Colombia diversa y vital es el eslogan con el que la Feria del Libro de Madrid presentó al país como invitado de honor. Sin embargo, el grupo de autores que representan al país en la Feria deja varias preguntas sobre el criterio de selección y de nuevo, como en otros eventos literarios, vacíos en la paridad de representación.El primero en señalar la ausencia de nombres relevantes en las listas de invitados fue Winston Manrrique, periodista literario y director de W Magazine, medio en hacer público el tema. Manrrique señala la ausencia de escritores que engrandecieron el panorama literario en el país a finales del Siglo XX, además deja claro que, curiosamente, no fueron tenidos en cuenta aquellos que se han pronunciado críticamente sobre las formas de operar del gobierno actual.Frente a la publicación antes mencionada, Luis Guillermo Plata, embajador de Colombia en España, señaló en entrevista para Libertad Digital que el evento se ciñe a la literatura y no a las ideas políticas de los autores. “Uno no quisiera que una feria literaria se convirtiera en una feria política. Ni para un lado ni para el otro. Se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra”, aseguró Plata luego de que se le preguntara cómo habían sido elegidos los escritores invitados.Autores como Piedad Bonnett, William Ospina, Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Héctor Abad Faciolince, Pablo Montoya, Carolina Sanín, Santiago Gamboa y Pilar Quintana no fueron tenidos en cuenta para hacer parte de la Feria. Otros pocos autores se excusaron por no poder asistir a raíz de compromisos laborales, como es el caso de Tomás González, Juan Gabriel Vásquez y Evelio Rosero.Sin embargo, la forma de elegir a los escritores revela una visión por lo menos miope del panorama actual de la literatura en Colombia, un escenario especialmente liderado por mujeres que han ganado reconocimientos importantes en el campo editorial como es el caso de Pilar Quintana, Andrea Mejía, Diana Ospina y Margarita García Robayo, solo por nombrar algunas.El hecho de que varios de los autores que no han sido tenidos en cuenta para la celebración de esta Feria hayan opinado alguna vez sobre el Gobierno Nacional no es un dato menor. Este es un punto que también resalta Winston Manrrique en su artículo, pues se espera que, en un escenario político democrático, las ideas o reflexiones que plantean los artistas como ciudadanos no sean penalizadas y mucho menos, se conviertan en represalias en contra de su obra. Si bien, esa es apenas una hipótesis, la respuesta del embajador Plata amplía el espectro de la duda.Sobre la economía naranja y la neutralidad de las obrasLa idea de la neutralidad es peligrosa cuando se impone sobre ella un silencio que prohíbe y castiga la uniformidad. Mucho más, cuando parece tomar forma como política de gobierno. Además, parece irónico que este tipo de situaciones tengan lugar a la luz de la Economía Naranja, también llamada economía creativa, un modelo económico basado en la generación de riqueza a través de la conectividad, la herencia cultural y el talento.El presidente Iván Duque, junto al exministro de Cultura Felipe Buitrago, publicaron el libro La economía naranja: una oportunidad infinita, allí hablan de la importancia de “fortalecer las instituciones que están encargadas de estas industrias culturales, ya que estas durante muchos años han estado ausentes“ en los debates estratégicos sobre desarrollo económico y social”. Ahora, al contrastar el discurso oficial con los hechos, el abismo sigue siendo profundo a raíz del eco en el sector cultural que trajo la pandemia. Los escritores no están obligados a representar nada, su función es básicamente contar algo, pero tampoco puede reglamentarse la escritura para hacer parte de una delegación. Los procesos de reflexión de los autores implican una lectura contextual que puede o no enmarcarse en la realidad social y su decisión no tendría por qué calificarse desde una oficina estatal. Darío Jaramillo, Melba Escobar, Jorge Franco, Margarita García Robayo, Dasso Saldívar, Juan Esteban Constaín, Rómulo Bustos, Adelaida Fernández Ochoa, Andrea Cote, Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Juan Luis Mejía, son algunos de los represéntales del país en la Feria. Sin embargo, la lista está incompleta.
