La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia se une a la serie de actividades programadas por el Auditorio León de Greiff en "Alabanza a las mujeres", en conmemoración del Día de la lucha por los derechos de las mujeres. En este contexto, Sinfónica rendirá homenaje a la arquitecta Eugenia Mantilla de Cardoso, destacada por ser la primera mujer en Colombia en recibir el Premio Nacional de Arquitectura gracias al diseño del Auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional de Colombia. El evento se realizará el próximo 7 de marzo a las 7:30 p.m. Este gran concierto de entrada libre, dedicado a todas las mujeres, será una noche excepcional donde los asistentes podrán disfrutar del virtuoso Concierto para violín en re menor del compositor armenio Aram Khachaturian, interpretado por su compatriota, el solista Sergey Khachatryan. La Orquesta Sinfónica Nacional ejecutará esta brillante obra bajo la batuta de su director titular y artístico, el maestro Yeruham Scharovsky. La velada continuará con la interpretación de la Cuarta Sinfonía de Johannes Brahms, una obra que cautivará a los asistentes con su profundidad emocional y suriqueza sonora.Este concierto es una oportunidad única para disfrutar de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia y la destacada interpretación de Sergey Khachatryan, un músico de renombre internacional.¿Quién es Eugenia Mantilla de Cardoso?Eugenia Mantilla Cardoso marcó un hito al convertirse en la pionera en Colombia en ser galardonada con el Premio Nacional de Arquitectura por su destacado diseño del Auditorio León de Greiff, ubicado en la Universidad Nacional de Colombia. Su formación incluyó la obtención del título de arquitecta en la Facultad de Arquitectura de la misma universidad, así como estudios de especialización en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Durante treinta años, compartió su vasto conocimiento como profesora de arquitectura en la Universidad Nacional de Colombia.En 1973, cuando el Auditorio León de Greiff abrió sus puertas, distinguidos musicales como sinfónicas, filarmónicas y artistas como James Ehnesv, Andrew Armstrong, Medeski, Compañía Tangokinesis, Fermín Bernetxea, Quatuor Diotima, Ryoji Ikeda, Joan Albert Amargós Altisent, Jane Rigler, Bojan Zulfikarpasic, Joan Albert Amargós Altisent, Erik Truffaz Quartet, Ron Carter y Jacques Loussier destacaron la impresionante acústica del recinto. No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El director, de 45 años, está de regreso a Colombia donde este fin de semana conducirá a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia en la presentación en Bogotá de la ópera "Tosca", en dos funciones en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.Orozco-Estrada, que ha dirigido además prestigiosas orquestas como la Filarmónica de Berlín, el Concertgebouw de Ámsterdam, la Filarmónica de Viena, la Orquesta Nacional de Francia y la Sinfónica de Chicago, confiesa que no le gusta que a él o al maestro venezolano Gustavo Dudamel, nombrado esta semana director de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, se les destaque por su origen latino sino por lo que saben hacer."Lo que quiero decir es que aquí lo valioso es el talento del maestro Dudamel y no que sea latino. Yo creo que él está ahí porque es un gran maestro, porque hace las cosas muy bien, porque lleva una carrera de muchos años, aunque sea muy joven, haciendo las cosas a un grandísimo nivel y por eso es el director de la Filarmónica de Nueva York, el próximo director", dice a EFE.Carrera impecableAl director colombiano le parece "maravilloso" lo alcanzado por Dudamel, cuya carrera considera "que es impecable, que es admirable, que es inspiración para todos". Sin embargo, subraya que le "molesta un poco" que se recalque su condición de latinos más que su virtuosismo, y aclara: "Pero no quiero que se confunda con la falta orgullo, que eso es otra cosa"."Creo que tanto el maestro Dudamel, como cualquier otra cantidad de maestros que hay o que seamos el mundo, lo que hacemos es música con todas nuestras ganas, nuestra pasión, por encima de si somos latinos, si somos alemanes o italianos. Estamos concentrados haciendo la música", explica. El maestro añade que la música clásica es universal y lo que importa no es el pasaporte sino lo que se hace con ella.Además de dirigir a la Sinfónica Nacional en "Tosca" en Bogotá, Orozco-Estrada tiene previsto regresar a su natal Medellín, lo que, según dice, le parece "una experiencia muy linda" porque hace muchos años no está allí, para dirigir "La traviata".En su agenda de los próximos meses también están regresar a la Ópera de Berlín y conciertos sinfónicos en Francia. "Voy a dirigir en un par de giras, tengo muchas, muchas cosas, afortunadamente muy bonitas que hacer en lo que queda de esta temporada