Consecuencia natural de una escritura cuyo eje es el diálogo con el lector y el propósito de problematizarlo, desacomodarlo y cambiarlo, el influjo de Cortázar, gran renovador de todos los géneros en los que incursionó (el poema, el cuento, la novela, el ensayo, la crítica), trascendía las letras y apuntaba a la conducta.