Cali, a finales de los años 70. Cualquier día. El mismo que para Claudia fue el fin del mundo. Hay una familia que parece sostenerse y permanecer unida por gracia de la gravedad, y el colchón verde que forman las plantas de la sala. Algunos días hay silencio, curvas y niebla; otros, menos fatales, la mamá, el papá y la hija van en un mismo carro y comen helado.Pero los días pasan y entonces, alguno cae.“Entonces el abismo, como no lograba hacer que me lanzara ni podía devorarme, se me metía por los ojos, una cosa deliciosa y horrible, una bolita saltarina en la barriga y la náusea asquerosa y pestilente, hasta quedar bien sepultado dentro de mí”. A menudo pienso en la infancia como la época de mayor dicha en la vida. Pero con el paso del tiempo, ha sido inevitable no verla como la raíz de mi historia, la caja negra de todos los pensamientos que rondan mi cabeza hasta chocar y convertirse en acción o verdad. Parece una obviedad decir que la edad determina la dimensión que tenemos sobre las cosas, pero cuando esa premisa se convierte en una certeza, la vida se sacude. Un día, mirando por la ventana, descubrí que era adulta y que de eso no había vuelta, y no significa que sea trágico o que le tema a las arrugas, es solo que se quiebra algo de manera definitiva. La inocencia, dirán algunos.En el último rincón de la risa genuina quedan muchos de esos días, de cuando nos acompañaban a dormir porque nos asustaba la oscuridad y nos esforzábamos por parecer lo suficientemente altos para timbrar en la casa o encender la luz. Un tiempo en el que solo importaba la risa. Entonces la infancia parece un bucle, un eterno retorno que nos permite explicarnos, ampliar el mapa de nuestra mente y el árbol de nuestra familia: mamá, papá, ausencia, abuela, abuelo, silencio, tía, tío, miedo, prima, primo, abandono. Aún siendo adulta, esa mano gigante que parece ser mi familia me alcanza para darme vuelta, golpea en la puerta de cualquier casa que he construido y me recuerda que es la herida definitiva y que se descose cada vez que pronuncio o escribo mi apellido.Soy como Claudia hija que es también Claudia madre y que en cierta medida, es una parte de la madre de su madre: cada una huyendo de la otra aunque la ame con fuerza porque la brutalidad del amor es así, implica la suavidad de una caricia y la ferocidad de una mirada. Sin embargo, todas se contienen, nos contenemos. Hay en mí una parte de todas las mujeres de mi familia, como si habitaran mi cuerpo desde diferentes formas y las encuentro en los gestos que alguna vez rechacé.En medio de la selva, la finca nublada y los guayacanes florecidos, Claudia aprendió a observar con la suficiente cautela para entender lo que pasa, para leer a su madre aún dormida y esperar en silencio a un padre que parece mucho. Remando las grietas de su corazón construye imágenes de la familia que quisiera tener y fija un espejo en su mente en el que es casi tan bella como su madre. Esa tensión solo conoce una tregua: el último momento del día en el que Claudia cierra los ojos y entonces, se apaga el mundo, el calor y Cali. Mientras duerme, Claudia hija es Claudia madre de Paulina, su muñeca, y a su lado observa el vacío de la montaña sin vértigo.Gran parte de mi vida del presente ha requerido rescatar —pero sobretodo honrar— la niña que fui y en esa búsqueda me he encontrado de frente con recuerdos bloqueados, con los afectos que ahora parecen imposibles para mi corazón. Nunca me gustó el miedo, ni el vértigo. Me parecía que el cielo era, después del mar, un lugar imposible, superior y me gustaba estirar los brazos y pensar que lo alcanzaba, que era suave y tibio y cercano desde la barda de ladrillos calientes de la terraza, y yo sentía que podía quedarme ahí. Entonces aparecía la voz de mi papá desde la cocina y me preguntaba: “¿tú me quieres?” y yo respondía: “hasta el cielo de la calle”.Por alguna razón, la flecha de la culpa ha estado afilada siempre solo hacia un lado, ha atravesado particularmente un cuerpo y ha minado nuestro lazo con la madre. Por si fuera poco, sobre sus hombros ha pesado siempre la responsabilidad, el amor y el cuidado como si de verdad fuera un instinto, como si se tratara de un botón que enciende y apaga la maternidad. Dar por sentado el amor es renunciar a la búsqueda y al encuentro de resignificar nuestros vínculos, implica ver a la madre solo con un ojo, como recordándole que ya no es una mujer, que ahora es solo la-mamá-de. Luego de ese juicio está el perdón.Como hijas somos implacables y aún sin ser madres, esperamos que al momento de serlo —si es que pasa— haya benevolencia hacia nosotras. No hay un hogar más seguro que la madre y nada más liberador que aprender a conocerlas fuera de ese rol. En un mundo que parece en contra de las mujeres, solo nos tenemos a nosotras mismas, solo nos queda agarrarnos de la mano con fuerza y sostenernos en el borde del abismo y en la caída.