Colombia diversa y vital es el eslogan con el que la Feria del Libro de Madrid presentó al país como invitado de honor. Sin embargo, el grupo de autores que representan al país en la Feria deja varias preguntas sobre el criterio de selección y de nuevo, como en otros eventos literarios, vacíos en la paridad de representación.El primero en señalar la ausencia de nombres relevantes en las listas de invitados fue Winston Manrrique, periodista literario y director de W Magazine, medio en hacer público el tema. Manrrique señala la ausencia de escritores que engrandecieron el panorama literario en el país a finales del Siglo XX, además deja claro que, curiosamente, no fueron tenidos en cuenta aquellos que se han pronunciado críticamente sobre las formas de operar del gobierno actual.Frente a la publicación antes mencionada, Luis Guillermo Plata, embajador de Colombia en España, señaló en entrevista para Libertad Digital que el evento se ciñe a la literatura y no a las ideas políticas de los autores. “Uno no quisiera que una feria literaria se convirtiera en una feria política. Ni para un lado ni para el otro. Se ha tratado de tener cosas neutras donde prime el lado literario de la obra”, aseguró Plata luego de que se le preguntara cómo habían sido elegidos los escritores invitados.Autores como Piedad Bonnett, William Ospina, Laura Restrepo, Fernando Vallejo, Héctor Abad Faciolince, Pablo Montoya, Carolina Sanín, Santiago Gamboa y Pilar Quintana no fueron tenidos en cuenta para hacer parte de la Feria. Otros pocos autores se excusaron por no poder asistir a raíz de compromisos laborales, como es el caso de Tomás González, Juan Gabriel Vásquez y Evelio Rosero.Sin embargo, la forma de elegir a los escritores revela una visión por lo menos miope del panorama actual de la literatura en Colombia, un escenario especialmente liderado por mujeres que han ganado reconocimientos importantes en el campo editorial como es el caso de Pilar Quintana, Andrea Mejía, Diana Ospina y Margarita García Robayo, solo por nombrar algunas.El hecho de que varios de los autores que no han sido tenidos en cuenta para la celebración de esta Feria hayan opinado alguna vez sobre el Gobierno Nacional no es un dato menor. Este es un punto que también resalta Winston Manrrique en su artículo, pues se espera que, en un escenario político democrático, las ideas o reflexiones que plantean los artistas como ciudadanos no sean penalizadas y mucho menos, se conviertan en represalias en contra de su obra. Si bien, esa es apenas una hipótesis, la respuesta del embajador Plata amplía el espectro de la duda.Sobre la economía naranja y la neutralidad de las obrasLa idea de la neutralidad es peligrosa cuando se impone sobre ella un silencio que prohíbe y castiga la uniformidad. Mucho más, cuando parece tomar forma como política de gobierno. Además, parece irónico que este tipo de situaciones tengan lugar a la luz de la Economía Naranja, también llamada economía creativa, un modelo económico basado en la generación de riqueza a través de la conectividad, la herencia cultural y el talento.El presidente Iván Duque, junto al exministro de Cultura Felipe Buitrago, publicaron el libro La economía naranja: una oportunidad infinita, allí hablan de la importancia de “fortalecer las instituciones que están encargadas de estas industrias culturales, ya que estas durante muchos años han estado ausentes“ en los debates estratégicos sobre desarrollo económico y social”. Ahora, al contrastar el discurso oficial con los hechos, el abismo sigue siendo profundo a raíz del eco en el sector cultural que trajo la pandemia. Los escritores no están obligados a representar nada, su función es básicamente contar algo, pero tampoco puede reglamentarse la escritura para hacer parte de una delegación. Los procesos de reflexión de los autores implican una lectura contextual que puede o no enmarcarse en la realidad social y su decisión no tendría por qué calificarse desde una oficina estatal. Darío Jaramillo, Melba Escobar, Jorge Franco, Margarita García Robayo, Dasso Saldívar, Juan Esteban Constaín, Rómulo Bustos, Adelaida Fernández Ochoa, Andrea Cote, Ángela Becerra, Beatriz Helena Robledo, Juan Luis Mejía, son algunos de los represéntales del país en la Feria. Sin embargo, la lista está incompleta.
