El fenómeno literario de la historia de Elena Blanco, que se estima ha vendido más de 600.000 ejemplares en el mundo con su trilogía "La novia gitana" (2018), "La red púrpura" (2019) y "La nena" (2020) de la escritora ganadora del Premio Planeta 2021, Carmen Mola (nombre bajo el cual escriben los autores Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mecero, tendrá su adaptación audiovisual de la mano del director y guionista español Paco Cabezas. El anuncio de la producción fue realizado a inicios de año por AtresPlayer bajo la cabeza del director nominado a los Premios Goya en 2019 por su película "Adiós" y que ha participado en proyectos como "Fear The Walking Dead" y "The Alienist". En una reciente entrevista para el diario El País declaró sobre su interés en dirigir un thriller de estas características que plantea la novela negra de Mola, cargada de violencia y oscuridad. Además mencionó las posibles diferencias con el libro, en cuánto a exploraciones estéticas que conservarán el espíritu de la historia. Si bien se han conocido algunas imágenes de la adaptación, el rodaje en la ciudad de Madrid tomará cerca de cinco meses y se espera que los primeros avances sean vistos para el segundo semestre del presente año. En total la temporada tendrá ocho capítulos de 50 minutos cada uno.Por su lado el casting que tiene como singularidad la presencia de actores de origen gitano para representar aquellos personajes que en la historia lo sean, está encabezado por Nerea Barros, ganadora del premio Goya a actriz revelación (2015), junto a nombres relevantes como Darío Grandinetti, Ignacio Montes, Ginés García Millán, Mónica Estarreado, Mona Martínez y Lucía Martín Abello. Además la editorial Alfaguara también ha anunciado que la historia de la inspectora Elena Blanco seguirá en una cuarta entrega llamada "Las madres" que saldrá al mercado este año. Recuerde que puede conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Las primeras experiencias musicales de Carl Nielsen consistieron en escuchar cantar a su madre, a su padre interpretar el violín y la corneta de pistones; y estudiar tres grandes clásicos de la música europea: Bach Mozart y Beethoven.A pesar de su pobreza, los padres de Carl Nielsen le encaminaron y le inscribieron en el Conservatorio de Copenhague. Allí comenzó a componer con su innato sentido de la armonía.Su cultura general incluía las mitologías, escandinava y griega, Shakespeare y Goethe. A los cinco años de estar allí, en 1889 ya se ganaba la vida como violinista de la orquesta Real.Carl Nielsen compuso música de género diverso; el catálogo de sus obras incluye óperas, música incidental y seis sinfonías. Su estilo, aunque original, tiene mucho en común con el de los compositores románticos de la segunda mitad del siglo Diecinueve, pero el sabor de su música es marcadamente nacionalista. Lo mismo se puede decir de su música de cámara, reconocida en su poderosa originalidad.Carl Nielsen, nuestro invitado a esta audición del Músico de la Semana, escribió su primera sinfonía en 1892 y la segunda casi diez años después. Los Cuatro Temperamentos, como así título a su obra, muestra las razones por las cuales las seis sinfonías de Nielsen constituyen uno de los más grandes tesoros del desarrollo de la forma en el siglo XX.Esta sinfonía no se atiene a ninguna clase de programa, como fue usual entre los contemporáneos de Nielsen. El título no es más que una indicación general, y cada movimiento evoca un carácter de la personalidad humana.El primer movimiento, es Allegro colérico; el segundo, Allegro cómodo y flemático; el tercero, Andante melancólico y el cuarto Allegro sanguíneo.Fuera de su labor como compositor Carl Nielsen llevó una activa vida musical; hasta 1914 fue director de la Real Orquesta Danesa, y más tarde ocupó la misma posición en el Conservatorio. Entre los compositores daneses del siglo XX, Nielsen es quizás el único cuyo nombre tuvo una amplia divulgación fuera de su país natal.La primera obra de Carl Nielsen compuesta específicamente para orquesta fue la inmediatamente exitosa Suite para cuerdas (en 1888), que evocaba el romanticismo escandinavo expresado por Grieg y Svendsen. La obra marcó un hito importante en la carrera de Nielsen, ya que no solo fue su primer éxito real, sino que también fue la primera de sus piezas que él mismo dirigió cuando se representó en Odense un mes después.Podrá escuchar más acerca de la vida del compositor francés y apreciar algunas de sus obras en la nueva edición de El músico de la semana, el lunes 5 de junio a las 3:00 p.m. por nuestra señal en vivo.
