“Este proyecto curatorial pretende reflexionar sobre el lugar que ocupa cada obra en la trayectoria del director Luis Ospina. El programa, por tanto, marca las pulsiones y tendencias del cine de Ospina, poniendo de manifiesto la indispensable relación con su generación y revelando cómo su filmografía se sigue transformando y escribiendo”, dice el curador Luis Esguerra Cifuentes. Estarán 22 títulos del director caleño de registro documental, ensayístico y ficción, clasificados en cuatro categorías que contienen largos y cortometrajes. Esta es la muestra digital más grande dedicada a Luis Ospina, que falleció en septiembre de 2019 a los 70 años.Hacer cine para no morir:Desde los años 80 y hasta los 2000, Luis Ospina parece concentrar su atención en la figura del artista marginal. Lo hace a través de personajes proscritos, rebeldes e identidades disidentes, que protagonizan un ciclo de películas interesadas en armar una suerte de historia alternativa de la cultura nacional.Ciudad solarLas series documentales de Ospina configuran testimonios. Son crónica y reflejo de la sociedad y de la época en que nacen. Este formato, al tiempo que le permitió a Ospina fijar en su trabajo fílmico un perspicaz registro de la ciudad en la que se crio, le proporcionó también las herramientas para prolongar el trabajo que sus primeras películas comenzaron. Un trabajo relativo al estudio histórico del cine y, en general, de la cultura.Lugar a dudasDentro de esta categoría se ubicaron un conjunto de piezas que, si bien establecen continuaciones temáticas y formales con las películas más icónicas de Luis Ospina, ofrecen estructuras, imágenes y narrativas que trazan el nivel más radical y experimental de su carrera como cineasta.Contra- historiasEstas películas funden la dimensión social y el experimentalismo, desvelan que para Luis Ospina el hecho artístico era indisociable de una postura política. Sus riesgos formales, siempre encaminados a expandir los límites del lenguaje cinematográfico, son un reflejo de ese compromiso en un visible sentido de ciudad.Luis Ospina estudió cine en la Universidad del Sur de California (USC) y en la Universidad de California (Ucla). Formó parte del Grupo de Cali, movimiento que se destacó en varias artes en la década de 1970 y, entre otras actividades, fundó el Cine Club de Cali. El movimiento cinematográfico que se gestó allí fue conocido como Caliwood.
La obra póstuma del reconocido cineasta caleño Luis Ospina, titulada ‘El ojo del turista: XIII Piezas fáciles’, será presentada por primera vez en la Cinemateca de Bogotá, haciendo una retrospectiva completa a su obra fílmica, con la proyección de 30 largometrajes del fallecido director. Y, además, abre las puertas a una exposición sobre su vida y obra.Además de director, guionista y productor de cine, Ospina fue uno de los pioneros del movimiento Caliwood, junto sus amigos el escritor Andrés Caicedo y el también cineasta Carlos Mayolo. Ellos junto con Ramiro Arbeláez, fundaron la revista Ojo al Cine dejando así un patrimonio en el cine colombiano tras su muerte en 2019, cuando tenía 70 años.Entre 2014 y 2016, Luis Ospina y la artista Lina González realizaron varios viajes a Oriente recolectando varias imágenes de lo recorrido que dieron forma al filme inédito ‘El ojo del turista: XIII Piezas fáciles’, un producto sin duda alguna que navega entre el cine experimental y las artes plásticas, que según la reseña, “se apropia de la narrativa de los diarios de viaje e indaga en la conexión con el espacio y los dispositivos que se emplean en su registro”.“Un proyecto que, tras casi dos años del fallecimiento del realizador, desvía su mirada hacia nuevos formatos y disciplinas artísticas, integrando en su legado cinematográfico y en la construcción de su memoria una apuesta que extiende su interés por dispersar límites entre el cine y otros campos de la creación”, describe la Cinemateca.La película, producida por Lina González, se expondrá en el Taller de la Imagen, y estará disponible del 27 al 29 de abril de 10:00 a.m. a 6:00 p.m. Adicional, del 22 al 30 de abril se llevará a cabo el proyecto curatorial ‘Creer en lo no se ha revelado’, que incluye la obra completa de Ospina, que incluye largos que se mueven entre el registro documental, el ensayo y la ficción.ExposiciónEste homenaje a Luis Ospina incluye una ponencia que estará abierta del 22 de abril al 20 de mayo en la Calle Museo, que muestra una selección de un archivo que abarca cinco décadas y que evidencia un legado cultural. Un riguroso trabajo de intervención e investigación que contó con Ospina a la cabeza y Luisa Fernanda Ordóñez como archivista principal, realizado entre 2009 y 2013.Ello, gracias a la donación de ese archivo para formar parte de los Fondos y Colecciones de la Cinemateca de Bogotá. Y que estará asequible para consulta de visitantes, estudiantes, investigadores y amantes del cine en general.Este archivo que hará parte de la ponencia, comprende algunos horizontes conceptuales sobre la vida y obra del director caleño, teniendo en cuenta que Luis Ospina ha sido un de los objetos de estudio prevaleciente para críticos e investigadores del cine en Colombia hasta el día de hoy.“El equipo de trabajo que hizo parte del proceso de investigación ha abogado por ampliar, a través de un detallado método de clasificación y catalogación, las potencialidades discursivas del director. En este sentido, el énfasis del trabajo con el archivo ha girado en torno a la apuesta por una organización curatorial dentro del mismo, que responda al diálogo entre una cronología coherente, y una serie de ejes temáticos que la alimentan”, explica la Cinemateca.Para iniciar este ciclo de retrospectiva integral y obra inédita de Luis Ospina, la agenda iniciará este sábado 24 de abril con un conversatorio virtual: ‘Los dos cuerpos del cineasta: obras póstumas de Luis Ospina’, que se transmitirá a las 11:00 a.m. en las redes sociales de la Cinemateca de Bogotá.Este proyecto es producido por Bruna Cine y curado por Luis Esguerra Cifuentes y Mateo Suárez Castiblanco, y cuenta con el apoyo de la Beca de curaduría audiovisual para la Cinemateca de Bogotá 2020, otorgada por el Instituto Distrital de las Artes - Idartes.