Cali, a finales de los años 70. Cualquier día. El mismo que para Claudia fue el fin del mundo. Hay una familia que parece sostenerse y permanecer unida por gracia de la gravedad, y el colchón verde que forman las plantas de la sala. Algunos días hay silencio, curvas y niebla; otros, menos fatales, la mamá, el papá y la hija van en un mismo carro y comen helado.Pero los días pasan y entonces, alguno cae.“Entonces el abismo, como no lograba hacer que me lanzara ni podía devorarme, se me metía por los ojos, una cosa deliciosa y horrible, una bolita saltarina en la barriga y la náusea asquerosa y pestilente, hasta quedar bien sepultado dentro de mí”. A menudo pienso en la infancia como la época de mayor dicha en la vida. Pero con el paso del tiempo, ha sido inevitable no verla como la raíz de mi historia, la caja negra de todos los pensamientos que rondan mi cabeza hasta chocar y convertirse en acción o verdad. Parece una obviedad decir que la edad determina la dimensión que tenemos sobre las cosas, pero cuando esa premisa se convierte en una certeza, la vida se sacude. Un día, mirando por la ventana, descubrí que era adulta y que de eso no había vuelta, y no significa que sea trágico o que le tema a las arrugas, es solo que se quiebra algo de manera definitiva. La inocencia, dirán algunos.En el último rincón de la risa genuina quedan muchos de esos días, de cuando nos acompañaban a dormir porque nos asustaba la oscuridad y nos esforzábamos por parecer lo suficientemente altos para timbrar en la casa o encender la luz. Un tiempo en el que solo importaba la risa. Entonces la infancia parece un bucle, un eterno retorno que nos permite explicarnos, ampliar el mapa de nuestra mente y el árbol de nuestra familia: mamá, papá, ausencia, abuela, abuelo, silencio, tía, tío, miedo, prima, primo, abandono. Aún siendo adulta, esa mano gigante que parece ser mi familia me alcanza para darme vuelta, golpea en la puerta de cualquier casa que he construido y me recuerda que es la herida definitiva y que se descose cada vez que pronuncio o escribo mi apellido.Soy como Claudia hija que es también Claudia madre y que en cierta medida, es una parte de la madre de su madre: cada una huyendo de la otra aunque la ame con fuerza porque la brutalidad del amor es así, implica la suavidad de una caricia y la ferocidad de una mirada. Sin embargo, todas se contienen, nos contenemos. Hay en mí una parte de todas las mujeres de mi familia, como si habitaran mi cuerpo desde diferentes formas y las encuentro en los gestos que alguna vez rechacé.En medio de la selva, la finca nublada y los guayacanes florecidos, Claudia aprendió a observar con la suficiente cautela para entender lo que pasa, para leer a su madre aún dormida y esperar en silencio a un padre que parece mucho. Remando las grietas de su corazón construye imágenes de la familia que quisiera tener y fija un espejo en su mente en el que es casi tan bella como su madre. Esa tensión solo conoce una tregua: el último momento del día en el que Claudia cierra los ojos y entonces, se apaga el mundo, el calor y Cali. Mientras duerme, Claudia hija es Claudia madre de Paulina, su muñeca, y a su lado observa el vacío de la montaña sin vértigo.Gran parte de mi vida del presente ha requerido rescatar —pero sobretodo honrar— la niña que fui y en esa búsqueda me he encontrado de frente con recuerdos bloqueados, con los afectos que ahora parecen imposibles para mi corazón. Nunca me gustó el miedo, ni el vértigo. Me parecía que el cielo era, después del mar, un lugar imposible, superior y me gustaba estirar los brazos y pensar que lo alcanzaba, que era suave y tibio y cercano desde la barda de ladrillos calientes de la terraza, y yo sentía que podía quedarme ahí. Entonces aparecía la voz de mi papá desde la cocina y me preguntaba: “¿tú me quieres?” y yo respondía: “hasta el cielo de la calle”.Por alguna razón, la flecha de la culpa ha estado afilada siempre solo hacia un lado, ha atravesado particularmente un cuerpo y ha minado nuestro lazo con la madre. Por si fuera poco, sobre sus hombros ha pesado siempre la responsabilidad, el amor y el cuidado como si de verdad fuera un instinto, como si se tratara de un botón que enciende y apaga la maternidad. Dar por sentado el amor es renunciar a la búsqueda y al encuentro de resignificar nuestros vínculos, implica ver a la madre solo con un ojo, como recordándole que ya no es una mujer, que ahora es solo la-mamá-de. Luego de ese juicio está el perdón.Como hijas somos implacables y aún sin ser madres, esperamos que al momento de serlo —si es que pasa— haya benevolencia hacia nosotras. No hay un hogar más seguro que la madre y nada más liberador que aprender a conocerlas fuera de ese rol. En un mundo que parece en contra de las mujeres, solo nos tenemos a nosotras mismas, solo nos queda agarrarnos de la mano con fuerza y sostenernos en el borde del abismo y en la caída.