Decía Arturo Rubinstein que Chopin era el compositor más nacional y, al mismo tiempo, el más comprendido y admirado en todo el mundo. No deja de ser curioso, pero es perfectamente explicable porque el sentido de lo nacional está profundamente arraigado en cada uno de nosotros; tanto, que cuando se expresa con vehemencia, amor y sinceridad, llega a todas partes.