y en la que comienza, por supuesto, que también está llena de cosas bonitas".La intensidad de PucciniCon respecto a "Tosca", cuya dirección musical hizo el año pasado con la "Staatskapelle", la orquesta residente de la Ópera de Berlín, y en 2021 con la Sinfónica Nacional de Colombia, también en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, afirma que le produce "una alegría volver a retomar el título porque es una producción muy bonita, muy bien hecha"."Es una producción que maneja a Puccini con toda su parte dramática, con su toda su intensidad desde el punto de vista musical, primeramente, con un gran elenco, con una orquesta que responde muy bien, y la parte del coro, que también está maravilloso", afirma.Esta producción de "Tosca", una de las óperas más populares de la historia, tendrá, además de al maestro Orozco-Estrada en la dirección musical de la Orquesta Sinfónica Nacional, la dirección escénica de Pedro Salazar y los coros juvenil e infantil de la Orquesta Filarmónica de Bogotá.El elenco está integrado por la soprano austríaca Martina Serafin, el tenor inglés Adam Smith y el barítono argentino Fabián Veloz, quienes estarán acompañados por las voces líricas colombianas de Jacobo Ochoa, Valeriano Lanchas, Manuel Franco, Camilo Mendoza y Julián Usama."Esto es una versión, digamos, mucho más romántica. El repertorio de Puccini obviamente está lleno de mucha más carga romántica, muy profunda, y la orquesta responde muy bien tanto en el sonido como en ese talento que se necesita para poder acompañar a los cantantes en la escena, sobre todo cuando es una versión completa de una ópera, y no solamente un concierto", concluye.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
La Orquesta Sinfónica Nacional anunció que la maestra Lina González-Granados será la nueva directora residente de la Ópera de Los Ángeles desde este año. González estudió un doctorado en Artes Musicales y Dirección Orquestal en la Universidad de Boston. Entre sus trabajos más reconocidos ha dirigido a la Orquesta Filarmónica de Nueva York, la Orquesta Sinfónica de San Francisco, la Orquesta Sinfónica de Chicago, la Orquesta Filarmónica de Rochester y la Sinfónica de Barcelona, entre otras orquestas. Así como ha sido directora de increíbles orquestas, ha sido reconocida por su trabajo. Ganó la Medalla de la Excelencia Sphinx en el 2021, en el 2022 recibió el Premio de Asistencia a la Carrera en Estados Unidos de la Fundación Solti y ganó el cuarto Concurso Internacional de Dirección Sir Georg Solti de la Orquesta Sinfónica de Chicago. La maestra Lina González-Granados también es directora artística de Unitas Ensemble, una orquesta de cámara que interpreta las obras de compositores latinoamericanos y que presenta música clásica en zonas vulnerables de Estados Unidos. Para celebrar su trayectoria y trabajo en la Orquesta Sinfónica Nacional, el viernes 8 de julio a las 8:00 p.m. se estará presentando en el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo dirigiendo la orquesta y tocando tres obras mágicas, Paraíso según María de Juan Davis Osorio, el Concierto para piano de George Gershwin y la Sinfonía Número 5 de Dmitri Shostakóvich.Puede adquirir las entradas en tuboleta.com.Conéctese a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
La Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia lanza este viernes 6 de mayo, a través de las plataformas digitales, su nuevo álbum ‘Hecho en Casa’, una producción discográfica que recopila las mejores grabaciones realizadas para su serie documental ‘Contra el Olvido’ y que fueron producidas durante la pandemia del COVID-19. La gran novedad para este álbum, es su proceso de grabación, puesto que tiene como materia prima las grabaciones hechas por cada uno de los músicos de la Orquesta, desde sus casas, utilizando los micrófonos de sus teléfonos celulares.Sin duda alguna, la carta de presentación de este álbum es su particular proceso de grabación. Al respecto, el maestro Olivier Grangean, director musical del proyecto, nos cuenta lo siguiente: “Todas las semanas le pedimos a los músicos que grabaran, ellos solos, en su casa y con los dispositivos que tuvieran a la mano, algo que para una orquesta, que acostumbra a interpretar y grabar en conjunto, es totalmente surrealista. Algo que nunca habíamos vivido”.La idea de grabar desde casa implicó superar una infinidad de obstáculos, uno de ellos el ruido. Los niños llorando, riendo o gritando; el taladro del vecino, el perro ladrando, las sirenas de la ambulancia que pasa cerca a la casa, el vendedor de tamales y el pitido de los carros, entre muchos otros, constituyeron una verdadera odisea para todos. “A todos los músicos les tocó ingeniarse de alguna manera un home studio y aprender a grabarse ellos mismos, y ese fue el gran reto de todo esto”, concluye el ingeniero de