Voltaire, cuyo nombre real era François-Marie Arouet, fue un filósofo, escritor e historiador francés, y uno de los principales exponentes del movimiento de la Ilustración. Famoso por su ingenio, su aguda crítica a las instituciones tradicionales y su férrea defensa de la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y la reforma social, Voltaire dejó un legado que trasciende siglos.Voltaire arremetió contra el fanatismo, la superstición y la intolerancia, defendiendo la razón como base de una sociedad más justa. Sus obras atacan la hipocresía de las instituciones religiosas y abogan por la separación entre Iglesia y Estado. Fue un precursor del derecho a expresarse libremente. Su famosa frase, aunque apócrifa, resume este ideal: "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo".Voltaire y la Ilustración La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual que transformó el pensamiento europeo durante los siglos XVII y XVIII. En este contexto, Voltaire emergió como uno de los principales artífices de las ideas que moldearon esta era.Voltaire abogó por el uso de la razón para analizar y desafiar las estructuras sociales, religiosas y políticas. Sus escritos, caracterizados por su ironía y agudeza, cuestionaron las verdades aceptadas y promovieron el escepticismo hacia dogmas impuestos. Este enfoque ayudó a popularizar una mentalidad que valoraba la investigación científica y el análisis lógico como pilares del progreso humano.El escritor denunció incansablemente el fanatismo religioso y los abusos de la Iglesia católica, que en su época ostentaba un inmenso poder político. Obras como el "Tratado sobre la tolerancia" y "El Diccionario Filosófico" no solo plantearon la necesidad de libertad de pensamiento, sino que también inspiraron reformas posteriores hacia la separación entre Iglesia y Estado, como lo mencionamos anteriormente.Aunque Voltaire no era un revolucionario en el sentido moderno, su ideal de "despotismo ilustrado" influyó en monarcas como Federico el Grande de Prusia y Catalina la Grande de Rusia. Voltaire creía que los gobernantes educados en los principios de la Ilustración podrían promover reformas para mejorar la vida de sus súbditos, sentando las bases de sistemas más justos y racionales.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíVoltaire y los libros El impacto de Voltaire fue evidente en la generación que lideró la Revolución Francesa (1789). Figuras como Diderot y Rousseau, aunque a veces en desacuerdo con Voltaire, se inspiraron en su crítica al absolutismo y en su fe en el progreso racional. Su pensamiento influyó en discursos sobre la libertad, la igualdad y los derechos individuales que marcaron este periodo.La sátira de Voltaire, especialmente en Cándido, sirvió como modelo para escritores como Jonathan Swift y, más tarde, autores del siglo XIX como Mark Twain. Su capacidad para denunciar las injusticias a través del humor y el absurdo consolidó una tradición literaria de crítica social mordaz.Autoras feministas como Mary Wollstonecraft y novelistas como George Eliot heredaron de Voltaire una perspectiva secular que desafió las normas patriarcales y religiosas. Aunque no fue explícitamente feminista, su insistencia en la libertad de pensamiento y en los derechos individuales influyó en las luchas por la igualdad de género.Algunas obras recomendadas"Cándido o el optimismo" (1759): Una sátira mordaz que pone en evidencia el optimismo filosófico de Leibniz, representado por la frase "vivimos en el mejor de los mundos posibles". A través de las desventuras de su protagonista, Cándido, Voltaire critica las injusticias sociales, el poder corrupto y el sufrimiento humano con un humor cáustico."Tratado sobre la tolerancia" (1763): Escrito tras el juicio y ejecución injusta de Jean Calas, este ensayo es una apasionada defensa de la tolerancia religiosa y la libertad de pensamiento. En él, Voltaire aboga por la convivencia pacífica y denuncia la barbarie de la intolerancia."Cartas filosóficas" (1734): En esta colección de cartas, Voltaire compara la sociedad francesa con la inglesa, alabando la tolerancia, el sistema parlamentario y la libertad de comercio de Inglaterra. La obra, considerada subversiva en su época, fue prohibida en Francia.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Jean-Paul Sartre, uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX, nació el 21 de junio de 1905 en París, en el seno de una familia de clase media acomodada. Desde temprana edad, Sartre mostró un interés profundo por la literatura y la filosofía, influenciado por la vasta biblioteca de su abuelo Charles Schweitzer, un profesor de alemán. Este entorno le permitió desarrollar una pasión por los libros, que más tarde se vería reflejada en su obra literaria y filosófica.Sartre estudió en la École Normale Supérieure, una prestigiosa institución en la que compartió su tiempo con otros grandes pensadores de la época. Allí conoció a Simone de Beauvoir, quien se convertiría en su compañera de vida y en una influencia clave en su pensamiento, aunque mantuvieron una relación abierta poco convencional para la época. Sartre y Beauvoir no solo compartieron un vínculo romántico, sino que también desarrollaron un diálogo filosófico constante. Aunque nunca se casaron ni vivieron juntos, mantuvieron una colaboración intelectual profunda y mutuamente estimulante a lo largo de sus vidas. Beauvoir, con su agudo pensamiento feminista y existencialista, influyó en Sartre y viceversa, creando una de las alianzas filosóficas más fructíferas del siglo.Uno de los episodios fundamentales en la vida de Sartre fue su servicio militar en 1939 durante la Segunda Guerra Mundial, cuando fue capturado por los alemanes y pasó casi un año como prisionero de guerra. Durante su cautiverio, Sartre continuó escribiendo y reflexionando, y fue en esta época cuando desarrolló muchas de las ideas que darían forma a su pensamiento existencialista. Una vez liberado, se involucró activamente en la resistencia francesa contra el nazismo y, tras la guerra, se dedicó a criticar duramente las injusticias políticas y sociales de su tiempo.Inspirado por filósofos como Edmund Husserl y Martin Heidegger, Sartre desarrolló su propia corriente filosófica, el existencialismo, que planteaba que el ser humano está condenado a ser libre. En su obra seminal El ser y la nada (1943), Sartre explora la noción de que la existencia precede a la esencia, es decir, que los seres humanos no están definidos por una naturaleza predeterminada, sino que deben crear su propio significado a través de sus elecciones y acciones. Esta idea revolucionaria resonó fuertemente en una Europa devastada por la guerra, que buscaba reconstruir no solo ciudades, sino también valores humanos.Otro de los aspectos cruciales de su pensamiento fue el concepto de la "mala fe", que describe cómo las personas se engañan a sí mismas para evitar enfrentar la angustia de la libertad absoluta. Sartre argumentaba que las personas a menudo adoptan roles sociales o normas predefinidas para evitar la responsabilidad de sus propias decisiones, negando así su libertad fundamental. Esta idea fue ilustrada en su famosa obra de teatro A puerta cerrada (1944), donde tres personajes se enfrentan al infierno de la condena mutua en un espacio cerrado, sin escapatoria física o emocional.