“Yo sé que no he sido la mejor mamá… Cuando la tristeza se me mete en el cuerpo yo trato de hacer que se vaya, te lo juro”.Una vez atravesado ese puente, hay otro hueco inmenso que se abre ante nosotros. Descubrimos que la mayoría de los abismos no son un lugar, sino que nos habitan, son los ojos convertidos en pozo, es la rinitis que deja a oscuras a Claudia y el resbalón de Gloria Inés. Puede ser la imposibilidad de responder un mensaje, el silencio que llega de golpe y nos roba hasta el disfrute de la música. Es también el recuerdo que está llegando ahora a su cabeza.El abismo como el silencio es una figura extendida. Incluso, en ocasiones, es otro familiar. Es, como su definición lo indica, una “parte profunda del pensamiento o del alma que resulta insondable o incomprensible”, como una capa oscura y densa que se adhiere con fuerza unos días más que otros, y requiere toda una red de afectos para quebrarse. A los abismos le hacemos ofrendas porque la tristeza también es un ritual: hacemos promesas de ya no pensar tanto en eso y tomamos duchas largas para que el agua se lleve todo. Le entregamos algo que amamos, lo dejamos caer como Claudia a Paulina. Y basta. Y siguen faltando cosas también.Pilar Quintana escribió una novela en la que una hija descubre a su madre, descifra a su padre y en medio de esos dos lenguajes construye un mundo propio, aún en medio de los derrumbes que todo el tiempo los desbordan. Es honesta y sutil, y por eso es fácil encontrar en esos personajes la piel de la gente que conocemos. Todos asistimos a la degradación de la familia: a través de una separación, cuando una enfermedad llega y se lleva a quien amamos. O, cuando simplemente y sin poder pararlo, el deterioro del tiempo lo consume todo y no podemos hacer nada, solo ver cómo pasa. Lo que amamos, a quienes amamos, se cae ante nosotros porque la gravedad es definitiva y aunque creamos saber qué les pasa, hay una marea indetectable que solo ellos dimensionan en su pecho. Hay casos en los que la rinitis y la migraña de Claudia los apaga. Otras veces, de tanto amor y tanto daño, los lanzamos por el abismo para ya no saber más de ellos, sin saber que una parte nuestra está ahora en el fondo y que desde cualquier presente, regresaremos al umbral para preguntarnos si hicimos bien en huir.
Una de las voces más importantes de la literatura colombiana contemporánea es Pilar Quintana. La escritora caleña ha construido un universo literario en el que habita la ferocidad del amor, de la violencia, en medio de lugares particulares como el Pacífico Colombiano. Luego de ser nominada a varios premios por su novela "La Perra" y de la reedición de "Caperucita se come al lobo", Quintana recibe un nuevo reconocimiento. La autora ha sido anunciada como la ganadora del Premio Alfaguara 2021, en su XXIV edición, por su novela "Los Abismos", una obra inédita que estará al alcance de los lectores desde el próximo 25 de marzo, según anunció la editorial. El jurado premió esta novela que describe "la oscuridad del mundo de los adultos, a través del punto de vista de una niña que desde la memoria de su vida familiar intenta comprender la conflictiva relación entre sus padres", dijo el presidente del jurado, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince.