Luis Ospina estudió cine en la Universidad del sur de California desde 1968 hasta el año siguiente, y luego sigue con sus estudios en la universidad de California desde 1969 hasta 1972. Cuando termina sus estudios y vuelve a Colombia, empieza a hacer parte de importantes comunidades del cine en su ciudad natal, como el cine club de Cali, del cual fue codirector, la revista ojo al cine y la cinemateca del Museo de Arte Moderno La tertulia en la capital del valle.Como experiencia en trabajos cinematográficos, ha sido coproductor de películas, como “Jackpot”, filme alemán hecho en Colombia en 1976, y largometrajes como “Carne de tu carne” de Carlos Maloyo en 1983 y “La mansión de Araucaína” en 1986. También ha trabajado en este mismo rol en cortometrajes como “Viene el hombre” (creación colectiva, 1973), “La hamaca” (Carlos Mayolo, 1975), “Sin telón” (Carlos Mayolo, 1975), “Cartagena: Festival de cine” (Luis Crump,1976), “La otra cara de La Moneda” (Eduardo Carvajal, 1976), “Atrapados” (Juan José Vejarano, 1987), “Valeria” (Oscar Campo, 1987), entre otros importantes proyectos.Ha participado en el campo educativo, pues fue profesor de varias universidades importantes en Colombia como la Universidad del Valle, que desde 1979 hasta 1980 ejerció la docencia en la carrera de cine. También, dictó el taller de documental en la Pontificia Universidad Javeriana desde 2001 hasta 2004, y en la Universidad de los Andes del 2003 al 2004.Su trabajo lo ha llevado a ganarse importantes premios como la medalla al mérito de las comunicaciones “Manuel Murillo Toro” en 1986, la medalla al Mérito Cultural en Cine, concedida en el Festival Internacional de Arte de Cali (2001) y el trofeo del II Festival de Cine y Video “Cinmilímetros” de Cali “por su valioso aporte al cine colombiano” (2001). En 2007 la Universidad del Valle le confiere el Grado Honoris Causa en Periodismo y Comunicación Social de la Universidad del Valle y en 2010 el Ministerio de Cultura le otorga el Premio “Toda una vida dedicada al cine” y el Festival InVitro Visual reconoce su aporte al cine colombiano con el Premio Santa Lucía.Gracias a todo esto, la Biblioteca Luis Ángel Arango, con la colaboración de colegas y amigos artistas del director, harán una conmemoración a Ospina desde el miércoles 11 de diciembre hasta el 13 de diciembre, presentando conversatorios acerca de su obra y la exhibición de algunas de sus películas. Se llevará acabo en el Museo de Arte Miguel Urritia (MAMO), ubicado en la calle 11 #4-21 en Bogotá. Para el miércoles, día de apertura, desde las 4 hasta las 5 de la tarde se realizará la conferencia “Luis, el memorioso. Una introducción a la obra del director caleño”, en donde se presentará el porqué Ospina es una pieza importante para poder entender el cine colombiano por los últimos 60 años. Será presentada por Pedro Adrián Zuluaga, comunicador social y mágister el Literatura.Este mismo día se presentará, desde las 5 hasta las 6 de la tarde, la conferencia “Una aproximación a Cali en tiempos de vanguardia”, el cual será conducido por Katia Gonzales Martínez, investigadora de arte colombiano y candidata a doctora en Historia del Arte de la UNAM. Así, para seguir con este homenaje, se presentarán varias de sus películas el viernes 13 de diciembre. Este será el itinerario para seguir: “Oiga vea” desde las 4:15pm hasta las 4:45pm, y “Un tigre de papel” desde las 2:00pm hasta las 3:45pm.
El pasado viernes 27 de septiembre falleció a sus 70 años el cineasta Luis Ospina, una triste pérdida para el cine colombiano y el mundo cinematográfico, que ha rendido homenaje a su figura y obra en los últimos días. Lea también: Homenaje a Luis Ospina, el último rebelde de CaliwoodPara conocer la importancia de Ospina en la historia del séptimo arte en el país, el reconocido crítico de cine Manuel Kalmanovitz hizo una selección de cinco películas imperdibles que dirigió el último rebelde de Caliwood y explicó el impacto del trabajo que este desarrolló en conjunto con otros artistas y amigos suyos, como Carlos Mayolo, Andrés Caicedo, Ramiro Arbeláez y Sandro Romero Rey.Agarrando pueblo (1978)Para Kalmanovitz, Agarrando pueblo fue una película “clarividente” frente al futuro del cine nacional. En ella destacan “muchas cosas importantes, una de esas es el sentido del humor y otra es la conciencia. Es la película que definió la palabra ‘pornomiseria’”, explica el experto.Según la sinopsis oficial hecha por el propio Ospina, disponible en su página web, “Agarrando pueblo fue concebida dentro de un proyecto de mayor envergadura llamado El corazón del cine, haciendo alusión a un texto de Vladimir Maiakovski. En El corazón del cine, la pregunta por el sentido del mismo se lleva a un nivel casi que ontológico: la influencia de la sociedad de consumo y la insólita permeabilidad del cine político frente a esta, concluyen en un llamado al orden, esto debe terminar”.Todo esto, explica Kalmanovitz, “es una actitud con la que convivimos hasta el día de hoy. Sí ha sido un problema social y político del cine colombiano que temáticamente hay una fijación con las víctimas y los pobres, pero también en ese intento de retratarlos muchas veces lo que se hace es explotarlo”.Pura sangre (1982)Esta cinta es una reinterpretación de Ospina de una película de vampiros y una de las pocas cintas argumentales que hizo, “algo que también tiene que ver con problemas de financiación (…) uno ve de dónde venía la estética y los intereses de él, que hace parte de Caliwood, este grupo bastante reducido de gente que eran muy cinéfilos indiscriminadamente”.Este grupo veía “tanto lo que consideramos alta cultura como también tenían una gran apreciación por el cine B, entonces esa fue otra fuente de interés para todo ese grupo y para Luis Ospina en particular”, señala Kalmanovitz.La película presenta la historia de Roberto Hurtado, un