Originalmente, estas palabras que están leyendo estaban pensadas para ser leídas hacia mediados de mayo, como pueden intuir, el retraso es evidente.Por favor, bajen las antorchas literarias y déjenme exponer mi caso. Podrán decidir a lo largo de este texto si soy digna de la hoguera o no. El libro llegó a mí como todas las cosas buenas que pasan en la vida, por azar y por amor. Un amigo muy cercano me preguntó si quería formar parte de reseñar este libro con una corta explicación de lo que se trataba, acordamos que así sería.En medio de ajetreos, me entregó el libro. Lo primero que me llamó la atención fue su portada, donde Carlo Airoldi luce pletórico, con una pinta de luchador bigotón que no se puede superar. El hombre parece listo para abatirse a puñetazos en la Londres de Jack London. Y su título, que se me quedó en la cabeza dando vueltas, El Truco es Resistir, me asaltaba en momentos diferentes del día, todos los días, como un taladro.El momento que elegí para leerlo sería un viaje de 15 horas en carretera hasta Arauca. En medio de la mañana, en alguna parte de la vía mientras a lado y lado solo hay llanura, me encontré cara a cara con el mito, Carlo Airoldi, y su sueño olímpico. Su alma inquieta por naturaleza y el amor a correr, a echar a andar los pies hasta que el cuerpo pida tregua. El libro comienza con un relato fantástico y una oda a la competencia y el honor, mientras Carlo corre 1.000 km entre Torino y Barcelona. “Estoy completamente exhausto, no tengo un ni un musculo que no me duela, no hay postura que alivie mis dolores. Y sonrió porque esto quiere decir que el dolor y el cansancio no son verdadero, y así engaño un poco. Louis me mira y su mirada es la misma que comenzó a dirigirme después de la primera semana de carrera. La misma mirada, cada vez más larga, que me mantuvo después de que dejamos atrás Italia, a nuestra llegada a Marsella. Los mismos ojos incrédulos cuando entendió que lo enfrentaría hasta Barcelona, hasta la meta.”Para dar un aproximado más cercano, esto sería la distancia desde Bogotá a Ibarra, la primera ciudad ubicada después de nuestra frontera con Ecuador, a unos 100 km de Ipiales, la última población de Colombia hacia la frontera. En esa barbaridad de distancia, Carlo Airoldi no solo probó su talento, fuerza y brío, sino también su corazón.En el último kilómetro solo eran Carlo y Louis Ortégue, el francés, que solo se ponía comunicar con Carlo por señas, “El solo hablaba su francés”. Justo antes de llegar a Barcelona, este último se desploma por el agotamiento y la dura prueba que supone recorrer esta distancia, como un ovillo en el piso, rendido. Carlo se devuelve justo cuando quería acelerar para tomar ventaja, una carrera no puede terminar casi para ningún atleta. Carlo lo toma en sus brazos y se lo cuelga a la espalda. Al llegar, aclara que él es el primero y el francés el segundo. Maravillados por su gesto, los organizadores deciden entregarle un premio metálico para que pueda volver a Milán, su hogar, en tren.Me conmovió tanto este gesto de Carlo que tuve que leerlo varias veces estas páginas, por si había perdido algún detalle, había leído alguna palabra que no era, pero en un gesto de honor, respeto y competencia, sucedió. Cerré el libro para tomar un poco de aire y visualizar a Carlo en ese momento. En mi mente, y a pesar de que la narración de Agostinelli no da estos detalles, me tomaré esta licencia que solo ser lector permite: lo imagino hinchado, bajo un sol sin tregua, lleno de polvo, mientras este se pega a él como lodo por el sudor, tratando de desviar su mente del dolor que supone seguir durante días una ruta y enfrentarse a sí mismo, para luego, en lo que en mi cabeza luce como agonía, tener este gesto de profunda humanidad y amor al deporte.Mi confesión es que este trocito de relato de Agostinelli me obsesionó durante días, en los que no podía pasar de estas páginas, releerlo y releerlo para añadir más datos a mi cabeza. Mientras estaba en una hamaca, en la calurosa Arauca, pasé de página como si nada, para encontrarme con algo todavía