El huecoEstuvimos tres años en el hueco. Así lo llamábamos aunque en realidad no era un hueco. Era una estructura de paredes altísimas de concreto, sin techo. Mariángela estaba en una celda y yo, en otra. Las celdas eran contiguas.El único hueco era el que había en todo lo alto. Por ahí entraban el sol y la noche. Por ahí nos caían la lluvia y la comida. Nunca nos dieron un plato servido como a la gente. Nos tiraban el arroz lo mismo que la sopa. Había que hacer las necesidades en un rincón y había que esperar que la comida no cayera en ese rincón. Había que buscar los pedazos de comida esparcidos por toda la celda y, si era sopa, había que agacharse a lamer como los animales.Mientras estuvimos en el hueco, Mariángela se negó a aceptar la realidad. Según ella, el hueco sí tenía techo. El intenso calor que sentía durante el día y el frío de la noche se debían a un sistema de calefacción y aire acondicionado. La lluvia era un sistema de aspersores para cultivos que colgaba del techo y los truenos, efectos de sonido reproducidos por un equipo de sonido.Mariángela decía que Víctor había instalado todos esos sistemas con el propósito expreso de torturarnos suplementariamente. El encierro —y la pared que nos separaba, los daños físicos, las humillaciones— no eran suficientes para él. Mariángela decía que a Víctor le gustaba jugar a Dios.En cuanto a la comida, se imaginaba que la lanzaba un aparato parecido al que dispara pelotas de tenis. Mariángela se había procurado una explicación para todo.Para ella el hueco era hermético y estaba sumido en las tinieblas. Esa era la razón por la que no podía ver nada, no quería darse cuenta de que le habían arrancado los ojos. Yo no la desengañaba aunque a mí no me había ido mejor, a mí me habían arrancado los testículos.La mente de Víctor era ilimitadamente perversa, y había que reconocer que en la misma medida era una mente brillante. Nos había castigado a cada uno justo donde estaba la raíz de nuestro pecado, con un acierto y con una sevicia que solo pueden compararse con las atrocidades divinas de las que hace alarde la Biblia.En eso de que Víctor jugaba a Dios sí tenía razón MariángelaVíctor tenía una flotilla de aviones, una colección de coches antiguos y un equipo de carreras. Tenía tantas propiedades en tantas ciudades que ni él mismo sabía cuántas eran. Tenía una finca —la misma donde estaba el hueco— que era más grande que Suiza. En un arrebato de ostentación la había llamado País Víctor y, de hecho, ahí solo regían sus propias leyes.País Víctor tenía un ejército de quinientos hombres para custodiarla y no producía nada. Era una finca de recreo que nada más consumía. Tenía 77 nacimientos de agua, 77 caballos árabes y 77 habitaciones para invitados.A Víctor le gustaban esas coincidencias numéricas —siempre de tres en tres y siempre usando el número siete— y se jactaba de tener el poder de propiciarlas.Las pesebreras estaban alfombradas, las cerraduras de las puertas eran de oro, lo mismo que los grifos de los baños, y la pista de aterrizaje tenía capacidad para grandes aviones comerciales, aunque no llegaba ninguno.Víctor tenía fama de haber matado más de doscientas personas y hecho explotar siete bombas de alta potencia en siete centros comerciales de siete ciudades distintas. Así había doblegado al gobierno y conseguido sus favores.Yo solo era uno de sus pilotos y no tenía nada. La única razón por la que Mariángela podía haberse fijado en mí era porque yo era guapo.Víctor era bajito y rechoncho. La barriga le sobresalía por encima de los pantalones y a sus 39 parecía de cincuenta. Tenía la cara deformada por viejas marcas de acné y de vez en cuando le aparecían pústulas frescas que reventaban causando estropicio de pus y sangre.Por eso hizo que a Mariángela le sacaran los ojos.Mariángela era una muchacha de barrio. Una de tantas que Víctor compraba con joyas, con ropa o directamente con plata, una de esas que sacaba a pasear el fin de semana. Mariángela no era nadie. Pero tenía un culo precioso.Por eso, a mí, Víctor me hizo cortar el suministro de testosterona.Yo llevé a Mariángela a País Víctor. Nunca había montado en avión y estuvo muy preguntona. Cuando llegamos a la casona y vio los balcones, la piscina y la magnificencia de todo, soltó el maletín, que no había dejado que nadie le cargara, y dijo guau.Víctor no estaba.Nos sirvieron la cena en el comedor para veintidós personas, a ella en un extremo y a mí en el otro, y nos dejaron solos. Solos con la guacamaya de Víctor, que tenía las alas cortadas, y se movía de silla en silla. Mariángela estaba encantada de jugar a la gran dama. Afectaba los modales, se refería a la guacamaya