“Yo sé que no he sido la mejor mamá… Cuando la tristeza se me mete en el cuerpo yo trato de hacer que se vaya, te lo juro”.Una vez atravesado ese puente, hay otro hueco inmenso que se abre ante nosotros. Descubrimos que la mayoría de los abismos no son un lugar, sino que nos habitan, son los ojos convertidos en pozo, es la rinitis que deja a oscuras a Claudia y el resbalón de Gloria Inés. Puede ser la imposibilidad de responder un mensaje, el silencio que llega de golpe y nos roba hasta el disfrute de la música. Es también el recuerdo que está llegando ahora a su cabeza.El abismo como el silencio es una figura extendida. Incluso, en ocasiones, es otro familiar. Es, como su definición lo indica, una “parte profunda del pensamiento o del alma que resulta insondable o incomprensible”, como una capa oscura y densa que se adhiere con fuerza unos días más que otros, y requiere toda una red de afectos para quebrarse. A los abismos le hacemos ofrendas porque la tristeza también es un ritual: hacemos promesas de ya no pensar tanto en eso y tomamos duchas largas para que el agua se lleve todo. Le entregamos algo que amamos, lo dejamos caer como Claudia a Paulina. Y basta. Y siguen faltando cosas también.Pilar Quintana escribió una novela en la que una hija descubre a su madre, descifra a su padre y en medio de esos dos lenguajes construye un mundo propio, aún en medio de los derrumbes que todo el tiempo los desbordan. Es honesta y sutil, y por eso es fácil encontrar en esos personajes la piel de la gente que conocemos. Todos asistimos a la degradación de la familia: a través de una separación, cuando una enfermedad llega y se lleva a quien amamos. O, cuando simplemente y sin poder pararlo, el deterioro del tiempo lo consume todo y no podemos hacer nada, solo ver cómo pasa. Lo que amamos, a quienes amamos, se cae ante nosotros porque la gravedad es definitiva y aunque creamos saber qué les pasa, hay una marea indetectable que solo ellos dimensionan en su pecho. Hay casos en los que la rinitis y la migraña de Claudia los apaga. Otras veces, de tanto amor y tanto daño, los lanzamos por el abismo para ya no saber más de ellos, sin saber que una parte nuestra está ahora en el fondo y que desde cualquier presente, regresaremos al umbral para preguntarnos si hicimos bien en huir.
Una de las voces más importantes de la literatura colombiana contemporánea es Pilar Quintana. La escritora caleña ha construido un universo literario en el que habita la ferocidad del amor, de la violencia, en medio de lugares particulares como el Pacífico Colombiano. Luego de ser nominada a varios premios por su novela "La Perra" y de la reedición de "Caperucita se come al lobo", Quintana recibe un nuevo reconocimiento. La autora ha sido anunciada como la ganadora del Premio Alfaguara 2021, en su XXIV edición, por su novela "Los Abismos", una obra inédita que estará al alcance de los lectores desde el próximo 25 de marzo, según anunció la editorial. El jurado premió esta novela que describe "la oscuridad del mundo de los adultos, a través del punto de vista de una niña que desde la memoria de su vida familiar intenta comprender la conflictiva relación entre sus padres", dijo el presidente del jurado, el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince.
El huecoEstuvimos tres años en el hueco. Así lo llamábamos aunque en realidad no era un hueco. Era una estructura de paredes altísimas de concreto, sin techo. Mariángela estaba en una celda y yo, en otra. Las celdas eran contiguas.El único hueco era el que había en todo lo alto. Por ahí entraban el sol y la noche. Por ahí nos caían la lluvia y la comida. Nunca nos dieron un plato servido como a la gente. Nos tiraban el arroz lo mismo que la sopa. Había que hacer las necesidades en un rincón y había que esperar que la comida no cayera en ese rincón. Había que buscar los pedazos de comida esparcidos por toda la celda y, si era sopa, había que agacharse a lamer como los animales.Mientras estuvimos en el hueco, Mariángela se negó a aceptar la realidad. Según ella, el hueco sí tenía techo. El intenso calor que sentía