sonido Carlos Silva, encargado del proceso de masterización del álbum.Asimismo, el maestro Juan Antonio Cuéllar, Gerente de la Orquesta, señala que “sin lugar a dudas nos ha caracterizado la adaptación, la habilidad de cada uno de los músicos de la Sinfónica Nacional para enfrentarnos a los desafíos que nos presentan los nuevos proyectos, que antes de la pandemia eran bastante normales, y que durante el confinamiento y el distanciamiento implicaron un reto sin precedentes para una orquesta sinfónica, y que hemos superado con creces a través de la innovación y de la lucha por mantenernos vigentes”.En el proceso de posproducción de este álbum se trabajó en la idea de que el sonido de la Orquesta debía asemejarse a como si estuviera en el escenario real. Así lo explico el ingeniero de mezcla Mauricio Cano: “Logramos dar en el punto de reverberación para lograr ese ambiente de gran teatro y que se sintiera que la Orquesta está allá, subida en el escenario, dando lo mejor de sí y en unión total con su director que por supuesto se encontraba en otra parte del mundo por las circunstancias que ya conocemos”.‘Hecho en Casa’ también cuenta con la colaboración de artistas de gran reconocimiento internacional como el violonchelista Santiago Cañón-Valencia, el pianista Eduardo Rojas, el violinista Julián Gil, el bajo-barítono Valeriano Lanchas, la soprano Lina Marcela López y el ensamble vocal francés Les Métaboles dirigido por Léo Warynski, quienes se grabaron a distancia, logrando resultados excepcionales.Respecto a la música que hace parte del álbum, se encuentran obras famosas de grandes compositores como Beethoven, Verdi, Mozart, Tchaikovsky y Berlioz, entre otros, y de compositores colombianos como Diego Vega, Adolfo Mejía y Luis Fernando Franco; música que sin duda alguna será para el deleite de todo aquel que quiera escuchar esta particular y memorable producción.“Todavía no sabemos hasta donde va a llegar este proyecto, no conocemos el alcance que tendrá. Lo que sí sabemos es que por primera vez una orquesta se ha atrevido a experimentar” expresa Juan Jacobo Restrepo, compositor y músico percusionista de la Sinfónica Nacional, quien estuvo a cargo del proceso de edición del álbum. Finalmente, el maestro Juan Antonio concluye con gran entusiasmo: “¡Lo hicimos! Convertimos en posible algo que no era posible para una orquesta sinfónica”.¿Cómo fue el proceso para grabar este álbum?El proceso que se estableció para la producción de este álbum, consta de cinco titánicas etapas: elaboración de una maqueta de audio de referencia, la grabación desde casa, edición, mezcla y masterización.La primera de ellas, el proceso de elaboración de maqueta de audio, estuvo en manos de Antonio Medellín Fajardo, un joven estudiante de composición con grandes habilidades para la producción de sonido, quien construye cada obra, en permanente comunicación con el director de la Orquesta, a partir de sonidos virtuales que se asemejan con mucha precisión a la interpretación que puede hacer una orquesta real. A esas maquetas, que se caracterizan por el altísimo nivel de expresividad, se les agrega un metrónomo para ayuda a los músicos a mantener el tempo de la obra. Una vez finalizada la maqueta, es enviada a los músicos de la Orquesta, para que cada uno realice sobre ella la grabación.Luego de que los músicos hacen sus grabaciones, estas pasan por un proceso de revisión por los jefes de cada fila de instrumentos y luego de ser aprobadas, son enviadas a Juan Jacobo Restrepo, compositor y músico percusionista de la Sinfónica, quien recibe más de 80 audios e incluso en otras ocasiones muchos más, para realizar finalmente el proceso de edición, eliminar ruidos y armar toda la estructura de cada pieza. Para una obra relativamente corta, este proceso puede tardar entre 10 a 16 horas, dependiendo de la cantidad de audios y de la calidad de cada uno de ellos.La cuarta etapa es el proceso de mezcla, a cargo de Mauricio Cano, ingeniero de sonido que ha ganado seis premios Grammy, dos premios Shock y un premio India Catalina. Por sus manos han pasado producciones de artistas como Carlos Vives, Andrés Cepeda, Shakira, Fonseca, Martha Gómez, Juan Carlos Coronel y Totó la Momposina, entre otros. Mauricio, por supuesto, trabaja muy de la mano del director de la Orquesta, puesto que los intereses artísticos del maestro deben respetarse y quedar reflejados en la mezcla de cada obra.Finalmente la última etapa es el proceso de masterización a cargo de Carlos Silva, ingeniero de sonido y músico, miembro de la Audio Engineering Society y miembro de la Academia Latina de la Grabación (Latin Grammy), de la cual ha recibido dos premios y 11 nominaciones, así como dos nominaciones al Grammy Anglo. Esta etapa le da el toque final a cada obra dejándola lista para ser reproducida en las diferentes plataformas.
