Lasse Wellander, guitarrista de la banda sueca ABBA, falleció el pasado 7 de abril a causa de cáncer. Su familia anunció en un comunicado a la prensa que el músico murió tras luchar varios años con la enfermedad. “Con una tristeza indescriptible anunciamos que nuestro querido Lasse se ha quedado dormido eternamente”, anuncia la noticia. “Fuiste un músico increíble y humilde como pocos, pero sobre todo fuiste un maravilloso esposo, padre, hermano, tío y abuelo. Amable, seguro, afectuoso y amoroso… y mucho más, que no se puede describir con palabras. Un centro en nuestras vidas, y es increíble que ahora tengamos que vivir sin ti”, añade su familia. Wellander acompañó a la agrupación ABBA en las giras de 1975, 1977, 1979 y 1980, también lanzó siete álbumes como solista."Lamentamos su trágica y prematura muerte y recordamos las amables palabras, el sentido del humor, el rostro sonriente, la brillantez musical del hombre que desempeñó un papel tan integral en la historia de ABBA. Será profundamente extrañado y nunca olvidado”, menciona otro comunicado que el grupo compartió con la cadena CNN. Lasse Wellander recibió el Premio Conmemorativo Albin Hagström de la Real Academia Sueca de Música en 2005 y 13 años más tarde recibió el prestigioso premio especial Studioräven Award de la Unión de Músicos Suecos por su trabajo como músico de sesión.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
"Pusimos nuestros corazones y nuestras almas en esos avatares y tomarán el relevo", dijo Björn Ulvaeus, uno de los miembros del cuarteto escandinavo, en Estocolmo antes del estreno. Tras casi cuatro décadas de silencio y separación de hecho, ABBA sacó en noviembre un nuevo album ("Voyage"). El grupo también había anunciado la construcción de una sala especial en Londres para un espectáculo digital preparado durante años con expertos en efectos especiales.Si bien serán las voces actuales de Anni-Frid, Björn, Benny y Agnetha (acrónimo de "ABBA") las que se escucharán, no serán ellos en carne y hueso los que se verán en escenario, sino cuatro "ABBAtars" difundidos en holograma, que representan a los miembros del grupo con sus rostros de 1979.Tras otras experiencias mixtas de conciertos de hologramas de artistas desaparecidos o demasiado cansados, los cuatro esperan haber dado esta vez con la clave para transmitir la emoción. "Es uno de los proyectos más audaces que se han hecho en el mundo de la música", consideró Björn Ulvaeus, quien compuso la mayoría de los grandes éxitos de la banda con su compañero Benny Andersson."No tengo idea de cómo lo recibirá el público, pero creo que sentirán el poder emocional de los avatares, que los verán como personas reales", dice Björn, quien a los 77 años es el mayor de los miembros de ABBA. Los movimientos de los septuageniarios fueron captados en estudio para reproducirlos en el escenario.Aunque los avatares aparecerán a veces con los legendarios trajes de los años setenta emblemáticos de ABBA, también estarán vestidos con trajes futuristas, según los avances del concierto. Están programados conciertos los siete días de la semana hasta inicios de octubre, en una sala de 3.000 plazas en el este de Londres (el "ABBA Arena")."No sé para los demás, pero en mi caso yo estaba más estresado hace un mes que hoy. Ahora sé que hemos dado lo mejor de nosotros", afirma Björn."Casi otra persona"Los cuatro avatares fueron desarrollados en colaboración con una empresa de efectos visuales de George Lucas, director de la saga Star Wars. Para Björn Ulvaeus, las omnipresentes imágenes de archivo de ABBA lo prepararon para verse ante su gloria de 30 años. "Para la mayoría de la gente será sin duda raro, pero me he visto como una persona más joven casi todos los días, toda mi vida desde que nos separamos", dice la estrella, que lanza al mismo tiempo un espectáculo musical en Suecia dedicado a Fifi Brindacier."De una forma u otra, en fotografía, en la televisión, así que estoy bastante acostumbrado a 'él' (...) Soy yo pero es casi otra persona", dice una de las dos "B" de ABBA. "Cuando veo mi avatar en el escenario, es como una mezcla. Es como si tuviera una vida infundida en este tipo que se ve en la pantalla", afirmó.Ganador del Festival de Eurovisión de 1974, ABBA ha cosechado un éxito mundial gracias a sus canciones como "Waterloo", "¡Gimme! ¡Gimme! Gimme!(A Man after Midnight)" y "The Winner Takes it All" hasta su disolución a principios de los 80.Pero, para sorpresa de todos, el éxito de la banda continuó tras su ruptura, alimentado por ingeniosas reposiciones como la serie de películas "Mamma Mia".Con cientos de millones de discos vendidos en todo el mundo, ABBA ha contribuido en gran medida al éxito de la industria musical sueca, que sigue siendo el tercer país exportador de música después de Estados Unidos y el Reino Unido.En Londres, el público disfrutará de una hora y media de concierto, con la presencia de una decena de músicos. Pero no hay planes de volver a ver a ABBA en directo ni de sacar un nuevo álbum. "ABBA no tiene planes... Así son las cosas", dijo Björn Ulvaeus.