durante el día y el frío de la noche se debían a un sistema de calefacción y aire acondicionado. La lluvia era un sistema de aspersores para cultivos que colgaba del techo y los truenos, efectos de sonido reproducidos por un equipo de sonido.Mariángela decía que Víctor había instalado todos esos sistemas con el propósito expreso de torturarnos suplementariamente. El encierro —y la pared que nos separaba, los daños físicos, las humillaciones— no eran suficientes para él. Mariángela decía que a Víctor le gustaba jugar a Dios.En cuanto a la comida, se imaginaba que la lanzaba un aparato parecido al que dispara pelotas de tenis. Mariángela se había procurado una explicación para todo.Para ella el hueco era hermético y estaba sumido en las tinieblas. Esa era la razón por la que no podía ver nada, no quería darse cuenta de que le habían arrancado los ojos. Yo no la desengañaba aunque a mí no me había ido mejor, a mí me habían arrancado los testículos.La mente de Víctor era ilimitadamente perversa, y había que reconocer que en la misma medida era una mente brillante. Nos había castigado a cada uno justo donde estaba la raíz de nuestro pecado, con un acierto y con una sevicia que solo pueden compararse con las atrocidades divinas de las que hace alarde la Biblia.En eso de que Víctor jugaba a Dios sí tenía razón MariángelaVíctor tenía una flotilla de aviones, una colección de coches antiguos y un equipo de carreras. Tenía tantas propiedades en tantas ciudades que ni él mismo sabía cuántas eran. Tenía una finca —la misma donde estaba el hueco— que era más grande que Suiza. En un arrebato de ostentación la había llamado País Víctor y, de hecho, ahí solo regían sus propias leyes.País Víctor tenía un ejército de quinientos hombres para custodiarla y no producía nada. Era una finca de recreo que nada más consumía. Tenía 77 nacimientos de agua, 77 caballos árabes y 77 habitaciones para invitados.A Víctor le gustaban esas coincidencias numéricas —siempre de tres en tres y siempre usando el número siete— y se jactaba de tener el poder de propiciarlas.Las pesebreras estaban alfombradas, las cerraduras de las puertas eran de oro, lo mismo que los grifos de los baños, y la pista de aterrizaje tenía capacidad para grandes aviones comerciales, aunque no llegaba ninguno.Víctor tenía fama de haber matado más de doscientas personas y hecho explotar siete bombas de alta potencia en siete centros comerciales de siete ciudades distintas. Así había doblegado al gobierno y conseguido sus favores.Yo solo era uno de sus pilotos y no tenía nada. La única razón por la que Mariángela podía haberse fijado en mí era porque yo era guapo.Víctor era bajito y rechoncho. La barriga le sobresalía por encima de los pantalones y a sus 39 parecía de cincuenta. Tenía la cara deformada por viejas marcas de acné y de vez en cuando le aparecían pústulas frescas que reventaban causando estropicio de pus y sangre.Por eso hizo que a Mariángela le sacaran los ojos.Mariángela era una muchacha de barrio. Una de tantas que Víctor compraba con joyas, con ropa o directamente con plata, una de esas que sacaba a pasear el fin de semana. Mariángela no era nadie. Pero tenía un culo precioso.Por eso, a mí, Víctor me hizo cortar el suministro de testosterona.Yo llevé a Mariángela a País Víctor. Nunca había montado en avión y estuvo muy preguntona. Cuando llegamos a la casona y vio los balcones, la piscina y la magnificencia de todo, soltó el maletín, que no había dejado que nadie le cargara, y dijo guau.Víctor no estaba.Nos sirvieron la cena en el comedor para veintidós personas, a ella en un extremo y a mí en el otro, y nos dejaron solos. Solos con la guacamaya de Víctor, que tenía las alas cortadas, y se movía de silla en silla. Mariángela estaba encantada de jugar a la gran dama. Afectaba los modales, se refería a la guacamaya como a su alteza real y le hacía una reverencia cada vez que alzaba la copa para tomar. Nos estuvimos riendo todo el tiempo.En cuanto terminó el postre dejó caer la servilleta con descuido sobre la mesa. Había vuelto a ser ella misma y, del modo más natural, me preguntó si me parecía que ella era muy puta por acostarse con un tipo como Víctor. Le respondí que no era más puta que yo. Ahí fue cuando nos perdimos. Lo vi en sus ojos y ella lo vio en los míos. Dejamos de reírnos.Vinieron a decirnos que Víctor no llegaría hasta el día siguiente y nos llevaron al segundo piso. Nos asignaron habitaciones