Ha expuesto sus fotografías en diferentes lugares del mundo como en el Centro Georges Pompidou, en París; el Museo de la Fotografía de Hokaido, en Japón; y el Museo de Arte Moderno de San Francisco, en Estados Unidos, entre otros.Posee también el Premio Hasselblad 2008, la más importante distinción mundial en fotografía, y en 2010 fue galardonada en PhotoEspaña en reconocimiento a su trayectoria profesional, que la ha consolidado como una de la referencias de la fotografía contemporánea.Graciela Iturbide nació el 16 de mayo de 1942 en México DF, la mayor de 13 hermanos. Alumna del también mexicano Manuel Álvarez Bravo y nieta del héroe de la revolución Agustín de Iturbide, ha destacado especialmente por la fotografía de costumbres populares.Empezó a estudiar en 1969 en el Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC) para dedicarse al cine, pero pronto la atrajo la fotografía. Entre 1970 y 1971 trabajó como asistente de Álvarez Bravo, acompañándolo en viajes a través de México. A principios de los 70 también viajó por Latinoamérica, en particular a Cuba y Panamá.La muerte de su hija de 6 años la hizo abandonar el cine y dedicarse por completo a la fotografía, en una obra con influencias de Álvarez Bravo. Además de documentar la vida mexicana, sus obras narran historias donde se entremezclan lo indígena y lo poscolonial, lo que la fotógrafa ha llamado el "tempo mexicano", aunque siempre "alejadas de la magia o el surrealismo", conceptos de los que huye Iturbide.Ingresó en la Academia de las Artes en México en 2014 con el discurso titulado 'La poesía de la fotografía'. En 2018 se publicó la novela gráfica 'Iguana Lady', escrita por Isabel Quintero e ilustrada por Zeke Peña, recogiendo la biografía de Iturbide y su producción fotográfica de casi cinco décadas, iniciada en 1979, cuando retrató a los seris, un pueblo indígena y nómada del desierto de Sonora casi desaparecido.De hecho, una de sus imágenes más impactantes es 'Nuestra Señora de las Iguanas' (1979), para la que una mujer posó con iguanas que portaba sobre su cabeza en un mercado de Juchitán. La educación católica que recibió se aprecia en puestas de escena que son como narraciones míticas y bíblicas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíApasionada por el blanco y negro, también inmortalizó, por encargo del artista Francisco Toledo, el pueblo de Juchitán, parte de la cultura zapoteca en Oaxaca, tras la que publicaría el libro 'Juchitán de las mujeres' (1989), junto a la Premio Cervantes 2013, la también mexicana Elena Poniatowska.Ha expuesto individualmente en el Centre Pompidou (1982), el San Francisco Museum of Modern Art (1990), el Philadelphia Museum of Art (1997), el Paul Getty Museum (2007), la Fundación MAPFRE, en Madrid (2009), el Photography Museum Winterthur (2009) y la Barbican Art Gallery (2012), entre otros.En España se han organizado varias exposiciones retrospectivas y ha participado en numerosas muestras colectivas, como el proyecto 'Imagina', durante la Expo de Sevilla, en 1992; la exposición 'India-México. Vientos paralelos', en Barcelona en 2003, junto al brasileño Sebastiao Salgado y el indio Raghu Rai; o en el Museo ICO de Madrid (2021).La fotógrafa ha recibido el Grand Prix Mois de la Photo en París (1988), el International Gran Prize de Hokkaido en Japón (1990), el Premio Nacional de Ciencias y Artes de Ciudad de México (2008) y el Premio mundial Sony 2021.Posee asimismo el Premio W. Eugene Smith Memorial Foundation 1987; el Grand Prize Mois de la Photo 1988; la Guggenheim Fellowship por el proyecto 'Fiesta y Muerte' 1988; el Hugo Erfurth Award, Leverkusen, 1989; o el International Grand Prize Hokkaido, Japón, 1990.También el premio Rencontres Internationales de la Photographie 1991; el Premio Nacional de Ciencias y Artes, Ciudad de México, 2008; el doctor 'honoris causa' en Fotografía por el Columbia College Chicago en 2008 y en Artes por el San Francisco Art Institute en 2009.