por las Abuelas de Plaza de Mayo y el Instituto Goethe de Buenos Aires, se presentará tanto en la capital argentina como en Berlín."Las tradiciones comunes de ambos países en relación con sus pasados recientes y sus políticas de memoria, sus puntos en común y sus diferencias nos aportaron nuevas miradas a nuestra propia historia”, revela Mastromauro sobre el trabajo con artistas alemanes.Y, asimismo: "Creo que hay algo en las historias que tienen un carácter universal”, analiza. "Son madres que perdieron a sus hijos e hijas embarazadas a manos de la violencia estatal”, describe."Es fácil -dicho entre comillas- empatizar con estas historias, con el dolor y sus modos de lucha, sorprenderse, fascinarse, conmoverse y entender", concluye convencida de la potencia del mensaje más allá de las fronteras nacionales.La pieza se presentará del 21 al 30 de setiembre en el Parque de la Memoria de la capital argentina, a orillas del Río de la Plata, y el 28 de octubre lo hará en Berlín (en alemán y en español) en el espacio dedicado al teatro independiente Ballhaus Ost.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Durante 4 días Bogotá vivirá el III Festival de Arte y Memoria por la Paz, Ciudad Deseo, organizado por el Instituto Distrital de las Artes - Idartes a través de la Línea Arte y Memoria sin Fronteras. Se realizarán encuentros, intercambios de experiencias, formación y circulación de procesos artísticos, que le han aportado a la construcción de memoria histórica, la reconciliación, la reparación simbólica y a promover una cultura de paz.El Festival contará con la presencia de reconocidos personajes, testigos de realidades y verdades que han marcado la cotidianidad y el alma de cada colombiano Jesús Abad Colorado, Edinson Quiñónez, Lissette Orozco, Héctor Aristizábal, Nadia Granados, Soraya Bayuelo Julio García Montes, Lucía González y Todo Copas serán parte de este encuentro que propone temas como la memoria colectiva a través de la fotografía, el cine, la música y la gestión cultural.Se tendrán actividades que invitan a trabajar en entrelazar saberes desde las memorias, la comunicación, la identidad y el territorio; se conversará acerca del legado de la Comisión de la Verdad desde las artes, la reparación simbólica del trauma colectivo y otros tópicos relacionados con la necesidad de reconstrucción como sociedad.El III Festival Arte y Memoria para la Paz, Ciudad Deseo dará inicio con el foro: El lugar del arte en la construcción de paz, que se llevará a cabo en el Auditorio Teresa Cuervo Borda del Museo Nacional, el 23 de agosto de 2:30 p.m. a 6:30 p.m. Este contará con la participación de la invitada internacional Lissette Orozco Ortíz (Chile) y con los invitados nacionales Edison Quiñónez y Nadia Granados, quienes estarán bajo la moderación de Lucía González Duque, excomisionada de la Comisión de la Verdad. La entrada es libre hasta completar aforo.De esta manera, dentro de la programación del Festival se realizará la presentación del Performance: Colombianización Cabaret Político de Nadia Granados, la obra de teatro Donde se descomponen las colas de los burros de Umbral Teatro, con dramaturgia de Carolina Vivas y la dirección de Marco Ignacio Rodríguez; la reproducción de películas en la Cinemateca de Bogotá como El film justifica los medios (2021), de Jacobo del Castillo y El pacto de Adriana (2017) de Lissette Orozco en Sala Gaitán del Teatro Jorge Eliecer GaitánSe tendrán conversatorios como Relatos visuales contra el olvido con Jesús Abad Colorado y El daño transgeneracional en el cine de autor y coloquio, moderado por Diana Cortez, docente de la Facultad de Cine de la Universidad Central Así mismo, quienes estén interesados podrán hacer parte de los laboratorios creativos que darán Yohn Smith Sierra, Edinson Quiñónez y Ángel Salazar de Todo Copas. Habrá inscripción previa y cupos limitados.El Festival de Arte y Memoria por la Paz, Ciudad Deseo, busca agrupar la diversidad, a través de un recorrido de la memoria a la esperanza, un espacio para conocer, sanar y construir puentes de paz gracias a las artes.No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Antonia Bogdanovich, hija del cineasta estadounidense, confirmó la noticia en The Hollywood Reporter. El guionista y director de cine Peter Bogdanovich falleció a los 82 años, rodeado de su familia en su residencia de Los Ángeles. Con varias nominaciones a los Premios Oscar, Bogdanovich se hizo un nombre en la historia del séptimo arte con cintas como "Luna de papel" (1973) y "La última película" (1971).El cineasta amplió su visión del mundo, a través de películas como "¡Qué me pasa doctor!", "Todos rieron o Esa cosa llamada amor", "Runnin' Down a Dream", "She's funny that way", "The Grat Buster","Paper Moon", "Saint Jack", "Mask" y "The Last Picture Show" entre muchas otras."Nos gustaría pedirle respeto por nuestra privacidad mientras lamentamos la muerte de nuestro ser querido, este hombre maravilloso", asegura el comunicado difundido por la familia Bogdanovich. Bogdanovich deja tras de sí un extraordinario legado como uno de los grandes representantes del llamado Nuevo Hollywood, una corriente cinematográfica de marcado carácter contracultural y con una nítida influencia europea, así como puerta de entrada a legendarios directores como Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Martin Scorsese o George Lucas.