Algunos de estos eventos irán desde la última semana de febrero hasta los primeros días del mes de marzo. El primero de ellos será el "Concierto para clarinete No. 1 en fa menor" de Carl Maria Von Weber, considerado uno de los fundadores de la escuela romántica de la ópera alemana. La interpretación estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia. El programa estará bajo la dirección del Maestro venezolano Manuel Hernández Silva que ha estado como invitado en importantes Orquestas Sinfónicas del mundo, como la de Viena, Israel o Seúl. Además, en el montaje también se interpretará la "Sinfonía No. 4 de Tchaikovsky", considerada una de las piezas más personales del autor.Por otro lado, para los amantes de la música andina, el trío "Los Hermanos Saboya" harán un recorrido musical por los últimos 100 años de esta música tradicional colombiana en ocho grandes referentes en el marco de los 20 años del Festival "Colombia al parque". Además antes del concierto habrá un conversatorio moderado por Eliécer Arenas Monsalve donde se hablará sobre la evolución desde 1920 hasta 2022 de los tríos, sus instrumentos y estilos de interpretación. Este último pueden entrar completamente gratis con inscripción previa. Por último llega a Bogotá en concierto el trabajo musical de Victoria Sur nominado al Grammy Latino en 2021, llamado "Nanas Consentidoras", considerado "una ofrenda al universo de la música infantil" distribuido en 10 nanas originales. Este montaje estará acompañado de Valentina Garay (Voz), David Heincke (Tiple), Esther Rojas (Bajo) y Ángel Henao (Percusión). ¿Quién es Victoria Sur? Victoria Eugenia Hernández es una cantautora colombiana nacida en Armenia con más de 30 años de carrera artística dónde ha estado presente en géneros como el jazz, la música latinoamericana y la canción infantil. Es en este último donde obtuvo una nominación para el Grammy con su álbum "Nanas Consentidoras" en el 2021 y que tendremos la oportunidad de ver en esta programación. ¿Dónde queda el Teatro Colón?El Teatro Colón construido desde 1885 por el arquitecto Pietro Cantini y llamado así por el presidente Rafael Nuñez con motivo de la celebración del IV centenario del Descubrimiento de América, queda ubicado en el centro de la ciudad de Bogotá en la Calle 10 # 5- 32 en el barrio La Candelaria. Pueden consultar la programación completa en la página web del Teatro Colón.
85 memorables años de vida, cumple la Orquesta Sinfónica Nacional en este 2021. Para esta ocasión, interpretará el mismo programa que interpretó en su primer concierto: la Obertura de Ifigenia en Áulide de Christoph Willibald Gluck, la Sinfonía Concertante para violín y viola de Mozart, y la Sinfonía “Italiana” de Felix Mendelssohn.La Sinfónica, a lo largo de su extensa historia, ha sufrido diferentes cambios. Su conformación se llevó a cabo en 1936 bajo el nombre de Orquesta Sinfónica Nacional, constituida como una agrupación independiente, apoyada por el Gobierno Nacional. A pesar del mecenazgo estatal, que cada año era más insuficiente para cubrir las necesidades de la agrupación, la Orquesta logró sobrevivir hasta 1952, cuando luego de importantes gestiones se logró consolidar la existencia de la Orquesta Sinfónica de Colombia.Allí se dispuso que la otrora Orquesta Sinfónica Nacional, convertida ahora en una nueva institución musical, quedara adscrita al Ministerio de Educación Nacional. Finalmente, en diciembre del año 2002, la Orquesta fue liquidada por el Gobierno Nacional, junto con la Banda Nacional. Al año siguiente (2003), fue creada la Asociación Nacional de Música Sinfónica, entidad bajo la cual se constituyó la orquesta que hoy en día se mantiene, y que recoge todo el trabajo sinfónico cosechado por sus antecesoras: la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia.La batuta de la gala musical será del maestro Alejandro Posada, quien fue el primer colombiano en la historia del país en ser nombrado director titular de una orquesta profesional europea y que en la actualidad, es uno de los directores de orquesta más destacados de América Latina. Posada, a lo largo de su carrera, ha dirigido cerca de 75 orquestas sinfónicas en más de 20 países y para esta ocasión, hará