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Arnold Schönberg (1874-1951) son dos de los principales exponentes del arte musical generado por las ‘Escuelas vienesas’ en dos épocas bien diferentes. Estos compositores serán protagonistas de la jornada de conciertos de esta semana de la Filarmónica de Bogotá, que tendrá la dirección de Rubián Zuluaga.Además de las sinfonías, los cuartetos de cuerdas y las sonatas, durante el periodo clásico fueron populares otras formas de carácter ligero creadas para divertir al público y acompañar eventos sociales. Dentro de estas propuestas se destacan las serenatas, formatos a los que contribuyó de manera generosa Mozart. De autoría del ‘Genio de Salzburgo’, la Orquesta interpretará la “Serenata K. 361”, también conocida como “Gran partita”, escrita en 1784.Casi un siglo después de la muerte de Mozart, nació Schönberg, una figura clave en la transformación musical pues impulsó el dodecafonismo y se encargó de multiplicar el impacto de las ‘Escuelas vienesas’ en el arte. 💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíUna de sus primeras obras es “Verklärte nacht Op. 4” (“Noche transfigurada”), un poema sinfónico originalmente para sexteto de cuerdas. Lo compuso en 1899 cuando tenía 25 años y se inspiró en el libro “Mujer y mundo” de Richard Demel.Como complemento a las obras de Mozart y Schönberg, la Filarmónica de Bogotá, dirigida por Rubián Zuluaga, interpretará “Pastiche para cuerdas en el estilo de Haydn, Op. 56”, del colombiano Blas Emilio Atehortúa (1943-2020). El término pastiche en la música del siglo XVIII hace alusión a una pieza que combina diferentes fragmentos, generalmente procedentes de óperas, de uno o varios compositores.El repertorio de estos conciertos dedicados a “La esencia de las ‘Escuelas vienesas’: desde Mozart hasta Schönberg” se podrá escuchar el viernes 23 de mayo (7:00 p.m.), en el Auditorio Fabio Lozano (Universidad Jorge Tadeo Lozano) —con boletería— y el sábado 24 de mayo (4:00 p.m.) en el León de Greiff UNAL —con entrada libre hasta completar aforo—.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
En una apuesta escénica audaz que entrelaza lo ancestral y lo contemporáneo, el Teatro Tchyminigagua estrena Al Divino Narciso, una vibrante reinterpretación callejera del clásico de Sor Juana Inés de la Cruz.Esta obra, que marca el inicio de la celebración por los 40 años de la compañía, se presentará los días 23 y 24 de mayo a las 6:30 p. m. en el Parque de las Artes Tchyminigagua, en Bogotá, con entrada libre.Bajo la dirección de Venus Albeiro Silva y con dramaturgia de Amaranta Osorio, Al Divino Narciso lleva a la calle el barroco novohispano del siglo XVII a través de una experiencia multisensorial con más de 20 artistas en escena.La obra se compone de dos partes tradicionales —la Loa al Divino Narciso y el Auto Sacramental—, y toma forma en un espectáculo de gran escala, con música en vivo, acrobacias, zancos —incluso en patines—, escenografía móvil y una lectura simbólica que se conecta con problemáticas actuales como la identidad indígena, la colonización y la espiritualidad.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa pieza revive el texto original desde el cuerpo, el ritmo y la calle. En esta versión, el personaje del Divino Narciso se convierte en una figura de redención que dialoga con conceptos como la Gracia, la Soberbia, el Amor Propio y la Naturaleza Humana.En paralelo, personajes como Abya Yala y América encarnan el espíritu de los pueblos originarios, mientras Religión y Celo representan la evangelización, en un claro comentario sobre la imposición cultural y la resistencia histórica.