A orillas del río Magdalena un ser de ojos afiebrados acecha a pescadores y mujeres jóvenes; a ellos los espera con ofrendas o para derribar sus canoas, a ellas las envuelve en cánticos hasta llevarlas a las recónditas cuevas que habita. Dicen que alguna vez fue un hombre y la única evidencia de su existencia son pequeños barcos hundidos o jóvenes desaparecidas.
Esta es la historia de Virginia Woolf y la música. Los artistas que marcaron su obra y cómo la escritora logró subvertir el orden para que a través de la música dotar de significados sus historias, como una capa nueva. Como una identidad secreta pero a la vista de todos.