más alucinante, aún más mitológico, olímpico.Durante su viaje de vuelta a Milán desde Barcelona, Carlo se va a enterar de lo que se puede considerar los primeros Juegos Olímpicos modernos, en 1896 en Atenas, y de lo que será su obsesión durante un año y probablemente toda su vida: la carrera olímpica la Maratón - Atenas (40 km), que parte desde la ciudad de Maratón y terminaría en el Estadio Panathinaikó en Atenas para cerrar las olimpiadas. Desde este momento, para Carlo, todo se traduce a ese momento en que entra triunfal a un estadio abarrotado que aclama a gritos a su nuevo héroe.Sin ánimo de arruinar para nadie esta obra, porque creo que no solo merece ser leída, sino masticada, página a página, esto llevará a nuestro héroe a asumir la tarea absolutamente delirante, por necesidad y hambre de gloria, de caminar desde Milán hasta Atenas, unos 2000 km y un tramo del Mar Adriático. En dimensión latinoamericana, esto sería como caminar desde Bogotá hasta Cajamarca, Perú, atravesando todo el sur del país por Pasto y de punta a punta a Ecuador. Aun hoy, con todas las vías y carreteras modernas, es una locura; imaginémoslo en el siglo pasado, por territorios escarpados y sorteando áreas incomunicadas por vía.Por páginas y páginas, vemos el camino de Carlo durante 28 días. Este relato, al estilo de los cuentos de vieja escuela, al estilo de las “Las Mil y noches” o “En busca del tiempo perdido” de Proust, esa forma clásica de narrar una proeza, que te mantiene en vilo; me devolvió una parte de asombro y fascinación, esa capacidad para sorprendernos que solo tienen los más jóvenes. En medio de estas páginas, encontré una prueba humana fascinante. Carlo y su relato, mejor dicho, su vida y obra, me dieron un poco de fuerza para sortear mi propia carrera. En estos días de turbulencias y desasosiego, estas páginas me recordaron que podía resistir un poco más y aprender a sufrir con gracia, como una prueba del carácter humano, no para no rendirse, sino para jugármela por lo que vale la pena. Eso debe ser personal para cada persona. El título que lleva este libro me ha acompañado como un mantra, recordándome que sufra con estilo, con pundonor, y lo deje ir cuando ya sea suficiente.El truco de resistir creo que no solo está en aguantar, sino en honrar los pasos que se dan en el camino, reconociendo el padecimiento de cada uno de ellos y acostumbrando al cuerpo al dolor que solo da el amar con ganas y con cada fibra del alma al juego, a la competencia y a la vida. El desenlace de este libro es tan doloroso como alentador. Agostinelli logra en estas páginas recuperar un poco de la esencia de los libros de mitología y mezclarlos con una excelente crónica que se puede devorar, masticar o, como lo hice yo, rumiarla.
De hecho, el filme, que se estrena este viernes, está basado en la obra homónima que el escritor estadounidense publicó en 1978 con gran acogida por parte de sus lectores."No es real. No es real. No es real", reza el inquietante eslogan de esta cinta dirigida por el británico Rob Savage ("Host" y "Dashcam") y que cuenta con las actrices Sophie Thatcher ("Yellowjackets") y la jovencísima Vivien Lyra Blair ("Obi-Wan Kenobi") como protagonistas."Recuerdo haber leído la historia cuando era pequeño, así que sabía que podía ser aterradora para el público y aún más para los fanáticos de Stephen King. (...) Quería que esta vez fuera una criatura sangrienta pero que también supusiera una amenaza física contra la que luchar", explicó Savage en entrevista con EFE.La trama relata la historia de la estudiante de secundaria Sadie Harper (interpretada por Thatcher) y su hermana menor Sawyer (Blair) cuando pierden a su madre y no reciben el apoyo necesario por parte de su padre (Chris Messina), un terapeuta que lidia con su propio dolor.Entonces, mientras el pequeño mundo familiar se derrumba, el progenitor ofrece ayuda psicológica a un paciente desesperado que se presenta en su casa acechado por una aterradora entidad sobrenatural que se alimenta del sufrimiento humano."Pregunté a psicólogos reales para que me explicaran mejor cómo interpretar este papel y qué tipo de terapia se supone que estaba aplicando. Además, se notó que el director conocía muy bien el género porque me guio a la perfección", comentó Messina, quien también apareció este año en "Air", en declaraciones