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"El oficio de un librero no es reemplazable": Emilia Franco, gerente de Siglo del Hombre

Siglo del Hombre y 12 universidades se unieron para desarrollar el proyecto: ¡Qué vivan las librerías!, donde se donará el 20 % del precio de un libro a una librería en Colombia. Conozca de qué se trata y cómo sobrevive el mundo editorial a la pandemia.

Emilia Franco
Emilia Franco, gerente general de la editorial Siglo del Hombre.
Cortesía

Las editorial Siglo del Hombre y 12 universidades se unieron para desarrollar un proyecto, que además de significar un apoyo económico para las librerías, es una voz de solidaridad. Todos los lectores que compren libros de las editoriales participantes en libreriasiglo.com, podrán destinar, sin que aumente el valor de su compra, el 20% del precio del libro a una librería en Colombia. Cada lector, en cada compra, podrá elegir la librería que quiere beneficiar, y si su compra es mayor a 50 mil pesos el costo del envío, incluso a nivel nacional, correrá por cuenta nuestra. El lector podrá comprar más de una vez y podrá cambiar la librería en cada transacción, la campaña no incluye libros electrónicos y estará vigente hasta el 31 de julio de 2020.

Hablamos con Emilia Franco, gerente general de Siglo del hombre sobre esta iniciativa y cómo ha sido el trabajo de la editorial durante esta pandemia:

Además de las pérdidas económicas, ¿qué ha significado para usted como gerente de una editorial esta situación de aislamiento y confinamiento?

En realidad esta coyuntura, que por supuesto ha significado importantes decrecimientos en las ventas y por tanto desajustes económicos para todos, ha servido para renovarse, activar y proyectar nuevos frentes de trabajo y poner a prueba la capacidad de adaptación a circunstancias de trabajo y de comunicación diferentes, no vividas. Pasamos muy rapidamente de la perplejidad por los cambios iniciales que implicaba tener cerrada la empresa a ponernos rápidamente en marcha con ideas y nuevos esquemas de trabajo. En nuestro caso, el confinamiento no ha afectado la comunicación ni interna ni externa. Por el contrario, ese aislamiento la ha incentivado y enriquecido, así como el trabajo en equipo.

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La gente pensaría que un libro es para leer solo en su casa, lo que ahora está pasando, pero las dinámicas de la lectura casi siempre son colectivas. ¿Cómo han sorteado este momento?

Yo pienso que no hay una sola forma de abordar el mundo de la lectura. Efectivamente hay una lectura que implica un acto de encuentro íntimo y solitario con el libro, pero también hay otras experiencias de lectura colectiva muy enriquecedoras. En nuestro caso, los clubes de lectura nos han posibilitado la oportunidad de acercar más nuestros autores a los lectores y sembrarles el interés por nuestros libros.

La editorial y la librería existen la una gracias a la otra, cuénteme ¿cómo planearon esta campaña que están lanzando?

Es evidente que la visibilidad, la distribución y la comercialización de nuestros libros no podría llegar a buen puerto sin la estrecha colaboración y relación con nuestros libreros. Ellos son una parte fundamental de la cadena de distribución del libro y la coyuntura del Coronavirus las ha afectado mucho, especialmente en la primera etapa del confinamiento.

Fue por ello que un grupo importante de universidades colombianas públicas y privadas acogió la idea de Siglo del Hombre (tomada de una linda experiencia de Diego Moreno de la editorial Nórdica de España) de compartir con las librerías una parte de los ingresos de las ventas de los libros de esas universidades y de Siglo del Hombre que se lleven a cabo en nuestro portal libreriasiglo.com, con el fin de tener un gesto solidario y de reconocimiento a la labor que hacen todo el año las librerías.

Lo más bonito es que tal como está planteado el esqueña de esta campaña, el lector – comprador es quien interviene en la decisión de a qué librería de su predilección deben ir esos recursos. Eso los hace partícipes de ese apoyo también.

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¿Qué ayudas han recibido las editoriales por parte del Estado?

Nuestro sector es fundamental para el individuo, construye mentes más libres, críticas y dotadas de criterio e infinidad de herramientas para desarrollar la sociedad. Por eso, debería ser un sector muy protegido y apoyado. Si bien hay algunos estímulos para apoyar la edición, falta mucho más.

Evidentemente los espacios de encuentro van a disminuir. ¿Qué estrategias se piensan desde su editorial para amortiguar el golpe que deja esta pandemia?

Son muchas y muy diversas las estrategias que nos están apoyando y contribuyendo a que ese contacto con nuestros lectores, libreros, editores, bibliotecarios, etc, no disminuya ni se deteriore por esta pandemia. Por el contrario, el confinamiento nos ha permitido dar un servicio más personalizado, y aprovechar y optimizar las horas del día sin desplazamientos, viajes y desgastes de horas muestras. En este momento, los recursos tecnológicos se convierten en un aliado imprescindible. El libro digital cobra mucha importancia, las plataforms de venta online son fundamentales, el conocimiento de los clientes, el robustecimiento de las bases de datos, y por supuesto el apoyo permanente a nuestro principal canal de venta que son nuestras librerías.

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¿Hay que repensar las librerías o el consumo de libros?

Siempre repensar nuestra actividad y nuestro quehacer diario no solo es factible sino necesario. En este sentido, las librerías deben avanzar en diversas estrategias digitales para estar más cerca de sus lectores. Esta coyuntura demostró en muchos casos que ese conocimiento no estaba sistematizado. Los clientes que habitualmente entraban por la puerta y eran compradores habituales, no estaban conectados de otra forma con las librerías. Sus sitios web no eran el reflejo de la oferta y servicio de sus librerías.

El oficio de un librero no es reemplazable, es una de las fortalezas más grandes de una librería, por ello el reto es saber cómo trasladar ese quehacer a otras formas de comunicación con los lectores.