contiguas con balcones que apenas se separaban con una baranda decorativa de madera. Estoy seguro de que Víctor me puso a Mariángela tan cerca a propósito.Hasta ese momento solo me había dado trabajos anodinos como llevar a sus amantes ocasionales de un lugar a otro. Ahora, quizás, estaba pensando hacerme su piloto personal o darme una ruta, que era lo que yo ambicionaba. Víctor no confiaba en nadie y quería probarme.Yo habría jurado que en mí sí podía confiar. Fui el primer sorprendido una vez se vio lo contrario. Cuando salí al balcón a fumarme un cigarrillo, ella estaba ahí. De pie junto a la baranda que separaba los cuartos. Hablamos de las montañas que se veían al frente, por hablar de alguna cosa, por disimular el nerviosismo. En cuanto tiré elcigarrillo, nos miramos y nos besamos. Cualquiera de los empleados de Víctor podía habernos visto. Se lo dije a Mariángela y ella se entró a su habitación sin decirme nada. No tuve un instante de vacilación. Salté la baranda y entré detrás de ella.No nos dijimos nada. Todo lo hicimos con desesperación y abandono, y no creo que fuera solo por el peligro o porque fuera nuestra primera vez, sino porque en el fondo sabíamos que también era la última. Pero fuimos felices, nos mirábamos a los ojos, más bien nos comíamos con los ojos, y sonreíamos.Yo me vine largamente, ella no lo consiguió.Le dije que después de un polvo imperfecto siempre hacía falta una buena conversación de cama. Ella se rio y me contó de su hijo de cuatro años. Yo, de los miedos que había pasado en mi profesión. Mariángela se fue quedando dormida en mi pecho.Antes de irme, contemplé su hermoso culo desnudo. Aún hoy, el recuerdo de ese culo desnudo me hace posible concebir el deseo.Yo había dejado la luz de la mesa de noche encendida y ahora estaba apagada. Me moví con cautela. A pesar de la oscuridad lo vi. Estaba sentado en el sillón. Se veía tranquilo, y hasta me pareció ver que sonreía. Tal vez ya tenía concebido su plan. No hizo nada, no dijo nada. Se levantó y se fue.Cuando abrió la puerta, entró un chorro de luz y pude ver que había dos hombres en las esquinas del cuarto. Estaban armados y me apuntaban. Oí que otros hombres entraban en la habitación de Mariángela.Oí sus gritos aterrados, oí cómo la sacaban, oí cómo se resistía, oí que le suplicaba a Víctor que no la matara y al final, cuando su voz era un hilo en el extremo más alejado del pasillo, oí que gritaba mi nombre.Quise ir por ella, pero los hombres me agarraron. Me tuvieron dos días encerrado en la habitación. Sin comida y sin agua. Sin saber qué había pasado con Mariángela. Luego me llevaron al primer piso, al comedor donde había cenado con ella y la guacamaya.Había varios hombres y estaban Víctor y Mariángela. Nos miramos, estaba tan bonita como el primer día, le sonreí. Uno de los hombres me pegó en la cabeza con la cacha de su revólver. Mariángela soltó un grito.Me desvistieron, me agarraron entre cuatro y me inmovilizaron sobre la mesa para veintidós personas. Entonces vi al hombre que se acercaba con el bisturí. Mariángela no paraba de llorar, Víctor le sujetaba la cara para asegurarse de que mirara. El hombre tomó mis testículos con la mano, como sopesándolos, los levantó y acercó el bisturí. Sentí el frío del acero y el calor de la sangre. Me desmayé.Cuando volví en mí, seguía sobre la mesa del comedor. Me habían puesto una manta encima y sentía frío. Mariángela estaba acostada a mi lado. Dormía. Por un momento pensé que seguíamos en la cama, que acabábamos de hacer el amor. La voz de Víctor me sacó del ensueño. Sentí su aliento en mi oreja. A ella le vamos a sacar los ojos, me dijo.El hombre del bisturí —debía ser un cirujano, Víctor siempre hacía las cosas bien— estaba al lado de Mariángela. Le pusieron un aparato que le abrió los párpados. Vi claramente sus ojos verdes, vi claramente cuando el bisturí entraba. Perdí la conciencia otra vez.A ratos la recuperaba y siempre percibía a Mariángela junto a mí. Pero todas las imágenes son borrosas y de pesadilla. Creo que vi las cuencas de sus ojos vacías. Sus ojos en las manos de Víctor. La guacamaya montada en el hombro de Víctor. Los párpados cosidos.Cuando me desperté del todo, ella no estaba a mi lado y estábamos en el hueco.Cortesía: Literatura Random House.