como a su alteza real y le hacía una reverencia cada vez que alzaba la copa para tomar. Nos estuvimos riendo todo el tiempo.En cuanto terminó el postre dejó caer la servilleta con descuido sobre la mesa. Había vuelto a ser ella misma y, del modo más natural, me preguntó si me parecía que ella era muy puta por acostarse con un tipo como Víctor. Le respondí que no era más puta que yo. Ahí fue cuando nos perdimos. Lo vi en sus ojos y ella lo vio en los míos. Dejamos de reírnos.Vinieron a decirnos que Víctor no llegaría hasta el día siguiente y nos llevaron al segundo piso. Nos asignaron habitaciones contiguas con balcones que apenas se separaban con una baranda decorativa de madera. Estoy seguro de que Víctor me puso a Mariángela tan cerca a propósito.Hasta ese momento solo me había dado trabajos anodinos como llevar a sus amantes ocasionales de un lugar a otro. Ahora, quizás, estaba pensando hacerme su piloto personal o darme una ruta, que era lo que yo ambicionaba. Víctor no confiaba en nadie y quería probarme.Yo habría jurado que en mí sí podía confiar. Fui el primer sorprendido una vez se vio lo contrario. Cuando salí al balcón a fumarme un cigarrillo, ella estaba ahí. De pie junto a la baranda que separaba los cuartos. Hablamos de las montañas que se veían al frente, por hablar de alguna cosa, por disimular el nerviosismo. En cuanto tiré elcigarrillo, nos miramos y nos besamos. Cualquiera de los empleados de Víctor podía habernos visto. Se lo dije a Mariángela y ella se entró a su habitación sin decirme nada. No tuve un instante de vacilación. Salté la baranda y entré detrás de ella.No nos dijimos nada. Todo lo hicimos con desesperación y abandono, y no creo que fuera solo por el peligro o porque fuera nuestra primera vez, sino porque en el fondo sabíamos que también era la última. Pero fuimos felices, nos mirábamos a los ojos, más bien nos comíamos con los ojos, y sonreíamos.Yo me vine largamente, ella no lo consiguió.Le dije que después de un polvo imperfecto siempre hacía falta una buena conversación de cama. Ella se rio y me contó de su hijo de cuatro años. Yo, de los miedos que había pasado en mi profesión. Mariángela se fue quedando dormida en mi pecho.Antes de irme, contemplé su hermoso culo desnudo. Aún hoy, el recuerdo de ese culo desnudo me hace posible concebir el deseo.Yo había dejado la luz de la mesa de noche encendida y ahora estaba apagada. Me moví con cautela. A pesar de la oscuridad lo vi. Estaba sentado en el sillón. Se veía tranquilo, y hasta me pareció ver que sonreía. Tal vez ya tenía concebido su plan. No hizo nada, no dijo nada. Se levantó y se fue.Cuando abrió la puerta, entró un chorro de luz y pude ver que había dos hombres en las esquinas del cuarto. Estaban armados y me apuntaban. Oí que otros hombres entraban en la habitación de Mariángela.Oí sus gritos aterrados, oí cómo la sacaban, oí cómo se resistía, oí que le suplicaba a Víctor que no la matara y al final, cuando su voz era un hilo en el extremo más alejado del pasillo, oí que gritaba mi nombre.Quise ir por ella, pero los hombres me agarraron. Me tuvieron dos días encerrado en la habitación. Sin comida y sin agua. Sin saber qué había pasado con Mariángela. Luego me llevaron al primer piso, al comedor donde había cenado con ella y la guacamaya.Había varios hombres y estaban Víctor y Mariángela. Nos miramos, estaba tan bonita como el primer día, le sonreí. Uno de los hombres me pegó en la cabeza con la cacha de su revólver. Mariángela soltó un grito.Me desvistieron, me agarraron entre cuatro y me inmovilizaron sobre la mesa para veintidós personas. Entonces vi al hombre que se acercaba con el bisturí. Mariángela no paraba de llorar, Víctor le sujetaba la cara para asegurarse de que mirara. El hombre tomó mis testículos con la mano, como sopesándolos, los levantó y acercó el bisturí. Sentí el frío del acero y el calor de la sangre. Me desmayé.Cuando volví en mí, seguía sobre la mesa del comedor. Me habían puesto una manta encima y sentía frío. Mariángela estaba acostada a mi lado. Dormía. Por un momento pensé que seguíamos en la cama, que acabábamos de hacer el amor. La voz de Víctor me sacó del ensueño. Sentí su aliento en mi oreja. A ella le vamos a sacar los ojos, me dijo.El hombre del bisturí —debía ser un cirujano, Víctor siempre hacía las cosas bien— estaba al lado de Mariángela. Le pusieron un aparato que le abrió los párpados. Vi claramente sus ojos verdes, vi claramente cuando el bisturí entraba. Perdí la conciencia otra vez.A ratos la recuperaba y siempre percibía a Mariángela junto a mí. Pero todas las imágenes son borrosas y de pesadilla. Creo que vi las cuencas de sus ojos vacías. Sus ojos en las manos de Víctor. La guacamaya montada en el hombro de Víctor. Los párpados cosidos.Cuando me desperté del todo, ella no estaba a mi lado y estábamos en el hueco.Cortesía: Literatura Random House.