El grupo de culto sueco ABBA, que lanzó un álbum el viernes por primera vez casi 40 años después de su disolución, anunció el miércoles la suspensión de su promoción durante 24 horas debido a la muerte de dos personas en un concierto de homenaje en Suecia.El martes por la noche, en una sala de conciertos en Uppsala, 70 km al norte de Estocolmo, un octogenario murió al caer de siete pisos, presumiblemente de forma accidental, matando a otro espectador ante los ojos de numerosos testigos. La gran sala iba a albergar "Thank you for the music", un espectáculo de homenaje a las obras de Björn Ulvaeus y Benny Andersson, los dos miembros masculinos de ABBA, con algunas versiones del grupo."Debido al trágico evento en un concierto de homenaje en Suecia ayer (martes) por la noche, decidimos posponer hasta mañana la publicación del vídeo de nuestro futuro concierto", anunció ABBA en las redes sociales.Además del lanzamiento de su nuevo álbum anunciado a principios de septiembre, la legendaria banda sueca está construyendo en Londres una sala para acoger a partir de mayo de 2022 un espectáculo que incluye "avatares" digitalizados de los cuatro miembros de la banda.La forma exacta de estos avatares, diseñados por una compañía de efectos especiales que trabajó para las películas de Star Wars, sigue siendo en parte misteriosa, pero el grupo asegura que no serán simples hologramas.Los "ABBAtars" representarán a Agnetha Fältskog, Björn Ulvaeus, Benny Andersson y Anni-Frid Lyngstad con sus rostros en 1979.
ABBA es el grupo de pop sueco más famoso de todos los tiempos. Durante la década de los años setenta, fueron un suceso masivo que vendió más de 500 millones de discos alrededor del mundo. Su nombre ABBA, es un anagrama a partir de las iniciales de sus integrantes. Desde 1981, el año en que se separaron, los integrantes han sufrido golpes a lo largo de los años. La madre de Agnetha se suicidó en 1994. Su ex esposo, Bjorn, otro de los miembros, se convirtió en adalid de los pagos electrónicos después de que uno de sus hijos sufriera un robo. Y Benny es un ex alcohólico. Sin embargo, la historia de Frida permaneció por mucho tiempo bajo secreto y lejos de sus fans.Lebensborn Eingetragener Verein fue la organización creada por el líder de las Schutzstaffel (SS), Heinrich Himmler, con el objetivo de expandir de manera biológica el ideario nazi, impulsando a los soldados para que tuvieran niños arios con mujeres “aptas racialmente” no solo en Alemania, sino también en los territorios ocupados. Entre estos estaba Bjørkåsen, el pueblo noruego donde nació la hija de Synni Lyngstad, el 15 de noviembre de 1945, a seis meses de acabar la II Guerra Mundial.El programa contaba con guarderías para atender a los hijos del producto y planes de compensación financiera para las mujeres de los países ocupados que accedieran a tener hijos con los ocupantes. Muchos niños eran cedidos por las madres que aceptaban los requerimientos del programa y otros eran directamente secuestrados. Además, el programa promovía la "producción" de hijos de oficiales nazis, quienes podían demostrar con cierta facilidad su "pureza racial", pero luego los organizadores del Lebensborn alentaron también a los soldados comunes del ejército a sumarse a este plan.Uno de esos soldados comunes fue el sargento Alfred Haase, de 24 años que se encontraba en Noruega, uno de los escenarios favoritos de los impulsores del Lebensborn. El sargento llegó en 1943 al pueblo de Ballangen, al norte de Noruega, donde ya existía una filial del programa. Aunque estimulado por los preceptos del programa de reproducción racial, el sargento conquistó a Synni Lyngstad, de 18 años y mantuvo una relación de meses con la joven noruega.Cuando el sargento Haase marchó de regreso a Alemania, en 1945, Synni estaba embarazada y ya nunca volvería a ver al hombre del que se enamoró. Frida, que iba a nacer el 15 de noviembre de ese año, fue concebida pocos meses antes de la derrota de los nazis, mientras los alemanes todavía tenían a Noruega como territorio de ocupación, y nació cuando el Lebensborn ya había sido desmantelado, Hitler se había suicidado y Berlín ya había