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.A pesar de su éxito literario y filosófico, Sartre fue un hombre de acción, comprometido con las luchas políticas de su tiempo. Fue un crítico vocal del colonialismo, apoyando movimientos de independencia en países como Argelia y Vietnam. Sus opiniones políticas lo llevaron a unirse al Partido Comunista durante un tiempo, aunque más tarde lo abandonaría por diferencias ideológicas. Sartre mantuvo una postura política cercana al marxismo, pero siempre defendiendo la autonomía del individuo.Algunas de sus obras más destacadas incluyen la novela La náusea (1938), donde el protagonista, Antoine Roquentin, experimenta una repulsión existencial hacia la banalidad de la vida cotidiana, reflejando las ideas filosóficas que Sartre desarrollaría más tarde en su obra filosófica. También es conocido por sus escritos en El existencialismo es un humanismo (1946), donde defendió su filosofía de las críticas, argumentando que la libertad humana, lejos de ser nihilista, implicaba una responsabilidad ética hacia los demás.La relación entre Sartre y Simone de Beauvoir fue igualmente fundamental para su producción intelectual. Ambos compartieron una visión del amor y de la vida que rompía con las convenciones sociales de la época. Su relación, a menudo descrita como una "relación necesaria", les permitió explorar sus identidades como individuos sin las limitaciones de la monogamia tradicional. Sartre alentaba a Beauvoir a explorar su propio pensamiento, y ella, con obras como El segundo sexo (1949), se convirtió en una de las voces más importantes del feminismo del siglo XX. Ambos compartían la idea de que la libertad es el valor supremo, y que los seres humanos están constantemente obligados a confrontar las limitaciones de sus elecciones.Jean-Paul Sartre recibió el Premio Nobel de Literatura en 1964, pero lo rechazó, argumentando que no deseaba ser "institucionalizado" ni reconocido por una autoridad que él consideraba burguesa y conservadora. Este gesto fue coherente con su vida de compromiso radical y rechazo a las jerarquías establecidas.Sartre murió el 15 de abril de 1980 en París, dejando un legado que continúa siendo estudiado y debatido. Su pensamiento sigue influyendo en diversas disciplinas, desde la filosofía hasta la literatura, la psicología y las ciencias sociales. Su vida fue una constante interrogación sobre la libertad, la responsabilidad y la autenticidad, y su obra un espejo de las tensiones de su tiempo, tanto políticas como existenciales.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Este libro nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo, todo lo familiar al pensamiento —al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografía—, trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo y lo Otro. Este texto cita "cierta enciclopedia china" donde está escrito que "los animales se dividen en a] pertenecientes al Emperador, b] embalsamados, c] amaestrados, d] lechones, e] sirenas, f] fabulosos, g] perros sueltos, h] incluidos en esta clasificación, i] que se agitan como locos, j] innumerables, k] dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l] etcétera, m] que acaban de romper el jarrón, n] que de lejos parecen moscas".* En el asombro de esta taxinomia, lo que se ve de golpe, lo que, por medio del apólogo, se nos muestra como encanto exótico de otro pensamiento, es el límite del nuestro: la imposibilidad de pensar esto.Así, pues, ¿qué es imposible pensar y de qué imposibilidad se trata? Es posible dar un sentido preciso y un contenido asignable a cada una de estas singulares rúbricas; es verdad que algunas de ellas comprenden seres fantásticos —animales fabulosos o sirenas—; pero justo al darles un lugar aparte, la enciclopedia china localiza sus poderes de contagio; distingue con todo cuidado entre los animales reales (que se agitan como locos o que acaban de romper el jarrón) y los que sólo tienen su sitio en lo imaginario. Se conjuran las mezclas peligrosas, los blasones y las fábulas vuelven a su alto lugar; nada de inconcebible anfibia, nada de alas con zarpas, nada de inmunda piel escamosa, nada de estos rostros polimorfos y demoniacos, nada de aliento en flamas. Aquí la monstruosidad no altera ningún cuerpo real, en nada modifica el bestiario de la imaginación; no se esconde en la profundidad de ningún poder extraño. Ni siquiera estaría presente en esta clasificación si no se deslizara en todo espacio vacío, en todo intersticio blanco que separa unos seres de otros. No son los animales "fabulosos" los que son imposibles, ya que están designados como tales, sino la escasa distancia en que están yuxtapuestos a los perros sueltos o a aquellos que de lejos parecen moscas. Lo que viola cualquier imaginación, cualquier pensamiento posible, es simplemente la serie alfabética (a, b, c, d) que liga con todas las demás a cada una de estas categorías.Por lo demás, no se trata de la extravagancia de los encuentros insólitos. Sabemos lo que hay de desconcertante en la proximidad de los extremos o, sencillamente, en la cercanía súbita de cesas sin relación; ya la enumeración que las hace entrechocar posee por sí misma un poder de encantamiento: "Ya no estoy en ayuno —dice Eustenes—. Por ello se encontrarán con toda seguridad hoy en mi saliva: Áspides, Amfisbenas, Anerudutes, Abedesimones, Alartraces, Amobates, Apiñaos, Alatrabanes, Aractes, Asteriones, Alcarates, Arges, Arañas, Ascalabes, Atelabes, Ascalabotes, Aemorroides, ..." Pero todos estos gusanos y serpientes, todos estos seres de podredumbre y viscosidad hormigueante, como las sílabas que los nombran, en la saliva de Eustenes, tienen allí su lugar común, como sobre la mesa de disección el paraguas y la máquina de coser, si la extrañeza de su encuentro se hace evidente es sobre el fondo de ese y, de ese en, de ese sobre, cuya solidez y evidencia garantizan la posibilidad de una yuxtaposición. Es, desde luego, muy improbable que las hemorroides, las arañas y los amabates vengan a mezclarse un día bajo los dientes de Eustenes, pero, después de todo, en esta boca acogedora y voraz encontrarían buen lugar de habitación y el palacio de su coexistencia.La monstruosidad que Borges hace circular por su enumeración consiste, por el contrario, en que el espacio común del encuentro se halla él mismo en ruinas. Lo imposible no es la vecindad de las cosas, es el sitio mismo en el que podrían ser vecinas. Los animales "i] que se agitan como locos, j] innumerables, fe] dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello" ¿en qué lugar podrían encontrarse, a no ser en la voz inmaterial que pronuncia su enumeración, a no ser en la página que la transcribe? ¿Dónde podrían yuxtaponerse a no ser en el no-lugar del lenguaje? Pero éste, al desplegarlos, no abre nunca sino un espacio impensable. La categoría central de los animales "incluidos en esta clasificación" indica lo suficiente, por la referencia explícita a paradojas conocidas, que jamás se logrará definir entre cada uno de estos conjuntos y el que los reúne a todos una relación estable de contenido a continente: si todos los animales repartidos se alojan sin excepción en uno de los casos de la distribución, ¿acaso todos los demás no están en éste? Y éste, a su vez, ¿en qué espacio reside? El absurdo arruina el y de la enumeración al llenar de imposibilidad el en en el que se repartirían las cosas enumeradas. Borges no añade ninguna figura al atlas de lo imposible; no hace brotar en parte alguna el relámpago del encuentro poético; sólo esquiva la más discreta y la más imperiosa de las necesidades; sustrae el emplazamiento, el suelo mudo donde los seres pueden yuxtaponerse. Desaparición que queda enmascarada o, mejor dicho, irrisoriamente indicada por la serie alfabética de nuestro alfabeto, que sirve supuestamente de hilo conductor (el único visible) a la enumeración de una enciclopedia china. Lo que se ha quitado es, en una palabra, la célebre "mesa de disección"; y dando a Roussel una mínima parte de lo que siempre le es debido, empleo esta palabra "Mesa" en dos sentidos superpuestos: mesa niquelada, ahulada, envuelta en blancura, resplandeciente bajo el sol de vidrio que devora las sombras —allí, por un instante, quizá para siempre, el paraguas se encuentra con la máquina de coser—; y cuadro que permite al pensamiento llevar a cabo un ordenamiento de los seres, una repartición en clases, un agrupamiento nominal por el cual se designan sus semejanzas y sus diferencias —allí donde, desde el fondo de los tiempos, el lenguaje se entrecruza con el espacio.