El monasterio de San Hilarión, ubicado en el sur de Gaza, fue inscrito como Patrimonio de la Humanidad e inmediatamente incluido en la lista de lugares en peligro "en vista de las amenazas que suponen para este sitio el conflicto en curso", indicó la Unesco en un comunicado.Fundado en el siglo III pero en ruinas desde que fue destruido en el año 614, su nuevo estatus le permitirá "un mayor acceso a los mecanismos de asistencia financiera y técnica internacionales".Durante la reunión anual del organismo de la ONU, que se celebra en Nueva Delhi, también se decidió incluir en la lista de Patrimonio de la Humanidad al brasileño Parque Nacional de Lençóis Maranhenses. Se trata del mayor campo de dunas de Sudamérica, con 155.000 hectáreas de extensión y que alberga una amplia biodiversidad."Este es el 24º sitio brasileño inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Me gustaría felicitar a Brasil por su firme compromiso con la protección de su patrimonio cultural y natural”, declaró la Directora General de la Unesco, Audrey Azoulay, tras la inscripción de la propiedad.En total, la Unesco reconoció trece localizaciones por su excepcional valor.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La anfitriona India vio incluido en la lista el sistema de túmulos funerarios de la dinastía Ahom, en el estado nororiental de Assam. Los Tai-Ahom crearon túmulos funerarios durante 600 años acompañados por banianos y otros árboles, además de crear masas de agua artificiales."Este reconocimiento subraya los esfuerzos del Servicio Arqueológico de la India (ASI) y del Gobierno de Assam a la hora de preservar estos tesoros históricos", afirmó el viceministro de Cultura y Turismo del país asiático, Gajendra Singh Shekhawat, en un comunicado.China vio inscritas en la lista dos localizaciones: los santuarios de aves migratorias en el litoral del Mar Amarillo y del Golfo de Bohai, así como el desierto de Badain Jaran, el tercero mayor del país.El asentamiento rural del siglo quinto Umm Al-Jimal en el norte de Jordania, la cueva de Vjetrenica en Bosnia Herzegovina, o los yacimientos arqueológicos que documentan la aparición de la humanidad moderna en Sudáfrica fueron otros de los lugares registrados como Patrimonio de la Humanidad.Francia, el Reino Unido, Etiopía y Burkina Faso también vieron reconocidos lugares en la lista de la Unesco, que extendió la inclusión de las colonias de la iglesia morava a tres municipios fundados en el siglo XVIII en Alemania, Estados Unidos y el Reino Unido.Está previsto que las deliberaciones para inscribir nuevos bienes continúen en Nueva Delhi hasta el domingo, con la inclusión de más de una veintena de sitios a debate.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Este viernes 26 de julio llega al centro de Bogotá la tercera edición de ‘Tardeando el centro’ una iniciativa liderada por la Fundación Gilberto Alzate que una amplia oferta cultural en más de 35 establecimientos entre teatros, galerías, museos, bares, librerías, espacios culturales independientes, hostales, hoteles, cafés y restaurantes de la zona.Las actividades, que irán desde la 1:00 p. m. hasta las 11:00 p. m., están enmarcadas además en la estrategia distrital ‘El Centro Vive’, en alianza con ‘I Love la Candelaria’, con la que se busca promover la asistencia masiva de la ciudadanía a actividades artísticas y culturales por medio de cooperaciones con diferentes organizaciones y agentes del ecosistema cultural y creativo del corazón de Bogotá.