honor a quien en su momento lideró a la Orquesta en sus primeros conciertos, el maestro Guillermo Espinosa.Los solistas de la noche serán los maestros Angélica Gámez en el violín y Raúl García en la viola, quienes sin duda nos recordarán el virtuosismo de Herbert Froehlich y de Gerhard Rothstein, respectivamente; maestros que se desempeñaron como solistas en ese memorable primer concierto, en una fría, pero acogedora noche de agosto de 1936.Además, un emotivo souvenir recibirán los asistentes al concierto, pues les será entregado el programa de mano en una edición especial, el cual cumplirá con las características gráficas de aquel que se entregó en el primer concierto. También, recibirán el cartel oficial de esta conmemoración, impreso en la especial técnica de serigrafía, y que fue ilustrado por José Rosero, uno de los artistas más reconocidos de Colombia. Sin lugar a dudas, auténticas piezas de colección.El jueves 19 de agosto estará dedicado a la Orquesta, a su público, a su lucha por conservar y fortalecer la cultura musical del país; un propósito que sigue vigente y que ahora y con más fuerza, desea transmitir al pueblo colombiano. Reserve desde ya su entrada para que viva junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, una noche de música y emociones. Entradas desde $35.000 en la taquilla del Teatro o en las taquillas de Tu Boleta.¿Cómo ha sido el camino de la Orquesta Sinfónica Nacional?Podría considerarse que los antecedentes de la Orquesta Sinfónica Nacional se remontan a 1846 cuando se fundó en Bogotá la Sociedad Filarmónica de Conciertos por iniciativa de Henry Price y José María Caicedo y Rojas, entre otros ilustres interesados en la vida cultural de la capital de la joven nación. Once años de vida tuvo la Sociedad Filarmónica de Conciertos que permitió que se escucharan por estas latitudes, quizás en muchos casos por primera vez, algunas páginas musicales de compositores como Mozart, Haydn, Beethoven, Rossini, Weber, entre otros, aparte de algunas obras de autores nacionales como José Joaquín Guarín y, del ciudadano inglés pero colombiano por adopción, Henry Price.Durante las últimas décadas del siglo XIX se vuelve a encontrar una orquesta en la Academia Nacional de Música que había sido fundada por Jorge W. Price –hijo de Henry Price-, institución antecesora del actual Conservatorio de Música de la Universidad Nacional. En 1910, al retorno de Europa del maestro Guillermo Uribe Holguín y al quedar la Academia bajo su dirección –la cual desde entonces se llamó Conservatorio-, se organizó con profesores y alumnos, la Orquesta Sinfónica del Conservatorio.En 1920 dicha orquesta fue reorganizada bajo el nombre de Sociedad de Conciertos Sinfónicos del Conservatorio, con la cual funcionó hasta el retiro del maestro Uribe Holguín de la dirección de dicha institución en 1935. La Orquesta dejó de depender del Conservatorio y, manteniendo el mismo personal, se convirtió a partir de 1936 en institución autónoma e independiente, cambiando una vez más su denominación por Orquesta Sinfónica Nacional, la cual, bajo la Dirección de su Titular Guillermo Espinosa, ofreció su primer concierto el 17 de agosto de ese año.A pesar del mecenazgo estatal, que cada año era más insuficiente para cubrir las necesidades de la agrupación, la Orquesta logró sobrevivir hasta 1952, cuando luego de importantes gestiones se logró consolidar la existencia de la Orquesta Sinfónica de Colombia mediante la reglamentación del Decreto Extraordinario Nº 2916 del 24 de noviembre de 1952. Allí se dispuso que la otrora Orquesta Sinfónica Nacional, convertida ahora en una nueva institución musical, quedara adscrita al Ministerio de Educación Nacional. La ahora llamada Orquesta Sinfónica de Colombia, ofreció su primer concierto en julio de 1953, bajo la batuta del maestro estoniano Olav Roots.En 1968 la Orquesta Sinfónica de Colombia fue adscrita a la Subdirección de Bellas Artes del Instituto Colombiano de Cultura, y a partir del 31 de diciembre de 1997, la Orquesta entra a formar parte del Ministerio de Cultura, creado el 7 de agosto del mismo año.En diciembre del año 2002, la Orquesta es liquidada, junto con la Banda Nacional, por el gobierno de turno. Sin