anciano magnate azucarero, regresa a Cali después de hacerse un examen médico en los Estados Unidos. Lo acompañan en el avión privado su hijo Adolfo y el médico norteamericano Hughes. Este último le revela a Adolfo que su padre padece de una extraña enfermedad que exige transfusiones masivas de sangre de niños o adolescentes del mismo sexo. Dicha enfermedad ha convertido a Roberto Hurtado en un inválido de aspecto monstruoso. Vive aislado del mundo en un penthouse, desde donde controla su imperio económico. Su única comunicación con el mundo exterior es por medio de un circuito cerrado de televisión, según la sinopsis oficial.Todo comenzó por el fin (2016)Esta película es, básicamente, “un recuento de su vida”, un autorretrato del Grupo de Cali.Kalmanovitz explica que en la cinta se ve el gran peso de Andrés Caicedo “para toda esa generación (del llamado Caliwood)” y a la vez es “un gran documento de cómo esta generación existía. Un retrato de una forma de ser hombre y de la época que atravesó el país”.Todo comenzó por el fin es el autorretrato del Grupo de Cali, también conocido como Caliwood, un grupo de cinéfilos, que en medio de la rumba desenfrenada y del caos histórico de los años 70s y 80s, lograron producir un conjunto de obras cinematográficas que ya son parte fundamental de la historia del cine colombiano. A su vez, es la historia clínica del propio realizador, quien se enfermó gravemente durante la producción del film. Es el relato de un sobreviviente.La desazón suprema (2003)Una de las ideas recurrentes de Ospina fue ver y retratar al cine como algo que ayuda a conectarse a la gente. Así lo ve Kalmanovitz al analizar las cintas La desazón suprema y Nuestra película.“Tanto Lorenzo Jaramillo como Vallejo eran cinéfilos (igual que Ospina), por lo que es un tema recurrente en su obra y vida; era un tipo que se la pasaba viendo cine y era uno de sus temas, el cine como lubricante social y une gente”, explica.En La desazón suprema: retrato incesante de Fernando Vallejo Ospina realiza un documental sobre el escritor colombiano Fernando Vallejo. Como señala una reseña compartida en su página web, la cinta sigue “una estructura literaria y una intensa intertextualidad con obras de Vallejo y otros escritores”, constando de un prólogo con epígrafe y nueve capítulos (también con epígrafe cada uno) alrededor de diferentes episodios de la vida del escritor.Nuestra película (1992)Para esta película, Ospina entrevistó al pintor Lorenzo Jaramillo poco antes de morir. “El resultado no es un documental más sobre la vida y obra de un pintor sino una pequeña obra maestra del video”, como explica una crítica que el propio Ospina comparte en su web.
El cine colombiano está de luto. Al mediodía de este viernes en un hospital de Bogotá falleció a los 70 años de edad el director, guionista y productor de cine caleño Luis Ospina, una de las mentes más influyentes del séptimo arte en nuestro país.Nacido en la ciudad de Cali el 14 de junio de 1949, Ospina estudió cine en la Universidad del Sur de California USC y en la Universidad de California UCLA a principios de los 70.Junto a Andrés Caicedo, Carlos Mayolo y Ramiro Arbeláez, fue fundador de la revista Ojo al Cine y el Grupo de Cali, esa banda de jóvenes que en los años setenta se dedicaron a filmar la ciudad que los rodeó, que los llenó de ideas, pero que se los tragó vivos. Caliwood se quedó sin sus rebeldes. Lea también: Arte y pintura: la voz del fallecido Rodrigo ObregónEn este homenaje, HJCK recupera archivos con la voz de Luis Ospina, sus ideas, opiniones del cine e incluso un secreto íntimo de la obra de su amigo Andrés Caicedo, específicamente, frente al origen del título del cuento Calibanismo.En el año 2016, recién estrenada su película autobiográfica Todo comenzó por el fin, Ospina se aventuró a dar diez consejos imprescindibles sobre cómo hacer películas.En otro audio recuperado del archivo HJCK, en noviembre del año 2009 Ospina habló largo y tendido sobre su primer acercamiento al cine, además de reflexionar sobre las temáticas de sus principales obras y su encanto por el “mal cine”. Le puede interesar: Semana del Fanzine en la Biblioteca NacionalAl final de su vida, desde hace tres años, Ospina volcó en el cine revelaciones sobre su propia vida y el padecimiento que finalmente le quitó la vida, algo que se retrata en su filme Todo comenzó por el fin, que es precisamente una de las últimas reflexiones que compartió con el público, en un breve post en Facebook apenas hace un par de días, donde anunciaba de manera premonitoria que vivía una suerte de remake de su película que no le deseaba a nadie.
Este viernes falleció el director y productor de cine caleño Luis Ospina, reconocido por cintas como Todo comenzó por el fin, Pura Sangre, Soplo de vida, entre otras.Según fuentes cercanas al cineasta, y una publicación reciente que él mismo hizo en su página de Facebook, Ospina padeció otra vez los golpes de un cáncer, por lo que permanecía internado en un hospital.Este viernes falleció el director y productor de cine caleño Luis Ospina, reconocido por cintas como Todo comenzó por el fin, Pura Sangre, Soplo de vida, entre otras.Según fuentes cercanas al cineasta, y una publicación reciente que él mismo hizo en su página de Facebook, Ospina padeció otra vez los golpes de un cáncer, por lo que permanecía internado en un hospital.Esa enfermedad Ospina la retrató en la película Todo comenzó por el fin, un documental que no solo narra su vida, sino que es un recorrido por la escena artística de Cali a mediados de la década de 1980. Lea también: Arte y pintura: la voz del fallecido Rodrigo ObregónEl Archivo HJCK recupera la voz de Luis Ospina, quien el 4 de noviembre de 2009 habló sobre sus primeros acercamientos al cine, antes siquiera pensar en hacer su primera película, Vía Cerrada, del año 1964.