caído en manos del ejército soviético y los Aliados.La pequeña Frida nació cuando el mundo comenzaba a conocer la barbaridades de los nazis y cuando ya no había organizaciones "arias puras" que pudieran hacerse cargo de los niños del experimento. Despreciada por sus vecinos, Synni escapó a Suecia junto con su madre y con Frida a cuestas. Sin embargo, ella moriría años después, dejando a la futura cantante de ABBA al cuidado de su abuela."No tenía muchos amigos, yo pensaba que todo acerca de mí estaba mal, que no había nada en mí que mereciera ser amado", contaría Frida muchos años después en las pocas entrevistas en las que habló sobre el tema. Su madre le había dicho que su padre era un soldado alemán que murió ahogado.Sin embargo, en 1977, cuando ABBA estaba en los rankings musicales del mundo, una joven en Alemania, fanática del grupo sueco, se enteró de que la cantante de cabello oscuro era la hija de un soldado alemán llamado Alfred Haase. El ex sargento vivía en ese entonces en Stuttgart, junto con su esposa y dos hijos. Entonces, gracias a la inquietud de la fan del grupo, Frida se enteró de que su padre estaba vivo. Se arregló un encuentro entre ambos y aunque quedaron en contacto por algún tiempo, no funcionó para Frida. "Es difícil, hubiera sido distinto de haber sido una niña", confesó.Se estima que por lo menos 7.500 niños nacieron bajo el Lebensborn en Alemania y otros 10.000 en Noruega. El programa tuvo también clínicas en Polonia, Francia, Luxemburgo, Bélgica y Holanda.
Las primeras experiencias musicales de Carl Nielsen consistieron en escuchar cantar a su madre, a su padre interpretar el violín y la corneta de pistones; y estudiar tres grandes clásicos de la música europea: Bach Mozart y Beethoven.A pesar de su pobreza, los padres de Carl Nielsen le encaminaron y le inscribieron en el Conservatorio de Copenhague. Allí comenzó a componer con su innato sentido de la armonía.Su cultura general incluía las mitologías, escandinava y griega, Shakespeare y Goethe. A los cinco años de estar allí, en 1889 ya se ganaba la vida como violinista de la orquesta Real.Carl Nielsen compuso música de género diverso; el catálogo de sus obras incluye óperas, música incidental y seis sinfonías. Su estilo, aunque original, tiene mucho en común con el de los compositores románticos de la segunda mitad del siglo Diecinueve, pero el sabor de su música es marcadamente nacionalista. Lo mismo se puede decir de su música de cámara, reconocida en su poderosa originalidad.Carl Nielsen, nuestro invitado a esta audición del Músico de la Semana, escribió su primera sinfonía en 1892 y la segunda casi diez años después. Los Cuatro Temperamentos, como así título a su obra, muestra las razones por las cuales las seis sinfonías de Nielsen constituyen uno de los más grandes tesoros del desarrollo de la forma en el siglo XX.Esta sinfonía no se atiene a ninguna clase de programa, como fue usual entre los contemporáneos de Nielsen. El título no es más que una indicación general, y cada movimiento evoca un carácter de la personalidad humana.El primer movimiento, es Allegro colérico; el segundo, Allegro cómodo y flemático; el tercero, Andante melancólico y el cuarto Allegro sanguíneo.Fuera de su labor como compositor Carl Nielsen llevó una activa vida musical; hasta 1914 fue director de la Real Orquesta Danesa, y más tarde ocupó la misma posición en el Conservatorio. Entre los compositores daneses del siglo XX, Nielsen es quizás el único cuyo nombre tuvo una amplia divulgación fuera de su país natal.La primera obra de Carl Nielsen compuesta específicamente para orquesta fue la inmediatamente exitosa Suite para cuerdas (en 1888), que evocaba el romanticismo escandinavo expresado por Grieg y Svendsen. La obra marcó un hito importante en la carrera de Nielsen, ya que no solo fue su primer éxito real, sino que también fue la primera de sus piezas que él mismo dirigió cuando se representó en Odense un mes después.Podrá escuchar más acerca de la vida del compositor francés y apreciar algunas de sus obras en la nueva edición de El músico de la semana, el lunes 5 de junio a las 3:00 p.m. por nuestra señal en vivo.