embargo, al año siguiente (2003), fue creada la Asociación Nacional de Música Sinfónica, entidad bajo la cual se constituyó la orquesta que hoy en día se mantiene, y que recoge todo el trabajo sinfónico cosechado por sus antecesoras: la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, una agrupación que se compuso por varios de los maestros de la anterior orquesta, y que incluyó en su plantilla a una nueva generación de músicos. ¿Qué célebres artistas han actuado con la Sinfónica Nacional?Durante su larga historia, con la Orquesta han actuado famosos solistas como Jasha Heifetz, Leonid Kogan, János Starker, Paul Tortelier, Erna Sack, Nicanor Zabaleta, Marian Anderson, Joaquín Achúcarro, Paul Badura-Skoda, Claudio Arrau, Giorgy Sandor, Artur Rubinstein, Daniel Heifetz, Christine Walewska, Narciso Yépez, Nobuko Imai, Pierre Fournier, Eva Marton, Katia Richiarelli, Olga Borodina, Alexander Hvorostovsky, Luis Bacalov, Johannes Moser, Andrea Bocelli, Benjamin Schmid, Roberto Alagna, José Carreras, Gabriela Montero y Anna Netrebko, artistas que hacen parte de una extensa lista.También, ha sido dirigida en memorables conciertos por eminencias como Paul Hindemith, Igor Stravinsky, Aram Khachaturian, Aaron Copland, Antal Dorati, Blas Galindo, Roque Cordero, Carlos Chávez y en tiempos más cercanos, Andrés Orozco-Estrada, Rossen Milanov, Carl St. Clair, Henrik Schaefer, Olivier Grangean y Gustavo Dudamel, entre muchos otros.
A la Fundación Nacional Batuta y a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia las une la convicción profunda del poder transformador de la música. Desde el año 1991, Batuta ha buscado crear oportunidades para estimular y desarrollar el talento musical de miles de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, para quienes la actividad musical es a la vez protección, educación y proyecto de vida.Por su parte, la Sinfónica Nacional de Colombia, la primera Orquesta profesional del país, integrada por músicos que representan los más altos estándares profesionales en la música clásica, es llamada a trabajar de forma cercana con los niños y jóvenes que ven en estos maestros consagrados un ideal de vida, un modelo a seguir y una oportunidad de crecimiento.Esta vez, Batuta y la Sinfónica Nacional unen esfuerzos para forjar una alianza de apoyo a los adolescentes y jóvenes más destacados del Sistema de Orquestas Infantiles y Juveniles Batuta, quienes han encontrado en la práctica musical un camino de vida y que desean construir una sólida carrera en la música. Mediante esta estrategia, 19 maestros de la Sinfónica Nacional ofrecerán tutorías a aquellos participantes que se encuentran en un nivel avanzado de formación y que son parte del programa Talentos Batuta en Puerto Asís (Putumayo), Villa del Rosario (Norte de Santander), Quibdó (Chocó) y Bogotá D.C. Para llevar a cabo este proceso de formación, se desarrollará un primer ciclo de seis semanas, que iniciará durante este segundo semestre de 2020.En cada una de estas clases musicales podrán participar 20 estudiantes seleccionados de violín, viola, contrabajo, violonchelo, flauta traversa, clarinete, fagot, corno y percusión.Esta estrategia de atención especial, que fue creada por la Fundación Nacional Batuta en 2018, está orientada a que los jóvenes más destacados de los procesos de formación musical, vinculados al Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles - Batuta, puedan cumplir su sueño de ser músicos profesionales. Talentos Batuta cuenta con dos componentes. El primero consiste en un acompañamiento académico de alto nivel para fortalecer las habilidades musicales de los beneficiarios; y el segundo está relacionado con la consolidación de alianzas para brindar un apoyo financiero a aquellos estudiantes que, por su nivel socioeconómico, no pueden acceder con facilidad a la educación superior.El apoyo de los músicos voluntarios de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia representa una alianza fundamental en este propósito de conectar nuestros talentos y nuestras regiones desde el poder transformador de la música y es una muestra más de la importancia de trabajar solidariamente por el fortalecimiento del sector musical del país.