“En la FUGA venimos trabajando de manera articulada con universidades, salas de teatro y de exposiciones, entidades públicas y privadas y establecimientos comerciales del sector, con el fin de consolidar una oferta artística y cultural robusta que permita a todos los ciudadanos vivir el Centro desde su multiculturalidad. Los invitamos a todos a ‘tardear’ el Centro con nosotros”, expresó Blanca Andrea Sánchez, directora de la FUGA, en le marco del estreno de esta actividad el pasado 31 de mayo.Además de la agenda cultural, en esta edición también se realizará el lanzamiento de la estrategia “Fúgate al Centro y Camina Seguro”, proyecto que busca revitalizar y resignificar el espacio público, haciendo especial énfasis en la Plaza la Concordia, el Parque Santander y la Media Torta Girardot.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Al evento, que tendrá lugar en la Plaza La Concordia a las 5:00 p. m., asistirá el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán y se expondrán los pilares del proyecto: recuperación y resignificación del espacio público, inclusión y participación comunitaria, y fortalecimiento del capital social.“Queremos que la integración de estos lugares en la cotidianidad de los residentes y visitantes promueva entre la comunidad la vigilancia natural, la reducción de violencias y la mejora de las percepciones generales en estos sectores de Bogotá, nuestra ciudad, nuestra casa”, señaló Sánchez.Por otro lado, entre las actividades destacadas de esta jornada, I Love Candelaria presentará una tarde a bordo del emblemático Tranvía de Bogotá, mientras que en CityU, la ciudadanía podrá disfrutar del Coro Filarmónico Prejuvenil.Para los interesados en el emprendimiento, la Feria del Distrito ARCU abre sus puertas. La oferta musical en vivo incluye a Sergio Arias con MalAlma en el Hostal Fátima y a Lady Arias en el Hostal El Botánico. El Restaurante Temático ofrecerá un espectáculo de Pop Art, Rock and Roll y Circo, mientras que en La Kzona se podrá disfrutar de "Arrullo con Marimbas" con artistas del Pacífico. Además, el restaurante "Casa de Citas" presentará al grupo musical "Los Cuatro de Belén de Cuba".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
'Sauce ciego, mujer dormida' incorpora seis relatos cortos de tres recopilatorios de Murakami y se proyectará en 43 cines del archipiélago japonés, la gran mayoría en la región de Kanto (este), donde se encuentra la capital del país, y en la región de Kansai (oeste), donde se ubican importantes ciudades como Osaka o Kioto.El filme llega a las salas japonesas con el visto bueno de Murakami, que el pasado junio se unió a Foldes para dialogar en directo tras una proyección de la película en un festival literario de su alma mater, la Universidad de Waseda, organizado por la Casa Internacional de la Literatura, biblioteca construida en su honor.El escritor elogió allí la adaptación cinematográfica de Foldes y señaló la aparición por primera vez en la gran pantalla de Frog, un personaje reconocido entre sus lectores.El filme de Foldes es una de varias adaptaciones al cine de relatos del autor nipón que han cobrado cierto protagonismo, como 'Burning' (2018), del director surcoreano Lee Chang-dong (adaptación del relato 'Barn Burning'); o 'Drive My Car' (2021), del japonés Ryusuke Hamaguchi, ambas galardonadas con prestigiosos premios, esta última con el Oscar a mejor largometraje internacional en 2022.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.La película animada, de 108 minutos de duración, se estrenó en 2022 y su lanzamiento japonés llega este mes de julio con especial interés por ser la primera adaptación a la animación de una obra de Murakami, uno de los novelistas japoneses más prestigiosos a nivel global y que cuenta con libros reconocidos como 'Tokio Blues' (1987), 'Sputnik, mi amor' (1999) o 'Kafka en la orilla' (2002).Murakami, eterno nombre en las quinielas del Premio Nobel de Literatura, posee otros importantes galardones como el Frank Kafka o el Yomiuri de Literatura, y en 2023 recibió el Premio Princesa de Asturias de las Letras de España, que se sumó a la Orden de las Artes y las Letras y al Premio Internacional de Cataluña que recibió por parte del Estado español en 2009 y 2011, respectivamente.