“Queríamos una obra que hablara desde la calle, desde lo indígena, desde lo espiritual, y al mismo tiempo conectara con el ahora”, explica Venus Albeiro Silva, director y fundador de Tchyminigagua. Para el grupo, el teatro no es solo representación, sino también conversación y movilización: un arte político y poético que toca la conciencia colectiva desde el espacio público.El montaje destaca por su propuesta estética: tres paneles móviles sirven como telón y símbolo mutable; la música combina ritmos indígenas con herencias ibéricas; y los cuerpos en zancos trazan coreografías que transforman el aire en escena. Esta poética del movimiento convierte el espectáculo en un ritual en el que la calle es el altar, el espectador es parte de la ceremonia y el teatro se convierte en comunidad.Además del estreno en Colombia, Al Divino Narciso será la pieza central de la gira internacional de Tchyminigagua en 2025. El grupo viajará a Europa para representar a Colombia en el Festival Hispanoamericano de Clásicos del Siglo de Oro en Alcalá de Henares (España), donde presentarán la obra el 4 y 5 de junio.Será la primera vez que una compañía colombiana lleve a este escenario un montaje callejero basado en teatro barroco, en una propuesta que fusiona arte ancestral y técnica contemporánea con una identidad latinoamericana poderosa.Tchyminigagua celebra este estreno como parte de sus cuatro décadas de trabajo en teatro popular, creación colectiva y resistencia cultural. Fundada en Bogotá en los años 80, la compañía ha participado en más de 300 festivales en cuatro continentes, convirtiéndose en un referente del teatro callejero y comunitario en América Latina.Su trayectoria incluye coproducciones con agrupaciones de Europa y América y una pedagogía teatral única que ha formado a centenares de artistas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Los acordes dulces de una guitarra y la voz melodiosa de un hombre nos transportó al bosque celta para comenzar la fiesta en honor a la música y a la reunión sagrada del sonido.Hozier trajo a Bogotá la tierra como símbolo de la unión y comenzó su Unreal Unearth Tour en América Latina reuniendo a cientos de personas alrededor de su guitarra. Las luces iluminándolo en el centro del escenario fueron la premonición para lo que sería un encuentro íntimo entre su música y su público.Andrew Hozier-Byrne no encaja del todo en ninguna categoría. Su música es una mezcla natural de blues, soul, folk, rock alternativo y góspel, que se despliega con madurez y sin necesidad de artificios.Like real people do y I, Carrion (icarian) revocaron el silencio como resultado de un asombro colectivo frente a una voz prodigiosa, labrada por el bosque, esa misma voz que hizo iluminar el recinto con un destello conmovedor y honesto.Otras canciones como Francesca evocaron la idea de un amor llevado al infierno, así mismo como sucede con Paolo y Francesca en el Canto V en La divina comedia, obra de la que tomó inspiración para su álbum, Unreal Unearth.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl portador de esta música ha creado un lenguaje nuevo para nombrar el amor, sucedió en Bogotá cuando cantó “estoy tan lleno de amor que apenas puedo comer”, verso de Work song y “me deslicé hasta aquí desde el Edén solo para esconderme afuera de tu puerta” en From Eden.Los árboles se descolgaron del cielo y las margaritas volaron al escenario rodeando a Hozier, sus canciones Unknown y Cherry wine se escucharon al unísono como un coro celestial mientras al hombre se le creaba una sonrisa.En medio de la dificultad para respirar por la altura, el cantante irlandés agradeció decenas de veces frente a un público entregado a su guitarra, agradeció la oportunidad de visitarnos por segunda vez y agradeció el hecho de sacar el tiempo para ir a escucharlo.Los acordes que comenzaron a sonar con Take me to church (su más grande éxito) se convirtieron en una liturgia por la libertad de amar, se levantaron las manos frente a un himno que lleva más de diez años sonando en el mundo.Antes de cantar Nina cried power habló acerca de la historia de los derechos civiles en Irlanda del Norte y del genocidio de Gaza, alzó la voz por las víctimas de la masacre y se sintió honrado de estar en América Latina donde llevamos décadas luchando por nuestros derechos.Para eso es también el arte, para nombrar el horror y no temer frente al odio, Hozier levantó el puño y golpeó su pecho por lo que cree y defiende.Hozier cerró la ceremonia con una sensibilidad inigualable y una amabilidad inmensa cantando Work song, yo me sentí afortunada de presenciar el movimiento infinito de la música traída por alguien que atraviesa caminos y sale de la tierra como un árbol hermoso que se sostiene con raíces profundas, que se mantiene en el invierno y florece mágico como ningún otro.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