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.Este texto de Borges me ha hecho reír durante mucho tiempo, no sin un malestar cierto y difícil de vencer. Quizá porque entre sus surcos nació la sospecha de que hay un desorden peor que el de lo incongruente y el acercamiento de lo que no se conviene; sería el desorden que hace centellear los fragmentos de un gran número de posibles órdenes en la dimensión, sin ley ni geometría, de lo heteróclito; y es necesario entender este término lo más cerca de su etimología: las cosas están ahí "acostadas", "puestas", "dispuestas" en sitios a tal punto diferentes que es imposible encontrarles un lugar de acogimiento, definir más allá de unas y de otras un lugar común. Las utopías consuelan: pues si no tienen un lugar real, se desarrollan en un espacio maravilloso y liso; despliegan ciudades de amplias avenidas, jardines bien dispuestos, comarcas fáciles, aun si su acceso es quimérico. Las heterotopias inquietan, sin duda porque minan secretamente el lenguaje, porque impiden nombrar esto y aquello, porque rompen los nombres comunes o los enmarañan, porque arruinan de antemano la "sintaxis" y no sólo la que construye las frases —aquella menos evidente que hace "mantenerse juntas" (unas al otro lado o frente de otras) a las palabras y a las cosas. Por ello, las utopías permiten las fábulas y los discursos: se encuentran en el filo recto del lenguaje, en la dimensión fundamental de la fábula; las heterotopias (como las que con tanta frecuencia se encuentran en Borges) secan el propósito, detienen las palabras en sí mis mas, desafían, desde su raíz, toda posibilidad de gramática; desatan los mitos y envuelven en esterilidad el lirismo de las frases.Parece ser que algunos afásicos no logran clasificar de manera coherente las madejas de lana multicolores que se les presentan sobre la superficie de una mesa; como si este rectángulo uniforme no pudiera servir de espacio homogéneo y neutro en el cual las cosas manifestarían a la vez el orden continuo de sus identidades o sus diferencias y el campo semántico de su denominación. Forman, en este espacio uniforme en el que por lo común las cosas se distribuyen y se nombran, una multiplicidad de pequeños dominios grumosos y fragmentarios en la que innumerables semejanzas aglutinan las cosas en islotes discontinuos; en un extremo, ponen las madejas más claras, en otro las rojas, por otra parte las que tienen una consistencia más lanosa, en otra las más largas o aquellas que tiran al violeta o las que están en bola. Sin embargo, apenas esbozados, todos estos agolpamientos se deshacen, porque la ribera de identidad que los sostiene, por estrecha que sea, es aún demasiado extensa para no ser inestable; y al infinito el enfermo junta y separa sin cesar, amontona las diversas semejanzas, arruina las más evidentes, dispersa las identidades, superpone criterios diferentes, se agita, empieza de nuevo, se inquieta y llega, por último, al borde de la angustia.La incomodidad que hace reír al leer a Borges se transparenta sin duda en el profundo malestar de aquellos cuyo lenguaje está arruinado: han perdido lo "común" del lugar y del nombre. Atopía, afasia. Sin embargo, el texto de Borges lleva otra dirección; a esta distorsión de la clasificación que nos impide pensarla, a esta tabla sin espacio coherente, Borges les da como patria mítica una región precisa cuyo solo nombre constituye para el Occidente una gran reserva de utopías. ¿Acaso en nuestro sueño no es la China justo el lugar privilegiado del espacio? Para nuestro sistema imaginario, la cultura china es la más meticulosa, la más jerarquizada, la más sorda a los sucesos temporales, la más apegada al desarrollo puro de la extensión; la soñamos como una civilización de diques y barreras bajo la faz eterna del cielo; la vemos desplegada y congelada sobre toda la superficie de un continente cercado de murallas. Su misma escritura no reproduce en líneas horizontales el vuelo fugaz de la voz; alza en columnas la imagen inmóvil y aún reconocible de las cosas mismas. Tanto que la enciclopedia china citada por Borges y la taxinomia que propone nos conducen a un pensamiento sin espacio, a palabras y categorías sin fuego ni lugar, que reposan, empero, en el fondo sobre un espacio solemne, sobrecargado de figuras complejas, de caminos embrollados, de sitios extraños, de pasajes secretos y de comunicaciones imprevistas; existiría así, en el otro extremo de la tierra que habitamos, una cultura dedicada por entero al ordena- miento de la extensión, pero que no distribuiría la proliferación de seres en ningún espacio en el que nos es posible nombrar, hablar, pensar.Cuando levantamos una clasificación reflexionada, cuando decimos que el gato y el perro se asemejan menos que dos galgos, aun si uno y otro están en cautiverio o embalsamados, aun si ambos corren como locos y aun si acaban de romper el jarrón, ¿cuál es la base a partir de la cual podemos establecerlo con certeza? ¿A partir de qué "tabla", según qué espacio de identidades, de semejanzas, de analogías, hemos tomado la costumbre de distribuir tantas cosas diferentes y parecidas? ¿Cuál es esta coherencia —que de inmediato sabemos no determinada por un encadenamiento a priori y necesario, y no impuesta por contenidos inmediatamente sensibles? Porque no se trata de ligar las consecuencias, sino de relacionar y aislar, de analizar, de ajustar y de empalmar contenidos concretos; nada hay más vacilante, nada más empírico (cuando menos en apariencia) que la instauración de un orden de las cosas; nada exige una mirada más alerta, un lenguaje más fiel y mejor modulado; nada exige con mayor insistencia que no nos dejemos llevar por la proliferación de cualidades y de formas. Y, sin embargo, una mirada que no estuviera armada podría muy bien acercar algunas figuras semejantes y distinguir otras por razón de tal o cual diferencia: de hecho, no existe, ni aun para la más ingenua de las experiencias, ninguna semejanza, ninguna distinción que no sea resultado de una operación precisa y de la aplicación de un criterio previo. Un "sistema de los elementos" —una definición de los segmentos sobre los cuales podrán aparecer las semejanzas y las diferencias, los tipos de variación que podrán afectar tales segmentos, en fin, el umbral por encima del cual habrá diferencia y por debajo del cual habrá similitud— es indispensable para el establecimiento del orden más sencillo. El orden es, a la vez, lo que se da en las cosas como su ley interior, la red secreta según la cual se miran en cierta forma unas a otras, y lo que no existe a no ser a través de la reja de una mirada, de una atención, de un lenguaje; y sólo en las casillas blancas de esta tablero se manifiesta en profundidad como ya estando ahí, esperando en silencio el momento de ser enunciado.Los códigos fundamentales de una cultura —los que rigen su lenguaje, sus esquemas perceptivos, sus cambios, sus técnicas, sus valores, la jerarquía de sus prácticas— fijan de antemano para cada hombre los órdenes empíricos con los cuales tendrá algo que ver y dentro de los que se reconocerá. En el otro extremo del pensamiento, las teorías científicas o las interpretaciones de los filósofos explican por qué existe un orden en general, a qué ley general obedece, qué principio puede dar cuenta de él, por qué razón se establece este orden y no aquel otro. Pero entre estas dos regiones tan distantes, reina un dominio que, debido a su papel de intermediario, no es menos fundamental: es más confuso, más oscuro y, sin duda, menos fácil de analizar. Es ahí donde una cultura, librándose insensiblemente de los órdenes empíricos que le prescriben sus códigos primarios, instaura una primera distancia con relación a ellos, les hace perder su transparencia inicial, cesa de dejarse atravesar pasivamente por ellos, se desprende de sus poderes inmediatos e invisibles, se libera lo suficiente para darse cuenta de que estos órdenes no son los únicos posibles ni los mejores; de tal suerte que se encuentra ante el hecho en bruto de que hay, por debajo de sus órdenes espontáneos, cosas que en sí mismas son ordenables, que pertenecen a cierto orden mudo, en suma, que hay un orden. Es como si la cultura, librándose por una parte de sus rejas lingüísticas, perceptivas, prácticas, les aplicara una segunda reja que las neutraliza, que, al duplicarlas, las hace aparecer a la vez que las excluye, encontrándose así ante el ser en bruto del orden. En nombre de este orden se critican y se invalidan parcialmente los códigos del lenguaje, de la percepción, de la práctica. En el fondo de este orden, considerado como suelo positivo, lucharán las teorías generales del ordenamiento de las cosas y las interpretaciones que sugiere. Así, entre la mirada ya codificada y el conocimiento reflexivo, existe una región media que entrega el orden en su ser mismo: es allí donde aparece, según las culturas y según las épocas, continuo y graduado o cortado y discontinuo, ligado al espacio o constituido en cada momento por el empuje del tiempo, manifiesto en una tabla de variantes o definido por sistemas separados de coherencias, compuesto de semejanzas que se siguen más y más cerca o se corresponden especularmente, organizado en torno a diferencias que se cruzan, etc. Tanto que esta región "media", en la medida en que manifiesta los modos de ser del orden, puede considerarse como la más fundamental: anterior a las palabras, a las percepciones y a los gestos que, según se dice, la traducen con mayor o menor exactitud o felicidad (por ello, esta experiencia del orden, en su ser macizo y primero, desempeña siempre un papel crítico); más sólida, más arcaica, menos dudosa, siempre más "verdadera" que las teorías que intentan darle una forma explícita, una aplicación exhaustiva o un fundamento filosófico. Así, existe en toda cultura, entre el uso de lo que pudiéramos llamar los códigos ordenadores y las reflexiones sobre orden, una experiencia desnuda del orden y sin modos de ser.