El maestro Juan Antonio Cuéllar, músico, compositor y educador de amplio reconocimiento a nivel nacional e internacional, asume un reto importante para el movimiento cultural del país al ocupar la gerencia de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, y de su entidad rectora, la Asociación Nacional de Música Sinfónica.Doctor y Magister en música de Indiana University, el maestro Cuéllar es reconocido como compositor de numerosas obras que han sido interpretadas y grabadas por importantes agrupaciones en Colombia y en el exterior. Además de su trabajo creativo, Juan Antonio Cuéllar es profesor asociado del Departamento de Música de la Universidad Javeriana, de cuya Facultad de Artes fue decano entre 2002 y 2008, y asesor de la Fundación Azteca de Grupo Salinas en México.Es evidente su pasión por el arte, tanto así que para él, la música ha tenido una presencia definitiva en su vida. Ahora, como gerente de una de las orquestas más importantes del país, tiene como claro objetivo expandir el poder transformador de la música hacia todo el territorio nacional, aferrado a la idea de que “la Sinfónica debe ser una orquesta que genere orgullo nacional”.En sus palabras se hace evidente el enorme aprecio y respeto que le tiene a la Orquesta. Para él es un privilegio trabajar con un grupo de extraordinarios músicos y con una organización que ha asumido la responsabilidad de transformar al país con la música, y con la música sinfónica en concreto.Importante también es el camino que se ha propuesto desarrollar para la Asociación Nacional de Música Sinfónica. Su reto es convertirla en una entidad que agremie al mundo de la música sinfónica en Colombia, uniendo los esfuerzos de múltiples organizaciones: orquestas sinfónicas profesionales, programas de formación musical en música sinfónica para niños y jóvenes, instituciones de educación superior con programas de formación profesional en música, teatros, festivales y otras tantas iniciativas de gran proliferación y proyección en el país.Para el maestro Cuéllar, esta es una maravillosa oportunidad para seguir aportando a la transformación social desde la música.
Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Sobre todo, lo que espero es poder aportar algo a la gente que siente este género, a la gente que sigue la música que yo hago. Aportar algo fresco, nuevo, que sientan que hay continuidad en el trabajo, que hay actualidad en el trabajo", declara con fervor el artista, conocido como 'El caballero de la salsa'.A sus 61 años, el ganador de un Grammy por Mejor Álbum Tropical Latino en 2007 y seis Latin Grammy revela desde su estudio en San Juan que le encantaría que este álbum, compuesto de nueve temas, tenga "impacto" y sea "del gusto popular", que los adeptos a los ritmos caribeños digan: "¡Qué buen disco!".El veterano cantante continúa su estilo de salsa tradicional y mayoritariamente romántica, utilizando como eje central de sus letras el amor y el desamor en esta recopilación de temas, entre los que figuran 'Ahora o nunca', 'La Marea' de Rubén Blades, 'Tratando de acercarme' o 'Tun Tun'.El artista rememora que, tras la publicación de su tercer disco, se dio cuenta de que ese iba a ser su camino porque "el amor es el tema que nunca se va a acabar", y por eso trata de mezclar "los temas de amor con la energía y el carácter de la música de salsa".Asimismo, declara que ha sido "un poco egoísta con este disco" porque solo cuenta con una colaboración en 'Fin de semana', junto al salsero puertorriqueño Gerardo Rivas, opuesto a su álbum 'Colegas' que tiene 17 colaboraciones con artistas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl álbum se estrena en "un momento correcto"El sonero puertorriqueño arrancó la primera parte de su 'Auténtico Tour' en agosto del año pasado en su isla natal y, desde entonces, se ha presentado en escenarios de Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Chile, Canadá, Perú, Colombia, México, Suiza, Italia y España."El disco se retrasó un poco para mi gusto, pero llega en un momento correcto porque entonces la gira cae en su segunda etapa y el disco viene con todo lo que un disco nuevo trae", asegura Santa Rosa, que menciona que este tour le está brindando "una energía espectacular"."Y esa energía se traduce no solamente en calidad de espectáculo, de música, sino que también se traduce en visión a futuro. Uno se siente más comprometido, con más deseos de hacer nuevos proyectos", expresa el artista, que cuenta con 15 álbumes de oro, 13 de platino y 3 de multiplatino.Santa Rosa, que ha colaborado con artistas reconocidos como Celia Cruz, Hector Lavoe o Andy Montañez, rememora que su etapa favorita de su afamada y galardonada trayectoria fue en sus comienzos: la época en la que cantaba con la banda de Willie Rosario y trabajaba con la mayoría de sus ídolos.La salsa "llegó para quedarse"Santa Rosa se muestra agradecido por la nueva generación de jóvenes salseros que continúan el legado de los más veteranos como los puertorriqueños Víctor Manuelle, Luis Vázquez, Carlos García, Merari o Carlos Nevárez, que "son muy buenos y talentosos".En este sentido, recalca que su consejo para el público es que "abran las