a EFE.Una postura con la que coincidió Thatcher, también presente en la conversación con EFE, añadiendo que Savage le recomendó películas como "Don't Look Now" (1973) u "Ordinary People" (1980) para ayudarla a conocer mejor su personaje.Es entonces cuando aparece en escena el coco, hombre del saco o "boogeyman" (en inglés), una criatura que, dependiendo de la cultura, puede adoptar apariencia humana o configurarse como una especie de monstruo con cabeza y dedos alargados que molesta a niños y padres.Estaba previsto que la cinta se estrenara directamente en el servicio de "streaming" Hulu pero, tras una exitosa proyección de prueba a finales del año pasado, se anunció que pasaría primero por las salas de cine.Sus creadores quisieron consultar la visión de Stephen King acerca de esta obra en una maniobra inusitada que pasó por alquilar su cine favorito en Portland (Maine, EE.UU.), ciudad natal del autor, para que la viera como en casa."Él sabe lo que no le gusta y, si le hubiéramos fastidiado la historia, nos lo habría dicho. En cambio, nos envió un precioso ensayo sobre lo mucho que le había gustado la película", aseguró Savage, quien añadió que fue el mismo King el que sugirió que la película se estrenara en cines, públicamente semanas atrás.Scott Beck y Bryan Woods ("A Quiet Place"), así como Mark Heyman ("Black Swan") se encargaron del guion de esta cinta que ha contado con un presupuesto ligeramente superior a los 40 millones de dólares y que encontrará en la película "Spider-Man: Across the Spider-Verse" (Sony Pictures) su principal contendiente en la taquilla del fin de semana.El resto del reparto de "The Boogeyman" lo completan, entre otros, Marin Ireland ("The Umbrella Academy"), Madison Hu ("Bizaardvark"), LisaGay Hamilton ("Vice") y David Dastmalchian ("Boston Strangler").No será la primera vez que esta leyenda aterrice recientemente en el mundo del cine porque Universal Studios lanzó el año pasado la película "The Black Phone" cuyo personaje principal, encarnado por Ethan Hawke, también estaba inspirado en el coco u hombre del saco.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hablar de Henry Purcell (1659 - 1695) es remitirse a uno de los nombres más aclamados (si no el más) de la historia de la música barroca inglesa, gracias a su destacada obra que se expandió en diversos géneros en el corto tiempo de producción que tuvo, debido a su fallecimiento a los 35 años de edad. Dentro de su destacado repertorio, una de las composiciones más importantes es El rey Arturo, una semiópera en cinco actos con libreto del poeta John Dryden basada en el personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y galesa que según los registros se representó por primera vez en el Queen's Theatre, Dorset Garden de Londres, a fines de mayo o principios de junio de 1691. Como era costumbre para la época, contrario al imaginario de la representación de una obra de estas características, los personajes no suelen tener espacios de canto (siempre y cuando no posean propiedades especiales para la trama, sobre todo, sobrenaturales), por lo que los personajes son en vez de interpretes, actores. La trama de la ópera esta basada en las batallas entre las tropas británicas del rey Arturo y el pueblo sajón, dejando de lado la tradicional historia basada en las leyendas del castillo de Camelot. En la trama sin embargo, sí aparecen los personajes tradicionales de estos cuentos, como Merlín, además de la aparición de personajes como Cupido y Thor. La historia por supuesto se valdrá de las temáticas del siglo XVII, en la que podremos ver al rey Arturo en una cruzada por recuperar a su prometida, la princesa Cornualles Emmeline, que ha sido secuestrada por el rey sajón Oswald de Kent. El primer acto de la ópera inicia justamente con el rey Arturo, después de diez años de batallas contra los sajones, manteniendo firmemente en su poder a todo el reino a excepción de Kent. Los sajones están dirigidos por Oswald, que se ha propuesto conquistar no sólo el reino de Arturo, sino también a su amada, la ciega Emmeline, hija de Conon (duque de Cornualles). Arturo se despide de ella antes de la decisiva batalla final contra el invasor pagano. La historia por supuesto derivará una vez más en el amor y el protagonista triunfando por encima de cualquier desgracia y tempestad. El rey