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Michel Foucault es uno de los pensadores más influyentes del siglo XX. Su trabajo abarca una variedad de temas, desde la historia de la medicina hasta la teoría del poder y la sexualidad. Para aquellos interesados en conocer su pensamiento, hay varios libros que se consideran indispensables. Aquí presentamos cuatro de ellos:"Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión" (1975)Este libro es uno de los trabajos más conocidos de Foucault y explora la evolución de los sistemas de castigo en la sociedad occidental. Foucault analiza la transición del castigo corporal público a las prisiones modernas y muestra cómo esta transformación refleja cambios más profundos en las estructuras de poder y control social."La historia de la sexualidad, Volumen 1: La voluntad de saber" (1976)Este es el primero de una serie de volúmenes en los que Foucault explora la historia de la sexualidad y su relación con el poder y el conocimiento. 💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.En este libro, Foucault desafía la idea de que la sexualidad ha sido reprimida desde el siglo XVII, argumentando en cambio que ha sido un tema de constante escrutinio y control."Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas" (1966)En este trabajo, Foucault realiza un análisis arqueológico de las ciencias humanas, investigando cómo diferentes épocas históricas han organizado el conocimiento de manera diferente. Este libro es fundamental para entender su metodología arqueológica y su enfoque sobre cómo las estructuras del conocimiento están ligadas a las estructuras del poder."La arqueología del saber" (1969)Este libro es una especie de manifiesto metodológico donde Foucault explica su enfoque arqueológico para estudiar la historia del pensamiento y del conocimiento. Aquí, Foucault detalla cómo las discontinuidades y rupturas en la historia del conocimiento deben ser entendidas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
El escritor, filósofo y politólogo Noam Chomsky sigue internado en el hospital en Brasil. Chomsky había sido internado en una clínica en Sao Paulo, tras sufrir un accidente cerebrovascular. Los medios informan que lleva, al menos, desde el 11 de junio en el hospital. Es un lingüista, filósofo, científico cognitivo, historiador, crítico social y activista político. Es ampliamente conocido por sus contribuciones a la teoría de la lingüística y su crítica de la política exterior de los Estados Unidos, el capitalismo y los medios de comunicación de masas.Chomsky revolucionó el campo de la lingüística con su teoría de la gramática generativa, que sugiere que la capacidad de generar lenguaje es innata en los seres humanos y está basada en estructuras subyacentes comunes a todas las lenguas humanas.💬 Síganos en nuestro canal de Whatsapp aquí.También desarrolló una clasificación de las gramáticas formales conocida como la jerarquía de Chomsky, que es fundamental en la teoría de la computación.Chomsky fue un crítico feroz de la política exterior estadounidense, argumentando que a menudo promueve los intereses de las élites económicas a expensas de los derechos humanos y la democracia. Junto con Edward S. Herman, Chomsky coescribió el libro "Manufacturing Consent" (1988), que argumenta que los medios de comunicación masivos actúan en gran medida como herramientas de propaganda que apoyan los intereses de las élites poderosas.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Mark Fisher (1968-2017) fue un destacado crítico cultural, teórico político y escritor británico, reconocido por sus influyentes contribuciones al campo de la teoría cultural contemporánea. Nacido en Welwyn Garden City, Inglaterra, Fisher se destacó por su aguda crítica de la cultura capitalista y su exploración de la relación entre la política, la economía y la cultura popular.Fisher obtuvo su doctorado en Filosofía por la Universidad de Warwick, donde también enseñó por un tiempo. Su obra más influyente, "Capitalist Realism: Is There No Alternative?" (2009), exploró la dominación del capitalismo en la imaginación política contemporánea y su impacto en la cultura, la educación y la salud mental. Este libro se convirtió en un texto fundamental para comprender la naturaleza del capitalismo tardío y sus efectos en la sociedad contemporánea.También puede leer: Hannah Arendt: filosofía y humanidad descubierta.Además de su labor académica, Fisher fue un prolífico bloguero y escritor de artículos para publicaciones como The Guardian y New Statesman. Sus escritos abordaron una amplia gama de temas, desde la música electrónica hasta el cine, pasando por la política y la cultura popular. Su estilo incisivo y su capacidad para conectar conceptos teóricos complejos con la vida cotidiana lo convirtieron en una figura influyente en los círculos intelectuales y políticos de su tiempo.Un dato curioso sobre Mark Fisher es su profundo interés en la música electrónica, especialmente en el género conocido como "hauntology". Este término, acuñado por Fisher, hace referencia a la sensación de un futuro perdido, una nostalgia por lo que nunca llegó a ser. Fisher exploró cómo esta idea se refleja en la música, la cultura y la política contemporáneas, y cómo puede revelar tensiones subyacentes en la sociedad.Mark Fisher falleció en enero de 2017 a la edad de 48 años. Su mujer confirmó que se había suicidado. Su lucha con la depresión fue narrada por el propio Fisher: "La depresión no es riqueza. La alienación no es progreso. La ansiedad no es libertad".No olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Hannah Arendt (1906-1975) fue una destacada filósofa política de origen judío alemana, conocida por su profundo análisis sobre la naturaleza del poder, la política y la condición humana en el siglo XX. Nació el 14 de octubre de 1906 en Hannover, Alemania.Arendt estudió filosofía con grandes pensadores como Martin Heidegger y Karl Jaspers. Su temprano interés en la política y la filosofía la llevó a investigar temas como el totalitarismo, la violencia política y la naturaleza del mal.Uno de los hitos en su carrera fue su cobertura del juicio a Adolf Eichmann, un oficial nazi responsable de la organización logística del Holocausto. Arendt cubrió el juicio para The New Yorker y posteriormente publicó su análisis en "Eichmann en Jerusalén: Un estudio sobre la banalidad del mal" (1963), donde discutió la naturaleza del mal en el contexto de la burocracia y la obediencia ciega.Entre sus obras más influyentes se encuentra "Los orígenes del totalitarismo" (1951), donde examinó los regímenes totalitarios nazi y soviético, explorando cómo surgieron y cómo afectaron a la sociedad moderna.Arendt también contribuyó al pensamiento político con conceptos como la acción política, la pluralidad y la libertad. Su obra "La condición humana" (1958) profundiza en la idea de la acción como la actividad fundamental que constituye la esfera pública y define la identidad humana.A lo largo de su vida, Arendt enseñó en varias universidades y mantuvo amistad con destacados intelectuales de su