Originalmente, estas palabras que están leyendo estaban pensadas para ser leídas hacia mediados de mayo, como pueden intuir, el retraso es evidente.Por favor, bajen las antorchas literarias y déjenme exponer mi caso. Podrán decidir a lo largo de este texto si soy digna de la hoguera o no. El libro llegó a mí como todas las cosas buenas que pasan en la vida, por azar y por amor. Un amigo muy cercano me preguntó si quería formar parte de reseñar este libro con una corta explicación de lo que se trataba, acordamos que así sería.En medio de ajetreos, me entregó el libro. Lo primero que me llamó la atención fue su portada, donde Carlo Airoldi luce pletórico, con una pinta de luchador bigotón que no se puede superar. El hombre parece listo para abatirse a puñetazos en la Londres de Jack London. Y su título, que se me quedó en la cabeza dando vueltas, El Truco es Resistir, me asaltaba en momentos diferentes del día, todos los días, como un taladro.El momento que elegí para leerlo sería un viaje de 15 horas en carretera hasta Arauca. En medio de la mañana, en alguna parte de la vía mientras a lado y lado solo hay llanura, me encontré cara a cara con el mito, Carlo Airoldi, y su sueño olímpico. Su alma inquieta por naturaleza y el amor a correr, a echar a andar los pies hasta que el cuerpo pida tregua. El libro comienza con un relato fantástico y una oda a la competencia y el honor, mientras Carlo corre 1.000 km entre Torino y Barcelona. “Estoy completamente exhausto, no tengo un ni un musculo que no me duela, no hay postura que alivie mis dolores. Y sonrió porque esto quiere decir que el dolor y el cansancio no son verdadero, y así engaño un poco. Louis me mira y su mirada es la misma que comenzó a dirigirme después de la primera semana de carrera. La misma mirada, cada vez más larga, que me mantuvo después de que dejamos atrás Italia, a nuestra llegada a Marsella. Los mismos ojos incrédulos cuando entendió que lo enfrentaría hasta Barcelona, hasta la meta.”Para dar un aproximado más cercano, esto sería la distancia desde Bogotá a Ibarra, la primera ciudad ubicada después de nuestra frontera con Ecuador, a unos 100 km de Ipiales, la última población de Colombia hacia la frontera. En esa barbaridad de distancia, Carlo Airoldi no solo probó su talento, fuerza y brío, sino también su corazón.En el último kilómetro solo eran Carlo y Louis Ortégue, el francés, que solo se ponía comunicar con Carlo por señas, “El solo hablaba su francés”. Justo antes de llegar a Barcelona, este último se desploma por el agotamiento y la dura prueba que supone recorrer esta distancia, como un ovillo en el piso, rendido. Carlo se devuelve justo cuando quería acelerar para tomar ventaja, una carrera no puede terminar casi para ningún atleta. Carlo lo toma en sus brazos y se lo cuelga a la espalda. Al llegar, aclara que él es el primero y el francés el segundo. Maravillados por su gesto, los organizadores deciden entregarle un premio metálico para que pueda volver a Milán, su hogar, en tren.Me conmovió tanto este gesto de Carlo que tuve que leerlo varias veces estas páginas, por si había perdido algún detalle, había leído alguna palabra que no era, pero en un gesto de honor, respeto y competencia, sucedió. Cerré el libro para tomar un poco de aire y visualizar a Carlo en ese momento. En mi mente, y a pesar de que la narración de Agostinelli no da estos detalles, me tomaré esta licencia