Dudamel llevó al escenario al rapero Common, al guitarrista y exjugador de los Yankees Bernie Williams y a varios estudiantes de música como parte de la celebración de la orquesta.La gala fue un anticipo de la próxima dirección del maestro venezolano en la orquesta más antigua de Estados Unidos, que empezará en la temporada 2026-27, cuando ponga fin a su puesto al frente de la Filarmónica de Los Ángeles tras 17 temporadas."Estoy totalmente convencido de que el futuro de la sociedad comienza con la educación de los jóvenes", dijo Dudamel a los asistentes."Estoy muy emocionado por nuestro futuro juntos", agregó, en referencia a su aterrizaje en Nueva York.Aunque aún no está al frente de la orquesta de la Gran Manzana, ya ha comenzado a trabajar en la configuración de su programación.La incorporación de Dudamel, de 43 años, fue un golpe de efecto para la filarmónica neoyorquina, fundada en 1842 e resuelta en los últimos años a modernizar su imagen.La dirección de la entidad invirtió 550 millones de dólares en la renovación de la sala David Geffen, su sede en el Lincoln Center de Manhattan.Dudamel calificó la música de "derecho humano fundamental" e hizo hincapié en el rol "trascendental" que "puede desempeñar en la vida de los jóvenes". El director invitó a varios estudiantes de música para que tocaran junto a los artistas de la compañía.También subió al escenario la estrella del hip-hop Common, que rindió homenaje a las raíces del género en Nueva York antes de interpretar con la orquesta canciones como Glory, tema que ganó un Oscar con la película Selma.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Bernie Williams, quien jugó 16 temporadas en el equipo de béisbol de los Yankees de Nueva York además de ser un consumado guitarrista, interpretó una composición de jazz.Como muchas instituciones de música clásica, la Filarmónica de Nueva York lleva años intentando renovar su imagen, que algunos críticos han tachado de demasiado elitista.Durante su estancia en Los Ángeles, Dudamel estrechó lazos con Hollywood al tiempo que se catapultaba su fama, acercando la música clásica a oídos quizá poco familiarizados con el género, incluso intimidados por todo lo que lo envuelve.Nacido el 26 de enero de 1981 en Barquisimeto (Venezuela), hijo de un trombonista y una profesora de canto, Dudamel cultivó su talento gracias al programa de educación musical venezolano El Sistema.Cuando se mudó a Estados Unidos, quiso llevar todo ese conocimiento a los más pequeños, y creó la Orquesta Juvenil de Los Ángeles, conocida como YOLA, siguiendo el modelo de El Sistema."Tenemos que educar a la gente, pero de la mejor manera, no poniendo el arte en un pedestal inaccesible", dijo a los periodistas el año pasado en una rueda de prensa en la que se presentó como próximo director musical y artístico de la Filarmónica de Nueva York."Cuando le das un instrumento a un niño, le estás dando belleza, le estás dando la oportunidad de crear su propio mundo", afirmó.Su actuación del miércoles fue una confirmación de esa visión de futuro, con los jóvenes músicos como máxima prioridad.Es una apuesta por crear un "futuro en el que todos nos sintamos seguros, en el que todos nos sintamos escuchados", dijo.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
No obstante, acudirá a ella el propio mandatario, quien presentará el domingo 12 de mayo su última publicación, Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica, según confirmó la Fundación El Libro, organizadora del certamen.Según los datos manejados por la Fundación, las ventas editoriales cayeron en Argentina entre un 20 % y 30 % en el primer trimestre de este año.Para incentivar que el público pueda comprar en esta edición, que se celebra del 25 de abril al 13 de mayo, la Fundación logró del Estado la exención de impuestos para los libros importados que se pongan en venta en el predio de La Rural, en el porteño barrio de Palermo.Será una manera de paliar las contracciones, aunque datos oficiales indicaron que la industria argentina de edición e impresión cayó el año pasado un 3,8 % y en el primer bimestre de este año acumuló una caída del 5,7 %.De acuerdo con el informe anual de producción de la Cámara Argentina del Libro (CAL), durante 2023 hubo 24.690 publicaciones en papel, lo que representa una tirada total de más de 47,9 millones de ejemplares, pero una bajada del 24 % respecto de 2022.En esta oportunidad, la Feria del Libro tendrá como ciudad invitada de honor a Lisboa (Portugal) y contará con el discurso inaugural de la escritora argentina Liliana Heker, de 81 años, que en diálogo con la prensa local ya adelantó que hará alusión "al ataque que se está haciendo a toda la cultura".