tiempo, como Walter Benjamin y Jürgen Habermas.Un dato curioso sobre Arendt es que, además de su trabajo como filósofa, fue una ávida coleccionista de cartas y postales, manteniendo una extensa correspondencia con amigos y colegas a lo largo de su vida.Hannah Arendt falleció el 4 de diciembre de 1975 en Nueva York, dejando un legado duradero en la filosofía política y el pensamiento del siglo XX. Su obra continúa siendo objeto de estudio y debate en ámbitos académicos y políticos en todo el mundo.Libros recomendados de Hannah ArendtsNo olvide conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Hay que repensar la idea de pérdida en el amor. Solo me genera dolor el desamor, suponer que el otro me pertenecía. Si uno desarma esa creencia, no pierde en el sentido de que perdí lo que tuve", explicó Sztajnszrajber (Buenos Aires, 1968) este sábado en una entrevista desde Ciudad de México.En estos días el también escritor y conductor de televisión presenta en México "El amor es imposible", un ensayo con ocho tesis que propone deconstruir conceptos acerca del amor, con propuestas filosóficas a partir de anécdotas humanas."A mí me gusta hacer filosofía poniendo el cuerpo. Es un libro que habla desde la filosofía, pero se mete con cuestiones biográficas porque para mí una filosofía que no parta del lugar más estremecedor se queda corta", expresó el autor.El libro, publicado por Paidós, debate sobre la imposibilidad del amor por varias razones, entre ellas que todos los amores son una copia del primero, el amor es inefable, siempre llega a destiempo, es incalculable y siempre es un desamor.La media naranja cortada en gajosA partir de años de lecturas, diálogos y vivencias, la obra de 376 páginas mira el amor desde distintos ángulos, también el de la carencia, representada por una teoría repetida en las tarjetas postales y las redes sociales: la de la media naranja."Si uno es media naranja y va en busca de otra mitad es porque antes era una naranja entera; entonces hubo un castigo previo, un corte. Por eso en mi libro planteo que el amor siempre viene después del desamor", expuso.A la manera de "Rayuela", la canónica novela de Julio Cortázar, "El amor es imposible" puede leerse del primer capítulo al último, o con saltos adelante y hacia atrás. Cada apartado pertenece a una tesis sobre el amor y puede asumirse por separado, como en los cuadernos de cuentos."Al que le interesa leer que el amor es imposible porque es incalculable, puede leer eso y dejar las otras siete tesis. Es claro el libro al demostrar que el amor es imposible, a partir de determinar disparadores, el desamor, el destiempo, la monogamia, el primer amor y se da al lector la libertad de elegir", contó.A mitad de la escritura de su libro, Sztajnszrajber sufrió la muerte de sus padres; fue un golpe que alteró el proceso de creación. El escritor quitó el polvo a las historias humanas guardadas en su recuerdo y a partir de ellas hizo filosofía.Darío defiende el concepto de "te amo, pero no te necesito" en una relación de pareja, aunque acepta que es difícil llevarla a la práctica en una sociedad que mercadea con los sentimientos. "Sería importante si se planearan estas cuestiones. Después, cómo sostenerlas en la vida cotidiana, es un proceso".Benditos los besos que no se dieronSztajnszrajber mira hacia atrás. Se ve a sus nueve años en una fiesta de cumpleaños frente a una niña llamada Silvia. Es el primer amor, inocente, sin besos, que terminó difuminado en la niebla del peor diluvio: el paso del tiempo."Si hoy la viera, tal vez podríamos tomarnos un café, no más porque las historias no se redimen en el futuro. Si las historias de amor de niños alcanzan su redención de grandes, eso nunca nos satisface porque lo que a uno lo motiva e inspira es lo pendiente, no lo consumado", relató.Lo dice con una idea recreada con frecuencia por los poetas, que consideran benditos son los besos que jamás se dieron porque quedaron protegidos por el misterio de lo que pudo ser."Es un poco la lógica del deseo. Cuando se alcanza lo que se desea, esa especie de ardor del deseo se pierde. (Lo que pudo ser) da un encanto porque lo propio del amor tal vez sea lo inconsumado. No olvidemos que amar es ir en busca de algo que no sabemos qué es", aceptó. Le invitamos a conectarse con nuestra señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Le Discours philosophique" ("El discurso filosófico", en traducción libre) era un manuscrito casi terminado, que el autor de "Las palabras y las cosas", "Historia de la sexualidad" y "Vigilar y castigar" había empezado en 1966, pero que por algún motivo desconocido nunca publicó.La actual edición, por Éditions du Seuil, estuvo a cargo de dos académicos, Orazio Irrera, de la universidad Paris 8 Vincennes-Saint-Denis, y Daniele Lorenzini, de la Universidad de Pensilvania (EEUU).El manuscrito fue hallado entre los archivos comprados en 2021 por la Biblioteca Nacional de Francia.Es un "libro brillante (...), perfectamente construido, elaborado de punta a punta", destacó en el diario Le Monde el crítico y filósofo Roger-Pol Droit.Otra filósofo, Christian Ruby, comentó en el portal nonfiction.fr que este escrito evidencia que, para Foucault, la filosofía ya no constituye "el fundamento último del saber", dado que "la verdad perdió su dimensión original".Esa ruptura remonta al pensamiento de Friedrich Nietzsche (1844-1900), que "quiebra, desarticula, deshace pieza por pieza la sólida armadura que aislaba el discurso filosófico de todos los demás".Foucault prohibió en su testamento la publicación póstuma de sus obras, pero su último compañero y legatario, Daniel Defert, fallecido en febrero, así como un antiguo asistente del filósofo, François Ewald, aceptaron que los textos que sirviesen para aclarar sus conceptos salieran a la luz.La primera transgresión de esa disposición fue la publicación de una miscelánea de textos ("Dichos y escritos"), seguida por la compilación de sus cursos en el College de France (de 1970 a 1983). El paso siguiente fue la identificación de ensayos desconocidos.Y "aún no ha terminado. Quedan por publicar tres volúmenes: un Nietzsche, el curso de Sao Paulo y el curso de Túnez", anuncia François Ewald.Foucault estuvo en varias ocasiones en Brasil y en la primera de ellas, en 1965, dictó cátedra en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Sao Paulo. Le invitamos a conectarse con la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Encore un moment... Textes politiques, sociologiques, philosophiques et littéraires" es el título de esta recopilación de ensayos que será publicada el 7 de junio, un mes antes del 102º cumpleaños del autor.Se trata de una serie de "glosas cortas, al estilo de un Alain o de Paul Valéry, sobre todo tipo de temas", detalló la editorial.Edgar Morin, que en español es conocido por obras como "Sociología" (1984), "Mis demonios" (1994) o "¿Qué es el totalitarismo? De la naturaleza de la URSS" (1983), publicó en enero en francés un ensayo polémico sobre la guerra en Ucrania.Haciendo un comparativo con la situación en 1940, Morin se posiciona con una actitud pacifista y pide negociar con el régimen de Vladimir Putin.El ensayista, de posiciones de izquierda, publicó sus memorias en 2021 ("Lecciones de un siglo de vida").Su primera obra se remonta a 1946, "L'An zéro de l'Allemagne", que inspiró el título de una película célebre, "Alemania año cero", de Roberto Rossellini (1948). Recuerde conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"El imperio de la luz" ("L'Empire des lumieres"), de 1954, había sido tasada en 95 millones de dólares. El valor final superó el récord anterior para una obra de Magritte (1898-1967), que había sido de 79 millones.Tras una puja de 10 minutos, la pintura que juega con luces y sombras hasta confundir el día con la noche fue rematada por 121.160.000 dólares, "un récord mundial para el artista y para una obra de arte surrealista en una subasta", afirmó la casa Christie's.La obra del maestro del surrealismo integraba la colección privada de la diseñadora y mecenas de origen rumano Mica Ertegun, fallecida a los 97 años en diciembre pasado.