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La inscripción del parque nacional en el listado de la Unesco se aprobó durante la reunión anual del organismo que se celebra en Nueva Delhi. Esta decisión llega siete años después de que Brasil nominase el parque para entrar en la ansiada lista, que le confiere un mayor grado de protección y facilita el acceso a apoyo financiero.Ubicado en el estado de Maranhao, la ficha del parque elaborada por Brasil lo describe como "uno de los destinos más bellos del país" y "un paisaje que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta"."Este es el 24º sitio brasileño inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Me gustaría felicitar a Brasil por su firme compromiso con la protección de su patrimonio cultural y natural”, declaró la Directora General de la Unesco, Audrey Azoulay, tras la inscripción de la propiedadGracias a la entrada a la lista, "este impresionante paisaje de dunas y lagunas, modelado por condiciones climáticas y geológicas excepcionales, se beneficiará del más alto nivel de protección internacional", aseguró.El órgano de áreas protegidas ya había destacado su importancia estética, la biodiversidad que acoge y su valor por representar etapas importantes de la historia de la Tierra.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El parque está compuesto por alrededor de 90.000 hectáreas de dunas móviles que van desde los diez a los treinta metros de altura, y que dan lugar a un fenómeno inusual cuando llueve y el agua queda atrapada en la parte baja de las dunas, sin filtrarse al subsuelo por la presencia de una capa de roca, lo que crea lagunas de varios colores.Además, acoge 133 especies de plantas y 112 especies de aves, algunas de ellas endémicas o amenazadas. El lugar obtuvo la calificación de parque nacional en 1981.Las deliberaciones para inscribir nuevos bienes está previsto que continúen hasta el domingo. En total, la Unesco debatirá la inclusión de más de una veintena de sitios en su listado.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Se acerca el estreno en Colombia de una de las películas más aclamadas en la edición número 77 del Festival de Cine de Cannes, La sustancia (The substance). Bajo la dirección de la cineasta francesa Coralie Fargeat, está película obtuvo el premio al Mejor guion durante el festival tras su estreno.Ahora, el 26 de septiembre llegará a los cines del país con una apuesta espeluznante que le da la vuelta a la cultura de la belleza tóxica, centrada en el consumo excesivo, la superficialidad y el control sobre el cuerpo de la mujer a través de la fábula de “cuidado con lo que deseas”.Protagonizada por las estrellas de Hollywood, Demi Moore, Margaret Qualley y Dennis Quaid esta provocadora película ofrece una visión única de la belleza desde la perspectiva de la directora.“The Substance es una película sobre el cuerpo de las mujeres. Sobre cómo los cuerpos de las mujeres son escrutados, fantaseados y criticados en el espacio público. Sobre lo mucho que, como mujeres, se nos hace creer que no tenemos más remedio que ser perfectas/sexys/sonrientes/delgadas/jóvenes/bellas para ser valoradas en la sociedad. Y lo imposible que es para las mujeres escapar de esto, por muy educadas, fuertes de mente e independientes que seamos”, comenta Fargeat sobre su película.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.En la cinta, Demi Moore interpreta a Elisabeth Sparkle, una antigua estrella que ya pasó por la cúspide de su carrera y a la que Harvey (Dennis Quaid), el repelente jefe del estudio, despide repentinamente de su programa de fitness. Ante el panorama desolador se ve atraída por la oportunidad que le brinda una nueva y misteriosa droga: la sustancia.Al acceder a la sustancia logra renacer temporalmente como la atractiva Sue (Margaret Qualley), de nuevo joven, en la llamada ‘flor de la vida’, perfecta. Sin embargo, para lograrlo debe ceder al punto de habitar cada cuerpo, el joven y el suyo, durante una semana cada uno.“Creo firmemente que esta es nuestra cárcel. Una cárcel que la sociedad ha construido a nuestro alrededor y que se ha convertido en un instrumento masivo de control y dominación. Una cárcel que creemos que queremos para nosotros. Y esta película está diciendo: ya es hora de mandar a volar todo esto por los aires”, comenta la directora sobre los cánones de belleza y la crítica que plantea esta historia.Vea aquí el primer tráiler de ‘La sustancia’:🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.