que solo ser lector permite: lo imagino hinchado, bajo un sol sin tregua, lleno de polvo, mientras este se pega a él como lodo por el sudor, tratando de desviar su mente del dolor que supone seguir durante días una ruta y enfrentarse a sí mismo, para luego, en lo que en mi cabeza luce como agonía, tener este gesto de profunda humanidad y amor al deporte.Mi confesión es que este trocito de relato de Agostinelli me obsesionó durante días, en los que no podía pasar de estas páginas, releerlo y releerlo para añadir más datos a mi cabeza. Mientras estaba en una hamaca, en la calurosa Arauca, pasé de página como si nada, para encontrarme con algo todavía más alucinante, aún más mitológico, olímpico.Durante su viaje de vuelta a Milán desde Barcelona, Carlo se va a enterar de lo que se puede considerar los primeros Juegos Olímpicos modernos, en 1896 en Atenas, y de lo que será su obsesión durante un año y probablemente toda su vida: la carrera olímpica la Maratón - Atenas (40 km), que parte desde la ciudad de Maratón y terminaría en el Estadio Panathinaikó en Atenas para cerrar las olimpiadas. Desde este momento, para Carlo, todo se traduce a ese momento en que entra triunfal a un estadio abarrotado que aclama a gritos a su nuevo héroe.Sin ánimo de arruinar para nadie esta obra, porque creo que no solo merece ser leída, sino masticada, página a página, esto llevará a nuestro héroe a asumir la tarea absolutamente delirante, por necesidad y hambre de gloria, de caminar desde Milán hasta Atenas, unos 2000 km y un tramo del Mar Adriático. En dimensión latinoamericana, esto sería como caminar desde Bogotá hasta Cajamarca, Perú, atravesando todo el sur del país por Pasto y de punta a punta a Ecuador. Aun hoy, con todas las vías y carreteras modernas, es una locura; imaginémoslo en el siglo pasado, por territorios escarpados y sorteando áreas incomunicadas por vía.Por páginas y páginas, vemos el camino de Carlo durante 28 días. Este relato, al estilo de los cuentos de vieja escuela, al estilo de las “Las Mil y noches” o “En busca del tiempo perdido” de Proust, esa forma clásica de narrar una proeza, que te mantiene en vilo; me devolvió una parte de asombro y fascinación, esa capacidad para sorprendernos que solo tienen los más jóvenes. En medio de estas páginas, encontré una prueba humana fascinante. Carlo y su relato, mejor dicho, su vida y obra, me dieron un poco de fuerza para sortear mi propia carrera. En estos días de turbulencias y desasosiego, estas páginas me recordaron que podía resistir un poco más y aprender a sufrir con gracia, como una prueba del carácter humano, no para no rendirse, sino para jugármela por lo que vale la pena. Eso debe ser personal para cada persona. El título que lleva este libro me ha acompañado como un mantra, recordándome que sufra con estilo, con pundonor, y lo deje ir cuando ya sea suficiente.El truco de resistir creo que no solo está en aguantar, sino en honrar los pasos que se dan en el camino, reconociendo el padecimiento de cada uno de ellos y acostumbrando al cuerpo al dolor que solo da el amar con ganas y con cada fibra del alma al juego, a la competencia y a la vida. El desenlace de este libro es tan doloroso como alentador. Agostinelli logra en estas páginas recuperar un poco de la esencia de los libros de mitología y mezclarlos con una excelente crónica que se puede devorar, masticar o, como lo hice yo, rumiarla.