—Diez... Veinte... Treinta... Aquí tiene su semana, maestro Flores.—Diez... Veinte... Treinta... —contó pausadamente el viejo, estirando con fuerza los billetes que luego lió y guardó en una cartera de cuero negruzco—. Conforme, patrón, muchas gracias y hasta el lunes.—Oiga, maestro, ¿no sería posible que mañana saliera a trabajar? Quisiera que me arreglara unos estantitos en el escritorio.—Yo no trabajo en domingo.—Lo sé, don Flores, pero un día es un día... Ya está, diga que sí.—Yo trabajo toa la semana, es mi deber, es mi obligación, pero el domingo descanso. Pa eso hizo Dios el domingo; pa descansar.—Convenido. Pero por esta vez no podría...—Ya fijé que no —atajó el viejo firmemente.—Se tendrá en cuenta su buena voluntad —dijo molesto el joven.Hablaban el patrón —o sea el administrador de la hacienda— y don Santos Flores, a través de la ventana del escritorio del primero que, protegida por una reja de hierro, abría sobre el corredor.Llegaba la noche con un silencio hondo, con una paz de vida que se aquieta, buscando en el reposo pujanza para la brega del siguiente día. Diversos rumores, al turbarlo, hacían luego más profundo ese silencio: un último aletear de pájaros en busca del nido; el paso de un gañán que horqueta al hombro caminaba- hacia su puebla; el trote brioso de un caballo; relinchando por la piara; el grito de una mujer que decía: "Vení, condenao", con estridencias broncíneas en-1a voz; el ulular de una lechuza anunciadora de la noche.Con todas las gamas del azul desvanecíase el paisaje en una especie de niebla: azul verdoso los prados; azul sombra los montes; azul negro, cordilleras; azul ópalo el cielo; azul plata las estrellas.— ¿Mi güena voluntá pa servir a l'hacienda desde que nací? Bien puee tomarse en cuenta... Sesenta años tengo y ni un día e trabajo hei faltao a mi obligación. Usté lo sabe y los patrones lo saben mejor que usté hablaba don Santos sin reproche, pero con una voz íntegra que no admitía discusión.—Bueno, bueno —contestó el joven conciliadoramente—, allá usted con sus razones. Hasta el lunes.—Hasta el lunes, patrón.Era interesante el viejo carpintero, recia figura hecha en músculos que los años iban enjutando. Sólo eso y blanquear los cabellos había conseguido el tiempo, porque el cuerpo se alzaba de un firme trazo único. A hachazos parecía haber sido hecha la fisonomía resuelta, de empecinado: cuadrada la barbilla, filudas como aristas las quijadas, delgados los labios descoloridos, recta la nariz, horizontales casi las cejas, rectangular la frente amplia, cerrados de expresión los grandes ojos de iris gris acero que iban derechos en busca de la mirada del interlocutor. La voz acordaba con el resto: fría, sin modulaciones, lenta, iba buscando con tino las palabras que mejor tradujeran su pensamiento."Es como un peñasco —pensó el administrador al verlo fundirse al azul de la noche en el fondo de la alameda—. ¡Y que vaya a casarse!"2Venido de varias generaciones que nacieran y murieran en la hacienda, Santos Flores —como todos los hombres de su familia fue carpintero.Muy niño aún, ayudaba a- su padre en cuanto sus fuerzas le permitían. Las horas de solaz que para los otros chiquillos eran correrías locas a través de los potreros en busca de nidos y frutas, para Santos eran paciente trabajo de carpintería que daba por resultado una cajita, una repisa, un banco. A los diez años entro a formar, parte del personal de la hacienda como ayudante de carpintero, bajo las órdenes de su, padre.Desde entonces no se le conoció otro goce que el trabajo, ni otra distracción que salir los domingos a dar una vuelta a caballo por los caminos comunales, ni otro afecto que el cariño a sus progenitores.En la austeridad de una vida hecha de deber cumplido pasaron lentos y monótonos los años. Murió el viejo maestro carpintero y Santos lo reemplazó en el puesto.Entre los montañeses aislados de la ciudad por enormes distanciar, se conserva íntegra la tradición casi feudal del vivir de nuestros abuelos. El patrón es el señor omnipotente del cual se soporta todo sumisamente, aunque en lo hondo se lo reconozca injusto. Ese sentimiento es mudo. La primacía del señor sobre el inquilinaje la ejerce en la puebla el padre, el marido o el hermano mayor sobre el resto de la familia. Así como el patrón lega al morir cuanto posee a sus descendientes, el montañés deja a los suyos el oficio que tuviera, con algo que más aún semeja su idiosincrasia a la del señor de otros tiempos: es el hijo mayor quien lo sucede.Santos Flores reemplazó a su padre en la carpintería y en el hogar.Tenía un carácter de hierro. Los principios morales y religiosos que la madre le inculcara se modelaron en ese metal, y nunca, nada ni nadie pudo borrarlos. Mientras vivió el padre fue un obediente a su mandar, luego tomó la dirección de la familia, reducida solamente a la mama Rosario, y bien supo ésta que era el hijo tan despótico como fuera el marido.— ¿Por qué no te casai? —preguntaba a veces, tímidamente, mama Rosario.—Porque aún hay tiempo pa tener un hijo.—La Juana del molino me gusta hartazo. Es limpia y comedida y de cara no es naíta e pior. Es l'única que me gustaría pa nuera.—Entoavía no pienso en casarme.Recién cumplía Santos Flores cuarenta años cuando la mama Rosario, de una gripe, fuese al otro mundo en busca de "su finao" que según ella la esperaba en la puerta del cielo.Este golpe rompió el equilibrio de sus hábitos. Por volver a ellos, inmediatamente, Santos Flores resolvió casarse.Eligió a Juana —la que tanto le- gustaba a su madre—, una mujercita bondadosa que sólo se ocupaba en bruñir el hogar modesto, plegándose humilde a cuanto Santos decía. Siempre taciturno, jamás contrariado, adivinado en sus menores deseos, el hombre fue bueno con ella y. la hizo feliz a su modo.Lo que no podía perdonarle, y en sus raras y frías cóleras le reprochaba como falta propia, era que en vez de un Santos Segundo Flores que siguiera la tradición de maestros Flores en la hacienda, le hubiera dado, con do años de diferencia de una a otra, tres hijas que se llamaban María Juana, María, Mercedes y María del Tránsito.Cuatro años después, al dar a luz un hijo varón que nació muerto, Juana murió, sumiendo a. Santos en un dolor silencioso, tanto más hondo persistente cuanto menos se deshacía en palabras y gestos.Junto al dolor —superándolo a ratos— estaba el sentimiento de humillación que el no tener un hijo le producía. En esos momentos pensaba en casarse nuevamente. Pero