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíLa venta del Magritte, que coincide con el centenario del movimiento surrealista, era uno de los destaques de la actual temporada de subastas en Nueva York, cuyo mercado espera recuperarse del retroceso sufrido el año pasado.En la misma sesión del martes, la icónica obra "Standard Station", del estadounidense Ed Ruscha, se vendió por 68,26 millones de dólares, un nuevo récord en subastas para el referente del arte pop, actualmente de 86 años.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Wicked", la adaptación cinematográfica del éxito de Broadway, es protagonizada por la sensación del pop Ariana Grande, mientras que "Gladiador II" marca el regreso a la Roma antigua de Ridley Scott, 24 años después de que su épica original ganara el Óscar a mejor película.Pero resta por verse si el público recibirá con gusto los memes de "Glicked" o "Wickiador" (que ya están haciendo circular en las redes los departamentos de marketing), o si acudirá a las salas de cine con sombreros de brujas o sandalias romanas.Las salas de cine y varios de los centros comerciales en Estados Unidos ya se están pintando de tonos verde y rosa, en referencia a las brujas de "Wicked", y llenando de Coliseos en miniatura, preparándose para un período que según los analistas será crucial para la industria."Estoy seguro de que este será el mayor Día de Acción de Gracias que la industria ha presenciado", dijo Jordan Hohman, un ejecutivo del grupo Phoenix Theaters, en referencia a la fiesta nacional que coincide con la primera semana en cartelera de ambas producciones."Wicked", de Universal, es por sí sola "la película que más entradas ha vendido anticipadamente" en los 24 años de historia de la cadena estadounidense, superando en un 63% a "Barbie", añadió su propietario y presidente, Cory Jacobson.Tradicionalmente, los estudios de Hollywood tenían sus reservas sobre lanzar dos grandes películas en un mismo fin de semana, pero el verano boreal de récords de 2023 demostró que puede funcionar para ambas producciones, siempre que sean las adecuadas.Como "Barbie" y "Oppenheimer", "Wicked" y "Gladiador II" (Paramount) hablan a diferentes audiencias, opina el analista David A. Gross, del grupo Franchise Entertainment Research.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquí"Wicked" ha inspirado como parte de su campaña de promoción una línea de maquillaje y un kit para hornear tus propios cupcakes, mientras que los anuncios relacionados con "Gladiador" son una constante durante las transmisiones de la liga de fútbol americano. "No existe la posibilidad de pisarse la manguera entre bomberos", dijo Gross.Pero alcanzar las vertiginosas cifras de "Barbie" y "Oppenheimer" será digno de conjuros y proezas. Sólo en su primer fin de semana en América del Norte, estas películas de 2023 se hicieron con 245 millones de dólares en taquilla."Barbenheimer fue un ejemplo de dos películas que superaron con creces sus resultados (...) algo inesperado en el mejor de los escenarios", advirtió Daniel Lora, vicepresidente senior de estrategia de contenidos de Boxoffice Media.Parte del actual optimismo de la industria se debe a que otro éxito, "Moana 2", de Disney, que se unirá a "Wicked" y "Gladiador II" en las salas de cine una semana después. "No creo que se trate de una experiencia de dos películas, sino de tres", dijo Jacobson.Campañas por todo lo altoAlcanzar estas altas expectativas es algo que Hollywood necesita.A pesar de un lucrativo verano boreal con secuelas exitosas como "Intensa Mente 2" y "Deadpool & Wolverine", 2024 ha sido un año dispar para una industria que aún sueña con volver a las cifras anteriores a la pandemia.Los cinco primeros meses del año se vieron perjudicados por los pocos estrenos, debido a los retrasos en la producción provocados por las huelgas de Hollywood el año pasado y la pandemia.Los últimos dos meses también han sido decepcionantes, con el fracaso en la taquilla de "Guasón 2: Folie à Deux", entre otros fiascos y estrenos mediocres.Pero las primeras señales para este fin de semana parecen prometedoras. "Gladiador II" se estrenó en otros países la semana pasada haciéndose con 87 millones de dólares fuera de Estados Unidos. Y Paramount espera números similares este fin de semana en los cines estadounidenses."Wicked", de Universal - el estudio detrás de "Oppenheimer"-, debe vender 100 millones de dólares en boletería este fin de semana en América del Norte de acuerdo con los pronósticos.De paso, los estudios apostaron en ambas producciones con una larga y extensa campaña de publicidad. En abril, Paramount abrió su presentación anual en una convención de cine en Las Vegas con un ejecutivo entrando en la arena del Caesars Palace en un carro flanqueado por soldados romanos.Mientras que Universal terminó su presentación dándole miles de flores de plástico al público para crear un gigantesco espectáculo de luces electrónicas verdes y rosas con el tema "Wicked".Ocho meses después, los estudios medirán si sus esfuerzos rendirán frutos en la taquilla. "Cuando algo pega de verdad, más allá de una campaña de publicidad, puede despegar e ir más lejos de lo esperado", comentó Gross. "Así que veremos qué pasa".🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
1Mi madre me llamó Penélope. Le fascinaba el personaje de la ingeniosa esposa de Ulises tejiendo de día para destejer de noche y así engañar a sus pretendientes. Yo prefería al marido navegante. Me carga la idea de tejer y esperar eternamente, pero por esperar me quedé atrapada en Madrid. Fui de las últimas que entró antes de que cerraran el aeropuerto en marzo cuando se decretó el confinamiento por la pandemia. Había llegado de Nicaragua para ocuparme de los asuntos de mi madre muerta. Ella había fallecido en diciembre. En mi familia diciembre era el mes de morirse. Mi abuela, mi padre, una tía y un tío murieron en esas fechas. Meticulosos hasta en eso de llegar al último mes del año para declarar la vida por terminada. No quise quedarme entonces. Me llevé las cenizas de mi madre para dejarlas en nuestro país y postergué mi regreso a España. Dejé que pasaran enero y febrero. Me dije que en marzo el clima sería más benigno y en abril llegaría la primavera. Por ser hija única a mí sola me correspondían los bienes de mi madre: la casa y su contenido, sus cuentas, la utilería del teatro de su vida que, de seguro, habría dejado dispersa y en desorden por esa su filosofía de vivir el presente que era cómoda para ella, pero un rollo para los demás. No había apuro, me dije. Poco podía imaginar que llegaría la pandemia y mi vida quedaría atrapada como el barco de Shackleton, mi explorador favorito, atorado en el hielo de la Antártida. No era una mala metáfora. La pandemia llegó como la Edad del Hielo. Había que permanecer refugiado de ese mordisco invisible de la muerte asediando en el aire y, peor aún, en el hálito del prójimo. Me costó aceptar mi mala suerte. Me había imaginado deambulando por Madrid, recorriendo el barrio de las Letras, Chueca, las librerías, el Retiro; en vez de eso me tocaba el confinamiento y esa época tipo distopía del fin del mundo. No podría vender la casa de mi madre en medio de la pandemia, pero al menos tenía un lugar donde quedarme, un coche también, cafetera, cocina, cama, almohadas. Y mi computadora: los zooms, los chats, las series. El siglo xxi había aniquilado la soledad a golpe de teclas. Uno tenía compañía hasta la saciedad, compañía y chismes y los reels de Instagram que no sabía cómo controlar para que me dejaran de mostrar las vidas de las celebridades y sus parejas perfectas. Un asco todos los perfectos. Yo era tan flaca que, como decía un amigo, era de frente, filo, y de filo, nada. Me consolaba ver a Joyce Carol Oates. Ella era de mi equipo, del equipo de los endebles, raquíticos seres esqueléticos que, sin embargo, tenían mucho que decir o que escribir. A fin de cuentas, mi IQ era alto y aunque era flaca mi cara era de mejor ver que la de Joyce Carol Oates, con perdón de ella, que me cae muy bien, y que es una gran escritora, no hay duda. Me había dejado dos mechones de canas a lo Susan Sontag en mi pelo corto, oscuro y liso. Las gafas de marco negro, ancho y redondo, mi cara un poco larga, nariz y boca sin importancia me hacían una flaca con estilo.Como editora de una editorial mediana, podía seguir haciendo mi