De hecho, el filme, que se estrena este viernes, está basado en la obra homónima que el escritor estadounidense publicó en 1978 con gran acogida por parte de sus lectores."No es real. No es real. No es real", reza el inquietante eslogan de esta cinta dirigida por el británico Rob Savage ("Host" y "Dashcam") y que cuenta con las actrices Sophie Thatcher ("Yellowjackets") y la jovencísima Vivien Lyra Blair ("Obi-Wan Kenobi") como protagonistas."Recuerdo haber leído la historia cuando era pequeño, así que sabía que podía ser aterradora para el público y aún más para los fanáticos de Stephen King. (...) Quería que esta vez fuera una criatura sangrienta pero que también supusiera una amenaza física contra la que luchar", explicó Savage en entrevista con EFE.La trama relata la historia de la estudiante de secundaria Sadie Harper (interpretada por Thatcher) y su hermana menor Sawyer (Blair) cuando pierden a su madre y no reciben el apoyo necesario por parte de su padre (Chris Messina), un terapeuta que lidia con su propio dolor.Entonces, mientras el pequeño mundo familiar se derrumba, el progenitor ofrece ayuda psicológica a un paciente desesperado que se presenta en su casa acechado por una aterradora entidad sobrenatural que se alimenta del sufrimiento humano."Pregunté a psicólogos reales para que me explicaran mejor cómo interpretar este papel y qué tipo de terapia se supone que estaba aplicando. Además, se notó que el director conocía muy bien el género porque me guio a la perfección", comentó Messina, quien también apareció este año en "Air", en declaraciones a EFE.Una postura con la que coincidió Thatcher, también presente en la conversación con EFE, añadiendo que Savage le recomendó películas como "Don't Look Now" (1973) u "Ordinary People" (1980) para ayudarla a conocer mejor su personaje.Es entonces cuando aparece en escena el coco, hombre del saco o "boogeyman" (en inglés), una criatura que, dependiendo de la cultura, puede adoptar apariencia humana o configurarse como una especie de monstruo con cabeza y dedos alargados que molesta a niños y padres.Estaba previsto que la cinta se estrenara directamente en el servicio de "streaming" Hulu pero, tras una exitosa proyección de prueba a finales del año pasado, se anunció que pasaría primero por las salas de cine.Sus creadores quisieron consultar la visión de Stephen King acerca de esta obra en una maniobra inusitada que pasó por alquilar su cine favorito en Portland (Maine, EE.UU.), ciudad natal del autor, para que la viera como en casa."Él sabe lo que no le gusta y, si le hubiéramos fastidiado la historia, nos lo habría dicho. En cambio, nos envió un precioso ensayo sobre lo mucho que le había gustado la película", aseguró Savage, quien añadió que fue el mismo King el que sugirió que la película se estrenara en cines, públicamente semanas atrás.Scott Beck y Bryan Woods ("A Quiet Place"), así como Mark Heyman ("Black Swan") se encargaron del guion de esta cinta que ha contado con un presupuesto ligeramente superior a los 40 millones de dólares y que encontrará en la película "Spider-Man: Across the Spider-Verse" (Sony Pictures) su principal contendiente en la taquilla del fin de semana.El resto del reparto de "The Boogeyman" lo completan, entre otros, Marin Ireland ("The Umbrella Academy"), Madison Hu ("Bizaardvark"), LisaGay Hamilton ("Vice") y David Dastmalchian ("Boston Strangler").No será la primera vez que esta leyenda aterrice recientemente en el mundo del cine porque Universal Studios lanzó el año pasado la película "The Black Phone" cuyo personaje principal, encarnado por Ethan Hawke, también estaba inspirado en el coco u hombre del saco.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hablar de Henry Purcell (1659 - 1695) es remitirse a uno de los nombres más aclamados (si no el más) de la historia de la música barroca inglesa, gracias a su destacada obra que se expandió en diversos géneros en el corto tiempo de producción que tuvo, debido a su fallecimiento a los 35 años de edad. Dentro de su destacado repertorio, una de las composiciones más importantes es El rey Arturo, una semiópera en cinco actos con libreto del poeta John Dryden basada en el personaje de la literatura europea, especialmente inglesa y galesa que según los registros se representó por primera vez en el Queen's Theatre, Dorset Garden de Londres, a fines de mayo o principios de junio de 1691. Como era costumbre para la época, contrario al imaginario de la representación de una obra de estas características, los personajes no suelen tener espacios de canto (siempre y cuando no posean propiedades especiales para la trama, sobre todo, sobrenaturales), por lo que los personajes son en vez de interpretes, actores. La trama de la ópera esta basada en las batallas entre las tropas británicas del rey Arturo y el pueblo sajón, dejando de lado la tradicional historia basada en las leyendas del castillo de Camelot. En la trama sin embargo, sí aparecen los personajes tradicionales de estos cuentos, como Merlín, además de la aparición de personajes como Cupido y Thor. La historia por supuesto se valdrá de las