la recta visión de sus deberes paternales lo hacía desistir de ese, propósito, por no darles madrastra a las niñas. Cuando estuvieran mayores...Sí, entonces, ¿por qué, no casarse y lograr el ansia del hijo?La madre de Juana quiso reclamar el cuidado de las nietas. Santos Flores cortó todo proyecto de la molinera con esta frase sin vuelta:—Mis hijas son mías y. naiden más .que yo las criará.María Juana —que tenía a la sazón diez años— tomó el trabajo de la casa. Don Santos y ella se levantaban al amanecer, aseaban la -puebla; ordeñaban la vaca, preparaban el desayuno. Cuando el padre se iba, María Juana vestía a, las pequeñas y toda la mañana se le pasaba cuidándolas juiciosamente, al par que vigilaba la olla con los porotos y tenía lista la leche para el ulpo.A mediodía llegaba don Santos. Almorzaba de prisa y al pitar la sirena volvía el hombre a su trabajo. A eso de las cinco la mujer del campero Silva venía a lavar, a tostar, a moler trigo, a hacer, en fin, todos los trabajos que María Juana no podía realizar.Y la niña se esmeraba en su papel de madrecita que a sus propios años le daba importancia y —alma de servidumbre— vivía pendiente de los deseos de los demás, tratando de imitar en todo "el modo de los grandes", seria y razonable por naturaleza, obsesionada como su padre por el cumplimiento del deber.María Mercedes —Meche familiarmente—, era en lo físico idéntica a don Santos, pero en cuanto a carácter, el polo opuesto. Risueña, parlanchina, impulsiva, caprichosa, vivía en perpetua movimiento que impacientaba al padre. Y cuanto más crecía la niña, más rudos eran los choques de ambos caracteres. El padre exigía sumisión y obediencia pasiva; la hija quería libertad y obedecer sólo a su idea. A veces la discusión subía de tono, y el padre —exasperado— le pegaba. Pero ni razones ni golpes conseguían hacerla obedecer.—Sos pior que macho —decía don Santos:—Pior que yo es usté. ¿Por qué no m'eja ir a jugar con los chiquillos e don Silva?—Ya t'ije que no.—Es que yo l'igo que voy no más...—Vos m'andái buscando las manos.—Si quere pegarme aquí me tiene —y se lo quedaba mirando, desafiadora, con sus ojos de acero tan semejantes a los del padre, que unos parecían reflejo de los otros.Eran luchas que sumían a María Juana en un mar de estupores. Para ella, llevarle la contraria a don Santos era algo horrendo y, aunque le dolieran como recibidos en carne propia los golpes dados a Meche, encontraba muy naturales aquellas palizas.María del Tránsito —la Tatito— era un pobre ser de timidez que vivía en perpetuo sobresalto de desagradar, un ser de recogimiento únicamente se encontraba tranquila al estar sola, y que en presencia de don Santos transpiraba de angustia, no sabiendo qué hacer de su persona para disimularse. Las riñas de su padre con Meche la aterrorizaban hasta el punto de desmayarse cuando llegaban a hechos.Ya más grandes, empezaron a asistir a la escuela: juiciosa y aprovechada María Juana; díscola, pero admirable de comprensión, cuando se interesaba por el tema, Meche; opaca en su medianía Tatito, que sólo cobraba vida e inteligencia en la clase de religión.Al correr el tiempo se acentuaron en ellas sus diferentes personalidades, y al cumplir dieciocho años, María Juana era una agradable muchacha, atrayente por la bondad que emanaba de ella, óptima dueña de casa, hábil tejedora de lamas y choapinos, seria, humilde y, como su padre, rígida en sus principios y aferrada al deber.Meche seguía siendo la desesperación de todos, pues a sus características de niña agregaba ahora una coquetería endiablada que traía locos a los mozos de la hacienda. Mas tenían que contentarse con mirarla de lejos al pasar frente a la casita: conociéndola a fondo y temiendo una aventura que le costara la honra, tanto don Santos como María Juana la vigilaban estrechamente.—El que venga a las derechas que hable conmigo —decía don Santos.La pequeña vivía en éxtasis desde que hiciera la primera comunión en Curacautín. La religión fue un sedante para su angustia. Suave y opacamente desprendida de toda pasión humana, se le iban los días rezando, arreglando altares, mirando estampas.La pubertad le trajo innumerables trastornos físicos. La anemia roía su pobre cuerpecillo endeble, desmayos y vértigos la asediaban periódicamente y a tanto llegó su flacura que don Santos se asustó y, acompañado por la abuela molinera, fue con la niña a Victoria a consultar médico. .Siguiendo un régimen alimenticio muy nutritivo alternado con remedios, sin hacer otra cosa que hilar, pasaba Tatito días enteros sentada en un sillón, tirando de la hebra mecánicamente, muy delgada, muy blanca, señoril en su pose arcaica, toda ojos visionarios la cara comida por la enfermedad, extraña en aquel medio de rostros rudos, de figuras recias, de almas roqueñas.Una mañana don Santos las llamó a su pieza luego de desayunar, y pausadamente, con voz resuelta y expresión cerrada, dijo:—Ustedes ya están grandes y una madrastra no las irá hacer sufrir. Yo quero casarme y ya tengo palabreá a la Chabela Rojas. Ya está too arreglao. A mediados del otro mes será el casorio.Las muchachas lo oían estupefactas y un mismo impulso las hizo protestar.—Pero... —alcanzó a decir Tatito, abriendo enormes los ojos.— ¿Se quere casar? ¿Usté se quere casar? —dijo María Juana.— ¡Ja! ¡Ja! —rió Meche, insultante—. Se quere casar con la Chabela... El veterano templándose y mientras las hijas encerrás a canidao pa que naiden las vea. ¡Ja! ¡Ja!—Cállate —ordenó el viejo.—No quero. ¿Por qué voy a callarme? Si es pa morirse e la risa. ¡La Chabela es de la mesma edá que la María Juana!—Ya t'ije que te callaras.—Y yo dije que no quería callarme na... La Chabela Rojas e madrastra e nosotras. ¡Qu'irrisión más grande!—Ustedes serán las honrás. Ella es muy señorita y muy güena y. too se lo merece.— ¿La Chabela se lo merece too? ¿Usté está malo e la cabeza? Bien pue ser que le haigan hecho tomar alguna cosa... La Chabela Rojas muy señorita... Predúnteselo al patroncito... él le pegaría el señorío...—Eso sí que no te lo aguanto. Cállate o te costará caro.—No me callo... aunque me pegue... Predúnteselo tamién a don Fanor, el sobrino del señor Rodríguez. Predúnteselo... ¡Ay!... ¡Ayayaycito!— ¿No te querís callar? ¿No te querís callar?—Predúnteselo a los dos. ¡Ay! ¡Ay! ¡Ayayay!—Toma... Toma...Mala bestia...—Taitita lindo... ¡Por Diosito! —gentil, implorando, María Juana— Mi Señor, la va a matar... ¡Ay! Creo en Dios Padre... —musitaba Tato, alba como un lienzo y a punto de desmayarse.