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.El presidente de la Fundación El Libro, el escritor Alejandro Vaccaro, ya se había mostrado previamente crítico con el Gobierno nacional, que por primera vez no formará parte de los pabellones de la feria: "Hay en el imaginario colectivo una sensación de que este Gobierno es sumamente hostil a todas las manifestaciones culturales", afirmó en rueda de prensa.Entre las actividades del certamen habrá homenajes a los autores argentinos Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar -por el 110° aniversario del nacimiento de ambos y el 25° de la muerte del primero, y al dibujante Joaquín Salvador Lavado 'Quino' y a su personaje más inolvidable, Mafalda.El predio dispondrá de unos 430 expositores que ocuparán unos 15.000 metros cuadrados, así como participaciones en innumerables actividades, como cuentacuentos, diálogos entre escritores o muestras fotográficas.Entre las presentaciones internacionales estarán el francés David Foenkinos, la ecuatoriana Mónica Ojeda, la china Zhao Si, las españolas Elvira Sastre y Sonsoles Ónega, la uruguaya María Lourdes Ferro o el italo-colombiano Walter Riso.A nivel nacional, estarán presentes los argentinos Eduardo Sacheri, Leila Guerriero, Claudia Piñeiro o Gabriel Rolón, que integrarán distintos paneles y presentaciones de libros.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
“Una toma de la realidad para ciertos horrores, pero finalmente es literatura y al ser literatura se convierte en un espacio seguro donde poder hablar y pensar de lo oscuro, donde poder imaginar lo que nos da miedo y ponerle nombre, sin que nos pase nada”, dijo la autora.Enriquez compartió espacio con la narradora mexicana Liliana Blum para hablar de ‘El horror de la realidad’ y sostener un diálogo con sus lectores que se reunieron en el edificio Arroniz, uno de los sitios históricos de la ciudad mexicana de Guadalajara, capital del estado de Jalisco (oeste de México).La argentina, autora de libros como ‘Nuestra parte de la noche’, afirmó que escribir este género literario demanda de los escritores honestidad, pero también alejarse de la superioridad moral para crear a sus personajes y dejar de pretender que tienen una lección para dar a quienes les leen.“Si hay algo en todo tipo de literatura es la superioridad moral, creer que los personajes que una crea, lo que tiene para decir, etcétera, es de alguna manera mejor que el lector, que les estás dando una lección, que le estás señalando, eso está pasando en literatura y lamentablemente está pasando bastante en literatura escrita por mujeres”, declaró.La mexicana Liliana Blum aseguró que crear literatura de terror es también mostrar el lado oscuro y las perversidades de quien la escribe y que no siempre se puede decir en voz alta.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.“Lo más perturbador de todo es que en el fondo todos somos iguales, claro decidimos actuar o no actuar sobre ciertas cosas. No es difícil meterse adentro de un personaje si aceptas también lo que tú eres y las partes oscuras no tan estimulantes”, afirmó.La narradora de ‘Un descuido cósmico’ afirmó que cuando un escritor acepta su propia humanidad y reconoce su propio lado oscuro logra ser más honesto en la forma de construir sus personajes y cómo los lectores se identifican con ellos”.Ambas escritoras coincidieron en que el género del horror es un buen espacio para hablar del cuerpo y las exigencias de la sociedad ante la belleza, especialmente para las mujeres.“Mis personajes nunca se han sentido a gusto en sus cuerpos, como yo no me he sentido en el mío, por eso tienen siempre eso: o es enana, es demasiado gorda o se están haciendo viejas, mis personajes en este último libro han ido creciendo junto conmigo y eso es un reclamo que yo doy (en mis libros)”, expresó.