temáticas del siglo XVII, en la que podremos ver al rey Arturo en una cruzada por recuperar a su prometida, la princesa Cornualles Emmeline, que ha sido secuestrada por el rey sajón Oswald de Kent. El primer acto de la ópera inicia justamente con el rey Arturo, después de diez años de batallas contra los sajones, manteniendo firmemente en su poder a todo el reino a excepción de Kent. Los sajones están dirigidos por Oswald, que se ha propuesto conquistar no sólo el reino de Arturo, sino también a su amada, la ciega Emmeline, hija de Conon (duque de Cornualles). Arturo se despide de ella antes de la decisiva batalla final contra el invasor pagano. La historia por supuesto derivará una vez más en el amor y el protagonista triunfando por encima de cualquier desgracia y tempestad. El rey Arturo fue representada al menos dos veces durante la vida de Purcell y continuó representándose a fines de la década de 1690, manteniéndose hasta nuestros días como una de las puestas en escenas más representadas y difundidas de la historia. Podrá escuchar el domingo a las 9:00 p.m. en Canto y música coral esta ópera interpretada por Nancy Argenta, Linda Perillo, Julia Gooding, Jamie MacDougall, Brian Bannatyne-Scott, Gerald Finley, el Coro y El Conjunto The English Concert bajo la dirección de Trevor Pinnock en nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Entre las obras expuestas del Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO) destaca "Ulises", una enorme máscara de cuero negro, látex y acero inoxidable con la que el artista plástico David Lozano representa a un "cuerpo oscuro sometido a las pasiones y deseos, a veces reprochables para una sociedad mojigata". El "temor" que inspira esta máscara "dialéctica" se rompe cuando el público se acerca a la obra y desde su parte trasera se adentra en un interior cubierto de tela de peluche que recuerda que la realidad tiene "dos caras".Esta pieza suspendida del techo de la sala hace parte de la serie "Ulises, cuerpo gaseoso", una instalación que recrea el sauna masculino "Ulises" de Bogotá, espacio que Lozano define como un "lugar de la memoria" que estuvo en auge en la década de los 90 y que aún continúa activo."Algunos de mis amigos que iban a Ulises y a otros sitios murieron. Digamos que es un homenaje a todos esos amigos y no amigos que murieron y desaparecieron durante la pandemia (de VIH/Sida)", relata a EFE el artista.Esperma sobre tinta azúl Un centenar de abstractas eyaculaciones se superponen a la palabra "sementerio" con la que, en tinta azul, fueron marcadas las hojas de papel sobre las que reposan las muestras de esperma de quienes participaron en esta obra en la que Wilson Díaz reflexiona sobre la existencia sexuada, haciendo énfasis en la noción de muerte.Como pieza estrella que da nombre a la exposición destaca un revelado parcial de plata en gelatina de Miguel Ángel Rojas con la que se responde al "pánico vivido" en la década de los 80 por el "peligro y violencia asociados al contagio del vih", acrónimo que los artistas decidieron escribir en minúsculas para "transformar su peso simbólico". En ella se vislumbra una fusión de dibujo tras los cuales se distinguen algunas escenas de sexo, pequeñas figuras que irradian angustia y hasta la propia muerte.Los videos experimentales también tienen presencia en esta exposición con artistas como Camilo Acosta y Santiago Lemus, quienes en "Los Amarillos" reflexionan acerca de la ictericia que experimentan algunos pacientes de esa enfermedad, fruto de los efectos secundarios de los antirretrovirales que les amarillean la piel.Como extensión de esta pieza audiovisual, Acosta y Lemus protagonizaron este jueves en el Mambo "Manifiesto amarillo", una performance en la que ingirieron más de una decena de papeles amarillentos y mojados en los que se leían frases como "El vih no es una enfermedad, es un síntoma político".Más allá del VIHLa exposición se presenta junto a una línea de tiempo en la que se hace referencia a algunas obras creadas por artistas y colectivos colombianos, así como algunos testimonios y documentos que datan desde comienzos de los años 80 hasta la actualidad, a fin de examinar "la profunda historia cultural de la crisis del sida".Bautizada como "Hilos de sangre: Historias y memorias del vih/sida en Colombia", esta línea temporal se enmarca dentro de una investigación del artista colombiano radicado en Nueva York Carlos Motta y el investigador Pablo Bedoya."Nos dimos cuenta de que no había realmente una fuente visitable y accesible públicamente en Colombia a la cual uno se pudiera acercar, si quisiera conocer acerca del vih. Tanto Pablo como yo pensamos que eso era una gran falta en la memoria histórica del país", explicó a EFE Motta.Como parte de este ciclo expositivo disponible hasta el 11 de junio, Motta también inunda las paredes del MAMBO con "Stigmata", exposición antológica que, más allá de hablar del VIH en piezas como "La caída de los condenados" cubre otras aristas relacionadas con la experiencia de la democracia desde la perspectiva de los grupos minoritarios.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.