—Mala bestia la Chabela, qu'es una perdía —un bofetón más fuerte alcanzó a Meche en la boca y dando un traspié cayó de lado, sangrando abundantemente por la nariz.—Me vis acriminar —dijo el viejo, pesaroso.María Juana acudía a la otra, a Tatito, que había caído desmayada sobre la cama.—Vos tenis la culpa —prosiguió don Santos, dirigiéndose a Meche, que en el suelo, arrodillada, sollozaba convulsa—, me volvís loco con tus porfías. Con ésta creo que no quedrás más leución. El casorio es pa media-dos del otro mes. No hay güelta. Y no pongan malas caras y prepárense p'arreglar la casa. Hay mucho qui'acomodar pa recebir a la nueva señora. Ya lo saben.Cuando el viejo salía, Meche se irguió y dijo frenética:—Si usté se casa con la Chabela me voy puerta afuera. ¡Por ésta sé lo juro! Ya lo sabe.No contestó don Santos. Bien sabía que la última palabra era siempre de la rebelde. Pero mala hasta el punto de inventar una calumnia no la imaginaba. ¿De dónde sacaría las feas historias que achacaba a Chabela? Le amargó el día el saetazo de la frase: "Predúnteselo al patroncito. Predúnteselo..." Tanto le hería, tanto lo hacía sufrir, que en la tarde, al ir a ver a Chabela al despacho donde vivía con sus padres, le contó el incidente, taladrándola con sus ojos de acero.La muchacha lo oyó tranquila, sonrió mimosa y dijo:—Puras envidias. Cosas piores ha d'inventar la Meche pa que no se case conmigo.Y el viejo volvió a la confianza por obra de los ojos que tan serenos y verídicos parecían. Además su amor —un amor que llegara callado, tomándolo íntegro y sin vuelta— no pedía sino que le adormecieran recelos.Meche trató en otra ocasión —cuando tuvieron que dejar a la novia el dormitorio que ellas ocupaban, la pieza más espaciosa de la casita— de volver a su protesta de macho taimado que se niega a dar vueltas a la noria, por el solo placer doloroso de recibir una paliza que lo haga más consciente de su esclavitud.Fue su último grito de rebelión. Desde entonces hasta el día del matrimonio cosió, hiló, tejió, ayudó en todo a la par que las otras, en los preparativos que se hacían rumbosamente.Don Santos parecía haberlas olvidado. Absorto en sus pensamientos, sólo salía de su mutismo para dar breves órdenes. Además, lo veían poco. Almorzaba y comía en el despacho. Llegaba a acostarse. Se levantaba al alba, desayunaba servido por María Juana; revisaba la labor hecha por las muchachas el día anterior, hacía algunas hacía algunas indicaciones y se iba, tras de mirarlas muy fijo con sus ojos agudos como puñales.
Este mes la programación del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo estará llena de conciertos y obras magníficas, entre estos dos espectáculos imperdibles, la obra Juguetes Rotos de la directora argentina Carolina Román y el concierto de la Sinfónica Nacional de Colombia junto al Tambuco Ensamble de Percusión.En primer lugar, la directora y dramaturga argentina Carolina Román presenta su obra Juguetes Rotos por Producciones Rokamboleskas, una compañía de teatro española. Estas funciones hacen parte de la programación de España país invitado de honor en el Teatro Mayor. Juguetes Rotos narra la historia de una amistad entre Mario, un joven que abandona su pueblo, y Dorin, una transexual del mundo del espectáculo. Mario trabaja en una peluquería y Dorin lo lleva a enfrentarse a sus sueños de ser mujer. En este espejo en el que Mario se mira también se refleja un mundo de purpurina peligroso y revelador.Este proyecto propone una reflexión sobre la identidad sexual y sobre el mundo no-binario de España de las décadas de 1960 y 1970, en contrapunto con el del presente. En este entramado social muchas personas se vieron gravemente afectadas por un sistema que no los admitía ni reconocía más allá de los escenarios y la prostitución.Producciones Rokamboleskas nace de la mano de Fabián Ojeda (Premio Max 2017) y Nacho Guerreros, dos profesionales con una amplia trayectoria en las artes escénicas. Desde 2017 su actividad principal es la producción, coproducción y producción en gira de obras teatrales, apostando por la profesionalización del sector escénico en España y la calidad de los espectáculos.Carolina Román es dramaturga, actriz y directora. En Buenos Aires cabalgó entre sus estudios de periodismo en la Universidad de Buenos Aires y el teatro. Sus maestros más influyentes fueron Raúl Serrano, Alberto Félix Alberto y Augusto Fernández, entre otros. Junto a sus hermanas creó el Videoclub del Ángel, un proyecto especializado en cine de autor con el que organizaron modestos ciclos por el territorio.Las funciones serán el viernes 16 y sábado 17 de junio a las 8:00 p.m., la boletería está entre $55.000 y $80.000, la puede adquirir en la página web del teatro.Por otro lado, la Orquesta Sinfónica Nacional estará junto a Tambuco, uno de los ensambles de percusión más reconocidos en México (y el mundo) y a la directora inglesa Catherine Larsen Maguire.Tambuco interpretará junto a la Orquesta la pieza Metal de tréboles del también mexicano Javier Álvarez, una obra que a través de su discurso sonoro evoca a la naturaleza e impulsa a los músicos a explorar formas alternativas de tocar sus instrumentos. Esta obra y las otras tres que componen el programa, serán dirigidas por Catherine Larsen-Maguire, quien durante 10 años se desempeñó como Principal de fagot de la Komische Oper en Berlín, para después dedicarse de lleno a la dirección.Para abrir y cerrar la noche, la Orquesta interpretará dos obras del compositor estadounidense Aaron Copland, compositor clásico norteamericano por excelencia, quien además tenía un particular atractivo por la música latinoamericana. Para iniciar la velada, Three Latin American Sketches, una obra que se caracteriza, en palabras del compositor, “por sus melodías, ritmos y temperamento espontáneo y jovial”, y Rodeo: Four Dance Episodes, la versión sinfónica construida por el mismo compositor del ballet bajo el mismo nombre, en la que presenta fragmentos inalterados de conocidas melodías americanas. Completa el repertorio, Huapango, de José Pablo Moncayo, obra muy reconocida y de gran colorido que retrata la música popular de la zona de Veracruz en el Golfo de México.El concierto será el miércoles 28 de junio a las 8:00 p.m., la boletería va desde los $25.000 hasta los $80.000 y está disponible en la página del Teatro Mayor.Escuche lo mejor de la música clásica por la señal en vivo de la HJCK.