Arturo fue representada al menos dos veces durante la vida de Purcell y continuó representándose a fines de la década de 1690, manteniéndose hasta nuestros días como una de las puestas en escenas más representadas y difundidas de la historia. Podrá escuchar el domingo a las 9:00 p.m. en Canto y música coral esta ópera interpretada por Nancy Argenta, Linda Perillo, Julia Gooding, Jamie MacDougall, Brian Bannatyne-Scott, Gerald Finley, el Coro y El Conjunto The English Concert bajo la dirección de Trevor Pinnock en nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Entre las obras expuestas del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) destaca "Ulises", una enorme máscara de cuero negro, látex y acero inoxidable con la que el artista plástico David Lozano representa a un "cuerpo oscuro sometido a las pasiones y deseos, a veces reprochables para una sociedad mojigata". El "temor" que inspira esta máscara "dialéctica" se rompe cuando el público se acerca a la obra y desde su parte trasera se adentra en un interior cubierto de tela de peluche que recuerda que la realidad tiene "dos caras".Esta pieza suspendida del techo de la sala hace parte de la serie "Ulises, cuerpo gaseoso", una instalación que recrea el sauna masculino "Ulises" de Bogotá, espacio que Lozano define como un "lugar de la memoria" que estuvo en auge en la década de los 90 y que aún continúa activo."Algunos de mis amigos que iban a Ulises y a otros sitios murieron. Digamos que es un homenaje a todos esos amigos y no amigos que murieron y desaparecieron durante la pandemia (de VIH/Sida)", relata a EFE el artista.Esperma sobre tinta azúl Un centenar de abstractas eyaculaciones se superponen a la palabra "sementerio" con la que, en tinta azul, fueron marcadas las hojas de papel sobre las que reposan las muestras de esperma de quienes participaron en esta obra en la que Wilson Díaz reflexiona sobre la existencia sexuada, haciendo énfasis en la noción de muerte.Como pieza estrella que da nombre a la exposición destaca un revelado parcial de plata en gelatina de Miguel Ángel Rojas con la que se responde al "pánico vivido" en la década de los 80 por el "peligro y violencia asociados al contagio del vih", acrónimo que los artistas decidieron escribir en minúsculas para "transformar su peso simbólico". En ella se vislumbra una fusión de dibujo tras los cuales se distinguen algunas escenas de sexo, pequeñas figuras que irradian angustia y hasta la propia muerte.Los videos experimentales también tienen presencia en esta exposición con artistas como Camilo Acosta y Santiago Lemus, quienes en "Los Amarillos" reflexionan acerca de la ictericia que experimentan algunos pacientes de esa enfermedad, fruto de los efectos secundarios de los antirretrovirales que les amarillean la piel.Como extensión de esta pieza audiovisual, Acosta y Lemus protagonizaron este jueves en el Mambo "Manifiesto amarillo", una performance en la que ingirieron más de una decena de papeles amarillentos y mojados en los que se leían frases como "El vih no es una enfermedad, es un síntoma político".Más allá del VIHLa exposición se presenta junto a una línea de tiempo en la que se hace referencia a algunas obras creadas por artistas y colectivos colombianos, así como algunos testimonios y documentos que datan desde comienzos de los años 80 hasta la actualidad, a fin de examinar "la profunda historia cultural de la crisis del sida".Bautizada como "Hilos de sangre: Historias y memorias del vih/sida en Colombia", esta línea temporal se enmarca dentro de una investigación del artista colombiano radicado en Nueva York Carlos Motta y el investigador Pablo Bedoya."Nos dimos cuenta de que no había realmente una fuente visitable y accesible públicamente en Colombia a la cual uno se pudiera acercar, si quisiera conocer acerca del vih. Tanto Pablo como yo pensamos que eso era una gran falta en la memoria histórica del país", explicó a EFE Motta.Como parte de este ciclo expositivo disponible hasta el 11 de junio, Motta también inunda las paredes del MAMBO con "Stigmata", exposición antológica que, más allá de hablar del VIH en piezas como "La caída de los condenados" cubre otras aristas relacionadas con la experiencia de la democracia desde la perspectiva de los grupos minoritarios.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.