A sus 81 años, el maestro Germán Castro Caycedo falleció luego de una ardua lucha contra un cáncer de páncreas que le aquejaba hace algún tiempo, informaron sus familiares. En homenaje a su obra, compartimos con ustedes una de sus entrevistas más recordadas y memorables: la que le hizo al escritor Gabriel García Márquez en televisión nacional. 🦋 Visite el especial "Los ecos de su voz: Gabriel García Márquez vive" haciendo clic aquí y descubra textos inéditos, entrevistas, fragmentos de su obra en su propia voz y más detalles de la vida y obra de nuestro Nobel de Literatura.Era la primera vez que el escritor concedía un espacio extenso para ser entrevistado en televisión nacional en RTI. En ese diálogo que duró cerca de una hora, el Nobel describe explícitamente su vida personal, laboral, sus gustos, su motivación a escribir y por qué se le ve como orgullo nacional.
En nuestro archivo encontramos una entrevista que hizo Gloria Valencia de Castaño para el programa Carta de Colombia al escritor Germán Castro Caycedo acerca de su novela "Perdido en el amazonas", publicada en el año 1978.Castro Caycedo revela que para hacer este reportaje se inspiró en una columna en un periódico pequeño en la que contaba la historia de un Julián Gil, un marinero que estaba perdido en el Amazonas. Viajó primero a Leticia y luego a Pedrera. Aunque nunca lo encontró, sí obtuvo las crónicas y los relatos de todos quienes los conocían. El periodista tomó distintas fotografías para documentar esta particular historia.Además, en esta entrevista, el maestro Germán Castro Caycedo habla en el programa Carta de Colombia de la HJCK sobre el gran premio de la bienal de la televisión alemana que le fue entregado al programa colombiano "Enviado especial", del cual él era director.La selección del premio se hizo en un palmarés integrado por 300 espacios de canales de televisión de Asia, África y América Latina. Todo un acontecimiento para el periodismo nacional.
Quizás en la historia de la música popular no exista un riff tan incisivo y memorable como el que se desprende de las primeras notas de Johnny B. Goode, la más célebre referencia musical de una estrepitosa época que envuelta en nostalgias, hoy se niega a desaparecer: La era del rock and roll. Esta época que estuvo marcada por la protesta y el rechazo a la antiséptica música del Tim Pan Alley -música popular norteamericana que se escuchaba en las algodoneras del sur-, tenía la pasión y el ímpetu adolescente, pero no sería auténtica hasta que la figura de Chuck Berry apareciera para que esta adquiriera un lenguaje propio.Con el carácter arrollador que siempre le caracterizó, este músico nacido en Saint Louis en 1926, desarrolló todo un idioma excitante y fresco que bajo los sutiles arreglos y las vibrantes notas del rhythm and blues, concretó un estilo subterráneo que terminó por transformar la puritana sociedad estadounidense de la posguerra y, posteriormente, contagiar al resto del mundo. Eran los años cincuenta y el sonido que brotaba de las notas de su guitarra, parecía venir de otro planeta. Era enérgico, sexual y moderno.Si en el rock and roll, Elvis Presley es el rey y Bo Diddley su arquitecto, Chuck Berry fue su poeta. Pese a no tener el poder seductor de Little Richard, ni el endiablado ritmo de los dedos de Fats Domino en el piano, Chuck se alzó con todo el canon de esta época desde la guitarra eléctrica. Y es que a diferencia de muchos de sus coetáneos, Chuck componía y cantaba sus propias inspiraciones con una voz tan sutil y edulcorada que intentaba emular los colores de la de su ídolo de juventud, Nat King Cole.La definición del rock and roll tiene un antes y un después de Maybellene. Esta grabación hecha el 21 de Mayo de 1955, es considerada el mito fundacional de la revolución musical de Chuck Berry así como la piedra angular para entender toda su obra. Aunque originalmente Maybellene es una adaptación de Ida Red, una popular melodía country, Chuck la grabó para los estudios de Chess Records junto al piano de Johnnie Johnson, las maracas de Jerome Green, el bajo de Jasper Thomas y el bajo de Willie Dixon. Es aquí donde comienza su éxito como músico, como el paradójico artista que al no saber escribir ni leer correctamente una partitura, sin embargo, con su guitarra se comunicó como nadie.Sus composiciones, plagadas de chicas, autos y carreteras, se imprimieron en la música popular a finales de los años cincuenta como finas estampillas sociales llenas de ritmo que nutrieron su universo lírico. Estas letras, que hablaban desde la ruptura clasista en la música en Roll Over Beethoven (1956), hasta la rutina escolar en School Days (1957) y Rock And Roll Music (1957), desde el cuerpo que descubre la pubertad en Sweet Little Sixteen (1958) hasta del día de pago y de los devaneos juveniles en No Particular Place To Go (1964), establecieron rasgos de esa comedia humana que haría parte de esa mitología llamada rock and roll.La picardía propia y los dobles sentidos del Blues acabaron de cocinar junto con Chuck Berry una receta lírica irresistible que alimentaría al rock en su gestación y nacimiento futuro. Siempre acompañado de su célebre duckwalk, que usaría en Nueva York en 1956 para ocultar las arrugas de su pantalón, Chuck encendió la mecha para la fantástica explosión musical del medio siglo siguiente. Y es que seguramente sin Berry, la música hubiera sido menos fantasiosa, más tímida y menos segura de su poder transformador. Los grupos musicales de los sesentas, en América como en Europa, definieron su sonido a partir del riff de su guitarra.En las décadas siguientes y gracias a sus atrevidos y melodiosos riffs, alcanzó la admiración de otras grandes figuras de la música como Bob Dylan, John Lennon, y Bruce Springsteen, una importante referencia compositiva en las letras de George Harrison, AC/DC y Led Zeppelin así como también, la inspiración en las versiones de sus letras que grabarían The Beatles y Rolling Stones en sus inicios, además de decenas de artistas que, hasta nuestros días, aun cuando el mundo llora su triste partida, todavía intentan encontrar un himno tan irrepetible y lleno de futuro pese a que representa una época ya extinta, como Johnny B. Goode. Hoy homenajeemos al auténtico Padre del Rock, ese mismo hombre que vivía peligrosamente, que conoció la cárcel en más de una ocasión… ¡y sobrevivió!
"No es una gira, es una fiesta", así le aseguró Facundo Cabral a nuestra periodista Alejandra Buitrago el 04 de octubre de 1987, mientras se encontraba de paso por Colombia. En esta conversación, elogia los paisajes de Pereira y Manizales y que, según él, "habría sido el Edén en el que Adán andaba corriendo a Eva".En este registro habla además de la canción "Vuele Bajo", una composición que escribió a los 17 años cuando no pensaba que sería un cantante profesional. Nació por la conmoción que le provocó leer "El sermón de la montaña". Es una canción que habla de no comprar y que con nostalgia afirma, es una canción de cuna que le hubiera gustado cantarle a su hijo pero que se la canta a los hijos de los que se acercan a escucharlo cantar. "Vuela abajo porque abajo está la verdad", traduce en sus palabras, que la verdad no es el cine ni el arte, sino la vida misma, la asociación con la flora y la fauna, los miedos, los amores, etc."Somos una sociedad hipócrita, donde un político sabe que miente, pero que lo hace para poder ganar una elección", dice. "Un hombre puede ser dueño de lo que goza, porque, salvo que Dios sea tonto, nacemos con lo que necesitamos para vivir. Todo lo que está fuera de lo que trajimos al nacer, es exceso".Hablando sobre la filosofía de su vida, sobre su música y sobre las inspiraciones de su obra, reconoce que un hombre que sigue viviendo sin la esperanza de que el mundo va a ser mejor, es un "gusano masoquista", afirma. "Soy más conciso", reconoce cuando le preguntan por su lírica y su poesía. "Aunque sigo con la misma filosofía, ahora necesito un lenguaje rápido y ágil, que obvie la metáfora y que sea entendido de inmediato", reconoce.
El 19 de mayo de 1968, se presentó en el programa Carta de Colombia de la HJCK, una curiosa versión de la guabina "El Cuchipe", compuesta por Eduardo Gómez Bueno, y que ejecutan y cantan los peregrinos en sus romerías ante la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia. La pieza es interpretada por la reconocida actriz francesa Brigitte Bardot, ícono de la moda y símbolo sexual durante la década de los años 60 y 70. La popular guabina alcanzó gran notoriedad en su voz, que se editó en 1963 para el sello Phillips.La primera vez que la diva francesa presentó este aire colombiano lo hizo en enero de ese año en el set del programa A vos soutaits, mientras que dos músicos con pinta de latinos la acompañaban con instrumentos de cuerda. El escultural cuerpo de la que entonces era considerada un símbolo sexual y un ícono de la moda, quedó oculto bajo una fina blusa de hilo blanco y una falda larga con arandelas u con randas de colores sobre el terciopelo de la tela. Sobre su cabeza llevaba amarrado un pañolón verde y un sombrero de copa alta.La guabina alude a la fiesta que celebra el 09 de julio como el día de la Virgen de Chiquinquirá, declarada desde 1829 por el Papa Pío VII la patrona de Colombia, además de ser la patrona de Chiquinquirá, del estado Zulia en Venezuela y de Caraz, en Perú.