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Aunque aún se desconocen las causas del incidente, el director del Moulin Rouge, Jean-Victor Clerico, declaró que no había indicios de "sabotaje", sino que se produjo por un "problema técnico".Las aspas del decano de los cabarés parisinos --inmortalizado por el pintor Henri de Toulouse-Lautrec a finales del siglo XIX-- se desprendieron hacia la 01H45 de la madrugada, una media hora después de que se fueran los últimos espectadores.Las letras M, O y U de su nombre, situadas en la fachada, también cayeron, pero no hubo heridos ni hay riesgo de otro colapso en la estructura del inmueble, según los bomberos."Es increíble", declaró a Exaucé, que no quiso dar su apellido. Este cocinero del Moulin Rouge descubrió las aspas en el suelo cuando llegó al lugar hacia las 08H00 de la mañana.La entrada del establecimiento se encontraba este jueves en la mañana acordonada, pero la calle no estaba bloqueada, mientras un camión retiraba los elementos desplomados, constató una periodista de AFP."Es extraño. Es como si cortáramos la cabeza de la Torre Eiffel. Me duele. Espero que lo arreglen rápido", declaró Daniel, de 58 años, quien pasa todos los días por delante cuando va camino del trabajo.La empresa propietaria indicó que "es la primera vez que se produce un accidente de este tipo desde la fundación del Moulin Rouge, el 6 de octubre de 1889".💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Templo del cancán"Afortunadamente ocurrió después de la hora del cierre", agregó la empresa, según la cual, "cada semana la dirección técnica del cabaré comprueba el mecanismo de las aspas del molino y no había encontrado ningún problema"."El propio sitio cuenta con vigilancia 24 horas al día, sobre todo en el tejado, con presencia humana. Ya sabemos que no se trata de un sabotaje, sino de un problema técnico evidentemente", dijo a la prensa Clerico.El único incidente grave en el templo mundial del cancán fue un incendio provocado por unas obras en 1915, que obligó a cerrarlo durante nueve años, según el cabaré.La ministra francesa de la Cultura, Rachida Dati, expresó su "emoción particular para el mundo del espectáculo y para todos los enamorados de París", y la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, dijo "esperar" que la estructura estaría reparada antes de los Juegos Olímpicos, del 26 de julio al 11 de agosto.En una mezcla de madera, metal y aluminio, las aspas fueron restauradas como nuevas hace dos décadas para que fueran más ligeras, precisó Clerico, y su estructura y motorización "son controlados cada dos meses por una empresa especializada".Este establecimiento, que cumplirá 135 años el 6 de octubre, está situado a los pies de la turística colina de Montmartre, en el norte de París, y en el corazón del animado barrio de Pigalle.Sinónimo de las desenfrenadas noches parisinas junto al Lido y sus bailarinas de cancán, atrae cada día a miles de visitantes de todo el mundo, que se fotografían ante su fachada.Sus espectáculos de bailarinas en enaguas y volantes, en la estela de leyendas como La Goulue, la Môme Fromage, Nini Pattes en l'air y Mistinguett, hicieron famosa a esta institución.La película musical Moulin Rouge de Baz Luhrmann en 2001, protagonizada por Nicole Kidman y Ewan Mc Gregor, reforzó su interés internacional.El Moulin Rouge acoge a 600.000 espectadores al año, con dos representaciones cada noche, 365 días al año, y emplea a unos 450 trabajadores.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El cineasta Laurent Cantet falleció de un cáncer que sufría desde hace un tiempo, y cuyo tratamiento no le impidió estar trabajando en una película que estaba en fase de preproducción, en colaboración con Marie-Ange Lucciani, productora de la aclamada Anatomía de una caída.Dirigió 13 títulos entre largometrajes (diez), cortos (dos) y una miniserie de televisión, y los escribió todos, bien en solitario o bien trabajando en grupo.El reconocimiento internacional le llegó con Entre les murs, que fue el primer filme en francés en ganar la Palma de Oro de Cannes en 21 años.La película impactó por su narración de la vida en un instituto de enseñanza media en un barrio conflictivo de París, donde un profesor lucha para que su mensaje cale entre alumnos adolescentes de distintas razas y de orígenes modestos.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Además de la Palma de Oro de Cannes, recibió otros diez galardones nacionales e internacionales y fue nominada a los Óscar de 2009.Cantat creó un cine de conciencia social y trató la falta de moralidad de la sociedad contemporánea, como mostró sobre todo Resources humaines (1999), que narra la peripecia de un joven de familia obrera que tras unos brillantes estudios empieza a trabajar en las oficinas de una fábrica, donde debe acometer el despido de algunos trabajadores, entre ellos su propio padre.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.