puertas a estos muchachos".A su juicio, "este es un género que tiene historia, tiene personalidad propia y que tiene futuro porque yo he oído a cada vidente poniéndole fecha de expiración, que se va a morir, pero este es un género que llegó para quedarse", subraya el salsero.El artista continuará en febrero con 'Auténtico Tour', que sufrirá un giro con una edición especial de San Valentín que llamará 'Auténtico Love Edition', por Canadá, California, Florida y Maryland (EE.UU.) y, en abril, por México.Con su anterior gira, 'Camínalo Tour', que duró aproximadamente dos años, también recorrió ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Vallejo (España, 1979) viajó al país andino para participar en Hay Festival Arequipa, pero también visitó Lima para dictar talleres de creación literaria y realizar encuentros con escolares, a los que transmite su pasión lectora apelando a la innata curiosidad humana."Todavía hay un frente de resistencia y además, un intento de sanar las sociedades a través de la palabra", dice.Desde que publicó 'El infinito en un junco', hace cinco años, uno de los últimos grandes fenómenos de la literatura española que ha vendido más de un millón de ejemplares, ha conocido a innumerables amantes de la lectura que abogan por llevar los libros a todos los rincones para curar las sociedades."He podido conocer a muchísimos promotores de lectura que hacen una labor extraordinaria llevando los libros a barrios y zonas de sus países que socialmente parecían excluidos de esa experiencia, y que incluso están tratando de sanar cicatrices sociales y personales de la violencia y de los conflictos históricos a través de los talleres de lectura y de escritura", dice.La zaragozana cree que los libros y la cultura siempre están amenazados, pero ha sido "profundamente esperanzador" encontrar que hay tanta gente involucrada, especialmente en Hispanoamérica."Me parece muy destacable porque creo que estamos viviendo una época muy confusa y conflictiva donde se van creando bandos, oposiciones permanentes e incomprensiones", añade.Y, sin embargo, las democracias necesitan un diálogo sano, necesitan el uso de la palabra para forjar acuerdos", considera.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíCausa perdidaLos libros la rodean desde niña e incluso podría decirse que contribuyeron a que la escritora naciera. Vallejo muestra con cariño un ejemplar de 'Trilce', del poeta peruano que lleva su mismo apellido, y que su padre regaló a su madre cuando se estaban conociendo.Gracias al libro amarillento, prohibido en España durante la dictadura, la historia de amor entre ambos se fortaleció, según cuenta.Su amor por la lectura le llevó a escribir 'El Infinito en un junco', pero, mientras lo hacía, creía que abogaba por los libros y las humanidades en un mundo contemporáneo en el que parecía que estaban al borde del precipicio."Escribía este libro desde mi pasión lectora pero en un momento en el que había tanto pesimismo en la atmósfera y tanto convencimiento de que la lectura y los libros se terminaban, yo misma llegué a creérmelo y pensar, 'bueno, realmente soy una persona extravagante y formo parte de un mundo que está a punto de acabarse'", apunta.Pero, por el contrario, las cifras de ventas y sus miles de seguidores por todo el mundo demuestran lo contrario, Vallejo no está sola ante el cariño a los libros."Jamás de los jamases pensé que pudiera apelar a muchas otras personas. De hecho, creía que más que un libro, es una colección de causas perdidas", indica.Canto a la imaginaciónSu último libro, El inventor de viajes, es una adaptación ilustrada para niños del primer relato de ciencia ficción de la historia. Está basado en 'Historias verdaderas', de Luciano de Samósata, escrito en el siglo II, y es la primera vez que la literatura incluyó un viaje espacial.Sus milenarias páginas son los antecedentes de Julio Verne o de 'Star Wars'."Me gusta de la ciencia ficción es que aquello que parecía imposible, que parecía un sueño cuando se escribió por primera vez, luego se puede convertir en realidad. El ser humano ha llegado a la Luna, pero las cosas hay que soñarlas primero para que se hagan realidad", dice."Esta historia es un canto a la fantasía, una reivindicación a la capacidad de soñar y creo que en esta época es importante recordárselo a los niños, que tienen entretenimientos muy pasivos que simplemente con una pantalla reciben imágenes perfectamente elaboradas", advierte.Dice que el ser humano no puede perder "ese mecanismo tan liberador que es la imaginación que es además nuestra principal defensa contra la rutina, el aburrimiento y la tristeza".Igualmente, señala que otro mecanismo profundamente humano es el amor por escuchar una historia, que paradójicamente es un pacto entre el lector y escritor sobre la mentira que va a contarle."La ficción es una mentira muy especial, no es para engañar es una mentira para jugar divertirse. Ciertas verdades se alcanzan sólo a través de las ficciones, hay ciertas cosas de nuestra vida, miradas, emociones ocultas o silenciosa que se liberan gracias a esa mentira que son las ficciones", concluye.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.