En "Bramidos de agua dulce" (Escarabajo, 2020), la poeta conversa con el río Sinú, cuyas aguas serpentean a lo largo de la ciudad de Montería, en el Caribe colombiano; en su obra, el río adquiere vida propia y se convierte en un personaje central que, con cada corriente, lleva consigo los lamentos de la muerte y la violencia que asolan a las mujeres trans de esa urbe.A través de sus versos, la autora plasma algunas "experiencias aterradoras", pero también la resiliencia y lucha que vivieron estas mujeres hace más de 40 años: "Ante el temor de ser arrestadas y torturadas por la Policía, las mujeres trans que ejercían la prostitución en la época (...) preferían lanzarse al río Sinú"."Contar estas experiencias de vida desde una voz travesti, que es mi propuesta política, es controlar la narrativa de lo que se dice de nosotras", declara enfática a EFE Bárcenas, quien asegura que históricamente han sido interpretadas por personas cisgénero, heterosexuales y blancas que "terminan perpetuando lo que significa ser trans".Poesía en "clave travesti"Según la poeta, su "propuesta política" permite asumir el dominio de la narrativa en torno a las mujeres trans, que ha sido relegada al ámbito de la marginación, el sufrimiento y el trabajo sexual: "Me parece injusto" y, en su lugar, aboga por reivindicar nuevas perspectivas de "ser travesti"."La 'clave travesti' trata de posicionar la experiencia de vida de una mujer negra trans en la poesía", explica la escritora de 25 años, quien asegura que esta inclusión "no suele suceder en la literatura" porque "el canon literario es racista y transfóbico".En este contexto, Bárcenas reconoce que dichas experiencias se están convirtiendo en un nicho altamente lucrativo en la actualidad. A pesar de ello, la autora destaca que el reconocimiento y valoración de sus palabras y obras literarias son el mayor obstáculo que ha tenido que enfrentar.Escritura que abre horizontesEl contexto familiar y el entorno conservador en el que creció la poeta "no estaban preparados para comprender y aceptar" su identidad, lo cual generaba miradas opresoras y prejuiciosas hacia su persona y su cuerpo. Por lo que la colombiana encontró, desde temprana edad, un refugio íntimo y seguro en la escritura que le permitía plasmar sus sensaciones, experiencias y dar voz a su cuerpo en tránsito que ella describe, metafóricamente, como "florecer".La escritura también le dio conciencia del poder de la palabra y la expresión poética; fue una herramienta que le permitió forjar otro futuro, alejándose de los estereotipos limitantes que la sociedad asigna a las personas trans como "la prostitución, la peluquería o la calle". "La poesía me salvó porque me pude agenciar otro destino", explica Bárcenas, quien señala que no le parece negativo que sean prostitutas o peluqueras, sino que eso "sea lo único que la sociedad quiera que seamos".Dignificación y reconocimiento permanenteA propósito del Día Internacional del Orgullo LGBTI, que se celebra el 28 de junio, Bárcenas destaca que "la dignificación de las vidas trans va más allá de una celebración temporal y requiere cambios estructurales en diversos ámbitos".La activista enfatiza en la importancia de contratar a personas trans y brindarles espacios de manera continua: "Una verdadera inclusión implica tener en cuenta a las personas trans todo el tiempo, lo cual les proporcionaría la estabilidad económica tan necesaria en sus vidas porque aún enfrentan obstáculos para acceder a empleos, espacios culturales y académicos que no han sido diseñados con su inclusión en mente".La monteriana señala que durante esta celebración se percibe como "la cuota trans" y reflexiona sobre cómo muchas instituciones instrumentalizan la imagen de las personas trans en lugar de brindarles una participación genuina.Aunque le genera conflicto, también reconoce que esta situación puede ser una oportunidad para abrir camino a otras mujeres trans y ampliar su representación en diversos escenarios. "Ser reconocida como una travesti que pudo transformar su realidad y abrir nuevos horizontes para otras mujeres", así le gustaría a Flor ser recordada por sus hermanas travestis y por la sociedad.No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Desde la creación en el año 2001, el Ciclo Rosa se reafirma cada año como la apuesta por la diversidad, como el puente para una transformación en las estéticas y narrativas de la creación audiovisual, que se mueven entre los distintos géneros cinematográficos, los múltiples formatos estéticos y las diversas maneras de narrar y representar el cuerpo, la sexualidad y el género mediante lo audiovisual.El Ciclo Rosa se ha convertido en un espacio alternativo para la muestra audiovisual y la discusión alrededor de la visibilidad LGBTIQ+. Por el Ciclo han pasado figuras significativas de la creación e investigación audiovisual nacional e internacional y se ha promovido la emergencia de nuevas formas de representación de los géneros y las sexualidades en su diversidad y complejidad.La edición del 2023 está conformada por una Muestra Internacional curada por Cédric Succivalli, crítico de cine y programador italiano, ha sido jurado en festivales como San Sebastián y el Festival de Cannes (jurado de la Palma Queer), entre otros. Succivalli propone 5 programas con un rango ecléctico de voces queer que lo han impresionado profundamente durante los últimos años. Esta muestra estará acompañada por su curador y presentará títulos: Lobo y perro, Fire at the Lake, The Lost Boys, Errante corazón, Exalted Mars, entre otros.La Muestra Nacional es resultado, por primera vez, de una convocatoria pública donde se recibieron más de 60 obras audiovisuales de todos los formatos y duraciones, provenientes de todo el territorio nacional. La muestra se compone de un largometraje: Clara y tres programas de cortometrajes: Fuerza salvaje, Afectos disidentes y Feminidades construidas.Además, el Programa Furia presentará películas que suspendan momentáneamente las convenciones sociales y permitirá que se avive la pasión por encima de la razón. Los personajes de Furia son complicados, difíciles de entender, rabiosos e inmorales, en esencia, queer. Por otro lado, en el Foco Jorge Cadena, intimidad y rebeldía, un recorrido entre lo personal y lo colectivo, lo