trabajo a distancia. Por otro lado, vaciar de cosas personales un caserón cerca de la sierra, abandonado por la inesperada y definitiva partida de una dueña que gustaba de guardarlo todo, me mantendría ocupada la soledad. Así lo pensé al principio. No imaginé viajar al vientre de mi madre y descubrir cuánto más había allí que yo desconocía. No imaginé lo que sería sumergirme en las cuevas cuidadosamente selladas de una existencia interrumpida de súbito. No llegué preparada para un encierro donde los recuerdos se dejaran ver y el pasado se levantara por las noches haciéndome oír sus susurros.2Mi madre fue guerrillera en los años setenta, en la Revolución Sandinista, la última que triunfó en Latinoamérica. De joven tomó las armas y vivió en pocos años varias vidas. Cuando contaba sus recuerdos parecía que quien hablaba era un personaje centenario. Había sido una mujer de huesos grandes, alta, de brazos musculosos y piernas de corredora, con una energía incesante. Su rostro era imperfecto. Heredé sus ojos grandes y oscuros y sus pómulos altos, pero no las cejas tupidas, ni la nariz respingona, ni la boca ancha y carnosa, de labios delineados. A ella ese rasgo y una gestualidad desenfadada le conferían un aire sensual dentro de un cuerpo de atleta. Paradójicamente, su familia ostentaba una larga trayectoria al servicio de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua de 1936 a 1979 y a cuyo último ejemplar, Anastasio Somoza, ella combatió. Su abuelo era famoso porque manejó las confiscaciones a los alemanes cuando el fundador de la dinastía declaró la guerra a los países del Eje, entre ellos Alemania, el 7 de diciembre de 1941. El dictador se adelantó veinticuatro horas a la declaración de guerra de Estados Unidos luego del ataque japonés a Pearl Harbor. Semejante premura bélica fue un ardid para apropiarse de las tierras cedidas en 1852 a familias alemanas que iniciaron el cultivo del café. Las haciendas de los alemanes eran modelos de productividad. Mi bisabuelo fue el encargado de expropiarlas. Dos de ellas fueron el pago a su perruna fidelidad. Eran unas propiedades muy grandes, en las zonas altas del país, atravesadas por ríos, con hondas quebradas pobladas de árboles centenarios que daban sombra al café. Contaban con casashaciendas de muros anchos, hermosas. Él las administró muy bien. Fueron la base para acumular una cuantiosa fortuna. Con el dinero llegaron otras inversiones y amigos potentados. «Era a mí a quien mandaba a atenderlos —me decía mi madre—. Yo era adolescente, pero él me usaba de señuelo, me exponía.» Se reía con su humor sarcástico. Entre ellos podría encontrar marido, bromeaba. «Tu abuelo era un asco —me decía con una dolida expresión de desprecio—. Tu abuela no se atrevía a enfrentarlo. Como pasaban mucho tiempo en sus haciendas en el campo, yo me quedaba durante la semana en la ciudad en casa de Marisa, mi mejor amiga. Su padre dirigía una estación de radio importante.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíA esa casa llegaban poetas, cantantes y un profesor de historia erudito con un don excepcional para contar episodios nacionales con la verbosidad de un cuentacuentos. Eran opositores a la dictadura. Me trataban con cierto recelo. Empecé a relatarles lo que sabía de los negocios de Somoza. Me escuchaban con atención. Yo quería estar de su parte. Hacerles ver que era diferente a mi familia. Un día un grupo de universitarios se tomaron la radio del papá de Marisa. El ejército la rodeó. Él salió con los brazos en alto y pidió que no mataran a los muchachos, que se los llevaran, pero que no los mataran. Se metió el obispo a negociar y al final se los llevaron presos. Uno de los muchachos parecía el jefe, se llamaba Ajax. Al día siguiente se llevaron al papá de Marisa. Como a las dos semanas la Seguridad del Estado urdió el cuento del intento de fuga de Ajax. Lo mataron. La gente sabía que hacían eso. “Le aplicaron la Ley de Fuga”, decían. Recuerdo la foto en el periódico: la mamá con el cuerpo ensangrentado en los brazos porque la llevaron al patio de la prisión para que viera el cadáver. A los meses mataron al papá de Marisa porque su radio denunció el crimen. Apareció tirado en un camino, el cuerpo lleno de señas de tortura. Me radicalicé. Marisa y yo nos metimos en la resistencia contra Somoza. Después del bachillerato, Marisa se fue a estudiar al exterior. Yo decidí irme clandestina. Robé plata y armas de la hacienda y ése fue mi pasaje a la guerrilla. No volví más a mi casa.»Yo la oía. Imaginaba lo que sería enemistarse con el propio apellido. Crecí oyéndola negar a su familia. No hubo para mí ni abuelos ni tíos ni primos. En el colegio un profesor joven, recién ungido revolucionario, un poco sádico en su fanatismo, fue quien se dio a la tarea de ilustrarme sobre la calaña servil de mi parentela. Afirmaba que quien había sido encargado de exhumar el cadáver del fundador de la dinastía, que el hijo se llevó en una maleta en el vuelo que lo sacó del país cuando huyó al saberse derrocado, había sido nada menos que mi abuelo, que también lo acompañó en su huida.—Es verdad —me dijo ella, sonriendo con ironía—. Ahora decile que te cuente qué fue lo que hizo tu madre.Al profe se le subió el color cuando se lo pregunté.—Te dije lo de tu abuelo para que aprecies de cuánto se despojó tu madre para llegar a ser Comandante Guerrillera —uno de los títulos honoríficos de la Revolución Sandinista—. Ella liberó la segunda ciudad más importante del país con un Estado Mayor compuesto casi en su totalidad por mujeres. Cuentan que ella sola, desde la torre del comando a la que logró subir subrepticiamente, eliminó, con su puntería de francotiradora, a los guardias que impedían la toma del último reducto somocista de León.—Eso es lo que vale —le dije, orgullosa—. Cuando mi mamá le da la espalda a algo, no vuelve la vista atrás.Mientras vivió, amé y temí a mi madre. Mi amor de niña fue incondicional, lleno de admiración. Ya de adolescente empecé a resentir su devoción revolucionaria y sus incursiones por mi identidad. Pienso que temía que mis genes me traicionaran. Sentía que quería envolverme como hiedra, o comerme como planta carnívora. A mi padre lo habían matado en la lucha contra la dictadura somocista. No lo conocí, pero tuve varios padres, los amantes de ella que, en general, eran mimosos conmigo. Cuando llegaba a quererlos me daba por vigilar los ánimos de mi madre. Conocía perfectamente las señales de cuando se cansaba de ellos. Allí empezaba mi sufrimiento o mi labor de zapa a sus intenciones, remarcando lo bien que lo pasaba con X o Y, lo que aprendía con él. Me escuchaba y sé que retrasó más de una vez el final del juego por mí.Ella cambió después de la revolución. El sandinismo estuvo en el poder de 1979 a 1990. En esos once años tuvo que vérselas con una guerra contrarrevolucionaria. Estados Unidos temía otra Cuba en el continente y armó a los descontentos que se oponían a los cambios. Impuso, además, un embargo comercial. Hubo muchas muertes, escasez: faltaban el pan, la luz eléctrica, el papel higiénico; sobraba la arrogancia juvenil de los guerrilleros.Aun en medio de las dificultades, los sandinistas pensaron que ganarían en las elecciones de 1990. No fue así. La noche de la derrota electoral, el 25 de febrero de 1990, cuando el conteo de votos dio la victoria a Violeta Chamorro, candidata de la oposición, fue, para mi madre y sus compañeros, como el terremoto que destruyó Managua, la capital, en 1972. El edificio que contenía sus sueños y sus proyectos de vida, ese que siempre estaba en construcción, y que a ella le ocupaba más tiempo del que disponía, cayó estrepitosamente. Fueron días de duelo. Los amigos llegaban, lloraban sacudidos por la incredulidad. Parecía que se les acababa el mundo. Yo era una chavala de quince años. Había crecido dentro de la revolución, como en un escenario magnífico. Era la mascota del grupo. Me llevaban a las manifestaciones multitudinarias. Me compraban helados o refrescos. Desde mi infancia los había visto actuar como profetas. Se juntaban en mi casa a tomar ron y a discutir cuestiones que yo apenas entendía, pero que me inspiraban la idea de que todos ellos eran como los héroes de los cómics desafiando y destruyendo monstruos. Mi