“Con estos cuadernos nos podemos acercar más al pensamiento de Mistral, a ella como persona y a lo que le importaba. Podemos conocerla desde otro ámbito, como una persona sensible, preocupada, y que tenía un pensamiento avanzado a la época”, dice la encargada del Archivo del Escritor de la biblioteca, Claudia Tapia, sobre estas más de 100 libretas de 300 a 400 páginas.“Son cuadernos en los que escribía mucho, y que se dividen en prosa poética, apuntes, borradores y análisis de procesos históricos o de escritores, por ejemplo”, detalla Tapia, que hace más de 30 años que conserva y cataloga el legado de Mistral (1889-1957), primera y única latinoamericana en ser reconocida con el Nobel de Literatura 80 años atrás.El cuaderno ‘Q’Uno de los más especiales, asegura la encargada del archivo, es el cuaderno ‘Q’, que Mistral dedicó a reflexionar entorno a la educación, planteando asuntos como la relevancia de la afectividad de los maestros hacia los alumnos o el acompañamiento de los niños y niñas con dificultades en el aprendizaje, además de describir cómo deberían ser las escuelas y los horarios de enseñanza.“Este es un cuaderno súper importante y muy pocos se han fijado en él”, opina Tapia recordando la relevancia de la visión pedagógica de la autora, defensora de una educación transformadora y liberadora, que la llevó a participar en 1922 en el diseño de la reforma educativa mexicana con el objetivo de adecuar el sistema a los valores de la revolución (1910-1920).💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí“Espero que alguien los descubra, porque todo el material está a disposición de la gente. Es cosa de entrar en el catálogo e ir investigando”, desea Tapia sobre el destino de ‘Q’ y el resto de cuadernos, convencida de que “en algún momento alguien los va a encontrar”.La directora de la Biblioteca Nacional de Chile, Soledad Abarca, coincide con ella cuando dice que el acervo mistraliano encierra “una riqueza de pensamiento que todavía no hemos llegado a develar”.“Era crítica, y eso es lo que más nos gusta, que ella nos hace pensar en el presente con esta voz de reflexión que fue muy culta y muy impresionante”, explica en referencia a la gran variedad de temas que abordan sus escritos, como la sustentabilidad y el amor por la naturaleza o la valoración de los pueblos originarios.Un “legado vivo”El legado de Mistral, autora de los poemarios ‘Desolación’, ‘Tala’ o ‘Lagar’, descansa en el Archivo del Escritor de la biblioteca santiaguina junto al de destacados poetas chilenos como Pablo Neruda, Vicente Huidobro o Pablo de Rokha, pero el de la escritora, asegura Claudia Tapia, es el archivo más grande y más antiguo.Su origen se remonta a 1960, cuando la artista chilena Laura Rodig y la escritora estadounidense Doris Dana, albacea de Mistral, hicieron una primera donación a la Biblioteca Nacional de Chile, que incluía, entre otros, los borradores iniciales de ‘Desolación’.En 2007, la sobrina de Dana, Doris Atkinson, entregó a la institución el resto del patrimonio de la poetisa, que actualmente está digitalizado y cuenta con infinidad de manuscritos, cuadernos, fotografías, cartas, documentación personal, material audiovisual y recortes de los artículos que publicó en periódicos como El Coquimbo de La Serena, La Voz de Elqui y El Tamaya, donde comenzó su trayectoria literaria.“Su legado sigue vivo cada vez que uno lo lee, lo comparte o descubre una nueva dimensión de Gabriela”, concluye Soledad Abarca pensando en todo lo que documentos como el cuaderno ‘Q’ pueden llegar a revelar sobre una de las mayores autoras de la historia de la literatura.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.