introspectivo y lo político de este cineasta colombiano radicado en Suiza, los asistentes podrán ver una serie de cortometrajes que ha realizado en la última década, en un ir y venir constante entre su origen en el Caribe colombiano y su mirada extranjera en el mundo. Presentado por Swiss Films.Para complementar la agenda de películas se tendrán dos estrenos Internacionales: Medusa Deluxe de Thomas Hardiman y Lingua Franca de Isabel Sandoval. En estrenos nacionales: Wërapara de Claudia Fischer, Petit mal de Ruth Caudeli y Anhell69 de Theo Montoya.Esta edición tendrá la segunda versión de la Toma Rosa que se llevará a cabo del 9 de junio hasta el 1 de julio en la Galería de la Cinemateca de Bogotá, los días jueves, viernes y sábados. La Toma Rosa es un espacio para la juntanza y la circulación de propuestas interdisciplinarias vinculadas a diferentes prácticas artísticas en el marco del Ciclo Rosa, como una forma de apropiación de la Cinemateca por parte de todos los ciudadanos. Esta versión reunirá 13 artistas que fueron seleccionados a través de una invitación pública, quienes proponen un viaje por actividades literarias, audiovisuales, escénicas (circo, música, teatro, performance) de diseño gráfico, de artes plásticas y de Artes vivas.Ricardo Cantor, gerente de Artes Audiovisuales del Idartes, comenta “el Ciclo Rosa llega a su edición 22, y se ha convertido -como un rito- en un lugar de encuentro y conversación alrededor de las narrativas de representación y autorepresentación queer a través del cine y el audiovisual y su encuentro con otras prácticas artísticas y culturales como el performance, la literatura, la música, las artes visuales y la danza. En 2023, con un panorama internacional, el programa furia, el foco de Jorge Cadena, estrenos nacionales e internacionales sumado a 3 componentes convocados por invitaciones públicas: muestra nacional, la toma rosa y diálogos ciclo rosa junto con la exposición GenIA, El Cine & Yo con Daniela Maldonado y el Laboratorio Cuerpo Cyborg-Tecnogénero ensamblamos -como en un collage- una amalgama de lenguajes, estéticas y relatos que indagan en la expresión y las disidencias del género, del afecto y del amor.”Este año en la Sala E se realizará la Exposición GenIA: exploraciones inmersivas y con inteligencia artificial en clave de género, esta se basa en las posibilidades de intersección entre la tecnología y la identidad de género. Las obras realizadas y presentadas por la ciudadanía exploran estos temas desde una perspectiva descolonial, transfeminista, transterritorial, que reflexionan sobre la ética, la autonomía, la justicia y la dignidad; utilizando herramientas de inteligencia artificial para crear experiencias particulares. La exposición contará con visitas guiadas en inglés y español.Del 15 junio al 3 de agosto se realizará Laboratorio cuerpo cyborg-tecnogénero, en la Cinemateca de Bogotá y en el Castillo de las Artes, un encuentro de 16 sesiones los días lunes y jueves, el ingreso es libre con inscripción previa. El 28 de junio para participar en Lecturas de película - Reflejos de violetas en el turbio estanque: Inventario personal del cine homosexual debe hacer inscripción previa.El Ciclo Rosa tendrá una sesión especial de El Cine & Yo con Daniela Maldonado, lideresa comunitaria y activista social del sector poblacional trans de la ciudad de Bogotá, esta actividad de entrada libre, será el 21 de junio a las 7:00 p.m.Del 21 al 28 de junio se llevarán a cabo los Diálogos Ciclo Rosa, un espacio que abre y amplía conversaciones colectivas en torno a narrativas y disidencias del afecto. La selección de estos encuentros llegaron a través de invitación pública, en la que se recibieron propuestas con múltiples formas y formatos (talleres, ponencias, estudios de caso, material de archivo, mesas redondas, proyección y conversación, lecturas performativas, conversatorios, paneles, testimonios, entre otros)Durante los días del Ciclo Rosa se lanzarán las convocatorias para el Premio Dunkel Rosa 2023 y el 4° Laboratorio de Escrituras Audiovisuales Queer.Para más información puede consultar toda la agenda del Ciclo en la página web de la Cinemateca de Bogotá. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK.
Bautizada la estatua imposible, "es una obra creada por cinco maestros diferentes que nunca habrían podido colaborar en la vida real", afirma a la AFP Paulina Lunde, portavoz de Sandvik, la empresa que diseñó esta escultura gracias a tres programas diferentes de IA.De acero inoxidable, mide 150 centímetros de alto y pesa 500 kilos. Esta expuesta por el museo de Tecnología de Estocolmo y representa a una mujer, cuya mitad del cuerpo debajo del busto está cubierta por una especie de túnica y lleva un globo -hecho de bronce- en su mano izquierda.La idea era crear una mezcla entre los estilos de cinco escultores que marcaron cada uno su época: Miguel Ángel (Italia, 1475-1564), Auguste Rodin (Francia, 1840-1917), Kathe Kollwitz (Alemania, 1867-1945), Kotaro Takamura (Japón, 1883-1956) y Augusta (Estados Unidos, 1892-1962)."Algo en su apariencia hace sentir que no fue creada por un ser humano", señala Julia Olderius, una responsable de innovación dentro del museo.El espectador puede percibir la musculatura inspirada en Miguel Ángel, mientras que la mano recuerda a las creadas por Takamura.Para lograrlo, los ingenieros de Sandvik alimentaron el programa con abundantes imágenes de esculturas creadas por estos artistas. La inteligencia artificial propuso luego varias imágenes en 2D que, según ella, reflejaban el sello de cada uno de estos escultores."Estas imágenes en 2D fueron incorporadas por nuestros ingenieros en un modelado 3D y, a partir de ahí, nos concentramos en la fabricación", destaca Lunde.¿Pero es arte, o más bien una hazaña técnica? "Creo que es arte", afirma Olderius, que considera que esta apreciación le corresponde al público.Sobre la cuestión más general de la irrupción de la IA en este campo, muestra el mismo optimismo. "No hay que tener miedo de lo que la IA hace con la creatividad, el concepto, el arte y el diseño", juzga. "Simplemente hay que adaptarse a un nuevo futuro", donde la tecnología tiene un lugar de pleno derecho en la creación y el diseño, añade. No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.