corto entendimiento no lograba comprender que el pueblo hubiese votado por el fin de la revolución, que ya no quisiera más esa romántica época de júbilo en las plazas y gente que proponía acabar con la pobreza. Buscaba, en medio del lamento de los adultos, alguien que me explicara la derrota.Poco tiempo transcurrió antes de que la desilusión y el desconcierto echaran raíces entre los que habían sido compañeros. La camaradería dio paso a amargas discusiones. El tinglado que antes parecía sólido se agrietó. En su afán de salvarse de la debacle, Daniel Ortega se hizo todopoderoso. Lo que había sido un heroico movimiento guerrillero se transformó en un informe partido político. Menos mal que, en medio de la dispersión y de buscarse otra vida, mi madre se enamoró, a mediados de los noventa, de un arquitecto español. Ella había vivido en España de joven. Apenas hablaba de ese tiempo. Lo recordaba como el peor de su vida. Quería borrarlo de su memoria. En aquella época la revolución la salvó, solía decir. Bromeaba por lo irónico de que España la salvara de nuevo, esta vez del fracaso de la revolución. A mí me pareció mentira la facilidad con que se marchó de Nicaragua con su nuevo amor, como si se tratara de Sodoma y Gomorra y ella estuviera decidida a no cometer el error de la mujer de Lot de volver la vista atrás. Su decisión de marcharse, el resplandor del amor que la iluminó, la disposición de que yo me quedara viviendo con su amiga Sofía hasta terminar la universidad, hizo que yo cortara el resto de cordón umbilical. Dejé de llamarla mamá. Pasé a llamarla Valeria.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
Con ecos del 'Oliver Twist' de Charles Dickens y trazas de la discriminación racial que ya ha tratado en películas como '12 años de esclavitud' ('12 Years a Slave', 2013) o series como 'Small Axe' (2020), McQueen construye una emotiva y emocionante historia en torno a una madre blanca y su hijo mestizo.Ronan brilla en su papel de Rita, la madre de George, interpretado por el debutante Elliott Heffernan. Con un padre ausente, viven con el abuelo, otro actor novel a sus 66 años, el cantante Paul Weller, el mítico líder de The Jam y The Style Council.Con una espectacular ambientación y secuencias que son capaces de encontrar poesía en los bombardeos sobre Londres, 'Blitz' se desarrolla en una etapa muy concreta de la Segunda Guerra Mundial.'Blitz' es como se conoce al periodo que va de septiembre de 1940 a mayo de 1941 en el que Alemania bombardeó incesantemente el Reino Unido, comenzando por Londres, al final de la Batalla de Inglaterra, un combate aéreo que supuso la primera derrota importante del Ejército alemán en esa guerra.Una época en la que los londinenses ponían a salvo a sus hijos enviándolos lejos de la capital británica en viajes organizados por el Gobierno. Y eso es lo que hace Rita, pero su hijo no está de acuerdo, así que salta del tren que le lleva a un lugar seguro y decide regresar a pie a su casa.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíMcQueen aprovecha para lanzar una crítica contra el trato a los negros con una historia que a través de las vivencias del niño muestra el horror de la guerra, no solo por las bombas, sino por el comportamientos de personas sin escrúpulos que trataban de aprovecharse de la situación.Una película escrita por el realizador, que partió de una fotografía que se guarda en los archivos del Museo Imperial de la Guerra y que muestra a un niño pequeño, negro, cargado con una maleta atada con cuerdas.Eso le llevó a imaginar quién sería ese niño, como ha explicado McQueen en varis entrevistas, y escribió esta historia en la que, como en muchos de sus trabajos anteriores, la música desempeña un papel importante.Ronan se muestra como una solvente cantante y demuestra que las canciones y los bailes fueron el refugio de la población británica para soportar unos bombardeos que les llevaban a refugiarse casi cada día en estaciones de metro, ante la falta de lugares más seguros.'Blitz' aparece en las quinielas de los medios especializados de cara a los Óscar, no solo para el premio a mejor película sino en la mayoría de las categorías técnicas.Ronan también está entre las intérpretes que podrían optar al Óscar a mejor actriz secundaria, una categoría que se presenta muy competitiva y que podría incluir nombres como los de Zoe Saldaña, por 'Emilia Pérez'; Isabella Rosellini, por 'Cónclave'; Felicity Jones, por 'The Brutalist', o Ariana Grande, por 'Wicked'.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.
"Sobre todo, lo que espero es poder aportar algo a la gente que siente este género, a la gente que sigue la música que yo hago. Aportar algo fresco, nuevo, que sientan que hay continuidad en el trabajo, que hay actualidad en el trabajo", declara con fervor el artista, conocido como 'El caballero de la salsa'.A sus 61 años, el ganador de un Grammy por Mejor Álbum Tropical Latino en 2007 y seis Latin Grammy revela desde su estudio en San Juan que le encantaría que este álbum, compuesto de nueve temas, tenga "impacto" y sea "del gusto popular", que los adeptos a los ritmos caribeños digan: "¡Qué buen disco!".El veterano cantante continúa su estilo de salsa tradicional y mayoritariamente romántica, utilizando como eje central de sus letras el amor y el desamor en esta recopilación de temas, entre los que figuran 'Ahora o nunca', 'La Marea' de Rubén Blades, 'Tratando de acercarme' o 'Tun Tun'.El artista rememora que, tras la publicación de su tercer disco, se dio cuenta de que ese iba a ser su camino porque "el amor es el tema que nunca se va a acabar", y por eso trata de mezclar "los temas de amor con la energía y el carácter de la música de salsa".Asimismo, declara que ha sido "un poco egoísta con este disco" porque solo cuenta con una colaboración en 'Fin de semana', junto al salsero puertorriqueño Gerardo Rivas, opuesto a su álbum 'Colegas' que tiene 17 colaboraciones con artistas.💬 Síganos en nuestro canal de WhatsApp aquíEl álbum se estrena en "un momento correcto"El sonero puertorriqueño arrancó la primera parte de su 'Auténtico Tour' en agosto del año pasado en su isla natal y, desde entonces, se ha presentado en escenarios de Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Chile, Canadá, Perú, Colombia, México, Suiza, Italia y España."El disco se retrasó un poco para mi gusto, pero llega en un momento correcto porque entonces la gira cae en su segunda etapa y el disco viene con todo lo que un disco nuevo trae", asegura Santa Rosa, que menciona que este tour le está brindando "una energía espectacular"."Y esa energía se traduce no solamente en calidad de espectáculo, de música, sino que también se traduce en visión a futuro. Uno se siente más comprometido, con más deseos de hacer nuevos proyectos", expresa el artista, que cuenta con 15 álbumes de oro, 13 de platino y 3 de multiplatino.Santa Rosa, que ha colaborado con artistas reconocidos como Celia Cruz, Hector Lavoe o Andy Montañez, rememora que su etapa favorita de su afamada y galardonada trayectoria fue en sus comienzos: la época en la que cantaba con la banda de Willie Rosario y trabajaba con la mayoría de sus ídolos.La salsa "llegó para quedarse"Santa Rosa se muestra agradecido por la nueva generación de jóvenes salseros que continúan el legado de los más veteranos como los puertorriqueños Víctor Manuelle, Luis Vázquez, Carlos García, Merari o Carlos Nevárez, que "son muy buenos y talentosos".En este sentido, recalca que su consejo para el público es que "abran las puertas a estos muchachos".A su juicio, "este es un género que tiene historia, tiene personalidad propia y que tiene futuro porque yo he oído a cada vidente poniéndole fecha de expiración, que se va a morir, pero este es un género que llegó para quedarse", subraya el salsero.El artista continuará en febrero con 'Auténtico Tour', que sufrirá un giro con una edición especial de San Valentín que llamará 'Auténtico Love Edition', por Canadá, California, Florida y Maryland (EE.UU.) y, en abril, por México.Con su anterior gira, 'Camínalo Tour', que duró aproximadamente dos años, también recorrió ciudades de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.🔴 No olvide conectarse a la señal en vivo de la HJCK, el arte de escuchar.